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Ciertos chicos
1986. La ciudad bajo toque de queda. Los casetes suenan. Un chico busca a otro. ¿Es el momento indicado?
Tomás Mena cuenta los minutos para entrar a la universidad e inaugurar una nueva etapa de su la familia, el barrio y la dictadura, que oprime y ahoga, no dan para más. No quiere seguir sintiéndose incompleto y tiene ansias de experimentarlo todo, de comerse el mundo que se abre ante sus ojos, de ser distinto. Al otro lado de la ciudad, Clemente Fabres espera terminar cuarto año de Periodismo para tomar sus cosas y volver a Inglaterra, donde él cree que pertenece. Santiago de Chile le parece aburrido, asfixiante y gris. Lo único que lo mantiene a salvo es escribir un fanzine de música, películas y libros, que distribuye gratuitamente y que lo llevará a encontrarse con Tomás en disquerías, cines y fiestas under. Mientras la atmósfera del país se vuelve sofocante, ellos luchan, con el rabioso ímpetu de la juventud, por iluminar esos años oscuros. Caleidoscópica e irreverente, a la vez que tierna y emotiva, incluso política, Ciertos chicos reafirma la maestría de Alberto Fuguet para construir novelas generacionales. Una hermosa y peligrosa historia de amor que funciona como homenaje a la escena contracultural de los años ochenta.
Tomás Mena cuenta los minutos para entrar a la universidad e inaugurar una nueva etapa de su la familia, el barrio y la dictadura, que oprime y ahoga, no dan para más. No quiere seguir sintiéndose incompleto y tiene ansias de experimentarlo todo, de comerse el mundo que se abre ante sus ojos, de ser distinto. Al otro lado de la ciudad, Clemente Fabres espera terminar cuarto año de Periodismo para tomar sus cosas y volver a Inglaterra, donde él cree que pertenece. Santiago de Chile le parece aburrido, asfixiante y gris. Lo único que lo mantiene a salvo es escribir un fanzine de música, películas y libros, que distribuye gratuitamente y que lo llevará a encontrarse con Tomás en disquerías, cines y fiestas under. Mientras la atmósfera del país se vuelve sofocante, ellos luchan, con el rabioso ímpetu de la juventud, por iluminar esos años oscuros. Caleidoscópica e irreverente, a la vez que tierna y emotiva, incluso política, Ciertos chicos reafirma la maestría de Alberto Fuguet para construir novelas generacionales. Una hermosa y peligrosa historia de amor que funciona como homenaje a la escena contracultural de los años ochenta.
- GenresLGBT
456 pages, Paperback
Published August 27, 2024
42 people are currently reading
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About the author
Alberto Fuguet
44 books302 followersAntiguo abanderado de la generación McOndo, cineasta, guionista, periodista y autor de novelas como Mala Onda, Tinta Roja y Missing.
Ratings & Reviews
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Community Reviews
Displaying 1 - 30 of 46 reviews
June 26, 2024
En el grueso novelón que es Ciertos chicos, Fuguet persigue el encuentro de Tomás, un joven de clase obrera con una sensibilidad artística que lo empuja a estudiar Letras en la Católica, y Clemente, el enfant terrible de la aristocracia local que desafía a la escuela de Periodismo de la Chile. Pero este romance, que quiero calificar de slow burn, es más un vehículo para el verdadero interés de la novela: la construcción de un panorama de la escena alternativa ochentera.
Aprecié caleta que Ciertos chicos fuese, ante todo, una historia sobre su época; lo agradezco como un lector que se topa con demasiados relatos intimistas. En esa misma línea, me gustó que Fuguet explorara los ochenta desde una perspectiva menos militante pero no por eso menos política. Su representación de un underground análogo, cínico y pretencioso me fue nostálgica y cautivadora, también.
Aunque la novela es promocionada como una historia de amor, tiene poco de eso. Sí, es cierto que el deseo de Tomás por Clemente y su anticipado meet cute (dice el autor) es el motor del argumento, pero en realidad se trata sobre cada uno de los personajes por separado. Creo que el paralelo entre ambos produce un comentario muy vigente sobre la escena alternativa nacional: es un punto de encuentro. Para Tomás, reconocerse como un "chico sensible" es un gesto aspiracional; para Clemente, uno de rebeldía frente a su clase.
Sí pienso que Ciertos chicos fue mucho texto. Creo que podría haberse podado mucho y, seguramente, esto habría hecho la lectura más llevadera. También pienso que los diálogos, también algunas escenas, se leían demasiado artificiales. Y, a propósito de escenas, no enganché con los momentos eróticos del texto, que me parecieron poco sensuales.
En cualquier caso, disfruté mucho de la lectura que creo, vale la pena advertir, a ratos funciona como un manifiesto pop de Fuguet.
Aprecié caleta que Ciertos chicos fuese, ante todo, una historia sobre su época; lo agradezco como un lector que se topa con demasiados relatos intimistas. En esa misma línea, me gustó que Fuguet explorara los ochenta desde una perspectiva menos militante pero no por eso menos política. Su representación de un underground análogo, cínico y pretencioso me fue nostálgica y cautivadora, también.
Aunque la novela es promocionada como una historia de amor, tiene poco de eso. Sí, es cierto que el deseo de Tomás por Clemente y su anticipado meet cute (dice el autor) es el motor del argumento, pero en realidad se trata sobre cada uno de los personajes por separado. Creo que el paralelo entre ambos produce un comentario muy vigente sobre la escena alternativa nacional: es un punto de encuentro. Para Tomás, reconocerse como un "chico sensible" es un gesto aspiracional; para Clemente, uno de rebeldía frente a su clase.
Sí pienso que Ciertos chicos fue mucho texto. Creo que podría haberse podado mucho y, seguramente, esto habría hecho la lectura más llevadera. También pienso que los diálogos, también algunas escenas, se leían demasiado artificiales. Y, a propósito de escenas, no enganché con los momentos eróticos del texto, que me parecieron poco sensuales.
En cualquier caso, disfruté mucho de la lectura que creo, vale la pena advertir, a ratos funciona como un manifiesto pop de Fuguet.
June 18, 2024
pésimo.
de mal gusto.
reaccionario.
odia a los jóvenes o no los entiende.
viejo de 60 años inventando una realidad paralela, ficción posible, nula de interés.
remix de sí mismo, por ende, evidentemente es un estancamiento.
malo.
pésimo.
de mal gusto.
reaccionario.
odia a los jóvenes o no los entiende.
viejo de 60 años inventando una realidad paralela, ficción posible, nula de interés.
remix de sí mismo, por ende, evidentemente es un estancamiento.
malo.
pésimo.
January 24, 2025
En el último cuarto de esta novela hay una entrevista al personaje de Clemente situada en los 90s para hablar de los 80s. Hablar de la dictadura estando ya en democracia. La periodista, incisiva, quiere a toda costa culpabilizarlo de no haber tenido una actitud más heroica tal vez; de banalizar la época que en su mente fueron años terribles sin matices.
Clemente responde:
"sé que fue un horror, pero te estaría engañado y engañándome si te dijera que yo, de alguna manera, lo pasé siempre mal. lo pasé bien también, muy bien. todo era eléctrico. puta, era joven y conocí a alguien y... me enamoré, creo"
Es cierto, el mal siempre convive con el bien y esta novela se trata de los 80s, pero no es un ensayo sobre la dictadura. Es una novela de dos personajes solitarios, medios freak, alternativos, diferentes, dos chicos que no encajan en la cultura oficial, pero tampoco fueron militantes de una ideología. Eran espíritus libres en un país-cárcel.
Estos chicos estaban destinados a conocerse, los dos saben de la existencia del otro desde antes de encontrarse y la novela es todo lo que ocurre entre una cosa y otra. Es decir, si es que es un romance, sería lo que se suele llamar un "slow burn", uno de esos romances que distan del flechazo, que se desarrollan con mucha lentitud, pero al final eso poco importa porque la novela, en mi opinión, se trata de cómo estos dos muchachos viven una época mientras más lejana, más mítica de la historia chilena.
A través de lo que les ocurre y no les ocurre a Tomás y Clemente vemos pasar los 80s con toda su impronta dictatorial, de arribismo social, de sueños clasemedieros, de una escena artística que siempre estuvo más anhelada que realizada pero que sí tuvo algunas muestras de bohemia capitalina underground que podría entenderse como alternativa a la cultura oficial y que una persona como yo, de provincias, solo conoce de oídas: los encuentros en la casa de Rosita Salaberry, las fiestas spandex, las discos gay que la dictadura permitió y las que no permitió. El Chile post-dictadura no tuvo el equivalente a la movida española, pero bajo la superficie pasaban muchas cosas. Me consta.
Clemente y Tomás son personajes que reflejan una contradicción. Si uno piensa en el primero, que vive en Providencia, más bien cuico, pero que estudia en la Chile; mientras Tomás, de clase media, vive en San Miguel, pero estudia en la PUC. Ambos con familias rotas, solos, rebeldes ante la mediocridad, que miran con algo de angustia el mundo que los rodea y al que no pertenecen. Uno saca a flote su mundo interior a través de un fanzine; el otro quiere compartir ese mundo. Se intuyen, se saben iguales, pero también se temen; diría que en casi toda la novela se olisquean el trasero como hacen los perros, sin decidirse a ser amigos hasta que ya no pueden nadar contra la corriente. La corriente del destino.
Ciertos chicos es una novela que se puede leer de dos maneras. O de muchas maneras, yo qué sé. Pero al menos las dos que yo veo son: una lectura literal, siguiendo el argumento con sus giros y su desenlace y otra forma que no sé si envuelve a todos los lectores: la de leerla conociendo todas las referencias de la cultura pop que es una marca narrativa del autor. Hacer una lectura "ambiental", por darle un nombre. Yo soy de su generación, por lo tanto, puedo decir que he disfrutado cuando "entiendo de qué está hablando", siento que la narración adquiere una dimensión muy personal cuando en tu mente aparecen las imágenes de los lugares que se mencionan, cuando recreas los acordes de la música que funciona como la banda sonora de la novela, cuando sabes que tal personaje se refiere a tal persona, en fin. Pero al final igual concluyo que no hay nadie que pueda con todo, porque eso solo está reservado para el autor. Uno lo puede seguir, pero no está en su mente.
En general es una novela que he disfrutado, pero también tiene sus bemoles. Por ejemplo, el personaje de Tomás se lo presenta como distinto, freak, alternativo, solitario, etc. pero igual es un poco pedestre que, al igual que la mayoría, creyera que el siglo terminaría el 31 de diciembre de 1999. Quiero decir, no se puede caminar siempre por los bordes.
OBSERVACIONES:
Anacronismos:
Página 73
"–¿Cómo el loto de la lotería?"
> Si se refiere al juego llamado Loto, este no existía en 1985 y tampoco pertenecía a la Lotería de Concepción; como nombre genérico no entiendo eso del "loto de la lotería".
Página 120
"Ella estudiaba Secretariado y trabajaba unas horas en un garaje por San Isidro donde arreglaban Volvo, Lada y otros autos raros que estaban llegando."
> Por la edad de Tomás, eso habría ocurrido por el año 1966 y los automóviles Lada llegaron a Chile en 1987.
Página 125
"se comió ese trozo de queque-con-marihuana envuelto en papel alusa"
> En Chile a esos queques se les llama popularmente "quequitos mágicos", pero dudo de que hayan existido en los años 80s.
Erratas, vicios de escritura, negligencias de edición:
Página 154
"tan moda" > tan de moda
Página 164
"tu odias" >tú odias
Página 176
"peludísmo" > peludísimo
Página 180
"Le gusta saber como se llama" > cómo
Página 181
¿Tomás tocará su cuerpo con su bufada? > bufanda
Página 226
"hijo mayo de los Torres" > mayor
Página 290
Falta de punto seguido:
"Para qué ver todo de lejos, Clemente Mejor estar muy cerca que quedarse atrás"
> "Para qué ver todo de lejos, Clemente. Mejor estar muy cerca que quedarse atrás"
Página 312
"pero ninguno, [....], contaban el final de la historia" > contaba
Página 337
"se le notan los músculos de los brazos que se asoman por mi camisa hawaiana"
> su camisa, la camisa
Página 407
"armas listas" > armar listas
Página 420
"y no se pintado con rímel" > y no se ha pintado...
Página 424
"Esto, le parece, algo de suerte"
> mal uso de comas
Página 438
"a nadie le importará y, si nos van a mirar en la calle, será con ternura"
> mal uso de comas
Trivia
Aparecen varios personajes de novelas anteriores y hay varias referencias a otras de sus novelas como Las hormigas asesinas o el diario El Clamor, entre otras.
Página 367
"Buena parte de sus recetas eran de su abuelo materno que estaba algo senil y distanciado de su hija"
> Damián Townley Callejas es un personaje ficticio, pero el abuelo a que hace referencia sí existió y era amigo de mi abuelo cuando vivió en el pueblo de Rapel.
Clemente responde:
"sé que fue un horror, pero te estaría engañado y engañándome si te dijera que yo, de alguna manera, lo pasé siempre mal. lo pasé bien también, muy bien. todo era eléctrico. puta, era joven y conocí a alguien y... me enamoré, creo"
Es cierto, el mal siempre convive con el bien y esta novela se trata de los 80s, pero no es un ensayo sobre la dictadura. Es una novela de dos personajes solitarios, medios freak, alternativos, diferentes, dos chicos que no encajan en la cultura oficial, pero tampoco fueron militantes de una ideología. Eran espíritus libres en un país-cárcel.
Estos chicos estaban destinados a conocerse, los dos saben de la existencia del otro desde antes de encontrarse y la novela es todo lo que ocurre entre una cosa y otra. Es decir, si es que es un romance, sería lo que se suele llamar un "slow burn", uno de esos romances que distan del flechazo, que se desarrollan con mucha lentitud, pero al final eso poco importa porque la novela, en mi opinión, se trata de cómo estos dos muchachos viven una época mientras más lejana, más mítica de la historia chilena.
A través de lo que les ocurre y no les ocurre a Tomás y Clemente vemos pasar los 80s con toda su impronta dictatorial, de arribismo social, de sueños clasemedieros, de una escena artística que siempre estuvo más anhelada que realizada pero que sí tuvo algunas muestras de bohemia capitalina underground que podría entenderse como alternativa a la cultura oficial y que una persona como yo, de provincias, solo conoce de oídas: los encuentros en la casa de Rosita Salaberry, las fiestas spandex, las discos gay que la dictadura permitió y las que no permitió. El Chile post-dictadura no tuvo el equivalente a la movida española, pero bajo la superficie pasaban muchas cosas. Me consta.
Clemente y Tomás son personajes que reflejan una contradicción. Si uno piensa en el primero, que vive en Providencia, más bien cuico, pero que estudia en la Chile; mientras Tomás, de clase media, vive en San Miguel, pero estudia en la PUC. Ambos con familias rotas, solos, rebeldes ante la mediocridad, que miran con algo de angustia el mundo que los rodea y al que no pertenecen. Uno saca a flote su mundo interior a través de un fanzine; el otro quiere compartir ese mundo. Se intuyen, se saben iguales, pero también se temen; diría que en casi toda la novela se olisquean el trasero como hacen los perros, sin decidirse a ser amigos hasta que ya no pueden nadar contra la corriente. La corriente del destino.
Ciertos chicos es una novela que se puede leer de dos maneras. O de muchas maneras, yo qué sé. Pero al menos las dos que yo veo son: una lectura literal, siguiendo el argumento con sus giros y su desenlace y otra forma que no sé si envuelve a todos los lectores: la de leerla conociendo todas las referencias de la cultura pop que es una marca narrativa del autor. Hacer una lectura "ambiental", por darle un nombre. Yo soy de su generación, por lo tanto, puedo decir que he disfrutado cuando "entiendo de qué está hablando", siento que la narración adquiere una dimensión muy personal cuando en tu mente aparecen las imágenes de los lugares que se mencionan, cuando recreas los acordes de la música que funciona como la banda sonora de la novela, cuando sabes que tal personaje se refiere a tal persona, en fin. Pero al final igual concluyo que no hay nadie que pueda con todo, porque eso solo está reservado para el autor. Uno lo puede seguir, pero no está en su mente.
En general es una novela que he disfrutado, pero también tiene sus bemoles. Por ejemplo, el personaje de Tomás se lo presenta como distinto, freak, alternativo, solitario, etc. pero igual es un poco pedestre que, al igual que la mayoría, creyera que el siglo terminaría el 31 de diciembre de 1999. Quiero decir, no se puede caminar siempre por los bordes.
OBSERVACIONES:
Anacronismos:
Página 73
"–¿Cómo el loto de la lotería?"
> Si se refiere al juego llamado Loto, este no existía en 1985 y tampoco pertenecía a la Lotería de Concepción; como nombre genérico no entiendo eso del "loto de la lotería".
Página 120
"Ella estudiaba Secretariado y trabajaba unas horas en un garaje por San Isidro donde arreglaban Volvo, Lada y otros autos raros que estaban llegando."
> Por la edad de Tomás, eso habría ocurrido por el año 1966 y los automóviles Lada llegaron a Chile en 1987.
Página 125
"se comió ese trozo de queque-con-marihuana envuelto en papel alusa"
> En Chile a esos queques se les llama popularmente "quequitos mágicos", pero dudo de que hayan existido en los años 80s.
Erratas, vicios de escritura, negligencias de edición:
Página 154
"tan moda" > tan de moda
Página 164
"tu odias" >tú odias
Página 176
"peludísmo" > peludísimo
Página 180
"Le gusta saber como se llama" > cómo
Página 181
¿Tomás tocará su cuerpo con su bufada? > bufanda
Página 226
"hijo mayo de los Torres" > mayor
Página 290
Falta de punto seguido:
"Para qué ver todo de lejos, Clemente Mejor estar muy cerca que quedarse atrás"
> "Para qué ver todo de lejos, Clemente. Mejor estar muy cerca que quedarse atrás"
Página 312
"pero ninguno, [....], contaban el final de la historia" > contaba
Página 337
"se le notan los músculos de los brazos que se asoman por mi camisa hawaiana"
> su camisa, la camisa
Página 407
"armas listas" > armar listas
Página 420
"y no se pintado con rímel" > y no se ha pintado...
Página 424
"Esto, le parece, algo de suerte"
> mal uso de comas
Página 438
"a nadie le importará y, si nos van a mirar en la calle, será con ternura"
> mal uso de comas
Trivia
Aparecen varios personajes de novelas anteriores y hay varias referencias a otras de sus novelas como Las hormigas asesinas o el diario El Clamor, entre otras.
Página 367
"Buena parte de sus recetas eran de su abuelo materno que estaba algo senil y distanciado de su hija"
> Damián Townley Callejas es un personaje ficticio, pero el abuelo a que hace referencia sí existió y era amigo de mi abuelo cuando vivió en el pueblo de Rapel.
June 9, 2024
¡Me entretuve mucho!
Muy buena experiencia leer este libro que apela a la nostalgia, y que llega a ella por medio de dos personajes. Una especie de comedia romántica donde ellos no se encuentran nunca, pero que en su ir y venir van mostrando un Chile casi olvidado. Sabemos que los registros de la época no son de buena calidad y está novela la describe desde la cultura pop, que finalmente es la gran protagonista.
Un libro lleno de música, junté en una playlist 60 canciones que sonaron en sus 500 páginas. Las locaciones son super reconocibles, se puede hacer un tour de nostalgia por Santiago con base en esta novela. Y los hechos históricos dan a mi gusto un buen telón de fondo.
Si bien me incomodó la presencia de expresiones o conceptos fuera de época, al final se logra entender la razón, y cuando eso empieza a cuajar el libro crece. Se robustece con pasajes como la entrevista a uno de los protagonistas o los diálogos muy cinematográficos, cerrando el libro como creo que el escritor, a sus ya 60 años, va concibiendo la vida: Quédate con lo bueno.
Yo en mis 50s valoro la experiencia, me transportó y me hizo leerlo con entusiasmo.
Muy buena experiencia leer este libro que apela a la nostalgia, y que llega a ella por medio de dos personajes. Una especie de comedia romántica donde ellos no se encuentran nunca, pero que en su ir y venir van mostrando un Chile casi olvidado. Sabemos que los registros de la época no son de buena calidad y está novela la describe desde la cultura pop, que finalmente es la gran protagonista.
Un libro lleno de música, junté en una playlist 60 canciones que sonaron en sus 500 páginas. Las locaciones son super reconocibles, se puede hacer un tour de nostalgia por Santiago con base en esta novela. Y los hechos históricos dan a mi gusto un buen telón de fondo.
Si bien me incomodó la presencia de expresiones o conceptos fuera de época, al final se logra entender la razón, y cuando eso empieza a cuajar el libro crece. Se robustece con pasajes como la entrevista a uno de los protagonistas o los diálogos muy cinematográficos, cerrando el libro como creo que el escritor, a sus ya 60 años, va concibiendo la vida: Quédate con lo bueno.
Yo en mis 50s valoro la experiencia, me transportó y me hizo leerlo con entusiasmo.
July 4, 2024
“Ciertos chicos” de Alberto Fuguet nos cuenta la historia de Clemente y Tomás, dos chicos cuya relación podría haber llevado todo el libro por sí sola. Su historia te engancha en un principio.
El libro está lleno (LLENO) de referencias a la cultura pop de los años 80 en Chile, lo cual es interesante pero es tanta la información que a veces se vuelve abrumadora. Demasiados personajes secundarios que no aportan y distraen de la trama principal.
El estilo de escritura es desordenado y no lineal. Esto, combinado con los detalles excesivos, hizo que mi interés decayera después de la primera conversación entre los protagonistas. El libro se vuelve tedioso hasta que los protagonistas vuelven a hablar ya al final del relato.
Al principio, pensé que este libro sería como un “Heartstopper” ambientado en los años 80, pero me dejó con ganas de más desarrollo de los sentimientos de Clemente hacia el final. A Clemente me lo imaginaba como el cantante Troye Sivan.
En resumen, “Ciertos chicos” tiene una buena historia central, pero se ve afectada por demasiada información y un estilo algo caótico. Aún así, si te gustan las historias ambientadas en los años 80 y las relaciones complejas, vale la pena darle una oportunidad.
El libro está lleno (LLENO) de referencias a la cultura pop de los años 80 en Chile, lo cual es interesante pero es tanta la información que a veces se vuelve abrumadora. Demasiados personajes secundarios que no aportan y distraen de la trama principal.
El estilo de escritura es desordenado y no lineal. Esto, combinado con los detalles excesivos, hizo que mi interés decayera después de la primera conversación entre los protagonistas. El libro se vuelve tedioso hasta que los protagonistas vuelven a hablar ya al final del relato.
Al principio, pensé que este libro sería como un “Heartstopper” ambientado en los años 80, pero me dejó con ganas de más desarrollo de los sentimientos de Clemente hacia el final. A Clemente me lo imaginaba como el cantante Troye Sivan.
En resumen, “Ciertos chicos” tiene una buena historia central, pero se ve afectada por demasiada información y un estilo algo caótico. Aún así, si te gustan las historias ambientadas en los años 80 y las relaciones complejas, vale la pena darle una oportunidad.
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June 15, 2024
Al comienzo me entretuvo bastante, pero después se va extendiendo demasiado, muchos nombres, pretensiones y un Santiago bastante difícil de imaginar en aquella época. No lo recomiendo.
October 9, 2024
Años ochenta, Chile, toque de queda. La Chile de Pinochet narrada en lenguaje pop, a través del arte y la música. La vida de sus dos personajes, Tomás y Clemente, gira en torno a lo prohibido, lo artístico y lo antisistema. El amor, el deseo y la necesidad de experimentar son lenguajes de los cuerpos. El fanzine como modo de expresión, de lucha, de liberación clandestina será una pieza fundamental en esta historia.
September 14, 2024
Hasta ahora mi historia favorita de gays en Latinoamérica, después amplío <3
August 18, 2024
Compré el libro por el reciente interés que he adquirido por la novela chilena y no me puedo arrepentir de haberlo hecho. Si bien no soy fanático de la escritura de Fuguet, siempre me llama la atención el realismo que busca plantear y su habilidad para convencerme de que lo narrado pudo haber ocurrido, puede estar ocurriendo ahora mismo, u ocurrir proximamente.
Me costó enganchar en los primeros capítulos, en gran parte porque me vi shockeado por lo directo y explícito que es el autor, me sentí en varias ocasiones al iniciar la lectura como leyendo un fanfic erótico sobre una celebridad juvenil, llegando a reirme de incredubilidad. Sin embargo a medida que avanzaba en el libro y pude conocer más a los protagonista, me familiaricé más con las descripciones y me molestó cada vez menos lo explícito del contenido.
Me aburrí en varias partes del libro que no recuerdo con exactitud, por lo que concuerdo con quienes dicen que es un libro caótico o con mucho texto. Pese a esto, el libro me hizo sentir muchas cosas, y muchas de ellas evocadas por primera vez por un libro o en general, que es lo que más rescato de esta experiencia.
Personalmente, esta obra llega en el momento justo a mi vida por diversos motivos. Uno de lo más claros es que hace unos meses empecé la década de los 20 y, entendiendo que esta es una forma algo anticuada y bien particular de vivir la juventud, esta historia me inspira a expedicionar y vivir lo que me guste, a sentir con intensidad, y a conocer el mundo. Para bien o para mal, este libro tendrá un lugar especial en mi.
Fue toda una experiencia recorrer el Santiago de hace 40 años desde la perspectiva pop de Alberto. Guardé varias canciones del libro.
Finalmente solo quiero agregar que retengo un esbozo difuso del libro porque, como ya dije, es un libro algo caótico o confuso que muchas veces no entendí hacia donde iba, por lo que, para mi, es una segunda lectura segura en la que pueda ver si puedo sacar una interpretación más clara o coherente.
Me costó enganchar en los primeros capítulos, en gran parte porque me vi shockeado por lo directo y explícito que es el autor, me sentí en varias ocasiones al iniciar la lectura como leyendo un fanfic erótico sobre una celebridad juvenil, llegando a reirme de incredubilidad. Sin embargo a medida que avanzaba en el libro y pude conocer más a los protagonista, me familiaricé más con las descripciones y me molestó cada vez menos lo explícito del contenido.
Me aburrí en varias partes del libro que no recuerdo con exactitud, por lo que concuerdo con quienes dicen que es un libro caótico o con mucho texto. Pese a esto, el libro me hizo sentir muchas cosas, y muchas de ellas evocadas por primera vez por un libro o en general, que es lo que más rescato de esta experiencia.
Personalmente, esta obra llega en el momento justo a mi vida por diversos motivos. Uno de lo más claros es que hace unos meses empecé la década de los 20 y, entendiendo que esta es una forma algo anticuada y bien particular de vivir la juventud, esta historia me inspira a expedicionar y vivir lo que me guste, a sentir con intensidad, y a conocer el mundo. Para bien o para mal, este libro tendrá un lugar especial en mi.
Fue toda una experiencia recorrer el Santiago de hace 40 años desde la perspectiva pop de Alberto. Guardé varias canciones del libro.
Finalmente solo quiero agregar que retengo un esbozo difuso del libro porque, como ya dije, es un libro algo caótico o confuso que muchas veces no entendí hacia donde iba, por lo que, para mi, es una segunda lectura segura en la que pueda ver si puedo sacar una interpretación más clara o coherente.
August 2, 2024
La historia de dos jóvenes que se conocen en los 80 y tienen un incipiente romance: Clemente Fabres, de clase alta, hijo de exiliados y estudiante de periodismo, y Tomás Mena, de clase media, ex institutano y estudiante de Letras.
Con la dictadura de fondo (1986), los va uniendo su mutuo amor por la música new wave y “alternativa” (hoy diríamos simplemente pop), la Radio Eclipse y el fanzine ropa/americana, escrito por Clemente (en el que Tomás sueña escribir), así como toda la movida “underground” de Santiago.
Es un libro extenso (quizás excesivamente para la pequeña anécdota relatada). Tiene todos los defectos de la prosa de Fuguet: los manierismos, los diálogos forzados, el narrador ultra discursivo que pondera sobre gustos como un talibán, la sátira gruesa (lo que se nota en cierta escena donde se burla del feminismo actual , o de la idea que él tiene del feminismo actual), el continuo ademán provocativo (juvenil).
Pero también tiene sus virtudes: personajes frágiles, una adecuada comprensión de la adolescencia, el retrato detallado (quizás excesivamente) de la época, la construcción de un mundo propio que lo hace inconfundible (y que aquí se refleja en múltiples cameos, lo que le valió la crítica de Patricia Espinosa, que lo llamó un “refrito”, pero que a sus fans les encantará), el relato ágil (aunque aquí fuerza al lector con las continuas digresiones), las referencias pop (que para mí es un plus).
En síntesis: los lectores fuguetianos lo amarán sin duda; los haters lo odiarán. Quienes hemos seguido -a cierta distancia- su trayectoria, vemos las múltiples afinidades con la obra anterior. Aunque más disperso, concentra bien sus diversas obsesiones, creando un interesante link entre “Mala onda” y “Por favor, rebobinar”. Como si fuera el eslabón perdido entre estas dos novelas, y el puente con las novelas “queer” o “desclosetadas” de su etapa posterior.
PD: La banda sonora de este verdadero dramedy romántico, así como las películas comentadas, pueden ser una gran fuente de inspiración (y una buena inmersión en la época). Les dejo la lista que fui armando mientras lo leía:
https://open.spotify.com/playlist/2aL...
Con la dictadura de fondo (1986), los va uniendo su mutuo amor por la música new wave y “alternativa” (hoy diríamos simplemente pop), la Radio Eclipse y el fanzine ropa/americana, escrito por Clemente (en el que Tomás sueña escribir), así como toda la movida “underground” de Santiago.
Es un libro extenso (quizás excesivamente para la pequeña anécdota relatada). Tiene todos los defectos de la prosa de Fuguet: los manierismos, los diálogos forzados, el narrador ultra discursivo que pondera sobre gustos como un talibán, la sátira gruesa (lo que se nota en cierta escena donde se burla del feminismo actual , o de la idea que él tiene del feminismo actual), el continuo ademán provocativo (juvenil).
Pero también tiene sus virtudes: personajes frágiles, una adecuada comprensión de la adolescencia, el retrato detallado (quizás excesivamente) de la época, la construcción de un mundo propio que lo hace inconfundible (y que aquí se refleja en múltiples cameos, lo que le valió la crítica de Patricia Espinosa, que lo llamó un “refrito”, pero que a sus fans les encantará), el relato ágil (aunque aquí fuerza al lector con las continuas digresiones), las referencias pop (que para mí es un plus).
En síntesis: los lectores fuguetianos lo amarán sin duda; los haters lo odiarán. Quienes hemos seguido -a cierta distancia- su trayectoria, vemos las múltiples afinidades con la obra anterior. Aunque más disperso, concentra bien sus diversas obsesiones, creando un interesante link entre “Mala onda” y “Por favor, rebobinar”. Como si fuera el eslabón perdido entre estas dos novelas, y el puente con las novelas “queer” o “desclosetadas” de su etapa posterior.
PD: La banda sonora de este verdadero dramedy romántico, así como las películas comentadas, pueden ser una gran fuente de inspiración (y una buena inmersión en la época). Les dejo la lista que fui armando mientras lo leía:
https://open.spotify.com/playlist/2aL...
January 16, 2025
Ciertos Chicos de Alberto Fuguet
Calificación: ⭐⭐⭐ (3.5 estrellas)
Fuguet nos transporta al Chile de los años 80, en plena dictadura, con una atmósfera pop que capta perfectamente la época. La historia de Tomás y Clemente es más un encuentro de almas que un romance convencional, un amor de verano breve, lleno de matices grises y nostalgia.
Sin embargo, aunque la premisa es cautivadora, la conexión entre los protagonistas no se desarrolla tanto como esperaba. Me quedé con ganas de más profundidad en su relación, que sentí desaprovechada. Además, la novela dedica demasiado espacio a descripciones y detalles que a veces parecen más relleno que elementos esenciales.
El final logra un impacto emocional, pero me resultó predecible y eso afectó mi entusiasmo hacia el desenlace. Aun así, terminé el libro y no me arrepiento, aunque creo que habría funcionado mejor con un ritmo más ágil.
Sin dudas, Ciertos Chicos tiene momentos potentes y una ambientación nostálgica que destaca. Pero la falta de foco en los personajes principales y algunos excesos en la narración limitan su impacto.
Un libro interesante que pudo dar más.
Calificación: ⭐⭐⭐ (3.5 estrellas)
Fuguet nos transporta al Chile de los años 80, en plena dictadura, con una atmósfera pop que capta perfectamente la época. La historia de Tomás y Clemente es más un encuentro de almas que un romance convencional, un amor de verano breve, lleno de matices grises y nostalgia.
Sin embargo, aunque la premisa es cautivadora, la conexión entre los protagonistas no se desarrolla tanto como esperaba. Me quedé con ganas de más profundidad en su relación, que sentí desaprovechada. Además, la novela dedica demasiado espacio a descripciones y detalles que a veces parecen más relleno que elementos esenciales.
El final logra un impacto emocional, pero me resultó predecible y eso afectó mi entusiasmo hacia el desenlace. Aun así, terminé el libro y no me arrepiento, aunque creo que habría funcionado mejor con un ritmo más ágil.
Sin dudas, Ciertos Chicos tiene momentos potentes y una ambientación nostálgica que destaca. Pero la falta de foco en los personajes principales y algunos excesos en la narración limitan su impacto.
Un libro interesante que pudo dar más.
March 17, 2025
Este libro realmente te vende algo que no existe. Te ofrecen romance y hay de todo menos eso. He pensado múltiples formas de reseñar este libro en la medida que lo he ido leyendo, tratando de ser lo mas neutra posible, pero no hay forma de que me resulte.
Literalmente, en el 95% del libro dice: "voy a terminar esto donde empezamos" y que fue el resto del libro?? Y pese a eso, aun así siguen sin darte nada de romance.
Cambios constantes de narradores, viajes al presente o a otras épocas u otros momentos, historias que no tienen nada que ver con la principal, exceso de personajes secundarios que no aportan en nada a la trama central y ni una pisca de romance. Y todos hablan como si filosofaran constantemente, y como chilena dudo que alguien en los 80s, 90s y en la actualidad hable como los diálogos de este libro al menos que estés en exceso drogado (y se supone que casi en todos esos diálogos estan sobrios?)
Le doy dos estrellas solo porque quiero dejarlo como que no es un libro con una narrativa de mi gusto.
Literalmente, en el 95% del libro dice: "voy a terminar esto donde empezamos" y que fue el resto del libro?? Y pese a eso, aun así siguen sin darte nada de romance.
Cambios constantes de narradores, viajes al presente o a otras épocas u otros momentos, historias que no tienen nada que ver con la principal, exceso de personajes secundarios que no aportan en nada a la trama central y ni una pisca de romance. Y todos hablan como si filosofaran constantemente, y como chilena dudo que alguien en los 80s, 90s y en la actualidad hable como los diálogos de este libro al menos que estés en exceso drogado (y se supone que casi en todos esos diálogos estan sobrios?)
Le doy dos estrellas solo porque quiero dejarlo como que no es un libro con una narrativa de mi gusto.
January 26, 2025
Libro qlo weon. Este libro me destrozó pero también me marcó demasiado. Te amo Tomás Mena y te entiendo mucho. Este libro se quedará conmigo para siempre, gracias Fuguet por representar a la comunidad en esos tiempos
May 21, 2025
[3.5] “Nos tomamos la mano. Sentí electricidad, también sentí paz”.
June 11, 2025
Ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que un libro me hizo despertar emociones que viví en mis 20s, recordar situaciones personales que parecieran universales en un ambiente queer plasmadas en Tomás y Clemente, en especial sus emociones.
Me alegra saber que el estilo de realismo mágico aún no muere.
Fuguet ganó un fan lector con esta obra.
Me alegra saber que el estilo de realismo mágico aún no muere.
Fuguet ganó un fan lector con esta obra.
November 30, 2024
muy forzado a ser un libro con la estética normandie neo liberal único y diferente pretencioso e incel pero versión gay. no es malo pero enredao y avanza lenta la historia
September 6, 2024
el libro tiene un buen inicio y un buen final, pero el desarrollo en general tiene demasiado relleno, le sobran muchas páginas al libro.
tomás y clemente tardan demasiado en conocerse y su relación no se puede desarrollar bien.
de todas maneras, la idea es buena y la historia entretenida, pero creo que le faltaron muchas cosas a la historia (y también le sobraron)
tomás y clemente tardan demasiado en conocerse y su relación no se puede desarrollar bien.
de todas maneras, la idea es buena y la historia entretenida, pero creo que le faltaron muchas cosas a la historia (y también le sobraron)
December 11, 2024
Una novela con un personaje que vive en San Miguel y que contiene una frase sobre una persona que pertenece a "una de las mejores familias de La Cisterna". ¿De verdad? ¿La Cisterna es una comuna donde existen mejores y peores familias en la forma en que los cuicos usan esa distinción? Me gustaría creer que es una ironía del personaje que la dice. Pero este libro está plagado de giros semejantes que transforman al mundo social que intenta fungir de contexto de los personajes en una fantasía húmeda de la clase alta. A su favor: no es la peor novela de Fuguet.
December 12, 2024
Es un libro que en momentos se me hizo pesado, pero que tiene unas reflexiones e ideas de la época de dictadura y la vida de dos chicos gays en medio de todo esto que están muuuy buenas🙌
May 11, 2024
Decepcionante.
Había leído antes a Fuguet en Missing, un libro bastante recomendable; en Tinta Roja que no está mal, aunque me gustó más la película; y en Mala Onda que me pareció un remix malo de El Guardián entre el Centeno y Bret Easton Ellis.
No recomiendo "Ciertos chicos".
Empieza más o menos bien presentando a los que se supone serán los protagonistas: Tomás y Clemente, dos chicos que viven en el Santiago de Chile de los 80.
Pero luego el libro comienza a decaer: la narración se vuelve caótica; los dos chicos que uno imaginaba siendo protagonistas acaban siendo más bien "espectadores" y quedan eclipsados por el fallido intento de Fuguet de crear un retrato de ciertos ámbitos sociales del Santiago de la década del 80 y de paso vengar ciertos traumas de su pasado, como el calvario que pasó en la facultad de periodismo de la UChile. Las situaciones y los personajes secundarios que deberían reflejar esta época son planos, predecibles, caricaturescos y no salen del estereotipo. Todos hablan prácticamente igual. Los supuestos protagonistas, Tomás y Clemente, no se conocen hasta que han pasado 2/3 del libro y es increíble las pocas páginas que se dedican a su historia común.
El libro se hace largo, pesado. No funciona. Sobran muchas páginas. Parece como si alguien hubiese escrito varias historias e ideas sueltas y hubiera intentado meterlas a la fuerza en una novela.
Malgasté tiempo y dinero en este libro. Lo único que vale la pena son ciertas canciones. En el fondo creo que lo me cansó fue que un escritor de 60 años siga escribiendo y fantaseando sobre postadolescentes "dañados" que nadie puede "salvar" y que se creen parte con sus semejantes de una "hermandad cósmica" en la que se imaginan sensibles, únicos y diferentes, mejores, sólo porque consumen ciertos libros, ciertas canciones, ciertas películas o conocen ciertos nombres. La estética por si sola no hace a nadie mejor.
Resulta paradójico leer lo que escribía Fuguet en los 80 en LUN. Y compararlo con lo que intenta vender en esta novela.
Había leído antes a Fuguet en Missing, un libro bastante recomendable; en Tinta Roja que no está mal, aunque me gustó más la película; y en Mala Onda que me pareció un remix malo de El Guardián entre el Centeno y Bret Easton Ellis.
No recomiendo "Ciertos chicos".
Empieza más o menos bien presentando a los que se supone serán los protagonistas: Tomás y Clemente, dos chicos que viven en el Santiago de Chile de los 80.
Pero luego el libro comienza a decaer: la narración se vuelve caótica; los dos chicos que uno imaginaba siendo protagonistas acaban siendo más bien "espectadores" y quedan eclipsados por el fallido intento de Fuguet de crear un retrato de ciertos ámbitos sociales del Santiago de la década del 80 y de paso vengar ciertos traumas de su pasado, como el calvario que pasó en la facultad de periodismo de la UChile. Las situaciones y los personajes secundarios que deberían reflejar esta época son planos, predecibles, caricaturescos y no salen del estereotipo. Todos hablan prácticamente igual. Los supuestos protagonistas, Tomás y Clemente, no se conocen hasta que han pasado 2/3 del libro y es increíble las pocas páginas que se dedican a su historia común.
El libro se hace largo, pesado. No funciona. Sobran muchas páginas. Parece como si alguien hubiese escrito varias historias e ideas sueltas y hubiera intentado meterlas a la fuerza en una novela.
Malgasté tiempo y dinero en este libro. Lo único que vale la pena son ciertas canciones. En el fondo creo que lo me cansó fue que un escritor de 60 años siga escribiendo y fantaseando sobre postadolescentes "dañados" que nadie puede "salvar" y que se creen parte con sus semejantes de una "hermandad cósmica" en la que se imaginan sensibles, únicos y diferentes, mejores, sólo porque consumen ciertos libros, ciertas canciones, ciertas películas o conocen ciertos nombres. La estética por si sola no hace a nadie mejor.
Resulta paradójico leer lo que escribía Fuguet en los 80 en LUN. Y compararlo con lo que intenta vender en esta novela.
October 27, 2024
Cuando me enteré que Fuguet había lanzado este libro, no quise leerlo sino hasta conocer el estilo de Alberto en trabajos previos. Es por eso que me sumergí en sus principales novelas, partiendo con “Sobredosis”. Enganché rápidamente con su estilo, y dije: perfecto, haré este recorrido hasta llegar a “Ciertos Chicos”.
A diferencia de sus otros proyectos que abordaron historias de bromance, Ciertos Chicos supera con creces el desagrado que provoca “No ficción”, con sus personajes detestables y egocéntricos; y no latea como “Sudor”, con su dilatada extensión y excesiva morbosidad. Ciertos Chicos te atrapa, te conmueve. Es posible empatizar con sus personajes.
Como ya lo ha hecho Alberto en otros títulos, me gustó demasiado el pequeño guiño que hubo a “Tinta Roja” con el caso del parricidio de Vicente, y volver a saber de Matías Vicuña de “Mala Onda”, quien en esta oportunidad ya está dado de alta, y más “maduro”, fue interesante. La última vez que hubo una pequeña mención a este Matías, fue cuando se topó con Bernal en la historia narrada en “Aeropuertos”. Me agradan bastante estos cross-over.
Mis reseñas nunca son reseñas, sino más bien impresiones, porque qué lata transcribir de qué tratan los libros, sino más bien intento retratar como me hacen sentir, y este libro me azoto con fuerza. Destaco las siguientes cuñas:
• La gente tiene miedo de amar, y hay tanto tanto tanto miedo, hermano. Eso es lo que pasa, yo cacho.
• Su ausencia lo volvió más imprescindible.
• Un mixtape, más que eso, era una ofrenda, una guía, un portal a su alma. Era - sin duda - una forma de decirle y expresarle cosas. Era una manera para, tangencialmente, explicarle todo lo que tenían o podrían tener.
• El verdadero amor al final es platónico.
• Existo. Existe. Existimos.
Y definitivamente la que más me pateó:
Voy a tener que expurgar por escrito toda esta época para quedar libre.
A diferencia de sus otros proyectos que abordaron historias de bromance, Ciertos Chicos supera con creces el desagrado que provoca “No ficción”, con sus personajes detestables y egocéntricos; y no latea como “Sudor”, con su dilatada extensión y excesiva morbosidad. Ciertos Chicos te atrapa, te conmueve. Es posible empatizar con sus personajes.
Como ya lo ha hecho Alberto en otros títulos, me gustó demasiado el pequeño guiño que hubo a “Tinta Roja” con el caso del parricidio de Vicente, y volver a saber de Matías Vicuña de “Mala Onda”, quien en esta oportunidad ya está dado de alta, y más “maduro”, fue interesante. La última vez que hubo una pequeña mención a este Matías, fue cuando se topó con Bernal en la historia narrada en “Aeropuertos”. Me agradan bastante estos cross-over.
Mis reseñas nunca son reseñas, sino más bien impresiones, porque qué lata transcribir de qué tratan los libros, sino más bien intento retratar como me hacen sentir, y este libro me azoto con fuerza. Destaco las siguientes cuñas:
• La gente tiene miedo de amar, y hay tanto tanto tanto miedo, hermano. Eso es lo que pasa, yo cacho.
• Su ausencia lo volvió más imprescindible.
• Un mixtape, más que eso, era una ofrenda, una guía, un portal a su alma. Era - sin duda - una forma de decirle y expresarle cosas. Era una manera para, tangencialmente, explicarle todo lo que tenían o podrían tener.
• El verdadero amor al final es platónico.
• Existo. Existe. Existimos.
Y definitivamente la que más me pateó:
Voy a tener que expurgar por escrito toda esta época para quedar libre.
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June 1, 2025
“Pero, en definitiva, aquel que se dedicó a esperarlo toda una vida fui yo.”
No exagero al decir que ese final me dejó completamente destrozado. El inicio de la historia me pareció excelente, aunque en un punto decidí pausarla porque sentía que avanzaba con demasiada lentitud. Sin embargo, con el tiempo entendí que necesitaba ese ritmo: era necesario dejar espacios para procesar lo que se iba contando.
La conexión silenciosa entre los protagonistas, esa admiración mutua tan sutil, se sintió profundamente real y hermosa. Me dejó con una ligera sensación de vacío no haber tenido un momento más entre ellos tras ese encuentro final tan sincero y genuino. Aun así, creo que el autor quiso dejar abierta la interpretación, evitando cerrar la historia con una despedida tradicional.
Confieso que, desde un lugar casi adolescente, alimenté la esperanza de verlos juntos en el presente. Por eso, el golpe fue aún más duro al descubrir que uno de ellos ya no estaba. Fue como un balde de agua fría que terminó de partirme el corazón.
No exagero al decir que ese final me dejó completamente destrozado. El inicio de la historia me pareció excelente, aunque en un punto decidí pausarla porque sentía que avanzaba con demasiada lentitud. Sin embargo, con el tiempo entendí que necesitaba ese ritmo: era necesario dejar espacios para procesar lo que se iba contando.
La conexión silenciosa entre los protagonistas, esa admiración mutua tan sutil, se sintió profundamente real y hermosa. Me dejó con una ligera sensación de vacío no haber tenido un momento más entre ellos tras ese encuentro final tan sincero y genuino. Aun así, creo que el autor quiso dejar abierta la interpretación, evitando cerrar la historia con una despedida tradicional.
Confieso que, desde un lugar casi adolescente, alimenté la esperanza de verlos juntos en el presente. Por eso, el golpe fue aún más duro al descubrir que uno de ellos ya no estaba. Fue como un balde de agua fría que terminó de partirme el corazón.
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April 13, 2025
Tiene momentos que me parecen brillantes, otros poco creíbles o poco elaborados. Creo que está pensado para conectar con la sensibilidad y experiencias de "ciertos chicos" que vivimos la era analógica y un mundo que ya no es. Parece que es una historia de amor, pero poco leemos de eso sucediendo, lo encontramos más en la expectativa y el recuerdo. En medio de eso, encontré varios momentos muy interesantes, como cuando entrevistan a un personaje respecto de su postura respecto del pasaje a la democracia y la incomprensión de generaciones jóvenes y engreídas frente a momentos complejos. Hay mucho trabajo sobre cómo se construye una época, tal vez por momentos con una mirada que se pasa de una nostalgia a una ilusión. También es muy amable encontrar este relato de resistencias en contextos hostiles frente a la expresión que se corre un poco de las normas. En 2025 permite mirarse a uno en un pasado que tuvo un futuro mejor.
July 11, 2024
Uff. Leer este libro fue un carrusel de emociones. Nací a finales de los ochenta, por lo que no tengo nociones tan afiladas de el período en que él está situado el libro (Santiago de Chile, 1986), hubieron muchos personajes que sospecho fueron reales pero yo no conocía (vergüenza para mi vaca, pero historia nunca fue mi fuerte). No terminé de conectar al 100% con ninguno de los chicos, pero por personalidad entendía más a Clemente. Aún así, las partes de la radio, la música, la onda pop fue muy agradable de leer. Melt with you es la canción de Tomás y Clemente, sin duda. Tengo que leer más de Fuguet (guiño guiño Mala onda).
January 2, 2025
El comienzo fue muy bueno, el final estuvo bien pero el nudo fue insufrible. Le doy 2 estrellas pero siento que merece un 1.5.
El libro empezó bien, el ritmo fue bueno, pero lentamente fue decayendo a tal punto de que todo lo bueno que había empezado a construir el inicio, fue desmoronandose poco a poco. Estuve a punto de abandonar la lectura varias veces. El libro perfectamente pudo ser más corto. Sentí que tenía demasiado relleno y se expandía en cosas y/o personajes innecesariamente. A veces menos es más, y este libro necesitaba eso.
El libro empezó bien, el ritmo fue bueno, pero lentamente fue decayendo a tal punto de que todo lo bueno que había empezado a construir el inicio, fue desmoronandose poco a poco. Estuve a punto de abandonar la lectura varias veces. El libro perfectamente pudo ser más corto. Sentí que tenía demasiado relleno y se expandía en cosas y/o personajes innecesariamente. A veces menos es más, y este libro necesitaba eso.
September 26, 2024
Te lo venden como una novela rosa , pero no es eso.
Yo lo llamaria como un romance slow burn , que tu deseas que quede en un final feliz pero que aca no hay ese final feliz.
Fuguet logra retratar esa juventud ochentera con miedos inseguridades, caoticas. Y logra contar la historia de estos chicos tan diferentes pero a la vez tan iguales .
Solo puedo decir que esta historia , trasciende y se queda contigo.
Yo lo llamaria como un romance slow burn , que tu deseas que quede en un final feliz pero que aca no hay ese final feliz.
Fuguet logra retratar esa juventud ochentera con miedos inseguridades, caoticas. Y logra contar la historia de estos chicos tan diferentes pero a la vez tan iguales .
Solo puedo decir que esta historia , trasciende y se queda contigo.
October 23, 2024
Un poco larga y creo que hay páginas innecesarias pero es sublime leer esto luego de volver a leer Mala Onda, a veces creo que es la continuación de esta y no Por favor rebobinar. Me parece el mejor regreso que ha tenido Fuguet, hasta ahora sigue causando urticaria que cierta izquierda que se arroga la tolerancia no haya soportando muchas de sus páginas. Por cierto, la entrevista a la socióloga woke me pareció lo mejor del libro.
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October 30, 2024
Como un playlist eterno y frenético, como seguramente fueron esos años que relata. Este libro es un viaje a la intimidad de los ochenta en Chile, a los deseos y devenires de dos jóvenes y deja un sabor nostálgico en los labios cuando termina. Me atrapó desde la primera página y no pude soltarlo hasta el final (aunque unas 30 páginas antes, el llanto por poco me hace dejarlo de lado).
February 6, 2025
Pocas veces me encontré pasando páginas como con este libro. Divaga, se sale de la trama para hablar de nada, y es TAN pero TAN PRETENCIOSO que es difícil de leer. Todos son “cool” y dem “under” y “distintos”.. Ah, la historia se desarrolla durante la dictadura de Pinochet, y eso por algún motivo no es nada relevante para la historia. Dios mío, que libro que no debería haber sido escrito
August 22, 2025
me agradó que haya partes en que se contextualiza en la actualidad y prevee cierta mirada que la juventud contemporanea puede juzgarla, lo hace muy bien, la interconexión con la cultura pop como un medio de rescate me gustó, porque a mi en lo personal la cultura pop me hizo sentir bien conmigo mismo cuando en una época de joven me sabia diferente.
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