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386 pages, Kindle Edition
Published July 1, 2024
En 1994, una bomba destruyó la sede central de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), dejando un tendal de 85 víctimas fatales. Treinta años después, el atentado sigue impune: la justicia local no logró sentar en el banquillo a ninguno de sus autores intelectuales o materiales (iraníes, según la versión oficial; sirios, según la principal versión alternativa), y apenas pudo condenar a algunos personajes laterales por irregularidades en la propia investigación judicial, regada de corrupción y pistas falsas.
Sobre el final de Después de las 09:53, su libro sobre el atentado, Javier Sinay aporta algunos datos para apreciar la enorme complejidad de la causa: el expediente lleva acumuladas 146.000 fojas y señala como sospechosas a 134 personas, de las cuales 42 permanecen bajo investigación en la actualidad. El libro es una buena guía para conocer, al menos, los rincones más importantes de esta interminable selva de nombres, fechas y lugares.
La obra incorpora unas cuantas entrevistas inéditas a personajes fundamentales de la causa, algunos de los cuales llevaban largo tiempo en silencio. Esto, combinado con un gran trabajo de documentación, le permite al autor reconstruir minuciosamente los primeros treinta días de investigación del atentado. Es especialmente notable la recreación de conversaciones privadas entre funcionarios gubernamentales y judiciales, directivos de instituciones, sospechosos y agentes de inteligencia. Diálogos, fisonomías, gestos y lugares se reproducen con un alto nivel de detalle. El lector se convierte en un testigo invisible de esas gestiones, como si pudiera espiar los despachos del poder a través de la cerradura.
También es destacable el esfuerzo por profundizar en la biografía de personajes que fueron relacionados con el caso pero suelen ocupar un lugar menor en la literatura especializada, como Nasrin Mokhtari o el «Chacal» Ilich Ramírez, entre otros.
Por otra parte, hay algunos puntos débiles que los aficionados al tema no podrán pasar por alto. El autor da por comprobado, varias veces, que el atentado se realizó por medio de un coche-bomba, tal como indica la versión oficial. Sin embargo, reconoce la existencia de importantes señales en contra de esa hipótesis, e incluso dedica espacio a una explicación alternativa: que la bomba fue colocada en un volquete sobre la vereda y al estallar activó explosivos que se encontraban en el interior del edificio. Al no refutarse esta segunda versión, no queda claro por qué el autor adhiere con seguridad a la pista de la camioneta blanca, más aun cuando mantiene una saludable neutralidad al analizar otros aspectos difusos del caso.
La otra deuda del libro es la falta de profundización en la pata policial de la llamada «conexión local» (formada por agentes federales, bonaerenses o una mezcla de ambos, según la versión). Es especialmente llamativo que el autor no indague en la historia de José «Iosi» Pérez, el espía de la Policía Federal que, infiltrado en la comunidad judía, pudo haber contribuido sin querer al diseño del atentado. Extrañamente, sí nombra al pasar la serie de televisión que recrea libremente el caso, pero nada se dice sobre el personaje real.
Quizás Después de las 09:53 no sea el libro definitivo sobre el atentado a la AMIA, pero sí es una importante contribución a la voluminosa producción literaria sobre la tragedia. No es nada sencillo resumir con rigor y claridad la trama más compleja de la historia judicial argentina, y Sinay supera ese desafío con creces.