El delantal y la maza dos utensilios que forman parte del paisaje doméstico. También dos caras de ese lugar lleno de contradicciones para las mujeres como es la cocina. Por un lado, ha sido un espacio de sometimiento lleno de ideales opresivos de los que escapar; por otro, un territorio para el encuentro, para la creatividad y la resistencia.
En este ensayo, la periodista María Arranz indaga en el complejo vínculo que ha existido y sigue existiendo entre la teoría feminista y la cocina, porque «si las mujeres nos hemos pasado tanto tiempo metidas en una, buena parte de nuestra historia está ahí, así que vale la pena asomarnos a ella a través de las distintas perspectivas que nos brinda el feminismo».
Una mirada retrospectiva, pero aún vigente, sobre la relación entre cocina, género y raza, y su reflejo en algunas de las manifestaciones artísticas firmadas por mujeres que ofrecieron nuevas formas de entender lo cotidiano en la segunda mitad del siglo XX.
sólo cuando eres crítica con tus gustos y aficiones es cuando de verdad puedes disfrutarlas de una manera libre y consciente. es injusto que las mujeres siempre tengamos q someter a análisis por qué nos gustan las cosas que nos gustan (q tenga q preguntarne si me estaré oprimiendo a mí misma por gustarme saber q tengo q echarle sal a la berenjena cruda para q sude y pierda el amargor, por gustarme hacerme una bufanda a ganchillo), mientras q un fife nunca se pondrá a reflexionar por qué se lo goza tanto cuando ve un derbi de fútbol. pero q sea injusto no quiere decir q no sea necesario. gracias a estas reflexiones vemos y apreciamos a todas las q estuvieron antes q nosotras y sufrieron por no poder ser más que lo q las obligaban a ser y hacer, les debemos como mínimo el reconocimiento de su sufrimiento. cuando sometemos a crítica nuestras aficiones más "convencionales", luchamos contra los patrones opresores q la rodean y las usamos (las aficiones) como herramientas para libarnos a nosotras mismas y a las propias actividades del yugo asfixiante del patriarcado. esto, entiendo, es lo q le pasa a maría arranz con la cocina y a mí con lo textil. Mi más humilde opinión. es la reseña en la q más seria m pongo y espero estsr expresando correctamente
mis partes favoritas todas las menciones al arte performatico que aborda la opresión doméstico; el modo en el q perciben las mujeres racializadas y/u obreras lo doméstico (absolutamente antagónico a cómo lo hace una mujer burguesa blanca) y la mención de cómo la cocina es tb una herramienta contra la más agresiva y terrífica globalización capitalista, creando comunidad y sentimiento de pertenencia
'El amor por la cocina y la frustración por tratarse de una imposición histórica sobre las mujeres. La satisfacción que genera un plato delicioso y el angustioso proceso que hay detrás de su preparación. El tiempo que requiere. El placer y la presión que se deriva de tener que alimentar a otras personas, incluso a nosotras mismas. La complicada relación que desarrollamos en la cocina, con ir a hacer la compra, con lo doméstico en general.'
3’5 ⭐️ Me ha gustado mucho pero se me ha quedado un poco corto… quizás ha sido culpa mia y de las expectativas que tenia sobre este libro. Pensé que iba a hablar mas de la cocina y no tanto del trabajo doméstico (entiendo que la cocina esta dentro de ello y también es importante analizarlo, pero me esperaba otro enfoque). Además, no he sido muy fan de las referencias a performances… me perdía un poco. Por lo demás, me ha gustado mucho como era crítica con las propias feministas que citaba y tenía en cuenta las distintas posiciones desde las que escribían. Mis partes favoritas han sido hacia el final, cuando se ha centrado más en la cocina no solo como trabajo domesticado. Muy interesante lo que cuenta sobre los libros de recetas!!
En marzo leímos este ensayo de Arranz en el club de lectura Creadoras Letras y aquí a mí me faltaba por leer un capítulo con calma, así que he acabado aún hoy. Y quizá ha sido así por el gusto de degustarlo por un rato más largo. Podría ser. María repasa la genealogía feminista de pensadoras, sobre todo anglosajonas, para reflexionar sobre la relación de la cocina, lo doméstico, el feminismo y el arte. Su repaso es muy guay y os lo recomiendo. Aquí yo volveré sobre mis subrayados fijo, para lo de repetir, que da mucho gusto y en este caso me será requete útil en más de una ocasión.
Puuues un libro para reflexionar, para darte cuenta de todo lo que está intrínseco en las mujeres que nos rodean y que se repite una y otra vez, no es casualidad que se repitan patrones fruto de una cultura patriarcal. Me encanta todas las perspectivas de la cocina que ofrece, su relación con el arte y sobre todo su relación con lo humano porque no hay nada mas humano que cuidar y nutrir. Me tomo este libro como punto de partida para seguir leyendo sobre ello. Gracias Carmen por un regalo taaan personal ❤️.
Me han encantado las referencias. El libro está repleto de referencias en las que estoy deseando bucear. Cuando empecé a cocinar lo hacía por supuesto acompañado de mi madre y siempre cuestioné su “falta de rigor por no seguir las recetas”. Con el tiempo no solo aprendí que tuvo muchísima paciencia sino que en efecto la falta de reconocimiento se aprende desde temprana edad. Ha sido un espejo en el que seguir aprendiendo. Gracias.
Tenía muchas ganas de leerlo desde que lo compre hace unos meses, me preocupaba el salir de mi zona de confort en cuanto a leer al ser este un ensayo, pero no me arrepiento de absolutamente nada. He disfrutado de cada página y cada cita, además de conocer a mujeres de las que nunca había oído y ahora conozco un poquito.
Un recorrido por la historia de la relación siempre difícil entre el feminismo y la cocina. Muchas recomendaciones artísticas y teóricas. Es un pequeño libro que te propone muchas horas de lecturas y arte
Tantos años leyendo libros con análisis feminista y aún no había encontrado uno que hablara sobre mi profesión. Creo que es indispensable. Un análisis sobre las mujeres y la cocina. Un libro que había estado buscando durante un montón de tiempo sin saberlo. Y aquí está.
Brutal. Me ha dado a conocer un montón de referencias chulísimas, y toca muchísimos palos de un tema bastante peliagudo sin ignorar sus contradicciones ❤️🩹 Trabajazo de investigación y de escritura.
“las mujeres han utilizado con cierta frecuencia los libros de cocina para narrarse a sí mismas o a las comunidades de las que formaban parte, precisamente por la estrecha relación que históricamente han tenido con la preparación de los alimentos. y, como ya expresaron simone de beauvoir o betty friedan, de entre todas las tareas del hogar, la cocina siempre fue la que mayor margen dejaba para la creatividad, porque era una de las pocas tareas en las que, en lugar de eliminar algo (el polvo de un aparador, las manchas de un pantalón, las arrugas de la camisa), se creaba algo.”