¿A dónde se va la esperanza cuando el amor se muere? Ella tiene el corazón roto. La persona que creyó que era el amor de su vida resultó ser su peor error, porque las segundas oportunidades no son para todos. Ahora pasa los días hablando con su fantasma, buscando respuestas a preguntas, recordando momentos con él y tratando de reparar su corazón. Pero todo se arregla con vino rosado, un poco de humor y un otoño. Conforme pasan los meses, ese corazón roto poco a poco queda atrás y la esperanza de volver a enamorarse la anima a darse una nueva oportunidad con otras personas.
Mariana Narváez creció en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas y vive en la Ciudad de México con su gata Nina, sus libros, su colección de tazas y sus plantas. Cuando no está escribiendo está leyendo. El otoño es su estación favorita, le pide deseos a la luna y su galería está llena de fotos de atardeceres. Sus amigos dicen que su vida podría ser una serie de Netflix, y una de sus metas en la vida es que su helecho no se muera. Recientemente publicó su primer poemario "Ciento veintiún noches sin dormir". En la actualidad escribe poesía inspirada en la nostalgia, la mujer y el amor bajo el seudónimo de Migajas de Ayer. "Cuando los helechos se mueren" es su primera novela.
¿Es otro libro de romance juvenil? Claro que si, pero a tus treintas.
Aceptémoslo, aunque nos creamos muy mayores para los fanfic, la realidad es que nos encanta leerlos. Sin embargo, aunque este libro comienza con un romance de película, en las primeras páginas se termina. Desde ahí te quedas a la espera de: Entonces ¿Qué estoy leyendo?.
Pero la realidad es que muchas de nosotras leemos en este libro historias nuestras que se quedaron en un cajón o en conversaciones con las amigas, porque - Que vergüenza que se enteren que no vi las red flags a mi edad- . Y si bien pareciera que el libro se vuelve un loop interminable de mal de amores, al final, si te tomas unos momentos, puede llevarte a un lugar de mucha reflexión personal.
Que no te de pena regresar a las "lecturas ligeras", porque si lo lees a conciencia, podrías aprender muchísimo de ti misma y de cómo no hacer que tus helechos se mueran.
Tiene un poco de demasiada depresión por los amores fallidos, frustra que yo pudiera pensar que exagera la protagonista. Pero dejando de lado el cómo conoce a sus casi algos, tiene muchas frases lindas que hacen recordar esos amores que no se van y nunca se irán. (Amores en singular)
Escribe muy bonito, es muy... Fantasiosa pero no la culpo.
Peca de repetitiva, de querer exagerar la pluma y entiendo el cometido de hacerlo pero realmente repetía demasiado una misma historia, las mismas situaciones (no el recordar) si no la historia como ejemplo el ticket de autobus tuvo su final si pero no era necesario describirme el porque cada que se mencionaba, no era necesario describir que tipo de café le gustaba siempre... ese tipo de cosas hacia que a veces lo sentiera algo... Egocentrico pero claro que le daría aún así otra oportunidad a la autora para ver las mejoras.
Me gusta la estetica de la portada :)
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⭐⭐⭐⭐⭐ 5/5 "¿A dónde van todas esas palabras que no decimos, todas las cartas que escribimos y no entregamos? ¿A dónde van los 'te extraño' que no podemos decir?"
Está sonando “Falling in Love at a Coffee Shop”… adorna una mañana llena de nostalgia. Ayer tomé una decisión poco habitual: pausé la lectura de un libro que me tenía atrapada, porque otro me llamaba con fuerza. Cuando los helechos mueren, de Mariana Narváez, no solo me eligió… también me encontró justo cuando lo necesitaba.
Lo empecé entre lágrimas contenidas, y lo terminé envuelta en una manta, con café en mano y el corazón estrujado. Es una historia de amor, sí. Pero no de esas que endulzan; de las que duelen. De las que te obligan a cerrar el libro un momento para respirar, para dejar salir lo que se te atoró en el pecho.
Es un libro que no solo leí: lo viví. Me enojé, me sentí vulnerable, lloré, me reí bajito, me sentí expuesta. Lo subrayé como si estuviera escribiéndome a mí misma una carta en los márgenes. Y mientras más avanzaba, más claro tenía que este libro tendría que ser un regalo para alguien más. No porque quisiera deshacerme de él, sino porque su mensaje debe compartirse. Es una antorcha. Una herencia emocional.
Me hizo pensar mucho en mi sensibilidad, en ese rasgo que por años vi como defecto. Que intenté esconder, corregir, suavizar. Me dijeron muchas veces “no seas tan intensa”, y durante mucho tiempo pensé que tenían razón. Hoy ya no. Hoy sé que esa intensidad es mi puerta. Mi filtro. Mi forma de amar y de entender el mundo.
Cuando los helechos mueren fue un espejo. Me recordó que no estoy sola en esto de sentir demasiado. Que hay otras como yo, que lloran en la página 63 y se ríen en la 174. Que subrayan, que guardan cartas, que interpretan silencios y mariposas como señales del universo.
Y justo eso me dejó pensando: ¿qué hacemos con las señales? ¿Las seguimos? ¿Nos aferramos a ellas para evitar decidir? Este libro me confrontó con esa parte mía que a veces quiere ver lo que desea, no lo que necesita. Me recordó que, aunque las señales pueden ser faros, también pueden ser espejismos. Que a veces no vienen del universo, sino de adentro. De un corazón que necesita creer.
Este libro llegó como mensaje disfrazado de novela. De esos que no quieres oír, pero ya no puedes seguir ignorando.
Así que sí… seguiré viendo señales. Pero con los ojos más abiertos. Y con el corazón menos desesperado por respuestas.
Gracias, Mariana Narváez, por escribir algo que se siente como un abrazo directo al alma.
No pude dejar de leerlo. Quería saber si la protagonista lograría superar ese amor que no fue, esa casi relación, a esa persona que idealizó tanto y con la que imaginó un futuro… y si al final habría un cierre.
Eso sí, para llegar a ese cierre, la protagonista tuvo que pasar por su duelo: cometió los mismos errores, volvió a ver amor donde no lo había, se volvió a equivocar, sobreanalizó cada acción y se preguntó si ella era el problema, ya que era el factor común.
Me encantó cómo la novela retrata el proceso de duelo amoroso a través de cartas: recordando lo que fue, lo que no fue, lo que la protagonista creyó que fue o sería, y cómo finalmente logra decir adiós. También amé la incorporación de esos pensamientos sobre lo que le gustaría contarle al “fantasma” que ya no está, porque es muy relatable: esa sensación de acordarte de alguien que ya no forma parte de tu vida porque algo te lo recordó, y no poder contárselo.
Así definiría el libro: relatable. Habla de darle vueltas a esa relación que no salió como esperabas, habla de no dejar ir, hasta que finalmente te cansas y sueltas… después de repetir el patrón unas cuantas veces.
Este libro me dejó con un buen sabor de boca. Porque todas, todos y todes hemos estado en esta situación. Nos duele que no nos escojan, nos duele que nos hagan sentir menos, nos duele no ser incluidos en la vida de las personas de la que nos enamoramos. Porque damos todo y siempre nos devuelven nada.
Con esta historia me acordé de algunas idas y venidas con un ex en particular porque yo pensaba que nadie más me iba a amar.😞 Pero me acordé más de la historia que tuve con un amigo del que me enamoré e hice a un lado a todo mundo sólo para ser feliz un rato con ese ser humano. Le dediqué canciones, escritos y películas en secreto que ahora puedo decir que no me avergüenza porque lo mejor del amor es el camino, no el destino. Y lo que aprendimos de él. Y este libro lo muestra muy bien.
P.D. No dejo de pensar en la canción de Taylor Swift “death by a thousand cuts” desde que leí el libro.🌸
Es un libro que se lee rápido y no se siente pesado o monótono, genera muchas emociones; sufrí con la protagonista a veces la quería abrazar y otras zarandear, a veces quería llamarla e ir por un chocolate caliente para conversar, llore y reí, me enamoré y me rompió el corazón.
Me enamoró la forma en que narra, se siente diferente a la mayoría de lo que hay en el mercado, te da información y descripciones sin caer párrafos y párrafos de relleno para decir algo sencillo.
Se nota el amor que se puso en todo el proceso del libro, y es algo que agradezco mucho a la autora, se ganó un lugar en mi corazón este libro y espero siga publicando más.
Cuando empecé esta novela y avanzaba en la lectura, algo me irritaba, me cansaba que la protagonista hablara siempre de lo mismo, de una relación fallida, y luego de otra y luego de otra. Ahora entiendo porqué me irritaba, y es porque me identifiqué en mis propias relaciones y situaciones amorosas. Porque cuando una relación no funciona nos deja así, aletargadas y viviendo de lo que fue y lo que no. La autora retrata bien al personaje, enamoradiza, ingenua pero también fuerte. Recomendable para esas personas que pasan por el desasosiego de una relación incierta y/o acabada, se identificarán con la chica y con el montón de situaciones idealizadas por el sentimiento llamado amor.
Ligero, un libro donde la protagonista corre en círculos de principio a fin. La falta de amor propio, de terapia, de cosas que hacer o la suma de todas las anteriores son los ingredientes de esta novela donde no quieres verte reflejada. Un instructivo de lo que no se tiene que hacer a la hora de las relaciones. Bien escrito, te hace sentir como que tu amiga te está contando. Estaría bien una segunda parte con el crecimiento del personaje, o lo AHORA si aprendido.
Hay muchas partes lindas de este libro: ✨la forma de escribir tan profunda y tan llena de sentimientos ✨poco a poco la protagonista va descubriéndose a sí misma ✨muchaaaas frases hermosas ✨si estas pasando por una ruptura te va servir mucho para hacer catarsis
Ahora las partes no tan lindas es que tal vez es un poco repetitivo ( la prota cae en el mismo problema amoroso 3 veces) por lo que algunos capítulos te pueden parecer tediosos.
Una carta al desamor, un mapa de lo que casi fue, pero terminó no siendo. Cosas que me gustaría contarte y sí puedo: lee este libro si alguna vez te enamoraste, si alguna vez tuviste el corazón roto y sobre todo si quieres saber porqué a veces es mejor cerrarle la puerta al pasado.
Un gran libro para recordar a ese amor que te hizo sentir y amar intensamente pero al final te enseñó a amarte más a ti que a solo la idea del amor. Un libro ligero pero divertido que te apapacha el corazón.
Una historia ligera, para leer en la playa. Todos tenemos una amiga que podría ser la protagonista, muy recomendable si estás pasando por un corazón roto.
Es un libro para recordar que siempre debemos poner límites, recordar que el amor debe ser recíproco, que idealizar a alguien jamás es buena idea y que las expectativas de una relación siempre deben ser habladas, es también un apapacho si tienes el corazón roto