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Las palabras de la bestia hermosa: Breve manual de psiquiatría con alma
«Esta extraordinaria y bella indagación en las fronteras de la
realidad y de la cordura es una guía fascinante de las regiones inexploradas de lo humano. Aquí hay dragones, como decían los antiguos mapas».
Rosa Montero
«Una obra tan bien escrita como útil para comprender los grandes temas de la psiquiatrí el suicidio, la neurosis, la esquizofrenia, el trastorno obsesivo compulsivo o el trastorno bipolar».
Álvaro Bilbao
Tras más de veinte años escuchando con empatía los testimonios -terribles y hermosos- de sus pacientes, el psiquiatra Guillermo Lahera narra en Las palabras de labestia hermosa, a través del desarrollo de siete casos clínicos, en qué consisten y por qué se producen los principales trastornos mentales y cómo estos definen los aspectos esenciales del ser humano.
Con una prosa tan rigurosa como ágil, que recuerda al mejor Oliver Sacks, Lahera nos descubre un cerebro social, interconectado, narrativo y permeable, una máquina falible de contar historias y de construir la realidad, muy alejada de la idea de simple ordenador biológico o procesador de información. Son los relatos de quienes han pasado por su consulta los que nos revelan sus mecanismos. Y quizá, al llegar a la última página de este libro, algún lector detecte signos de alarma, factores de riesgo y, sobre todo, comprenda que la lucha secreta con la enfermedad mental representa una forma excelsa de humanidad.
realidad y de la cordura es una guía fascinante de las regiones inexploradas de lo humano. Aquí hay dragones, como decían los antiguos mapas».
Rosa Montero
«Una obra tan bien escrita como útil para comprender los grandes temas de la psiquiatrí el suicidio, la neurosis, la esquizofrenia, el trastorno obsesivo compulsivo o el trastorno bipolar».
Álvaro Bilbao
Tras más de veinte años escuchando con empatía los testimonios -terribles y hermosos- de sus pacientes, el psiquiatra Guillermo Lahera narra en Las palabras de labestia hermosa, a través del desarrollo de siete casos clínicos, en qué consisten y por qué se producen los principales trastornos mentales y cómo estos definen los aspectos esenciales del ser humano.
Con una prosa tan rigurosa como ágil, que recuerda al mejor Oliver Sacks, Lahera nos descubre un cerebro social, interconectado, narrativo y permeable, una máquina falible de contar historias y de construir la realidad, muy alejada de la idea de simple ordenador biológico o procesador de información. Son los relatos de quienes han pasado por su consulta los que nos revelan sus mecanismos. Y quizá, al llegar a la última página de este libro, algún lector detecte signos de alarma, factores de riesgo y, sobre todo, comprenda que la lucha secreta con la enfermedad mental representa una forma excelsa de humanidad.
- GenresPsychology
225 pages, Kindle Edition
Published October 10, 2024
353 people want to read
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Community Reviews
Displaying 1 - 18 of 18 reviews
March 1, 2025
Como alumno suyo en la universidad ya conseguía engancharme de principio a fin en sus clases; por su contenido y especialmente por su forma de explicarlo y transmitirlo. No iba a ser diferente con este libro. Brillante
December 8, 2024
Si todos tuviéramos claro que cualquiera puede sufrir un trastorno mental a lo largo de su vida, no habría estigma. Este libro es una maravilla y debería leerlo todo el mundo para comprender mejor el dolor que padecen las personas con este tipo de problemas.
August 29, 2025
Esta obra es un compendio de sabiduría, humanidad, conocimiento científico, motivación y autorrevelaciones. Muestra con claridad la motivación de un joven que decide estudiar medicina para llegar a especializarse en psiquiatría y poder aprender a entender y a manejar los misterios de la mente humana.
Tras más de veinte años escuchando con empatía los testimonios -terribles y hermosos- de sus pacientes, el psiquiatra Guillermo Lahera narra en este manuscrito, a través del desarrollo de siete casos clínicos, en qué consisten y por qué se producen los principales trastornos mentales y cómo éstos definen los aspectos esenciales del ser humano. Con una prosa tan rigurosa como ágil, Lahera nos descubre un cerebro social, interconectado, narrativo y permeable, una máquina falible de contar historias y de construir la realidad, muy alejada de la idea de simple ordenador biológico o procesador de información. Son los relatos de quienes han pasado por su consulta los que nos revelan sus mecanismos. Y quizá, al llegar a la última página de este libro, algún lector detecte signos de alarma, factores de riesgo y, sobre todo, comprenda que la lucha secreta con la enfermedad mental representa una forma excelsa de humanidad.
Leyendo este libro podemos aprender sobre los trastornos mentales y observar cómo el escritor mantiene su deseo de mejorar y aportar a través de su empatía y gran experiencia.
Tras más de veinte años escuchando con empatía los testimonios -terribles y hermosos- de sus pacientes, el psiquiatra Guillermo Lahera narra en este manuscrito, a través del desarrollo de siete casos clínicos, en qué consisten y por qué se producen los principales trastornos mentales y cómo éstos definen los aspectos esenciales del ser humano. Con una prosa tan rigurosa como ágil, Lahera nos descubre un cerebro social, interconectado, narrativo y permeable, una máquina falible de contar historias y de construir la realidad, muy alejada de la idea de simple ordenador biológico o procesador de información. Son los relatos de quienes han pasado por su consulta los que nos revelan sus mecanismos. Y quizá, al llegar a la última página de este libro, algún lector detecte signos de alarma, factores de riesgo y, sobre todo, comprenda que la lucha secreta con la enfermedad mental representa una forma excelsa de humanidad.
La psicosis es la enfermedad que afecta a lo más esencial del ser humano, la capacidad de recordar, de imaginar y de predecir la realidad para adaptarse mejor a ella.
conviene saber que 7 de cada 10 personas que mueren por suicidio no tenía pensado hacerlo tan solo una hora antes. Porque la conducta suicida es dinámica, cambiante, en algún punto impredecible, y se ajusta mal a nuestros anhelados modelos lineales de predicción e intervención.
Leyendo este libro podemos aprender sobre los trastornos mentales y observar cómo el escritor mantiene su deseo de mejorar y aportar a través de su empatía y gran experiencia.
Las rutas que conducen al suicidio son muy diversas. En 1941, la escritora Virginia Woolf, a los cincuenta y nueve años, tras una vida y una obra marcadas por la vivencia de un grave trastorno bipolar, se sumergió en el río Ouse con los bolsillos cargados de piedras. Había escrito la carta de despedida más conmovedora del mundo, dirigida a su marido, el editor Leonard Woolf:
Querido: Creo que voy a enloquecer de nuevo. Siento que no podemos atravesar otro de esos tiempos horribles. Y esta vez no me recuperaré. Comienzo a escuchar voces y no puedo concentrarme. Así que voy a hacer lo que creo que es lo mejor. Tú me has dado la mayor de las felicidades posibles. Has sido, en todos los sentidos, todo lo que alguien puede ser. No creo que dos personas puedan haber sido más felices hasta que llegó esta enfermedad. […] Todo se ha marchado de mí, salvo la certeza de tu bondad. Y no puedo seguir arruinando tu vida durante más tiempo. No creo que dos personas puedan ser más felices de lo que nosotros hemos sido
November 22, 2024
Siete nombres falsos para siete casos reales que abren una ventana inédita, tan terrible como fascinante, a la enfermedad mental. Todos ellos pasaron por la consulta del doctor Guillermo Lahera Forteza, profesor titular de Psiquiatría en la Universidad de Alcalá y jefe de sección en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias. Lahera ha cosido con sus historias, recogidas en más de dos décadas de desempeño profesional, un libro sensacional que brilla a la altura de nombres clásicos del ensayo clínico con afán divulgador como Oliver Sacks o Andrew Solomon.
Seguir leyendo la reseña/entrevista aquí:
https://www.penguinlibros.com/es/revi...
Seguir leyendo la reseña/entrevista aquí:
https://www.penguinlibros.com/es/revi...
January 20, 2025
Ringrazio di avere ascoltato la puntata di Natale del podcast "Qué estás leyendo" de El País, che consigliava questo libro.
Inframmezza il racconto di casi clinici con spiegazioni chiare e interessantissimi sui vari disturbi e malattie mentali, tenendo un approccio sufficientemente personale da renderlo emotivamente coinvolgente, ed obiettivo per non perdere di rigore.
Spero che venga tradotto in altre lingue perché merita certamente di essere diffuso.
Inframmezza il racconto di casi clinici con spiegazioni chiare e interessantissimi sui vari disturbi e malattie mentali, tenendo un approccio sufficientemente personale da renderlo emotivamente coinvolgente, ed obiettivo per non perdere di rigore.
Spero che venga tradotto in altre lingue perché merita certamente di essere diffuso.
September 18, 2025
"Siempre con esperanza" es el mensaje que el doctor Lahera escribió en su dedicatoria. Conocerlo y poder escucharlo fue importante para llegar a adentrarme en el texto de este Breve manual de psiquiatría con alma que nos hace bucear en nuestros propios orígenes y destinos.
Pocas bestias son hermosas. Y lo que nunca son hermosas son las palabras que pronuncian, eso lo puedo asegurar. Sin embargo, las palabras de Guillermo consiguen que la bestia casi sea un poco hermosa.
La enfermedad física es preferible a la mental. Son dos planos diferentes. Lo más desquiciante de los padecimientos mentales es su difícil localización y tratamiento.
Ayer leí que la emoción de la envidia activa varias regiones, especialmente la corteza cingulada anterior, que está asociada con el procesamiento del dolor emocional y la comparación social, y el estriado ventral, relacionado con la búsqueda de recompensa. La envidia activa tanto regiones que procesan el dolor emocional como aquellas que procesan las recompensas, lo que explica el malestar que puede llegar a generar. ¿Cómo puedo fortalecer la corteza cingulada anterior, también llamada el músculo de la disciplina? Algo tan simple como cumplir con una rutina de entrenamiento que no te entusiasma o estudiar contenidos complejos cuando preferirías descansar, activa y desarrolla esta área.
El doctor Lahera nos presenta cuadros mucho más difíciles que la envidia como son la impulsividad, la paranoia, la esquizofrenia, el trastorno bipolar, el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno límite de la personalidad, el trastorno de acumulación o la depresión, por medio de personas como tú y como yo, que viven en un entorno actual.
Puedes leer los capítulos del ensayo (un total de ocho, con nombres propios) en el orden que quieras; puedes releerlos en varias ocasiones, como ha sido mi caso, por la cantidad de detalles e información que incluyen. Es una lectura muy clarificadora.
Como seres humanos que somos, en mayor o menor medida, albergamos rasgos que apuntan a unas tendencias u otras. Los biologicistas entienden que hay una serie de factores biológicos que están presentes en la salud mental; igual que heredamos el color de piel o la calidad de los huesos, heredamos nuestros perfiles mentales. Sin embargo, hay un componente de naturaleza puramente psicosocial presente en la enfermedad mental. Lo que me gusta de este manual es la filosofía que destila: medicación y psicoterapia han de ser incluidas. Ninguno de los dos abordajes es excluyente.
El mayor sufrimiento de los trastornos mentales reside en la falta de sintonía que existe con respecto a ellos. Llegar a entenderlos un paso más es obligado. Cuanto más sepamos, mejor nos irá a todxs.
Me gustan mucho las apreciaciones personales del autor; sus textos están llenos de referencias a la música, lecturas, filosofía y cine. Con su personal estilo, consigue una gran cercanía.
Es una lectura sesuda, impactante. No es una lectura para entretener. Muy recomendable.
Pocas bestias son hermosas. Y lo que nunca son hermosas son las palabras que pronuncian, eso lo puedo asegurar. Sin embargo, las palabras de Guillermo consiguen que la bestia casi sea un poco hermosa.
La enfermedad física es preferible a la mental. Son dos planos diferentes. Lo más desquiciante de los padecimientos mentales es su difícil localización y tratamiento.
Ayer leí que la emoción de la envidia activa varias regiones, especialmente la corteza cingulada anterior, que está asociada con el procesamiento del dolor emocional y la comparación social, y el estriado ventral, relacionado con la búsqueda de recompensa. La envidia activa tanto regiones que procesan el dolor emocional como aquellas que procesan las recompensas, lo que explica el malestar que puede llegar a generar. ¿Cómo puedo fortalecer la corteza cingulada anterior, también llamada el músculo de la disciplina? Algo tan simple como cumplir con una rutina de entrenamiento que no te entusiasma o estudiar contenidos complejos cuando preferirías descansar, activa y desarrolla esta área.
El doctor Lahera nos presenta cuadros mucho más difíciles que la envidia como son la impulsividad, la paranoia, la esquizofrenia, el trastorno bipolar, el trastorno obsesivo compulsivo, el trastorno límite de la personalidad, el trastorno de acumulación o la depresión, por medio de personas como tú y como yo, que viven en un entorno actual.
Puedes leer los capítulos del ensayo (un total de ocho, con nombres propios) en el orden que quieras; puedes releerlos en varias ocasiones, como ha sido mi caso, por la cantidad de detalles e información que incluyen. Es una lectura muy clarificadora.
Como seres humanos que somos, en mayor o menor medida, albergamos rasgos que apuntan a unas tendencias u otras. Los biologicistas entienden que hay una serie de factores biológicos que están presentes en la salud mental; igual que heredamos el color de piel o la calidad de los huesos, heredamos nuestros perfiles mentales. Sin embargo, hay un componente de naturaleza puramente psicosocial presente en la enfermedad mental. Lo que me gusta de este manual es la filosofía que destila: medicación y psicoterapia han de ser incluidas. Ninguno de los dos abordajes es excluyente.
El mayor sufrimiento de los trastornos mentales reside en la falta de sintonía que existe con respecto a ellos. Llegar a entenderlos un paso más es obligado. Cuanto más sepamos, mejor nos irá a todxs.
Me gustan mucho las apreciaciones personales del autor; sus textos están llenos de referencias a la música, lecturas, filosofía y cine. Con su personal estilo, consigue una gran cercanía.
Es una lectura sesuda, impactante. No es una lectura para entretener. Muy recomendable.
July 18, 2025
(2.25/5) Enormemente divulgativo, pero trufado de ciertos mensajes que pueden ser problemáticos a nivel político, filosófico y social. Esto es, aunque posee interesantes apuntes y explicaciones psiquiátricas, resulta muy decepcionante por el "ethos" que trasluce, muy especialmente si se le compara con otros autores patrios como puedan ser Marino Pérez Alvárez, Fernando Colina, José María Álvarez o Antoni Talarn (por citar un puñado de psiquiatras-psicoterapeutas de diferentes ramas y tendencias). El título del libro es falso, diría, y, por supuesto, me pregunto donde están esos 7 casos. Sus protagonistas están vaciados de individualidad y de narrativa, como si fueran victimas de un tumor de piel para un dermatologo, y solo importara la explicación médica del proceso quirúrgico. ¿De qué "alma" habla el titulo? ¿Por qué cae, a veces, en una táctica emocional tan propia del amarillismo populista?
Aunque Lahera una y otra vez insiste en la tesis de la interacción gen-ambiente, ello queda a un nivel teórico en su caso, desdicho por cómo encara los casos prácticos. En contraste con la riquísima literatura de casos clínicos de escuelas neoconductistas, fenomenológicas y psicoanalíticas, nuestro autor esboza unas pinceladas biográficas que rara vez presentan importancia a la hora de explicar al sujeto y sus dolencias (el caso de Ainhoa y de su padre se aproximan más a la excepción, aunque en este último deja claro la tesis del autor: ¡a saber por qué a mi padre le vino la depresión! ¡Da igual!): Lahera acaba reduciéndolo todo a cerebro orgánico y, quizás, a un trauma puntual. El trayecto y sentido vital, los accidentes biográficos más dinámicos, las costumbres y deseos, las ficciones sociales y familiares, si aparecen, se reducen a mero ornato, o no parece tomarlo en serio en sus efectos, pese a afirmar ¡en una sola ocasión! que "La crianza es una etapa crítica en la prevenciónde los trastornos mentales (la otra es la adolescencia...)" (pág 200). Pero su método no incide en trabajar precisamente en esa caja de Pandora.
¿Realmente escucha al paciente? Rara vez, y de ahí que la mayor parte del libro sean explicaciones fisiológicas o teóricas para dar con la "solución". El caso de su padre, del que parece que no araña ni la superficie, y que lo emplea como un chantaje emocional para hilvanar un happy end (pp. 224-225), es muy preocupante por lo que trasluce (no porque no existan casos así, sino porque trivializa los sufrimientos que una persona puede albergar, y porque su caso debería contextualizarse mas adecuadamente para no tomar la parte por el todo). El caso "particular", en definitiva, acaba entrando en una diagnosis general. Finalmente, Lahera parece ser el prototipo de psiquiatra que con la pastilla milagrosa "calma" el problema, pese a que él no quiera verse en ese lugar. A nivel psicoterapeútico no expone nada, de hecho, más allá de palabras redundantes tipo "empatía" o incluso un sorprendente voluntarismo buenista (que a veces raya el manual de autoayuda, véanse pp. 69, 72 o 187, por ejemplo), ni tampoco aclara la naturaleza de los fármacos psiquiátricos (que, por supuesto son útiles, pero no explica su papel instrumental y no-finalista).
Por mucho que insista (¿Por qué insiste tanto?¿Es consciente de que algo no cuadra en su praxis y narración?), lo dice claramente, por ejemplo en la página 152: mejoraremos la psiquiatría cuando conozcamos mejor el cerebro orgánico. Obviemos la literatura y su sondeamiento de la psique (el pone ejemplos literarios, pero son meramente ornamentales), la poesía, el arte, la historia, el ensayo autobiográfico... No prestemos atención a la biografía continua del sujeto, ni tampoco a su deseo, ni a sus capítulos evolutivos vitales. ¡Curiosa forclusión de la interración con el ambiente! Pero claro, Lahera es que defiende un determinismo de la personalidad, en el "temperamento", que él esgrime como un extraño determinismo ad hoc (como posibles causas evolutivas para cualquier trastorno, y así echar balones fuera -i.e. pág 214). Así no hay que preguntarse sobre porqués. Si uno es tímido o no, es por algo innato, como él dice, y si uno "tiene" resiliencia es por un afortunado azar evolutivo, si tiene depresión es porque monos sumisos pasaron su genética...
El libro de Antoni Talarn "Relaciones, vivencias y psicopatología", aun partiendo de la misma teoría que Lahera, SÍ que expone esa imbricación de genética y ambiente de un modo cauteloso y cuidadoso, promoviendo que se entienda que donde más podemos hacer por el sujeto no es en lo objetual, donde a menudo poco se puede intervenir (la neurona, la dopamina, su gen Ha-100), sino en como reinterpretar y modificar lo que se pueda de su ambiente. Si no, la alternativa es simplista y reduccionista: será su serotonina, será que la amígdala la tiene grande, no nos preguntemos por sus obsesiones ni que nos cuente su vida...
Reitero que tiene momentos muy interesantes y que las explicaciones psiquiátricas son ejemplo de una buena divulgación. Desde luego, sabe bien explicar los posibles cimientos orgánicos y genéticos de tantas cosas (aunque para todo esto infinitamente mejor leer a Marino Pérez Alvárez para también poner en cuestión parte de esto). Pero se queda tan pancho como sin con ello ya hubiera entendido o comprendido a los sujetos. No obstante, detecto más problemas en este ensayo. Veamos.
Cuando a la hora de criticar el psicoanálisis se queda a una queja propia de nivel de chismorreo, de mala fe o de estupidez: ¿Es ignorancia lo que dice en la página 163 al respecto de Freud y el asunto de los abusos? (debería ir y enterarse mejor de todo eso, incluído lo del tema del machismo...) ¿Se queda con nociones psicoanalíticas de los años 30? ¿No sabe diferenciar entre Jung y el psicoanalisis postestructuralista que hoy tiene vigencia institucional? Es vergonzoso que un psiquiatra pueda criticar al psicoanálisis las mismas cosas que una persona absolutamente desinformada al respecto, tirando del hilo de freudianismos de hace más de un siglo.... (si alguien me lee, que esté tranquilo, que no soy psicoanalista). La crítica puede ampliarse: cita como "revoluciones actuales" cosas que se saben desde hace décadas, y a veces recurre con ligereza a argumentos evolucionistas que deberían tratarse con más cautela, para no unidimensionalizar biología, cultura e individualidad como si fueran lo mismo (véase pp. 215-216): una vez más, Lahera, inadvertidamente, podria estar quitando todo hierro incluso al Holocausto, pues "somos una continuidad con la indiferente evolucion de los seres vivos". Él cita, al respecto, mucho a Pablo Malo, autor interesante al que también critique, moderadamente empero, en otro review. Como Lahera, tiene algo de mainstream de moda...
En conclusión, el problema central de este ensayo es su "ethos", las nociones centrales que trasmite en su enunciación, aunque no siempre sea ni siquiera su intención (por lo que algo de fallido hay en el ensayo por su FORMA, y no siempre por su FONDO). Así, aunque no sea su intención, parece reducir al sujeto a un azar biológico (o circunstancial ambiental: un trauma) donde lo biográfico-dinámico es anecdótico, difumina la responsabilidad individual (ojo, responsabilidad no es culpa, sino que apela a aquel marco posible de opciones que el sujeto puede actuar con una ayuda psicoterapeútica), soslaya el medioambiente todo (ciudad, familia, lugar, costumbre, crisis económica) en la conformación del sujeto, forcluye la escucha al paciente poniendo en su lugar una exposición teórica que da la solución total, ensalza el fármaco sin contextualizarlo (léase a Joan Ramón Laporte)....En ocasiones es irritante cuando enuncia sentencias que podría decir un cuñado tras unas cuantas cervezas: ¿Así se gana a un público lector? Quizás su práctica de redactor de artículos en periódicos le haya bajado demasiado al universo del supuesto "sentido común".
Por supuesto, entiendo que quien no atesore más lecturas de esta índole pueda considerar que estoy exagerando. Se dirá que sí que cita aspectos biográficos, que sí que habla de ambiente, que sí que se muestra muy empático con los pacientes, etcétera. Mi respuesta es sencilla: comparen. Lean a Marino Pérez Alvárez, a Fernando Colina, a J. María Alvárez, a Antoni Talarn... y sí, también a psicoanalistas (el tipo de psicoanalista que Lahera no hay podido leer porque no parece haber llegado a su complejidad): Vilma Coccoz, Gustavo Dessal, Bruce Fink... Descubrirán que a Lahera le falta profundidad, profundidad subjetiva y psíquica, epistemológica (de índole filosófica y antropológica) y, sobre todo, falta de escucha real. Quizás bastaría con que, ya que le guste tanto leer, acceda a aquellos autores que hicieron auténticos casos clínicos de personajes literarios: allí se ve bien como todo el entramado vital ambiental es lo que está más a nuestro alcance. Obviándolo, saber que hay una incidencia genética altísima en la esquizofrénica sólo servirá para limpiarnos las manos.
P.D.: Con todo esto no estoy queriendo señalar que Lahera sea mal psiquiatra, cosa de la que no puedo opinar. Hay razones para opinar que, en los casos que cita (la mayoría, graves, como la depresión severa) donde la ayuda farmacológica es fundamental, haga bien su enfoque: explica bien varias temáticas -el trauma, por ejemplo, aunque subestima hasta qué punto produce trastornos refractarios a diagnósticos fáciles-, es cauteloso a la hora de hablar del DSMl y afirma al menos una vez que "los determinismos humanos operan solo a corto plazo" (aunque tampoco es capaz de profundizar en este asunto lo suficiente). El problema es que tacha el cuidado de sí subjetivo e individual y su sentido para la salud mental. Para Lahera el arreglo que necesita un ordenador se asemeja al de todo caso humano, fruto de una mecanica donde no parece haber lugar para la educacion, la etica, el desarrollo personal y la reflexion sobre los pivotes de cada vida individual. El problema, digámoslo de otro modo, es que tiende a confundir dopamina con adicción, como quien confunde cuchillo con asesinato. Inhibir la dopamina, como reducir el empleo de cuchillos ayudará, sí, pero no es es el quid...
Aunque Lahera una y otra vez insiste en la tesis de la interacción gen-ambiente, ello queda a un nivel teórico en su caso, desdicho por cómo encara los casos prácticos. En contraste con la riquísima literatura de casos clínicos de escuelas neoconductistas, fenomenológicas y psicoanalíticas, nuestro autor esboza unas pinceladas biográficas que rara vez presentan importancia a la hora de explicar al sujeto y sus dolencias (el caso de Ainhoa y de su padre se aproximan más a la excepción, aunque en este último deja claro la tesis del autor: ¡a saber por qué a mi padre le vino la depresión! ¡Da igual!): Lahera acaba reduciéndolo todo a cerebro orgánico y, quizás, a un trauma puntual. El trayecto y sentido vital, los accidentes biográficos más dinámicos, las costumbres y deseos, las ficciones sociales y familiares, si aparecen, se reducen a mero ornato, o no parece tomarlo en serio en sus efectos, pese a afirmar ¡en una sola ocasión! que "La crianza es una etapa crítica en la prevenciónde los trastornos mentales (la otra es la adolescencia...)" (pág 200). Pero su método no incide en trabajar precisamente en esa caja de Pandora.
¿Realmente escucha al paciente? Rara vez, y de ahí que la mayor parte del libro sean explicaciones fisiológicas o teóricas para dar con la "solución". El caso de su padre, del que parece que no araña ni la superficie, y que lo emplea como un chantaje emocional para hilvanar un happy end (pp. 224-225), es muy preocupante por lo que trasluce (no porque no existan casos así, sino porque trivializa los sufrimientos que una persona puede albergar, y porque su caso debería contextualizarse mas adecuadamente para no tomar la parte por el todo). El caso "particular", en definitiva, acaba entrando en una diagnosis general. Finalmente, Lahera parece ser el prototipo de psiquiatra que con la pastilla milagrosa "calma" el problema, pese a que él no quiera verse en ese lugar. A nivel psicoterapeútico no expone nada, de hecho, más allá de palabras redundantes tipo "empatía" o incluso un sorprendente voluntarismo buenista (que a veces raya el manual de autoayuda, véanse pp. 69, 72 o 187, por ejemplo), ni tampoco aclara la naturaleza de los fármacos psiquiátricos (que, por supuesto son útiles, pero no explica su papel instrumental y no-finalista).
Por mucho que insista (¿Por qué insiste tanto?¿Es consciente de que algo no cuadra en su praxis y narración?), lo dice claramente, por ejemplo en la página 152: mejoraremos la psiquiatría cuando conozcamos mejor el cerebro orgánico. Obviemos la literatura y su sondeamiento de la psique (el pone ejemplos literarios, pero son meramente ornamentales), la poesía, el arte, la historia, el ensayo autobiográfico... No prestemos atención a la biografía continua del sujeto, ni tampoco a su deseo, ni a sus capítulos evolutivos vitales. ¡Curiosa forclusión de la interración con el ambiente! Pero claro, Lahera es que defiende un determinismo de la personalidad, en el "temperamento", que él esgrime como un extraño determinismo ad hoc (como posibles causas evolutivas para cualquier trastorno, y así echar balones fuera -i.e. pág 214). Así no hay que preguntarse sobre porqués. Si uno es tímido o no, es por algo innato, como él dice, y si uno "tiene" resiliencia es por un afortunado azar evolutivo, si tiene depresión es porque monos sumisos pasaron su genética...
El libro de Antoni Talarn "Relaciones, vivencias y psicopatología", aun partiendo de la misma teoría que Lahera, SÍ que expone esa imbricación de genética y ambiente de un modo cauteloso y cuidadoso, promoviendo que se entienda que donde más podemos hacer por el sujeto no es en lo objetual, donde a menudo poco se puede intervenir (la neurona, la dopamina, su gen Ha-100), sino en como reinterpretar y modificar lo que se pueda de su ambiente. Si no, la alternativa es simplista y reduccionista: será su serotonina, será que la amígdala la tiene grande, no nos preguntemos por sus obsesiones ni que nos cuente su vida...
Reitero que tiene momentos muy interesantes y que las explicaciones psiquiátricas son ejemplo de una buena divulgación. Desde luego, sabe bien explicar los posibles cimientos orgánicos y genéticos de tantas cosas (aunque para todo esto infinitamente mejor leer a Marino Pérez Alvárez para también poner en cuestión parte de esto). Pero se queda tan pancho como sin con ello ya hubiera entendido o comprendido a los sujetos. No obstante, detecto más problemas en este ensayo. Veamos.
Cuando a la hora de criticar el psicoanálisis se queda a una queja propia de nivel de chismorreo, de mala fe o de estupidez: ¿Es ignorancia lo que dice en la página 163 al respecto de Freud y el asunto de los abusos? (debería ir y enterarse mejor de todo eso, incluído lo del tema del machismo...) ¿Se queda con nociones psicoanalíticas de los años 30? ¿No sabe diferenciar entre Jung y el psicoanalisis postestructuralista que hoy tiene vigencia institucional? Es vergonzoso que un psiquiatra pueda criticar al psicoanálisis las mismas cosas que una persona absolutamente desinformada al respecto, tirando del hilo de freudianismos de hace más de un siglo.... (si alguien me lee, que esté tranquilo, que no soy psicoanalista). La crítica puede ampliarse: cita como "revoluciones actuales" cosas que se saben desde hace décadas, y a veces recurre con ligereza a argumentos evolucionistas que deberían tratarse con más cautela, para no unidimensionalizar biología, cultura e individualidad como si fueran lo mismo (véase pp. 215-216): una vez más, Lahera, inadvertidamente, podria estar quitando todo hierro incluso al Holocausto, pues "somos una continuidad con la indiferente evolucion de los seres vivos". Él cita, al respecto, mucho a Pablo Malo, autor interesante al que también critique, moderadamente empero, en otro review. Como Lahera, tiene algo de mainstream de moda...
En conclusión, el problema central de este ensayo es su "ethos", las nociones centrales que trasmite en su enunciación, aunque no siempre sea ni siquiera su intención (por lo que algo de fallido hay en el ensayo por su FORMA, y no siempre por su FONDO). Así, aunque no sea su intención, parece reducir al sujeto a un azar biológico (o circunstancial ambiental: un trauma) donde lo biográfico-dinámico es anecdótico, difumina la responsabilidad individual (ojo, responsabilidad no es culpa, sino que apela a aquel marco posible de opciones que el sujeto puede actuar con una ayuda psicoterapeútica), soslaya el medioambiente todo (ciudad, familia, lugar, costumbre, crisis económica) en la conformación del sujeto, forcluye la escucha al paciente poniendo en su lugar una exposición teórica que da la solución total, ensalza el fármaco sin contextualizarlo (léase a Joan Ramón Laporte)....En ocasiones es irritante cuando enuncia sentencias que podría decir un cuñado tras unas cuantas cervezas: ¿Así se gana a un público lector? Quizás su práctica de redactor de artículos en periódicos le haya bajado demasiado al universo del supuesto "sentido común".
Por supuesto, entiendo que quien no atesore más lecturas de esta índole pueda considerar que estoy exagerando. Se dirá que sí que cita aspectos biográficos, que sí que habla de ambiente, que sí que se muestra muy empático con los pacientes, etcétera. Mi respuesta es sencilla: comparen. Lean a Marino Pérez Alvárez, a Fernando Colina, a J. María Alvárez, a Antoni Talarn... y sí, también a psicoanalistas (el tipo de psicoanalista que Lahera no hay podido leer porque no parece haber llegado a su complejidad): Vilma Coccoz, Gustavo Dessal, Bruce Fink... Descubrirán que a Lahera le falta profundidad, profundidad subjetiva y psíquica, epistemológica (de índole filosófica y antropológica) y, sobre todo, falta de escucha real. Quizás bastaría con que, ya que le guste tanto leer, acceda a aquellos autores que hicieron auténticos casos clínicos de personajes literarios: allí se ve bien como todo el entramado vital ambiental es lo que está más a nuestro alcance. Obviándolo, saber que hay una incidencia genética altísima en la esquizofrénica sólo servirá para limpiarnos las manos.
P.D.: Con todo esto no estoy queriendo señalar que Lahera sea mal psiquiatra, cosa de la que no puedo opinar. Hay razones para opinar que, en los casos que cita (la mayoría, graves, como la depresión severa) donde la ayuda farmacológica es fundamental, haga bien su enfoque: explica bien varias temáticas -el trauma, por ejemplo, aunque subestima hasta qué punto produce trastornos refractarios a diagnósticos fáciles-, es cauteloso a la hora de hablar del DSMl y afirma al menos una vez que "los determinismos humanos operan solo a corto plazo" (aunque tampoco es capaz de profundizar en este asunto lo suficiente). El problema es que tacha el cuidado de sí subjetivo e individual y su sentido para la salud mental. Para Lahera el arreglo que necesita un ordenador se asemeja al de todo caso humano, fruto de una mecanica donde no parece haber lugar para la educacion, la etica, el desarrollo personal y la reflexion sobre los pivotes de cada vida individual. El problema, digámoslo de otro modo, es que tiende a confundir dopamina con adicción, como quien confunde cuchillo con asesinato. Inhibir la dopamina, como reducir el empleo de cuchillos ayudará, sí, pero no es es el quid...
July 16, 2025
Le falta la dimensión principal. Sin ella, el libro queda incompleto.
June 4, 2025
Muy buen libro de reflexiones acerca de como deberíamos enfocar la salud mental. Me ha gustado mucho la narrativa mediante casos clínicos que introducen temas como el suicidio, la esquizofrenia o el TOC y los dotan de una visión humana, desde el punto de vista del paciente tan frecuentemente infravalorado.
Sin embargo, en mi opinión, no es por los tecnicismos y explicaciones que aúna, un buen libro para personas ajenas al mundo médico.
Sin embargo, en mi opinión, no es por los tecnicismos y explicaciones que aúna, un buen libro para personas ajenas al mundo médico.
October 8, 2025
Guillermo Lahera es un reconocido psiquiatra que en este libro trata aspectos relevantes de varias patologías mentales sirviéndose de su práctica clínica. A través de 8 casos, Lahera nos guía por los entresijos de la psicosis, la personalidad paranoide, TB, trastorno por acumulación/Diógenes/acumulación, TOC, TEPT, Depresión y suicidio.
En el libro se tratan aspectos fundamentales que van des de la psicopatología, circuitos biológicos y farmacopea, hasta las bases de la psicoterapia u otros aspectos de carácter más humanístico como el trato con el paciente. Personalmente pienso que constituye una buena guía para repasar conceptos teóricos, así como aprender de sus experiencias empíricas, aunque los últimos capítulos pierden un poco la magia que enmarca los anteriores.
En el libro se tratan aspectos fundamentales que van des de la psicopatología, circuitos biológicos y farmacopea, hasta las bases de la psicoterapia u otros aspectos de carácter más humanístico como el trato con el paciente. Personalmente pienso que constituye una buena guía para repasar conceptos teóricos, así como aprender de sus experiencias empíricas, aunque los últimos capítulos pierden un poco la magia que enmarca los anteriores.
September 17, 2025
Este libro me ha acompañado durante una semana complicada y me ha precioso y sobre todo esperanzador. Emociona saber que hay profesionales dedicados con tanta ilusión a su pequeña parcela que, aunque no lo parezca, es tan enorme. El primer capítulo es especialmente esclarecedor, aunque en general me han parecido muy acertadas todas las citas y referencias dedicadas a la divulgación sencilla de aspectos tan profundos y complicados.
Me quedo con la sensación de que el autor es una buena persona y la verdad es que tener esa certeza tras una lectura es un enorme regalo.
Me quedo con la sensación de que el autor es una buena persona y la verdad es que tener esa certeza tras una lectura es un enorme regalo.
December 28, 2025
He conocido al autor a través de este libro que apareció en mi vida gracias a un regalo.
Me gusta su perspectiva y su manera de mojarse de manera implícita aunque choquemos en varios aspectos.
En ciertos momentos me he abrumado en la parte teórica pero entiendo que necesario según que lector.
Me gusta su perspectiva y su manera de mojarse de manera implícita aunque choquemos en varios aspectos.
En ciertos momentos me he abrumado en la parte teórica pero entiendo que necesario según que lector.
July 20, 2025
Como Oliver Sacks, intenta divulgar acerca de las enfermedades mentales más comunes. Lo hace con compasión, intentando acercar psiquiatría y psicoterapia.
August 9, 2025
Lectura rápida, adecuada quizá más para los que no están familiarizados con lo que es la psiquiatría y la Salud Mental.
August 16, 2025
Lo mejor que he leido en divulgacion sobre salud mental, ademas de una prosa brillante que ya querrian para si la mayoria de autores.
November 9, 2025
y si me hago psiquiatra?
December 13, 2025
Muy recomendable
July 19, 2025
El libro es muy didáctico y viene bien como repaso. Además, los casos escogidos son muy floridos, ideales para los que no tienen conocimientos porque van a quedar muy impresionados. También muy útil para parientes porque les va a aclarar muchas cosas y van a poder comprender, acompañar y cuidar mejor.
La única pega es que de vez en cuando haga referencia a la pseudoterapia de Freud.
La única pega es que de vez en cuando haga referencia a la pseudoterapia de Freud.
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