Carmiña es un homenaje a la escritora Carmen Martín Gaite a través de la comunicación que entablaron ella y Julián Oslé. Encontró en él los ojos que buscaba para ver el mundo, que bien podría ser “ese hojaldre de vicisitudes”, y abrir una ventana cerrada por donde entraron olas viento, surcos de mar. Nuevas palabras y toda una constelación de posibilidades, que reflejó en sus libros. En sus cartas, cromos, servilletas, collages y dibujos que se intercambió con Julián, Carmen abre el camino a un nuevo tipo de interlocución en la que las personas dejemos atrás ese “imperio virtual” y nos adentremos en un mundo donde reine el color, la felicidad y la pasión con la que vivió una época fulgurante.
Es un libro joya para todas las admiradoras de Carmen Martín Gaite. De esos para tener siempre cerca, para disfrutar las fotografías, la letra, los collage… para disfrutar a Carmiña
“La gripe ha sido mala y ha durado ocho días. Me ha dejado tumbada. A veces qué difícil es seguir echando todos los días la cometa. Además sé que tú no estás bien. Si estuvieras bien me habrías llamado. Pero no puedes. Porque no me quieres poner triste. Nunca has querido ponerme triste. A mí me pasa igual. A veces la única forma de querer a los demás es atrevere a mirar el vacío que nos separa de ellos. Una forma descarnada, pero sin mentiras. Y qué pocos aguantan. Pues ya ves, me empieza a parece que así nos queremos tú y yo. Lo que más me gustaría es poderte mandar una bandada de ángeles. Pero no puedo.”
Este libro es una preciosura, no solo por la edición que está muy cuidado sino por el amor que hay en como Julián Oslé habla de Carmen. Ha sido precioso ver un lado más personal e íntimo de Carmen Martín Gaite.
Reconozco que el libro me entró por los ojos y estuve detrás de él varias semanas. Sin emabrgo, a la hora de leerlo me ha decepcionado. Por un lado, he visto numerosas erratas/errores ortográficos que creo que desmerecen mucho la edición. Tampoco entiendo algunas elecciones como citar a través de la cursiva en lugar de las comillas, pero eso ya es gusto personal. Creo que el material de CMG (cartas, postales, entradas de sus cuadernos de todo) es muy valioso, y algunas páginas están maquetadas de tal manera que apenas se puede leer claramente. Por último, algunos de los textos que acompañan a estos materiales añaden información de manera bastante desordenada e inconexa, como soltando datos sin más.
Para mí Carmen Martín Gaite es maestra de vida. Tal vez, por el formato (precioso, por cierto) se acerca más a Visión de Nueva York publicado por Siruela que a una correspondencia como la que tiene con Juan Benet. En cualquier caso, este libro nos permite vislumbrar un poco más a esa Carmiña que, tras la muerte de su hija, se recomponía a través de sus dos grandes pasiones: el cultivo de los amigos y la fe en las palabras.
Este es un libro con una edición preciosa, por parte de la editorial “Tres Hermanas” y en el que, en el centenario de su nacimiento, apetece muchísimo entrar en el universo y en la obra de Martín Gaite. Además de las cartas con su amigo Julián Oslé hay reflexiones, collages, fotos inéditas de la autora y sus amigos.:.