Algo le ocurrió a Martina el 4 de diciembre. Desde entonces busca la furia, la actitud o cualquier otra cosa que le permita no traicionar su código. Tiene dieciséis años y ningún lugar al que pertenecer, pero encuentra en el rock el principio de una historia mientras Alice Cooper la mira desde el tejado, cuando el punk es u
Belén Gopegui burst onto the Spanish literary scene in 1993, bowling over critics with her debut, La escala de los mapas [The Scale of Maps], which was hailed as a masterpiece. She has since published several more novels as well as stories and screenplays. Gopegui was born, and lives in, Madrid.
Tiene un par de momentos buenos, pero creo que mi problema con este libro es que esa idea de que el rock es agresivo y etc etc, las guitarras guns and roses y no se qué más, me parece medio cursi. En general mi problema es que no le creí mucho.
Nada que objetar a la labor como escritora de Belen Copegui, que tiene talento suficiente para escribir bien lo que le de la gana. Pero estos dramas adolescentes ya me aburrían cuando yo era uno de ellos. Ni te cuento ahora que peino canas.
Me ha recordado mucho a la serie Cortar por la línea de puntos. La forma de narrar es muy parecida donde las acciones hacen la trama pero no importan con respecto a los pensamientos y largas divagaciones que estas acciones generan en los personajes.
Se diferencian en desde dónde hablan los narradores. En la serie un hombre que ha pasado la juventud analiza a través se su pasado cómo el modo de vida capitalista lo ha agotado (la precariedad, la asimilación de ciertas dinámicas, el aislamiento, etc.). En el libro, en cambio, narra una adolescente que está descubriendo cómo este modo de vida agota a los adultos de su alrededor y reflexiona sobre indignación que a todos nos produjo en su día ver lo destrozado que está el mundo.
Este libro va a estar en mi corazoncito muchos años, gracias, Garazi. Lo he disfrutado un montón y creo que el estilo narrativo de Belén es fascinante y muy inteligente. No quiere decir que me tome como una verdad absoluta lo que se narra, o aquellas líneas de pensamiento que se han ido manifestando. Creo que no debemos olvidar que, al final, tenemos una protagonista adolescente como punto de encuentro. La racionalización del mundo es la que tenemos todos con 15 años, con sus más y sus menos; con gente que comprende y con quienes no. Por otro lado, es un reflejo maravilloso del sentimiento general de todos los jóvenes respecto a la indeterminación del futuro. Y ya no sólo adolescentes. También me gusta cómo poco a poco desarrolla el punto en el que nos damos cuenta de que no es sólo una inseguridad de las nuevas generaciones, sino que adultos hoy en día con la vida resuelta sienten la precariedad y la inestabilidad laboral en cualquier momento. Me ha parecido desde luego un reflejo muy sagaz de cómo los ritmos y las vivencias impuestas por la vorágine capitalista afectan en nuestras relaciones intrapersonales e interpersonales, no siempre de la mejor manera. En los términos del padre de Vera, me ha parecido una muestra de "ese espacio donde nunca llegan a abrazarnos, por mucho que nos quieran". Ha sido un gusto leerlo.
De los peores libros que leí este año. Por suerte es corto así que se termina rápido. Como primer inconveniente, escribir en nombre de un adolescente es difícil; yo no lo hubiese intentado. De todas formas Martina es un estereotipo súper básico y con una formación musical extraña. Después escucha Iggy Pop, guns and roses, convive temporalmente con nosotros pero le cuesta conocer música nueva? Tiene una depresión adolescente demasiado básica, todos los personajes secundarios se quedan cortos (alguno tendría que haber sido más profundo… el papá? Lucas? Algún empleado de la disquería? Jimena? Todos inconclusos). No recomiendo.
La historia no es el fuerte de esta novela. Escrita como una adolescente está plagada de frases memorables, de trozos maravillosos de canciones y es un repaso interesante por la música rock. La autora consigue plasmar acertadamente la angustia adolescente, como he dicho, la historia no es el fuerte, pero sí en un par de frases fui capaz de retroceder unos cuantos años y sentirme como a los 16 es que en ese sentido lo ha conseguido. Para amantes de la buena música. Rápido de leer
No da la sensación de que sea una chica de 16 años la que te cuenta la historia. Se nota que es una señora de cincuenta y tantos intentando, sin éxito, ponerse en la piel de una adolescente. Si falla la voz narrativa, el resto de la novela cae por su propio peso.
De este estilo me parece mucho mejor "Cómo se hace una chica" de Caitlin Moran.
Sonreír, escuchar, bailar, indignarse, esto es el deseo de ser punk. Un gran libro que vale la pena leer mientras se escucha la banda sonora que incluye.
Belén Gopegui es una de mis autoras contemporáneas favoritas pero este libro me ha dejado bastante fría. No he sentido que terminase de despegar la historia en ningún momento. Es verdad que perfila muy bien los anhelos y personalidad de la protagonista, pero no he llegado a conectar totalmente con ella ni a entender qué quiere la autora transmitir al lector en esta novela más allá de recoger referencias de la música rock. Recomendaría mucho antes otros libros de Gopegui para leerla.
no se si es un libro que le vaya a gustar a todo el mundo ni nada, pero ha sido como darle abrazos y besos a la carla adolescente y eso me ha venido tan bien!!! 💌
Es El guardián entre el centeno español, de hecho hasta lo menciona varias veces. Me gustó, la forma en la que trata el tema de la música es muy interesante. Es una lectura sencilla y agradable.
Hay una parte donde nunca nos abrazan. Aunque nos quieran muchísimo. Esa parte está ahí, esa pena. Y nadie llega a tocarla nunca.
"Estados unidos destruye empleo al mayor ritmo en 34 años". No estaba en un artículo larguísimo sino ahí, en la portada: destruye empleo. Así que ya está claro y todo es mentira. Ni hay paro ni nada de eso. Es como tirar millones de tomates al mar. Ya sabes, si hay muchos tomates baja el precio, así que los destruyen y los tomates se ponen más caros. Pues con el empleo hacen lo mismo. Si hay muchos puestos de trabajo, las personas que trabajan ya no están dispuestas a comprar su puesto humillándose, dejando que le paguen una mierda y trabajando el triple de lo normal. Y como no etán dispuestas se unen para decir: oíd, no creáis que os vamos a dar la vida a cambio de un puesto de trabajo, no. Os daremos un pedacito de nuestra vida y sólo si respetáis nuestros derechos. Pero entonces los grandes tomateros del empleo van y lo destruyen, directamente, vuelcan camiones de puestos de trabajo al mar, y otra vez a arrastrarse y a suplicar para que te den un puesto de mierda en cualquier parte.
Me parece increíble haber podido volver a leer un libro en dos días (¡como cuando era adolescente!), y cómo todo en la obra me hablaba de mí: no he podido más que beber de cada palabra y disfrutar de la experiencia. Deseo de ser punk es visceral. Cada sensación que Martina describe es la adolescencia en sí misma: una suerte de salto al vacío que finalmente termina siendo exactamente eso, vacío. Porque sería imposible no pensar en esta novela desde el espacio, lo tangible, lo intangible, lo que se queda entre medias y nos arrolla. Me ha encantado descubrir cómo Gopegui añade en esta narración lineal y, aparentemente, poco profunda unas reivindicaciones sociales que trascienden a la edad pero que tan propias son de los 16 años. Y como yo fui Martina y ahora cada vez siento que me hundo más pues no puedo dejar de sentir que el corazón me late muy deprisa al recordarme combativa e intransigente.
Personalmente, no me ha gustado. No ha llegado a conectar conmigo, me ha dado la impresión de que divaga demasiado. Tampoco he llegado a empatizar con la protagonista, de hecho, todos los personajes que aparecen me daban bastante igual. No digo que no pueda llegar a gustar (de hecho, yo me lo leí por recomendación) pero agradezco que haberlo sacado de la biblioteca y no habérmelo comprado porque, simplemente, no es mi tipo de libro.
Tiene un inicio muy prometedor, pero más o menos a la mitad, empecé a perder el interés. Mucha introspección e ironía, poco desarrollo de la historia. Tendré que buscar otros títulos de Copegui.
Gopegui sorprende nesta ocasión cunha linguaxe imaxinativa e con destellos estruturais singulares. Toda unha homenaxe á música e á rebeldía necesaria de sermos adolescentes perennes.
Está claramente inspirado en The catcher in the rye y por eso me decidí a leerlo. Al igual que The catcher in the rye no considero que sea un libro para adolescentes (los que dicen que el guardián entre el centeno es un libro para adolescentes no entendieron nada). Los adolescentes no entenderían ciertas cosas porque aún no las vivieron. Muchos (adolescentes) dicen en la reseña que se nota que la autora es mayor y que intenta hablar como si tuviera 16, lo cual coincido, porque ningún adolescente intentaría comprender a los adultos como lo hace la protagonista de este libro; para un adolescente los adultos son viejos y punto, no tratan de ponerse en sus zapatos e intentar averiguar cómo ven el mundo. En lo que si tiene razón la autora (como adulta que és) es que los adultos tienen tanto miedo como cualquiera, no tienen todo resuelto como piensan los niños, sino que tratan de sobrellevarla como mejor pueden. Por eso considero que este libro (y el guardián entre el centeno) no va dirigido a adolescentes, pero tampoco a personas muy adultas (que ya tienen otros problemas), sino a personas entre 20 a 35 años que muchas veces tienen problemas como el padre de la protagonista que pierde el trabajo y no puede volver a reinsertarse o terminan la universidad y no consiguen trabajo, no encuentran su lugar en el mundo y se sienten perdidos, etc. (los adolescentes solo tienen que ir a la escuela, por eso no van a entender esos problemas hasta que les toque vivirlos). En fin, me gustó aunque no me maravilló.
Es una puta mierda y una maravilla a partes iguales. Es difícil de leer, te pierdes, es muy pesado, no tiene una línea cronológica fácil de seguir ni un hilo argumentativo. Pero todo lo que dice, todas las reflexiones que hace, el modo en que lo cuenta... Es maravilloso. No lo recomiendo. A mi me encanta, pero hay gente que no ve más allá de la realidad, de la cosa en sí, del noúmeno. Se queda en la cosa, en lo que ve, en cómo lo percibe, pero no se para a pensar en nada más, en todo lo que hay detrás. La gente que solo mira y no ve, no va a poder leerse el libro.
Me encanta porque en cuanto he empezado a leerlo, me he dado cuenta de que yo escribo igual (cuando me pongo en modo "escritura automática", una cadena de pensamientos inconexos, sin orden cronológico aparente ni una línea principal de argumentación) y al releerlo, al volver a leer lo que yo he escrito, me parece una puta basura porque eso es ilegible, una mierda como una catedral, es lo que me pasa por la cabeza, mis reflexiones, mis mierdas y nadie querría leer esa basura. Pero esta señora escribe igual que yo, se ha puesto en modo "escritura automática" y le han publicado el libro y es mazo famoso. Pues nada, si ella puede, yo también puedo.