Un cadáver contagiado de virus covid yace amortajado sobre un sofá doméstico bajo un parasol. Junto a él un cartel dice: «¡Hemos llamado al 911 y no hay ayuda!». Es una mañana en Guayaquil durante el año 2020. Plena pandemia. Esta imagen de muerte desoladora explica qué tipo de golpe y de descenso es Visceral. Después de los éxitos de Pelea de gallos y Sacrificios humanos, un libro entre la autobiografía, la memoria y la autoficción, una suerte de manifiesto atravesado por la actualidad que viaja a través de los miedos y las obsesiones, de las experiencias y los recuerdos, de los hallazgos y las búsquedas de María Fernanda Ampuero. Violencia contra las mujeres. El cuerpo ultrajado, el cuerpo rechazado. El deseo y la sexualidad. La salud mental, la obesidad, la infancia. La madre y las maternidades. El poscolonialismo, la ecopolítica, el feminismo. La escritura y la lectura. Un libro monstruosamente honesto, descarnado, demoniaco, con un alto grado de exhortación furiosa. Un libro de María Fernanda Ampuero. Ella se atreve.
María Fernanda Ampuero is a writer and journalist, born in Guayaquil, Ecuador, in 1976. She has published articles in newspapers and magazines around the world, as well as two nonfiction books: Lo que aprendí en la peluquería y Permiso de residencia. Cockfight is her first short story collection, and her first book to be translated into English.
Me gusta esta faceta de no ficción en la literatura de María Fernanda Ampuero, el desgarro que veíamos en su ficción ahora se convierte en una vulnerabilidad con detalles que usa la palabra para hablarnos del cuerpo, la gordofobia, las enfermedades mentales, la no maternidad, la violencia hacia las mujeres. No diría que es un libro agradable, pero es un libro escrito desde la ira y ella lo abraza y dice sí: estoy enojada y estoy triste y esto es lo que puedo hacer con ello: escribir.
Este libro me hizo llorar mucho, no sé si fue el impacto, la empatía o que simplemente pensamos muy similar en muchas cosas de la vida. Ay qué caray.
No sé qué música escucha mi chica, Maria Fernanda, pero este libro es como un concierto de death metal melódico con voz femenina. No me esperaba algo así, pensé que sería otra colección de relatos pero esto golpea, no sé si más, pero sí más cerca.
Autoficción sin tapujos ni puñeteros trigger-warnings: salud física y mental, familia, relaciones tóxicas, abuso sexual, maternidad y no-maternidad, conciencia de clase, conciencia social, confinamiento, autoestima, precariedad... dolor a fin de cuentas. Y sonreír mucho en las fotos.
No se lleva las 5 porque le falta algo de reposo, pero sobre todo mucha edición. El orden de los textos es bastante caótico y no hay una línea clara que hile el conjunto. Aún así, pienso seguir leyendo lo que escriba Ampuero. Y volver a verla y escucharla en el Celsius.
Lectura 82 Visceral de María Fernanda Ampuero Acostumbrado a sus cuentos no esperaba para nada este collage de autobiografía, memoria, autoficción… escrito desde la rabia, desde la injusticia que percibe en tantas facetas actuales, es descorazonador pero absolutamente necesario
En Visceral, Maria Fernanda Ampuero redefine el miedo, lo saca del género y habla de como el verdadero horror está en lo que sucede en la vida diaria.
Muestra la herida de no pertenecer. El desarraigo que sienten quienes llegan a un país extranjero buscando vida y encuentran fronteras. El racismo silencioso, cuando preguntándote de dónde eres no buscan saberlo, sino marcar distancia.
Habla de la niña que dejó su ciudad porque allí no la esperaba el futuro que soñaba. De cómo la ciudad la persigue: cada recuerdo, cada calle, cada olor sigue siendo parte de ella.
De los recuerdos conflictivos de un padre y de cómo al final del camino, los desplantes de una vida pesan más que la culpa.
De cómo marcó la pandemia: calles con cuerpos, llamadas sin respuesta, miedo y abandono.
Aborda la violencia hacia los cuerpos femeninos, especialmente aquellos que no encajan en los estándares de belleza. La gordura es vista como una “fallo” o una “vergüenza” y como vive en primera persona la humillación constante por parte de su entorno.
Habla sobre abuso sexual disfrazado de “encuentro consentido”, donde el consentimiento no existe realmente, sino que está anulado por el miedo.
Recuerda una relación marcada por la asimetría de poder (profesor y alumna), la intimidad y la tensión de ese vínculo, la atracción y la dependencia, las pequeñas humillaciones o gestos que delatan esa desigualdad.
Habla de mujeres asesinadas.
De la no maternidad
Escribe a lo que representó una relación. Lo que tuvo y lo que perdió.
Habla de lo que puede ser envejecer sola, sin hijos, sin nietos, sin amor.
De depresión.
Habla de y con tristeza, pero sobre todo con ira. Una ira acumulada durante años, que se convierte en el motor de su escritura. Es un libro intenso, honesto, libre y valiente.
Tremendo. No sabía casi nada sobre este libro, pero como ya había leído a Ampuero en otras oportunidades, siempre con resultados positivos, me mandé de cabeza. Quizá no fue la mejor elección en este momento específico de mi vida, o quizá sí, todavía no me decido. Pero es un libro grandioso, aunque sumamente difícil de digerir, con crónicas y ensayos de la autora sobre diferentes cuestiones, desde hechos puntuales de su vida personal, hasta eventos mas globales y sociales. Solo quiero abrazar a la autora, llorar y recomendar esta lectura.
Visceral, de María Fernanda Ampuero, es un libro que se siente y se vive desde sus primeras páginas. No se lee: se atraviesa. Cada palabra tiene la densidad de la intimidad absoluta: Ampuero escribe desde las entrañas, sin adornos ni morbo, desnuda su alma y nos permite entrar en su mundo. Y aunque lo personal es brutalmente íntimo, se vuelve universal: los miedos, traumas y rabias que narra son los de todas nosotras, un reflejo de la experiencia femenina compartida; transformando el dolor en palabra, y esa palabra en poder.
El cuerpo aparece como territorio político: el miedo, la rabia, la vulnerabilidad, la sexualización temprana, la violencia… todo forma parte de esa cartografía del dolor y la resistencia. En sus páginas están nuestros miedos, nuestras rabias, esa sensación de ser llamadas exageradas cuando señalamos lo que nos atraviesa. Pero no somos exageradas: somos conscientes. Porque ser mujer, sin importar país o edad, sigue implicando habitar violencias que nos enseñaron a normalizar. Ampuero nos recuerda que la rabia no es negativa: puede ser un lugar de creación, de conciencia y de cambio. Sus relatos duelen por lo real, pero también emocionan y empoderan.
Su honestidad brutal conmueve aunque no lo busque; abrirse así, compartir lo íntimo y convertirlo en algo colectivo es un regalo generoso hacia quienes lo leemos, porque nos da un espejo para reconocer(nos), validar lo que sentimos y reflexionar sobre cómo gestionar la rabia y el dolor, transformando lo personal en experiencia colectiva en un gesto que nos abraza a todas.
Es también un libro de sororidad y empatía; agradezco que pude leerlo acompañada junto a club de lectura, y sobre todo haber tenido un espacio con la autora que fue brutal, hermoso y reparador. Escucharla hablar desde la misma honestidad con que escribe cerró el libro de otra manera: con gratitud, con temblor, con fuerza.
Gracias por este libro que no solo se lee, sino que se siente en el cuerpo. Nos vemos en la calle. 💜
En realidad es más bien un 3.5, porque los ensayos me encantaron. Tan narrativos y tan cercanos. Tan vulnerables. El texto sobre la pareja de la autora, sobre la muerte del padre, sobre la salud mental, son extraordinarios. Pero también hay que decir que el trabajo de edición deja muchísimo que desear y eso afecta al libro un montón, aunque uno quisiera ver más allá de todas estas cosas para disfrutarlotanto como uno podría. Con perdón, pero la portada es horrible, está lleno de erratas, y creo que hasta se beneficiaría muchísimo de un reordenamiento de los capítulos para darle al libro una intensidad que, durante los primeros tres o cuatro textos, uno echa muchísimo en falta. Después, claro, empieza a brillar y a doler tanto como yo esperaba de Ampuero, una autora que yo admiro mucho y que había leído antes con horror y satisfacción. De todas formas, esta nueva incursión suya en el ensayo literario me parece un gran acierto, aunque espero que la próxima vez los editores le den al manuscrito el cuidado que se merece.
«He estado a dieta cada año de mi vida desde los diez. Régimen, le decían. Nunca no he estado a dieta, incluso cuando los atracones, incluso cuando el descontrol, el tsunami de comida, el engullir como un pato que va a ser foie, siempre ha estado ahí la culpa, las calorías, la idea del pecado y la de el-lunes-volveré-al-buen-camino-perdón-me-he-portado-mal. No ha habido un solo cumpleaños en mi vida en el que no haya pedido adelgazar mientras soplaba la vela. No hay uno solo de mis diarios en los que no aparezca la palabra dieta, la palabra flaca, la palabra prometo, la palabra guapa. Nunca he tenido un pensamiento hermoso dedicado a mi cuerpo. Ni un día de mi vida no he odiado ser lo que soy. Es como una posesión satánica de fuera hacia dentro: la bestia insulta a su huésped.
[…] No se puede contar todo lo que ocurre dentro del corazón de la violencia, las cosas que le pasan al cuerpo están más allá de las palabras, se instalan de otra manera: es como contar la putrefacción»
«No se puede estar viva, viva de verdad, sin sentir ira»
Es tan potente, tan poderoso. Arde. Duele. Es fuego y llanto en igual medida 🔥
Y necesario. Cuán necesario para nosotras, un retrato. Un escrito de nuestra existencia. Y ahora entiendo, el desgarro del que me hablaron. Yo tampoco se si quiero volver a esas páginas.
Mija súbele al fuego y tapa la olla, que hierba y se tire su contenido, que se haga un cochinero, que el agua se derrame y apague el fuego y que el gas de la estufa se siga escapando y explote la casa entera de una vez al cabo ya leímos Visceral de María Fernanda, ya traemos el permiso porque la rabia ya la traíamos desde hace mucho.
Este es el libro más personal de una de mis consentidas, y es el más despiadado y el que más me ha gustado porque está lleno de rage, de trastornos y sabes que? Esta bien, esos si son modos de escribir y sabes que? No, no estamos cansadas de leer historias de mujeres que cuentan historias que nos caracterizan.
(No dejo de pensar en lo curioso que es —por llamarlo de alguna manera— que dos personas nacidas a 12.000 km de distancia, tan distintas y con vidas tan dispares, puedan tener tanto en común.
Tal vez sea más simple de lo que parece: somos mujeres, mujeres de países “en vías de desarrollo” (o eso es lo que nos gustaría creer); mujeres de países profundamente machistas. Mujeres que aprendieron, a la fuerza, que no valen nada).
verdaderamente ª. que fuerte pensar que el horror inicia en lo hermoso. lo más pesado inicia en la página 100. me conmovió mucho la parte donde cuenta como se vivió su vida migrante, su vida persona y su vida con otros a través de sus mudanzas. mauri es una cosa brutal.
Un libro de un profundo enojo y dolor. y personal. Reflexiones, cuentos, confesiones, ensayos, testimonio de epoca. Me gusta decir que son Miscelaneas Macabras.
Cuando transita y transforma su enojo en potencia literaria es, para mi, cuando este libro se eleva. En los ensayos, al estar más anclados en datos y estadísticas, es donde me sentía menos conectado.
Si me dan a elegir siempre voy a preferir la ficción de Ampuero (que también tiene mucho contenido autobiográfico).
Por momentos, durante la lectura, me senti abrumado por tanto dolor, desigualdad, injusticia, miseria y soledad. Esto no hace más que ponderar el talento de Maria Fernanda. Lo que escribe se mete debajo de tu piel, revuelve y agita.
Un libro que explica la violencia en todos sus ámbitos, de forma desgarradora, con rabia y sinceridad. Desde las entrañas.. Un libro que viaja en el tiempo, hasta la actualidad, a través de experiencias y recuerdos, la autora vomita cada palabra de forma cruda, que se te clava en el corazón. Un libro que desgrana varios temas de forma explicita. Violencia, abuso, desigualdad, orientación sexual, depresión, racismo, gordofobia, salud mental, maternidad, la pandemia.. Es opresivo, poderoso, que te lleva a la reflexión..
— Es muy difícil convertir el aullido y el trauma en palabras —
Tremendísima autora Maria Fernanda. Me parecieron brutales "Pelea de gallos" y "Sacrificios humanos", y este libro autobiográfico es la oportunidad para conocer el origen de sus relatos de denuncia social y violencia cotidiana.
Vulnerabilidades, violencia hacia las mujeres, rechazo a lo diferente, emigración, maternidad, salud mental... No se me ocurre mejor nombre para este manifiesto escrito desde muy dentro, desde las mismas vísceras.
Y otras 5 estrellas a la valentía. No debe ser nada fácil escribir todo esto sobre una misma.
¿Novela? ¿Colección de relatos? ¿Ensayo? ¿Autobiografía? ¿Ficción? No sabría muy bien en qué género ni cómo definir este libro; pero lo que si tengo claro es que María Fernanda Ampuero escribe desde lo más hondo de su ser y consigue que toda esa rabia que la ha llevado a crear “Visceral” traspase las páginas y te golpee en el corazón. Es mi primer contacto con esta autora, pero sé que ha venido para quedarse. Deseando leer sus relatos. 💜
“Recurro a la literatura. Como siempre que no puedo entender algo, que la injusticia me retuerce las vísceras, que siento que podría desmayarme de ira, recurro a la literatura.” 💥
Este libro es como el título lo indica: Visceral. Además, el hilo conector es la ira, cómo se menciona dentro del libro, y también el odio, rencor, miedo y trauma. El libro está escrito de manera que parece un fluir de conciencia donde se mezclan el ensayo, la auto ficción y datos estadísticos. No obstante, en mi opinión la falta de estructura tuvo como consecuencia un libro caótico, confuso, y que parece un híbrido donde no termina de aterrizar la parte ensayística ni la parte narrativa.
Por otro lado, el uso excesivo de la anáfora perjudicó bastante el texto y en lugar de generar tensión o drama resultaba el efecto contrario: repetitivo y cansado.
También, a pesar de que se añaden varias citas bibliográficas y estadísticas, la parte de ensayo se mezclaba entre opinión personal, hechos, ficciones y la furia como centro de todo. Mezclar todo esto resulta en que el texto pierda el rigor académico o argumentativo que se busca con las citas. De la misma forma, afecta la parte narrativa porque resulta anticlimático. Además que el lector sabe qué hay partes de ficción en el texto porque le mismo libro lo anuncia en la contraportada, pero mezclar esto con algunos datos específicos de instituciones, opiniones personales y citas bibliográficas diversas, me parece desestructurado y caótico, y personalmente no lo disfruté.
Tampoco me pareció un texto bien fundamentado o que las citas y fuentes fueran utilizadas de la mejor manera. Por ejemplo, en un momento se habla de España y el sistema de salud, pero la fuente bibliográfica que se usa para apoyar esto es un estudio en la región panamericana. Hubiera sido mejor apoyarlo con una fuente española. De manera similar, varios argumentos u opiniones no lograban fundamentarse o se buscaba hacerlo con estadísticas aisladas en el texto.
Me da tristeza, porque los cuentos de la autora me encantan y han sido de mis mejores lecturas, pero este libro no es para mi y su ejecución tampoco me gustó.
En relación de contenido, se hablan muchos temas desde la conquista de América, la política actual, la pandemia, la gordura, traumas infantiles, la maternidad, etc y todo lo que los une es la furia que sale de las vísceras. Esto se ve reflejado en la estructura, contenido y ejecución de los textos, pero personalmente me parece que se intentó abarcar mucho desde distintos géneros. Además de utilizar elementos ficticios y ensayísticos en todos estos temas, lo cual concluye en un texto que parece un fluir de pensamientos de furia en un diario personal, y que en ojos del lector se ve un texto caótico y confuso.
Finalmente, no disfruté esta lectura, pero si alguna persona está interesada en leer algo de la autora, recomiendo mucho sus libros de cuentos. Tiene advertencia de tocar temas de violencia y abuso, pero son excelentes. Los libros que yo he leído son “Pelea de gallos” y “Sacrificios humanos”.
“ Estoy en llamas.Me quemo desde dentro hacia fuera. ¿no lo ven? ¿cómo no lo ven? /allá entonces era ciudadana. aquí y ahora soy la bárbara. ¿Entiende ahora padre la tristeza de la otredad? /dejar tu tierra significa quitarte el caparazón y convertirte en un animalito de gelatina, colágeno sin huesos. site pueden masticar van a masticarte. te mastican y escupen / nunca seremos otra cosa, hija, que un maldito par de gordas / antes de nacer yo ya cargaba con las culpas. ella siempre dijo que mi embarazo le deformó el cuerpo / a las niñas nos quitan los superpoderes con espejos / la camiseta no era para mi, era para ellos: no querían verme con un un bañador. ballena valiente, cúbrete con una p* camiseta / no se puede contar todo lo que ocurre dentro del corazón de la violencia, las cosas que le pasan al cuerpo estan mas alla de las palabras , es como contar la putrefacción / con nuestro cuerpo le pasaban cosas a los otros(...) al mundo, pues, que no nos dejaba sentirnos bonitas porque nunca, jamás , es bonita una gorda. / axfisiada lo dejé hacer / yo no puedo gritar que no puedo mas porque nadie quiere escuchar a una persona depresiva, porque hay que ser resiliente, la palabra de moda “
Es ella, Ampuero, contando toda la violencia que se ejerce contra las mujeres, la suya propia, abierta en canal. Si no te escuchan gritar al menos te van a leer.
Menudo viaje ha sido este. Decir que me ha encantado es quedarse corto. Libro que cabalga a ratos en la autoficción, lleno de rabia, de crudeza, de injusticia, de dolor...la autora vomita su alma en cada página y es una punzada en el corazón de principio a fin. Muy, muy, recomendable. A tener en cuenta que toca temas muy crudos que pueden ser difíciles para algunas personas.
“Visceral” es María Fernanda Ampuero abriéndose en canal para sus lectores. Es rabia, es sensibilidad, es denuncia, es poesía. Es una mano retorciéndote las entrañas, sacudiéndote para que no apartes la mirada. No habéis leído nada igual.