Al Ándalus (en árabe andalusí pronunciado al-Andalús, origen de andaluz) era el nombre dado a la Península Ibérica y sus islas aledañas, equivalente árabe a la Hispania fenicia y latina, la Iberia griega o el Sefarad hebreo. La conquista de al-Andalus por árabes y bereberes musulmanes a comienzos del siglo VIII, incorporó la mayor parte del territorio de la yazirat al-Andalús al vasto mundo islámico, con la consiguiente difusión de su religión y su cultura, fraguadas en Oriente Medio y que se extendían desde Lisboa a Fergana, en los actuales Uzbekistán y Tayikistán. La variedad étnica y lingüística, la pluralidad religiosa y el orgullo de casta conformarían realidades sociales que aún se prolongarán hasta la Edad Moderna, más allá de la conquista por parte de los reinos cristianos del norte, facilitada en gran parte por los conflictos internos, como la aversión de los musulmanes andalusíes hacia sus correligionarios bereberes, factor decisivo en la debacle política del islam andalusí.
Es difícil, a día de hoy, aportar novedad y calidad al vasto campo de los estudios andalusies. Por lo general, lo más corriente es encontrar nuevas interpretaciones, a menudo impregnadas de sesgos ideologicos (véase Serafín Fanjul, González Ferrin...).
Durán Velasco, aunque en alguna ocasión resulte temerario en ciertas afirmaciones, ha logrado no sólo recopilar evidencias elocuentes (que antes se podían hallar aquí y allá, inconexas), sino añadir una perspectiva sustancial y enriquecedora.
Una obra muy interesante, notable y relevante, atiborrada de todo tipo de detalles y precisiones que deleitarán a los más exigentes.