Hoy en día casi nadie es capaz de concentrarse en una tarea durante periodos prolongados. No es fortuito que estemos en este punto. Mario Campos revela el impacto que la tecnología y las redes sociales tienen en la comunicación, la forma de relacionarnos y el consumo de la información. En una época en la que el consumidor es el producto, es natural preguntarse si esta situación puede ser revertida, si podemos ser capaces de volver a ser dueños de nuestra atención. La respuesta es compleja y resulta necesario comprender cómo los gigantes tecnológicos han perfeccionado los métodos para captar y retener la atención de los usuarios, desde algoritmos de recomendación y notificaciones hasta diseños de interfaz cada vez más atractivos. Sin embargo, Batalla por la atención también ofrece al lector las herramientas necesarias para recuperar el control del tiempo dedicado a redes sociales y plataformas, y así disfrutar una experiencia digital más consciente y equilibrada.
Este es un libro que nos hace reflexionar que tanto tiempo dedicamos al celular y a las redes sociales y realmente que tanto somos nosotros los que elegimos el contenido que vemos o son otros.
Me abrio los ojos para entender el porqué algo puede ser viral hoy y mañana ya nadie se acuerda y porque las personas son capaces de reaccionar tan agresiva y/o apasionadamente en las redes, cosa que no hacen en la vida real.
El libro además de presentarte estas realidades , te propone muy buena bibliografía que trata el tema y te propone opciones para seguir ocupando estos avances tecnológicos, incluyendo la inteligencia artificial, pero de una forma mucho más consciente.
Un ensayo que es necesario leer, ya que nos hace reflexionar sobre el impacto negativo que las nuevas tecnologías están teniendo sobre nuestra capacidad de atención, nuestra manera de ver el mundo, de consumir, de pensar, pero sobre todo, el control que están teniendo sobre la sociedad a costa de su libertad y privacidad. No todo es negativo, ya que el autor propone soluciones para lograr que la tecnología no nos controle del todo en esta era distópica.