«Sofía, no te vayas a convertir en alcohólica», le dice su padre cuando ella está por dejar Argentina para mudarse a Barcelona. Esa frase se convertirá en una profecía personal.
Sofía Balbuena abre un espacio desde la primera persona para revisar los hábitos y las estructuras que nos empujan hacia determinados consumos. Con la experiencia personal y la propia vida como hilo, reconstruye un mosaico de narrativas alcohólicas escritas por mujeres en busca de un espacio de pertenencia más ancho que el yo.
Si la experiencia de las mujeres es una literatura menor, este libro lo que persigue es llevar esa premisa al lí exponer todo aquello que puede ser considerado mínimo, chiquito, y darle centralidad, jerarquizarlo y someterlo a la voluntad de la luz.
La crítica ha
«La escritura de Sofía Balbuena alcanza zonas de intimidad, introspección y dureza de las que no se vuelve indemne».
Me pasan varias cosas por las que no me llegó este libro: tengo un padre alcohólico y muy sobreanalizado el tema, me aburren profundamente las diatribas de la gente que escribe, me interpela poco el exilio de mi generación a Europa y Estados Unidos como temática literaria. Por todo eso es que me pareció un plomazo.
Lo que sí: que ponga de manifiesto que el consumo problemático funcional es alcoholismo. Y me copó la perspectiva de género sobre escritoras alcohólicas, tal vez un ensayo de eso y no una paja digna de un varón escritor promedio hubiese estado mejor para mi apetito lector.
"No siempre aguanto la fuerza con la que se manifiestan las cosas que deseo. No siempre puedo habitar la felicidad". Enhorabuena sofia balbuena eres perfecta 🧘🏻♀️
Funciona un tanto ao revés, un breve ensaio crónica sobre o seu propio alcolismo, e despois a súa vida, nun chulísimo dualismo, no que vas lendo e interpretando en función do que xa contou
Un libro completamente pretencioso, aburrido y repetitivo. a veces dice cosas interesantes que decide no desarrollar y otras gasta innumerables páginas retratando sus salidas por Madrid y Barcelona que no aportan absolutamente nada en ningún aspecto. este libro se sintió: mira lo chula y moderna que soy pero ojo que también tengo mis demonios. en fin, insufrible
me ha gustado mucho y me ha sacado del pedazo de bache lector que tenía desde hace meses. sencillo pero profundo, me ha interesado mucho su forma de entender el alcoholismo y también todos los subtemas tan bonitos que trata por debajo
algunas frases chulas out of context que me han gustado:
- No siempre aguanto la fuerza con la que se manifiestan las cosas que deseo. No siempre puedo habitar la felicidad.
- Preciado explica con pelos y señales algo que vengo intuyendo hace tiempo. Los dispositivos de poder en el capitalismo contempo ráneo no funcionan a través de vínculos de soberanía que opri men, sino a través de dispositivos de adicción
"Quiero escribir, quiero escribir algo bueno y sencillo. Que no sea pretencioso ni solemne, que no caiga en lugares comunes ni morales. Quiero escribir algo que sea bueno, luminoso y verdadero y que sea leído. Voy a intentarlo. Mi nombre es Sofía Balbuena, tengo treinta y ocho años y soy alcohólica".
Este libro es una de las sorpresas del año. Liviano, duro, divertido, extraño. ¿Cómo es eso de beber mucho sin apurar los ceniceros? ¿Y qué pasa con ese lector que piensa que, en fin, la protagonista de esta historia, tampoco bebe tanto?
Sofía se cansó un día de amontonar resacas y se puso a escribir esta pequeña joya.
Me encantan los libros que parece que hablan de una cosa, pero terminan hablando de otra. Aquí no sólo se problematiza la forma de beber de la autora sino también la extranjería, los modelos tradicionales de pareja, el amor, la literatura escrita por mujeres y su rol en el canon.
Le pongo cuatro estrellas porque siento que terminó abruptamente y que me hubiese gustado que profundizara más en ciertos temas.
debatiéndome entre las dos y las tres estrellas :(
me da pena dejarlo en dos si me acuerdo de las ganas que tenía de encontrar lo que me esperaba, pero quizá no entendí bien el tipo de lectura con el que me iba a encontrar :(
este libro no es casi una novela. tira mucho de ensayo, si bien se cubre de una niebla autobiográfica que no se disimula y que se puede disfrutar. me habría gustado mucho más encontrarme con una literatura menor de la manera en la que precisamente nos cuenta que quiere hacer. me habría gustado algo más ensalzado sin caer en lo pretencioso, más poesía en la prosa, más de todos esos toques en los que nos presenta la complicación de su autopercepción en su relación con el alcohol y de su vida que existe más allá de las fronteras del alcohol, donde es sobria.
pese a todo, se trata de una lectura que se sigue de manera fácil, por no es una mala recomendación de lectura, aunque priorizaría otras :(((
Un tipo diario bonito de leer. Para reflexionar sobre el alcohol y vivir en muchas partes y todo eso. Es chuli, hay q darle oportunidad y seguir hasta el final!!!
“beber funciona como una válvula que alivia la presión que genera todo lo demás pero también como una excusa que me guardo en el bolsillo por si todo a lo que aspiro no termina nunca de concretarse(...). Mis aspiraciones son pocas, no soy una persona ambiciosa , pero tengo algunas cosas claras. Quiero escribir algo que sea bueno, luminoso y verdadero y que sea leído. Voy a intentarlo. Mi nombre es Sofia Balbuena, tengo treinta y ocho años y soy alcohólica” . Este libro va más allá de la relación de Sofía con el alcohol. Hay cervezas, muchas, hay salidas y fiesta, resacas con amigos, sola, con pareja, hay días de curro con una resaca tremenda y días de estar en la cama dejando el tiempo pasar. Todo el periplo de Sofía desde Argentina a España , su relación con Madrid y Barcelona, quedar para tener una excusa para tomar, aunque a veces cualquier momento es bueno. Borracha menor es también un ejercicio de escritura que reivindica esa “experiencia literaria menor” de aquellas escritoras que narran abiertamente su alcoholismo :ojito a las escritoras (Maria Moreno, Amy Liptrop, Maggie Nelson, Sarah Hepola, Claudia Ulloa Donoso…) y que le da a Sofía una visión de su propia relación con el alcohol. Me ha gustado mucho la estructura del libro, ese diario de la beca, lo rápida y directa que es narrando y la vez lo sencilla que hace la lectura.
“Todos somos adictos a algo” con esta frase que se repite a lo largo de la obra, la autora nos mete en su cotidianidad, una vida marcada por el alcoholismo. La honestidad con la que narra Sofía Balbuena es abrumadora. Podemos entrar en la intimidad de su día a día y de sus pensamientos y así, la acompañamos en su intento de dejar la bebida mientras reflexionamos con ella todos los planteamientos que trae sobre la mesa. Sin ser categórica y recordando a la gran Olivia Laing, Balbuena va hilando temas como la migración, la escritura, la dependencia y la libertad en el amor, haciendo de su escritura una red de otras lecturas y autores. Me gustó mucho el ritmo que logra crear con la repetición de esa frase que cae a gotas cada tanto sobre la obra, a veces como una maldición, otras como un consuelo, y en otras para poner el foco de juicio o reflexión sobre el lector.
La primera parte es un ensayo sobre la perspectiva de género en el alcoholismo, especialmente dentro de los escritores, desde su punto de vista como mujer pobre y extranjera. Muy interesante y da muchísimas referencias a libros sobre el tema.
Pero la segunda pasa a ser un diario del antes y el después de su alcoholismo sin detallar el proceso, contándonos todas sus salidas con amigas en Barcelona y noches de borrachera con su pareja. Su voz recuerda a Camila Sosa Villada y a Brenda Navarro. Interesante pero se fue mucho del tema y a ratos sentí que se desviaba del foco.
"Beber funciona como una válvula que alivia la presión que genera todo lo demás, pero también como una excusa que me guardo en el bolsillo por si todo a lo que aspiro no termina nunca de concretarse. Hoy creo que puedo dar todavía un paso más: creo que es justamente el alcohol la barrera que me separa de todo lo que añoro y no tengo".
Normalmente tengo una lista y me ciño a ella. En ella están los libros que quiero leer . La voy armando a base de recomendaciones de aquí y de allá, de títulos que me llaman la atención o de libros que citan en otros libros. Cuando voy a la biblioteca chequeo cuidadosamente la lista en el ordenador que está frente al mostrador de la entrada para ver cuales están disponibles.
Pero esta vez no fue así, encontré este libro en una estantería random, no recuerdo si era de novedades o de autoras por el día de la mujer. Chequee en good reads la puntuación y los primeros comentarios. Decían que es un ensayo sobre el hábito de beber. Yo no leo ensayos. Me gusta la ficción, me alimento de mentiras. Necesito que haya diálogos, me gusta escuchar las voces de los personajes. Lo hojeo. No veo los guiones delante de las frases que tanto me reconfortan. Pero algo me hace agarrarlo y empezar a leerlo allí mismo. Como si tuviera ganas de él y él de mí.
Me lo bebí casi de un trago, no sin cierto pudor por pensar que al otro lado no había una de mis mentiras sino una persona de verdad, con cuerpo, cara y cuenta de Instagram. Me reconocí en sus borracheras. También en sus resacas. Yo he sido ella muchas veces. Me fascinó como juega con los tiempos, cómo avanza de atrás hacia adelante, cómo va haciendo eses entre los párrafos para despedirse de dos ciudades al mismo tiempo y cómo se va de las dos pero sin irse del todo de ninguna.
Me gustó que tratara sobre otros muchos temas como la pareja, las relaciones, la mujer, las ciudades en las que vivimos y los espacios en los que habitamos. Me equivoqué con pensar que añoraría los diálogos. Nunca vi tanto diálogo junto. El texto es un diálogo continuo con ella misma, conmigo.
El final es quizás algo abrupto. Termina sin que literalmente te des cuenta de que estés en la última página.. Quizás es porque es demasiado pronto para pensar en finales.
Una terrible, sencilla y sentida mirada a las nuevas generaciones, una confesión muy dura sobre la caída en el alcoholismo como mecanismo de aceptación social.
Me encantó la sinceridad y la vulnerabilidad con la que narra la autora, sin nunca dejar del todo su voz de artista. Me atrevería a decir que es el primer libro que leo que habla del consumo de alcohol relacionado con el acto de escribir (o el no escribir) desde un lugar con el cual puedo empatizar y reconocerme. Qué importante y bello lo que hace Balbuena. Sin duda es un paso para abandonar esta idea de que hace falta ser alcohólico para escribir sin del todo ser una crítica directa al consumo. No es un libro de auto ayuda, es un libro que te invita a revisar tus hábitos y revisar otras lecturas. Se lee como un diario.
Two days was all it took for this book to make its mark on me. The author, without a doubt, possesses an exemplary leadership quality that allows her to captivate and immerse you in her story. She conveys her narrative in a piercing way that keeps you hooked, with a hybrid text that blends fiction and biography, wrapped in a direct, linear, and relatable tone. It's an accessible book, perfect for readers seeking something easygoing, and the writing style is pleasant to engage with. Each chapter, brief and well-structured, invites you to linger, skim through, and form your own opinions.
I appreciate the descriptive quality of the text; it feels alive. The first-person narrative is colloquial and intimate, with a dynamic rhythm that creates a constant sense of progression, making the reading experience feel fluid. This, combined with its short length, makes it enjoyable. It even generates a curiosity akin to reading an unfiltered diary, raw and real, compelling you to continue. I admire how she uses her alcohol consumption as a thread to explore themes like identity, frustration, friendships, love, feminism (the role of women in literature), mental health, capitalism, and so much more. Another plus is the diary format; its pacing is spot-on—it captures a vivid story without feeling rushed, maintaining a very authentic tempo. The reader is drawn into her world, getting to know the places, the people around her, the physical sensations she experiences, and the fears and frustrations she faces. In this way, she opens the door to her life in a rather visceral manner. It’s a true guilty pleasure.
However, there’s something that makes me ponder: sometimes I question where the line is between enjoying what I'm reading and whether it genuinely offers me any value. I felt a constant urge to keep consuming the book, captivated simply by curiosity, wanting to see how the author unveils her life story. I wasn’t entirely convinced by the reliance on references, which felt somewhat repetitive and not cohesively integrated. I value her bravery in sharing, but I’m uncertain about how deeply it provokes reflection or if it merely serves as an exercise that leads to light reading. It's tough to judge; I enjoyed it immensely, but I’m not sure it left me with anything truly profound.
In conclusion: read it. You’ll enjoy it, it’s a quick read, and you might find yourself relating to it—or perhaps you’ll understand why you don’t drink, while still grappling with why others cling to it. Whatever it is, you’re sure to enjoy the experience.
ESPAÑOL:
Dos días fue lo que duró en mis manos. La autora, sin duda alguna y con un liderazgo ejemplar, tiene la capacidad de atraparte y sumergirte en su relato. Logra transmitir de una manera punzante, no te suelta, con un texto híbrido entre ficción y biografía arropado de un tono directo, linear y cercano. Es un libro accesible, para un público que demanda poco, y con un estilo fácil de leer que resulta agradable. Cada capítulo, breve y bien estructurado, te abre la puerta a quedarte, ojear, y que puedas opinar.
Me gusta la capacidad descriptiva que tiene el texto, se nota vivo. Su relato es en primera persona, coloquial y cercano, con un ritmo dinámico que provoca la sensación de avance constante agilizando la lectura. Esto hace que, además de ser un libro corto, sea ameno. Incluso tiene el poder de generar curiosidad, de estar leyendo un diario sin filtros, crudo, que quieres seguir leyendo. Me gusta cómo habla del consumo de alcohol en su vida como un hilo conductor para explorar temas como la identidad, la frustración, las amistades, el amor, el feminismo (el rol de la mujer en la literatura), la salud mental, el capitalismo, entre otros muchos. Otro punto a favor es el formato de diario; su pulso es muy bueno, se ve la historia viva pero no acelerada, tiene un tempo muy real. Mantiene al lector inmerso en su historia, nos deja conocer los lugares, las personas que los rodean, las sensaciones físicas que vive, los miedos/frustraciones que pasa. En este sentido, te abre la puerta de su vida de una manera bastante visceral. Se disfruta como un guilty pleasure.
Sin embargo, hay algo que me hace reflexionar: a veces me pregunto dónde se encuentra la línea entre lo que estoy disfrutando, leyendo, y si realmente me aporta valor. He tenido sensación constante de seguir ahí, captado, devorando el libro solo por curiosidad, por ver cómo la autora abre las puertas de su vida para compartir su historia. No me convence tanto el apoyo de referencias, algunas veces repetitivas y empastadas de una manera que no sentía tan bien aglutinado. Valoro la muestra de valentía, pero no estoy seguro de hasta qué punto genera una reflexión profunda, o si solo es un ejercicio que se convierte en una lectura ligera. Es complicado de juzgar; disfruté mucho, pero no sé si dejó en mí algo realmente conmovedor.
Fin: léanlo, se disfruta, se lee rápido, te sentirás quizás identificado, o quizás comprendas porque no bebes y sigues sin comprender porque la gente se agarra a seguir bebiendo. Lo que sea, pero seguro lo disfrutas.
Me ha encantado. Me lo repito porque es importante que me lo crea. Supongo también que elijo recordar lo que me conviene. Hay días que hasta la propia comodidad de mi cama me fastidia. Ahora no sé si nos enamoramos a pesar o gracias a esos rituales de borrachera que compartíamos una vez por semana. Me sentí inclinada a hacer eso, a impostar lo que creía que era lo que se esperaba de mi. Hay que habitar también las zonas oscuras de lo que amamos. Abrazar también nuestra parte de noche.
Estas son algunas de mis frases favs del libro. En realidad es un recorrido por la vida de Sofía repensando su relación problemática con el alcohol, habla sobre el peso horrible bajo el que vive quien tiene conciencia de su necesidad constante de consumo.
Yo siento que ya me lo he leído 4 veces porque me leía cada página varias veces de lo q me gustaba. Ojalá os lo leáis y os guste. Aunque si lo hacéis y no os gusta mejor no me lo contéis q prefiero pensar que si.
Quizás si has tenido un problema con el alcohol propio o de un conocido te pueda interesar algo más de lo que a mi. En ls primeras treinta páginas no me llamaba demasiado la atención pero me era medio llamativo; después de terminarlo, he de decir que se me ha hecho largo y pesado para tener, en el kindle por lo menos, 111 páginas. Llegado cierto punto se hace extremadamente repetitivo y aburrido.
¿Que la autora escribe bonito? Sí, punto a favor. ¿Un poco petarda a veces? También.
Me siento decepcionada porque le da mucha importancia a las autoras que hablan sobre alcoholismo pero al final, al respecto a eso, su libro me ha sabido a poco o nada.
📚 Ensayo autobiográfico sobre el consumo problemático de alcohol, el límite a partir del cual ese consumo se convierte en alcoholismo, sus efectos en la vida, en general, y en la escritura, en particular, especialmente siendo mujer.
📖 El placer, las resacas, los vínculos atravesados por la bebida y cómo se afectan al dejar de beber. Un interesante recorrido que va de lo personal a la búsqueda e identificación de las escritoras que comparten su adicción y también escriben sobre ella.
📖 Honesta, real y clara, desarrolla el tema sin eufemismos ni autocompasión, con la profundidad de quien trasciende la cuestión personal para conocer, comprender y comunicar. ¡Muy recomendable!
“Todas somos adictas a algo. Soy adicta a la cerveza, pero sobre todo soy adicta a revisarme en la culpa, a anularme en este estado en el que me encuentro. Soy adicta a la resaca. A no hacer nada, a no sentir la obligación de estar haciendo algo. A bajarme del mundo, no responder los mensajes, no ser coherente ni atenta. Adicta al malhumor y la incapacidad, a la libertad de ser un poco peor. Soy adicta a detenerme. A ponerme en pausa. Una identidad monstruo, pero en definitiva, una forma de la identidad.”
Ya había leído la primera parte de este libro publicado por la editorial Vinilo. No me había gustado. No había conectado con su problema de alcoholismo, siendo que yo también padezco dicha adicción. Y entonces, ¿para qué empecé a leer la segunda parte? Realmente no lo sé. Porque no me interesa su historia, la forma en que narra, las descripciones en piloto automático de su vida aburrida en estados unidos.Mejor me tomo una botella de vino y dejo de sufrir con este libro.
Todas somos adictas a algo, y yo soy adicta a este estilo posmoderno de literatura tan actual entre el ensayo y la autobiografía. Cuatro estrellas por todo. Cinco porque en el libro aparece One train may hide another.
Muchas cosas se sienten muy cercanas. No sé si es que está escrito con mucha habilidad o si el alcoholismo me espera.
La narradora protagonista busca su tono y creo que lo va encontrando. Los capítulos son desiguales, pero hay personajes que me han gustado cómo se forman, como el novio mejicano. El paisaje de Iowa City y el ida y vuelta del mundo terrenal a ese más profesional me gustó, qué sitio más inhóspito ese del programa de escritura, debe ser una depresión.