POR EL GANADOR DEL PREMIO ALFAGUARA Y PREMIO DE LA CRÍTICA. Después de Umbilical, uno de los libros del año según El Cultural, Neuman lleva más lejos «uno de los mejores homenajes a la paternidad» (Babelia)Las emociones de un padre ante la iniciación verbal de su hijo impulsan este libro repleto de hallazgos. Sus páginas exploran el enigma de los aprendizajes esenciales que jamás empezar a caminar, hablar, formar la identidad y organizar nuestra memoria. Construyendo un luminoso relato lírico, su voz rinde tributo a la primera infancia y a la lengua misma, fruto de un raro equilibrio entre enamoramiento y reflexión. Pequeño hablante pertenece a un género de literatura amorosa poco la que un padre asombrado escribe para su hijo. Profundizando en el camino abierto por Umbilical, Neuman recrea con delicado humor los vértigos del tiempo, los vínculos entre generaciones o los conflictos íntimos, dialogando con las actuales transformaciones en los roles familiares y en nuestra sensibilidad cotidiana.La crítica ha dicho sobre Pequeño «Maravilloso e inolvidable. [?] Con un lirismo emocionante y compartido, Neuman enamora al lector». Begoña Alonso, Elle «Con un revisionado a los límites patriarcales hacia la crianza, Neuman escribe una carta de amor a su hijo. [?] Mediante un relato lírico y luminoso, el autor rinde homenaje a la infancia temprana y al poder de la lengua misma, logrando un equilibrio singular entre el amor incondicional y la reflexión profunda». Carmen Gómez Moreno, El Generacional «Andrés Neuman ha vuelto a poner a la paternidad en el centro del discurso con Pequeño [?] una mirada que intenta alejarse de arquetipos tóxicos y narrativas heredadas y con la que sigue conquistando ese espacio emocional que parece vetado a los hombres». Raquel García, La hora extra - Cadena SER «Un libro escrito a partir de los fogonazos de asombro de un padre que admira el espectáculo de la adquisición del lenguaje por parte de su hi
Hijo de músicos argentinos exiliados (de madre violinista, de origen ítalo-español, y padre oboísta, de origen judío alemán), tiene la ciudadanía argentina y española. La historia novelada de su familia, infancia argentina y ancestros europeos puede leerse en su libro Una vez Argentina. A los catorce años se trasladó a Granada, donde realizó sus estudios secundarios, obtuvo la licenciatura en Filología Hispánica por su Universidad, cursó el doctorado e impartió clases de literatura hispanoamericana. Neuman debutó en la literatura como poeta y narrador breve. Su primera publicación fue un cuaderno de poemas titulado Simulacros, aparecido a principios de 1998 en una pequeña editorial de Granada. A finales de 1999 se publicó su primera novela, Bariloche, que resultó finalista del Premio Herralde y fue recibida como una de las óperas primas del año. Sus siguientes novelas, que también obtuvieron distinciones, lo confirmarían como uno de los más destacados escritores contemporáneos en lengua castellana. El propio Roberto Bolaño, en su libro de ensayos Entre paréntesis, declaró sobre el joven autor:
"Tocado por la gracia. Ningún buen lector dejará de percibir en sus páginas algo que sólo es dable encontrar en la alta literatura, aquella que escriben los poetas verdaderos. La literatura del siglo XXI pertenecerá a Neuman y a unos pocos de sus hermanos de sangre".
La consagración definitiva como novelista le llegó con El viajero del siglo (2009), obra que obtuvo entre otros el Premio Alfaguara y el Premio de la Crítica; además de resultar elegida entre las 5 mejores novelas del año en lengua española en sendas votaciones convocadas por el diario El País entre 50 críticos y periodistas, y por el suplemento El Cultural del diario El Mundo. Neuman ha desarrollado una intensa labor de divulgación del relato breve. Además de sus libros de cuentos, que incorporan apéndices teóricos sobre el género, ejerció como coordinador del proyecto Pequeñas resistencias, serie de antologías sobre el relato actual escrito en castellano en todo el mundo, publicada entre 2002 y 2010 por la editorial Páginas de Espuma. Cabe en este sentido destacar su prólogo al libro de Horacio Quiroga Cuentos de amor de locura y de muerte, para la editorial Menoscuarto. Ha trabajado asimismo como columnista en numerosos medios de España y Latinoamérica. Fue guionista de tiras cómicas en el diario Ideal de Granada, colaborando con el dibujante Kicus en una serie de tiras semanales titulada Los quietos. Escribe regularmente en el suplemento cultural del diario español ABC, en la Revista Ñ del diario argentino Clarín y en su blog personal, Microrréplicas. En 2007, mediante una nueva votación convocada por el Hay Festival y Bogotá Capital mundial del libro, Neuman fue incluido en la selección Bogotá-39. Más tarde, en 2010, fue seleccionado por la revista británica Granta entre Los 22 mejores narradores jóvenes en español.
Después de escuchar en algunas ocasiones a Andrés Neuman (entrevistas sobre sus últimos libros en diferentes podcasts, pero también presencialmente, en Granada, en una charla sobre tango) no me decidía a leerlo. Ocurre que este autor es argentino afincado en Granada y, aparte de hablar con precisión, elegancia y conocimiento, utiliza (¿conscientemente?) su atractivo acento porteño salpicado de matices granadinos para seducir sin remedio a su audiencia. Yo no estaba seguro de si la voz era un elemento tan importante para que me gustara todo lo que decía que leer sus escritos (sin escucharle) podría romper ese encantamiento. Finalmente me decidí hace unos días por este Pequeño Hablante para intentarlo. El hechizo no se ha roto. El libro solo es una sucesión de pequeñas anécdotas, de pequeños detalles cotidianos sobre su hijo, sobre sus logros en la adquisición del lenguaje. También sobre la experiencia de ser padre. Está escrito con tanta delicadeza, con tanto amor, con tanto lirismo que lo he leído casi como si fueran poemas. Me interesa lo que cuenta y me encanta cómo lo hace. Es breve, puede leerse, como yo lo he hecho, en un día. Sin embargo, será de los que deje cerca de mi, en la mesilla, para poder releerlo a trocitos, para saborearlo mejor. ¿Puedo atreverme a criticar algo? Me parece que un contenido como este quizás merecía una edición diferente; un formato más pequeño, más delicado, más poético, no el formato clásico de novela de Alfaguara (Narrativa Hispánica). Se me ocurre algo parecido al formato de la editorial Temporal. Serán cosas mías...
Cae aquí la abulia hacia la conversación sobretransitada y el hastío de los lugares comunes. Neumann explora el estallido de nuestras redes semióticas en la observación del niño que configura su lenguaje. A su estilo lírico y de guisa filosófica se le añaden ahora agradecidas dosis de humor entrañable.
La vida, bien mirada, está llena de pequeñas bellezas cotidianas. Tenues acercamientos a lo divino, tan mínimos y recurrentes, que se aprende a ignoralos muy pronto; sólo para encontrarse, repentina y asombrosamente, ante la propia imposibilidad de maravillarse con lo maravilloso, indignarse con lo indignante y, en suma, desandar un camino andado.
"Pequeño hablante" es un acercamiento a todo aquello que solemos dar por sentado, al misticismo pedagógico del día a día. A través de sus páginas asistimos a los progresos corporales y lingüísticos del hijo del narrador-protagonista, pero también, al extraordinario proceso de aprendizaje de este último, quien a través de las interacciones familiares redescubre un universo de significados que antes conocía pero comenzó a desatender. A través de la corporalidad de su hijo, sus movimientos, sus golpes, sus lentos gateos por la lengua materna, sus fluidos, sus sueños, sus imaginaciones... Neuman se percata de aquello que ya sabía que estaba allí, pero a lo que ve por primera vez a través de unos ojos que son y no son los propios, que dotan todo de un signo distinto. Tan asombroso resulta el mundo, como visto por primera vez, que el narrador llega a sentirse genuinamente sorprendido hasta por lo poco sorprendente que puede ser un día cualquiera.
Todo el relato, impregnado de asombro y amor, también está dialogando con otras preocupaciones no menos cotidianas pero sí más adultas. Las tensiones de la clase, el género, la lengua, la patria, las preferencias políticas, la muerte, etcétera, están todas enunciadas en la experiencia llamada crianza. Así, no sólo está aquello que se ve, sino toda la potencia de lo que será visto en un futuro que, doloroso e indudable, llegará.
Leer a Neuman es, entre otras cosas, sumergirse en las aguas de la modernidad literaria. La crítica –siempre receptiva al cambio y las novedades– llama constantemente la atención sobre la estética de sus microrrelatos, híbrida y fragmentaria, emparentada con el flash (esto según el propio Neuman); y sobre el curioso y creciente fenómeno de tener autores que ponen un signo de interrogación sobre el tópico de la literatura nacional y el canon, cuando ellos mismos parecen pertenecer a un lugar al que no pertenecen del todo. Emigración suele llamarse a esa experiencia poco heideggeriana, que Santiago Genovés resumía diciendo "soy de aquí y soy de allá", y Facundo Cabral secundaba desde el negativo.
Otro de los elementos que definen la obra de Neuman y que no es tan comentado es el carácter tragicómico de sus textos. Debido a la fragmentación propia del tipo de relatos que trabaja y sumado al juego entre lo sublime y lo grotesco, son lecturas ejemplificadoras de aquello que solemos llamar narrativa contemporánea. Un análisis mas consiso lo hace Ángeles Encinar en "La fragmentariedad tragicómica y de terror: los microrrelatos de Andrés Neuman y Patricia Esteban Erlés".
Ya teniendo un panorama general, sólo quisiera comentar que, al menos desde mi experiencia, acercarse a "Pequeño hablante" desde el rigor del análisis academicista es un error, al menos en primera instancia. Con este texto, el autor profundiza en las búsquedas estéticas que inició con su novela previa, "Umbilical". Y si bien es verdad todo lo que la crítica menciona, creo que lo fundamental de tales obras radica en su capacidad para recordarnos esa dimensión que, pese a estar inmersos en ella, nos parece tan ajena o pudorosa, en especial a los hombres: la sentimental.
Estamos frente a una novela en la que nos podemos perder en la sorpresa, el amor y la ternura. En un mundo como el actual y un contexto como el presente, cuánta falta nos hacen esta clase de experiencias.