Los protagonistas de este libro sienten que han perdido la libertad para ordenar su propia historia dentro de otra historia que es mucho más grande que ellos mismos. La madre celosa del tiempo que su empleada de hogar pasa con sus hijos, el adolescente vigoréxico obsesionado con construir un cuerpo que lo convierta en mejor persona, el anciano judío homosexual que llora abrazado a los jerséis de su amante cuando se le rompe la lavadora… y la vida.
Una colección de personajes que luchan por encajar en el relato de sus propias vidas, héroes y fracasados al mismo tiempo. Labari indaga en estos cuentos en el deseo, la diferencia de clase social o el racismo, y en las carencias de todo tipo que nos impiden descifrar nuestra identidad sin atender a dogmas o a recetas. Al contrario, enfrenta el peligroso deseo de reunir lo que es distinto a través del lenguaje y se lanza a escribir desde fronteras, palabras e idiomas nuevos.
Nuria Labari Gómez (Santander, 1979) es una escritora y periodista española. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad del País Vasco y Relaciones Internacionales en el Instituto Ortega y Gasset. Su carrera profesional se desarrolló en elmundo.es y posteriormente en Telecinco, donde fue redactora jefe del portal digital de esta cadena. Como escritora, es conocida como autora de cuentos. Su libro de relatos Los borrachos de mi vida ganó el VII Premio de Narrativa de Caja de Madrid y se publicó en la editorial Lengua de Trapo (2009). Labari aparece seleccionada en la antología Pequeñas resistencias de Andrés Neuman.
Un libro cortito formado por una serie de relatos/historias cortas donde lo principal en todos ellos es que los personajes lucharán por encajar en su propia vida, son héroes, pero son fracasados al mismo tiempo. Tendremos una mujer celosa por su criada, un joven vigoréxico, un abuelo gay y judío...historias muy cortas, pero con mucha profundidad. La autora indaga en temas como el deseo, las diferencias en clases sociales, racismo… Sin entusiasmarme mucho los relatos ha sido un libro muy ágil en el que con alguno de ellos te vas a sentir identificado por algo. Nunca había leído a la autora y su pluma y la forma de expresar ciertos aspectos me ha gustado mucho. Un libro que recomiendo a aquellos que le gusten los relatos cortos pero intensos o simplemente a los que les apetezca leer algo cortito para desconectar de cosas densas.
Regalo de mi tía. ¿Personalmente? Una buena prosa me resulta insignificante si lo único que leo entre tus líneas es buenísmo y culpabilidad blanca, exoticismo y mistificación de la experiencia migrante, instrumentalización de la depresión adolescente, y una tendencia muy incómoda de generar relaciones de pareja con una diferencia de edad abismal. Solo he podido disfrutar un relato, y aunque la autora quiere plantear una serie de temas que podrían estar bien, quedan completamente opacados por una neblina que no me ha gustado nada.
“Una nueva luz iluminó el contorno de las cosas, también el filo de nuestra despedida. Una luz que ya no me abandonaría. La vida iluminada, igual que mi cuerpo desnudo en la esquina de su estudio, no se despliega para que contemples la belleza sino para que puedas aceptarla tal cual es. Basta con que te miren así una vez y el mundo entero cambia para siempre.”
Es tan bonito estar leyendo algo y sentir que llega a lo más profundo de ti, que te envuelve y despierta recuerdos y emociones que te acompañan siempre, aunque a veces pensemos que no están ahí o que las hemos olvidado. Gracias, Nuria, porque cada uno de estos relatos y, especialmente, Amin en “No se van a ordenar solas las cosas” me han emocionado tanto que ya vivirán siempre en mí.
Leí en una entrevista a la autora que hablaba del hilo conductor de los relatos recogidos en este libro como: «una atmósfera de desórdenes íntimos». Me parece una metáfora muy acertada. En estos distintos relatos, que enganchan enseguida por la forma que tiene Labari de narrar, se desgranan situaciones cotidianas mezcladas con reflexiones más profundas que se introducen de forma natural, como pensamientos que te asaltan mientras tiendes la ropa con la televisión de fondo.
No conocía a Nuria Labari pero, sin duda, vale la pena seguirle la pista: por como narra las realidades, por como piensa… Muy recomendable.
Fue agradable encontrar una variedad de temas en tan solo 6 relatos. ¿Fueron rápidos de leer? Sí ¿Fueron duros de leer? Algunos requirieron un par de meditaciones mientras tomaba el café de la mañana, otros un cigarro.
Dios solo entiende palabras esdrújulas ¿Qué es ser un jaguar? Todas las mujeres tenemos bajo la piel un animal salvaje, o aún mejor, una mezcla de animales que nos impulsa a ser salvajes en contra de nuestro propio juicio porque necesitamos anteponernos a las desgracias que nos rodean, a la realidad. Me gustó que abarcara también como es ser -esta- mujer siendo migrante latina, aún desde la perspectiva de una mujer privilegiada abrumada por sus problemas.
“Detesto los determinantes posesivos como acompañantes afectivos de las personas. El problema es que el lenguaje se parece más a cómo somos que a cómo nos gustaría ser… Claro que yo no soy como desearía ser. A veces ni siquiera soy como creo ser”.
Como si te hubieras olvidado del sentido de vivir Fue el más duro de leer por revivir muchos pensamientos del pasado. Es duro no sentirte libre en tu propia piel y creer que todos conspiran en contra de tus metas. Siempre he dicho que el verdadero terror es no poder confiar en tu auto percepción física, vivir en un círculo vicioso entre tu cuerpo/mente/comida/ejercicio, es la desesperación pura y la frustración de no poder ser como tu quieres ser, no por buscar la aceptación ajena sino la propia para sentirte merecedor de todo lo bueno. Y sí… nada nuca tiene sentido.
No se van a arreglar solas las cosas Pilar buscaba la ternura de sentirse amada por ser quien era, tener quien te vea. En cuanto al poema… ¿ella tiene la necesidad de limpiar las cosas? En este caso de arropar a Amin, una retorcida relación donde los límites de la maternidad y el amor se desdibujan…
Nunca te fíes de mi Uno de mis favoritos, es fuerte reconocer nuestros privilegios y lo alejado que vivimos de otras realidades. ¿Cómo actuar en consecuencia sin perder el sentido? La perspectiva de Miguel es racista y goza de su privilegio blanco. ¿Por qué la comparación con perros? ¿Es verdad que eu cualquier momento pueden voltearse y atacar? ¿Es una sentencia nacer pobre? Ella tenía conciencia de clase pero por Miguel sabía que sus hijas probablemente crecerían sin ella.
El mundo cuando mueras Otro de mis favoritos, me recordó a otra novela sobre duelo y lo ridículo que es para nuestro cerebro concebir la idea de vivir sin alguien que es parte de nuestra cotidianeidad, que visualizamos el resto de nuestra vida siendo parte de su rutina. Abarca lo doloroso de desprenderse de las cosas, como si así fuera más fácil hacerlo de la persona. Fue sublime el detalle que tuvo su esposo con ella, el poder seguir siendo parte de su día a día, aún en la muerte.
No soy un alte kaker Desde el título no da una idea de como se percibía a si mismo, o su lucha interna por no hacerlo. Alte kaker es una denominación despectiva en yiddish para una persona mayor. Una belleza como Nuria logra echar a andar los pensamientos intrusivos de este personaje a raíz de una lavadora que no funciona. Yo lo resumiría como el duelo que desata el saber que envejeces, lo insignificante que es tu momento en la historia, el pensar en todos aquellos que conociste y ya partieron…
"Cuál es el momento en que la Historia de la humanidad se cruza con la historia de un individuo. Siempre se cruzan, según Freud: la historia de cada individuo repite el camino de la humanidad desde el instinto hasta la resignación razonable. En qué momento se echa uno a andar por ese camino por el que han caminado todos. Pero no se trata de un momento. Es siempre, desde el principio. Lo que pasa es que uno no se entera."
Nuria Labari nos regala en "No se van a ordenar solas las cosas" una colección de relatos que no solo atrapan desde la primera página, sino que también desafían al lector con su profundidad y crudeza. Ya me gustó el estilo de Labari en el libro El último hombre blanco, por su estilo directo, mordaz y reflexivo. Y aquí la autora se muestra de nuevo libre, explorando distintos enfoques y perspectivas en cada historia.
La variedad temática es uno de los grandes aciertos del libro. Labari pone la lupa sobre situaciones cotidianas que, en su aparente simplicidad, esconden un universo de emociones y conflictos. Desde una madre celosa de su asistenta del hogar, un adolescente vigoréxico obsesionado por el cuerpo a los dieciséis años, una profesora de español enamorada de un joven marroquí, una madre que lleva a su familia a una excursión casi al fin del mundo, una mujer que se enfrenta al duelo por la próxima muerte de su marido, hasta un anciano judío homosexual al que se le ha estropeado su antigua lavadora. Cada relato es una ventana a realidades que muchas veces pasan desapercibidas.
El relato "Como si te hubieras olvidado del sentido de vivir" me ha dejado muy tocado. Destaca especialmente por su capacidad de transmitir la opresión y la amenaza constante que rodean al protagonista. La autora logra emular el lenguaje adolescente en su forma y en sus contradicciones, sumergiendo al lector en una atmósfera asfixiante de autodestrucción que deja huella.
Si bien algunos relatos pueden resultar inquietantes y duros, esa es precisamente la magia de Labari: su habilidad para incomodar, para hacer reflexionar y para mostrar la complejidad de lo cotidiano. Su escritura no busca la complacencia, sino la verdad, y en ese sentido, esta colección es un testimonio de su talento y evolución como autora.
"No se van a ordenar solas las cosas" es un libro que deja con ganas de más. Nuria Labari demuestra su capacidad para narrar con inteligencia y sensibilidad, consolidándose como una voz imprescindible en la literatura.
No se van a ordenar solas las cosas es una colección de cuentos que explora las complejidades emocionales y las luchas internas de sus personajes. Cada relato toca temas como el caos personal, el deseo de control y la autoaceptación, pero con enfoques que varían entre lo emocionalmente potente y lo más introspectivo.
Los personajes están más centrados en momentos y emociones intensas que en un desarrollo profundo. Sin embargo, esto no resta su autenticidad. Aunque en los cuentos más breves no se puede pedir un desarrollo exhaustivo, los personajes logran transmitir sus luchas personales. Cada historia presenta un conflicto emocional que engancha al lector, manteniendo su interés constante. El hecho de que cada cuento esté bien equilibrado y no se vuelva tedioso es un punto a favor.
En general, No se van a ordenar solas las cosas es un libro interesante, necesario y es una lectura enriquecedora que toca temas relevantes para todos.
El libro te sitúa en la mente de los personajes y te enseña cómo de un momento cotidiano, empezamos a pensar y pensar hasta llegar a lugares y reflexiones superinteresantes. Los primeros relatos me han encantado. Pero los últimos tratan la misma temática, aunque desde diferentes puntos de vista. Eso lo hizo un pelin monótono. Propongo a quien lo quiera leer que se invente un orden (leer el primero, el último, el segundo y el antepenúltimo...), seguro que así se disfruta más.
“ser capaz de negar la realidad es un arte, requiere imaginación, constancia y creatividad. no todo el mundo puede hacerlo igual de bien y nadie puede hacerlo solo, porque precisa de la complicidad del resto. el arte no existe cuando no hay nadie mirando”
“no creo que nada esté bajo control, pero sí me siento en orden”
Bf, brutal! Vaya viajazos. La autora narra 6 historias breves -a cuál más diversa- en los 6 capítulos que componen el libro. De hecho la forma de expresar es tal, que puedes encarnar a todos y cada uno de los protas, te permite sentir, empatizar, sufrir.. e incluso aprender curiosidades sobre varios países, lenguas y culturas. Creo que si lo volviera a leer seguiría descubriendo detallitos que se me han pasado por alto esta primera vez. ¡¡Íncreible!!
Le pongo dos estrellas pero me gustaría puntuar cada relato por separado porque hay algunos que me han gustado mucho (mi favorito el mundo cuando mueras), mientras que otros me han resultado un poco aburridos. Primera vez que leo un libro así y me ha gustado.
Los cuentos hacia el final pierden la gran potencia de los dos primeros :/. Eso sí, el cuento sobre la dismorfia corporal es uno de los más bellos y reales que he leído en mucho tiempo. ¡Qué gran habilidad para las voces y los registros! Un gym rat muere cada vez que alguien lo lee <3.
no me gustó mucho, puede ser porque no me gustan los cuentos. lo descubrí en una buena reseña en el país y resultó que la autora es columnista de el país xd
Este es un claro ejemplo de ese dicho: “No se puede juzgar un libro por su portada”.
Creo que las 2 primeras historias son demasiado fuertes como para empezar el libro, la verdad… no se lo recomiendo a una persona que esté pasando por un momento muy vulnerable a nivel mental ya que tratan temas como la depresión y el suicidio.
A pesar que de las 6 historias que contiene el libro solo me hayan gustado 3 (la mitad), le pongo 4 estrellas porque esas historias me han encantado!
Las historias que más me han gustado han sido (por orden de capítulos):
- Como si te hubieras olvidado del sentido de vivir - El mundo cuando mueras - No soy un Alte Kaker
Me quedo con dos frases del libro, aunque hay muchísimas más:
- “El amor es, sin lugar a dudas, el proceso por el que se crean los fantasmas”. - “La obsolescencia programada está acabando con el amor”.
5 relatos que se resumen en “Problemas del primer mundo”, solo se salva el segundo que trata sobre la dismorfia de un adolescente, y aún este relato se me quedó cojo. Las historias cuentan datos que se quedan como en el aire, como añadiendo pinceladas de una vida que realmente no aportan nada a la historia final. Las incongruencias me hacían difícil centrarme en el mensaje que supongo quería transmitir la autora.
Lo mismo me pasa con las diferencias de edad tan grandes en las relaciones, me parecen innecesarias y si se tratara de un hombre y un chica joven nos parecería inaceptable, pero, y me repito, creo que en ambos relatos tanta diferencia de edad no aporta nada a la historia en sí. Era breve y por eso quise darle una oportunidad y terminarlo, pero no me ha convencido. Una lástima, porque me habían hablado muy bien de la autora.
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Libro de historias cortas bastante descafeinadas, la mayor parte de las historias parecen la fantasía buenista de una Charo que vive en Valdebebas, hombres blancos malos, inmigrantes seres de luz. Una mujer que tiene una asistenta inmigrante que sabe lo que hace en la vida mientras que la mujer blanca es una pánfila, una mujer que va de vacaciones con sus familia y se emociona con sus guías de color y se deprime con su marido oficinista blanco, una mujer de 50 que sale con un marroquí de 19 que le quiere por amor porque es puro e inocente … y así todo.
Solo se salva un relato de un joven que cae en la vigorexia esperando conseguir más aprobación social.
Lo único bueno del libro es que es breve.
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“Al principio puede resultar complicado, pero con el entrenamiento necesario una ya no distingue entre lo que cree ver y lo que de verdad tiene delante. El amor de una madre es un filtro que deforma para siempre la realidad. Yo aprendí a maquillar el dolor gracias a la mía. Uno puede reconocer cuál es su lengua madre porque es el idioma con el que se miente a sí mismo. Puedes hablar muchas lenguas, pero solo engañarte con la del amor. Ser capaz de negar la realidad es un arte, requiere imaginación, constancia y creatividad. No todo el mundo puede hacerlo igual de bien y nadie puede hacerlo solo, porque precisa de la complicidad del resto. El arte no existe cuando no hay nadie mirando”
El libro tiene seis relatos y aunque la escritora tiene un estilo que me ha gustado mucho; es observador y todo el rato planea entre la tristeza, la melancolía o directamente la depresión pero al ser relatos son algo desiguales. Los que van de una mujer de mediana edad un poco pija progre son los mejores porque se notan los más conseguidos. El resto bajan un poco la media para mi gusto.
Mención especial para el de la viuda que ese solo son seis, siete o diecinueve estrellas.
6 relatos espectaculares. De los mejores que he leído. Te meten dentro del personaje de tal forma que hace que lo vivas como si fueras él o ella. Y encima con unos argumentos muy actuales. Y a la vez clásicos y trascendentales. Y todo con originalidad y con una fluidez y sencillez en el lenguaje digno de admiración. Me apunto el nombre de esta autora para seguir leyendo sus libros porque seguro que serán tan apasionantes como este.
No soy yo muy aficionado a las colecciones de relatos, pero tengo que reconocer que esta me ha dejado un buen sabor de boca. Me ha gustado especialmente el primero: Dios solo entiende palabras esdrújulas. En general, no son relatos que destaquen por la trama, por buscar esa sorpresa al final. Creo que el entramado de la historia solo es un envoltorio conveniente para poder encajar algunas de las reflexiones de los personajes, que hablan con voz propia y desde una inesperada clarividencia.
Una lectura refrescante para empezar el año. Las historias que cuenta la autora hablan de la esencia humana, de los instintos y sentimientos más profundos. Maternidad, obsesión, miedo, soledad, pasión, todo y nada.