Un niño de cuatro años vive con su madre, su padre y una hermana un año menor que él. Viven en una zona rural cerca del mar. El niño explora el mundo que lo rodea, solo y con su hermana, pero su madre los lleva constantemente a casa, quien tiene una relación algo confusa con su papel de cuidadora. A primera vista, la historia es sencilla, pero también plantea cuestiones esenciales sobre la existencia.
Con detalles vívidos y conmovedores, Jon Fosse captura los pensamientos y reflexiones del joven. Sus observaciones, anhelos, soledad y lo profundamente inexplicable se transmiten con precisión lingüística.
Este es un pequeño y hermoso libro que atraerá tanto a jóvenes como a adultos.
Jon Olav Fosse was born in Haugesund, Norway and currently lives in Bergen. He debuted in 1983 with the novel Raudt, svart (Red, black). His first play, Og aldri skal vi skiljast, was performed and published in 1994. Jon Fosse has written novels, short stories, poetry, children's books, essays and plays. His works have been translated into more than forty languages. He is widely considered as one of the world's greatest contemporary playwrights. Fosse was made a chevalier of the Ordre national du Mérite of France in 2007. Fosse also has been ranked number 83 on the list of the Top 100 living geniuses by The Daily Telegraph.
He was awarded The Nobel Prize in Literature 2023 "for his innovative plays and prose which give voice to the unsayable".
Since 2011, Fosse has been granted the Grotten, an honorary residence owned by the Norwegian state and located on the premises of the Royal Palace in the city centre of Oslo. The Grotten is given as a permanent residence to a person specifically bestowed this honour by the King of Norway for their contributions to Norwegian arts and culture.
‘Hermana’ es dulzura, ternura e inocencia hecha libro. Sin duda, Jon Fosse fue uno de mis descubrimientos literarios de 2024 y aunque claramente esta no es una de sus “grandes obras”, es como un tesorito que engloba en formato reducido muchas de las cosas que caracterizan su estilo como la importancia de la oralidad y el flujo de conciencia, los parajes fríos de la Noruega más rural, la intimidad del alma, de las familias, de las personas. Con un estilo puro y limpio, siempre consigue llegar a lo más profundo de mí.
En esta ocasión, el narrador es un niño de 4 años que narra en capítulos cortos diferentes vivencias que marcan su día a día. No podemos ni debemos esperar épica en la vida de este pequeño sino enfrentarnos a un cambio de perspectiva, volver “a mirar las cosas desde abajo”, reconectar con algo de nosotros que casi siempre tenemos olvidado, los niños que fuimos que sin duda nos han hecho ser quien somos hoy.
Una narración llena de trastadas, curiosidades, disgustos y un descubrir que no todas las emociones de la vida serán buenas… y que, de hecho, las peores son las que seguramente, más le van a acompañar en su camino (miedo, celos, frustración, soledad…). Como lector solo te sale sonreír, querer abrazar y en algunas partes, sale tu versión más protectora, porque estás ante unos niños (el narrador y su hermanita) que aún no son conscientes de los peligros que les rodean y solo quieren explorar. Un poco fui la madre que agobiada solo los quiere llevar para casa.
Me encantó leerlo y aún más pensar en él. Me dejó triste y nostálgica, lo reconozco.
Se lee en una sentada, pero el poso que deja te dura días. Lindo, tierno, auténtico.
Imprescindible si te gustan los narradores infantiles.
La ternura de la infancia entre hermanos, transmitida en unas pocas páginas. La curiosidad, la necesidad de explorar, la soledad del vínculo, la ruptura del ego. Poético, curioso y un buen acercamiento a Fosse.
Aún estoy procesando el significado del final. La forma en que está escrito me encanta, como siempre, pero es un libro tramposo pues parecería simple pero aún no descifro el giro de tuerca.
En tan poquísimas páginas Fosse nos trasmite tanto. Lo que más amé son sus descripciones que te trasladan hacia aquel lugar dónde las olas van hacia delante y hacía atrás, al igual que la brizna, hacia delante y atrás. La narración es una poesía, un lirismo bucólico que retrata la vida de un niño de apenas 4 años y la de su hermana con tres.
Fosse mantiene este estilo con sus amadas retahilas y carente de "puntos y apartes", pero siendo una obra tan corta, aquellos fragmentos se han convertido en capítulos que nos van a acercando a la comprensión del poderoso mensaje "escondido" en cada línea. Los diálogos son casi inexistentes pues el autor se enfoca en explorar los pensamientos y reflexiones de este pequeño niño a través de las descripciones tan vividas que nos hacen perder la realidad trasladándonos hacia ese lugar, despertándonos los sentidos y los estados de alerta, pues nos confronta con algunas situaciones que que nos hacen contrastar con lo que podría pasarle debido a ese ímpetú y carácter decidido a querer descubrir más allá de lo que puede ver, pero también nos devuelve a ese niño que algún día se extinguió cuando comenzamos a crecer, al reflejarnos en sus vivencias. Lo fundamental de esta novela es la forma en que Fosse trasmite las observaciones, los anhelos, la soledad y las preguntas sin respuesta de este niño con un lenguaje sencillamente preciso y conciso, cuestionando la existencia del ser humano en una edad tan tierna.
Esta novela es tan corta que no podria extenderme más allá sin revelarles datos importantes de la novela, lo que dañaría su lectura, solo les animo a que puedan leerla, no les tomará más de 20 minutos,
Yo no sirvo para estas lecturas. No sé apreciar la manera en la que no usa ni un punto y hace las frases tan largas que te aburres. La trama de por sí interesa ya que es conocer la visión de un niño pequeño y en pocas paginas sientes lo mismo que él.
Es un relato brevísimo, y está escrito en el habitual stream of consciousness de Fosse, que si no te engancha puede resultar tedioso, pero me encanta este autor y me ha parecido muy interesante su capacidad para meterse en la mente de un niño pequeño, lejos de tópicos e infantilismos.
Premisa: Conoceremos la visión del mundo que tiene un niño de 4 años que vive con sus padres y su hermana pequeña. Quiere ser libre, contemplar la naturaleza, explorar y sentir. Su madre se contrapone a su visión y le coarta en sus propósitos.
Opinión: Hacía tiempo que no leía a Fosse y reencontrarme con su forma de escribir a través de esta pequeña historia me ha resultado hasta mágico. El que no lo haya leído difícilmente entenderá lo diferente que es. Yo siento como si alguien me meciese, como si mi mente se dejase llevar y yo cediese el timón con total confianza. Tiene algo de sensorial esa repetición, ese énfasis a través de la circularidad.
La temática a priori es muy sencilla. Aunque ya el hecho de conocer las percepciones de un niño tan pequeño y adentrarnos en su forma de pensar y comprender me parece de una belleza reseñable. Y no solo eso, porque en muy pocas palabras hace una oda a la naturaleza, a la atención plena, a la belleza de lo sencillo y accesible. ¿Quién no puede contemplar el cielo una mañana? ¿Quién no puede tumbarse en la hierba y experimentar, dejar que los sentidos escuchen y la cabeza frene para simplemente existir?
Pero lo brillante es que no solo se queda aquí, sino que el aprendizaje que se puede sacar del relato se expande. La forma de educar, el miedo, los límites de la maternidad, la imposición como respuesta, la libertad como necesidad intrínseca al ser humano. Todas temáticas sumamente interesantes que se esbozan para dar pie a la reflexión y la crítica.
La relación que mantiene con su hermana pequeña, aunque solo bocetada, tiene una fuerza única y se mantiene como hilo conductor de las diferentes situaciones. Porque a pesar de la fragilidad de la infancia, la protección y el acompañamiento están presentes frente a la incisiva soledad que a todos nos amordaza.
En determinados momentos ha conseguido que sintiese preocupación y congoja por un niño que no entendía el contexto, por una situación demasiado idílica que podría descarrilarse con facilidad. Pero esa sombra se quedó en mi imaginación y en su sutil sugerencia.
A más conozco al autor, más le admiro. Relación directamente proporcional que solo incrementa mi necesidad de continuar conociendo su obra y permitirme a mi misma experimentar de forma diferente a través de la absorción de su lenguaje.
estoy probando el formato audio-libro. He visto que estaba este de Jon Fosse, he dicho "Anda! este tío tiene un nobel voy a darle una oportunidad" y he clickeado en Ebiblio (a quienes les debo el contenido de Audiolibro) y duraba 20 minutos. Lo he escuchado/leído mientras tendía una lavadora. Me ha recordado un poco a Marigold y Rose de Louise Gluck (por cuestiones de idea, aunque el enfoque acaba siendo diferente, creo). Es un libro narrado desde la perspectiva de un niño de 4 años y es tierno y te recuerda un poco lo que era tener 4 años. No me ha cambiado la vida, y no me ha quitado la curiosidad que tenía por el autor, pero me ha gustado bastante
Sorprende todo lo que transmite en apenas unas páginas (en veinte minutos te lees el libro). También, es difícil conectar con una voz infantil, hacerla creíble y hacerte reconectar con tu propio yo de la niñez, sus inquietudes y sus miedos.
Lo consigue. El único “pero”, es su brevedad. He leído otras reseñas sobre el final, pero no estoy de acuerdo. Creo que su cierre es el adecuado. La brevedad del libro es otro tema. Simplemente, me dejó algo vacío, con ganas de más.
Sin duda es una muy buens introducción a la lectura de Fosse. Hay algo poético en su forma de escribir que sin duda me cautivo, mi único pero es el final abrupto y abierto de la historia, me dejo con ganas de más.
Este es un libro tan hermoso, pequeño, dulce y también triste. No es un ejercicio de la memoria, es un recuerdo de esa primer conciencia de los sentidos, del lenguaje y de los afectos. También de la primera soledad. Raro y Precioso.
Me ha gustado este primer contacto al estilo de Fosse. Pese a la brevedad del relato, a la aparente sencillez de esta serie de pensamientos provenientes de un niño pequeño, siento que en realidad va mucho más allá. Me ha dejado un poso de ternura y soledad bastante curioso en el que voy a tener que reflexionar.
Hau ez doa ahizpa baten inguruan. Hau kulunkatzen gaituzten gertuko pertsonez mintzo da. Hau ez da kontakizun bat, hau Fosseren kontaera da. Kulunkatzen zaituen idazkera.
Es el primer libro del autor que no me agrada. Es repetitivo y no va a ninguna parte; no obstante, ofrece unas reflexiones sobre la vida que resultan fascinantes.
Hermana, de Jon Fosse, es un relato breve que conserva toda la musicalidad y la delicadeza propias de su escritura. Aunque por su brevedad puede no estar entre sus obras más potentes, sí ofrece una mirada entrañable gracias a la voz del niño que narra: su forma de observar el mundo, de interpretar a sus padres y de relacionarse con su hermana pequeña aporta una ternura especial. Fosse consigue, con muy pocos elementos, recrear esa mezcla de inocencia y desasosiego que caracteriza la infancia, logrando un texto sencillo en extensión pero rico en sensibilidad.
De a poco la obra de Jon Fosse va tomando forma en sus traducciones al español. En esta oportunidad, @nordica_libros nos trae una novela infantil que el ganador del Nobel publicó originalmente el año 2000 bajo el título de “Hermana”, donde dos hermanos de 4 y 3 años de una zona rural cercana al mar descubren su mundo exterior. El narrador es infantil en el buen sentido. Muy observador, relatando con sus ojos cada encuentro (las visitas, el hombre con barriga, el médico), cada elemento (la hierba, el viento, la sangre), cada característica de su personalidad (la porfía, la valentía), acudiendo a la repetición como una excelente herramienta para generar perspectiva. Es este menor de 4 años, muy preocupado de lo que dijo uno, lo que pensó el otro, y lo que terminó sintiendo, quien nos invita a descubrir el mundo de Jon Fosse desde los ojos de un niño.
“Olor aburrido, de nuevo
Está delante de la casa y ve que todas las briznas de hierba, las que ayer eran tanto más altas que él, están ahora segadas, donde ayer estaba él tumbado, mirando hacia la nube de hilos blancos, ahora no hay más que rastrojos tiesos a ras de suelo y ahora huele solo a aburrido. Y ayer, cuando hermana y él iban a bajar al mar y al barco, apareció el hombre grande y entonces les dieron helado y refrescos, y luego vino la madre, y luego tuvieron que irse a la cama. Pero ya es otra vez por la mañana y hermana está otra vez ahí de pie con su muñeca en brazos. Quiero bajar al mar, le dice a hermana. No puedes, dice ella. Pues quiero, dice él”.
Tendrá que estar siempre completamente solo, piensa. (…) Él siempre está solo, piensa, e escucha la respiración de la hermana, adelante y atrás como las olas, como la brizna de hierba al vento, adelante y atrás, adelante y atrás como las olas, solo como las olas.
Em 2007, o livro infantil “Hermana” (“Søster”) foi premiado com o prestigiado Deutsche Jugendbuch Preis e, posteriormente, viria a ser uma das histórias incluídas em “Scenes from a Childhood”. Na sua habitual linguagem cadenciada, Jon Fosse detém-se no inabalável laço entre um menino de quatro anos e uma menina de três, o irmão mais velho e a irmã mais nova, como sublinha o autor. O menino testa os limites da sua parca liberdade, colocando-se em situações de risco para ir até ao mar; sentido o peso da solidão pela primeira vez, tanto física, quando fica de castigo pela sua desobediência, como existencial, ao achar-se só ainda que rodeado pela família que o ama.
Está delante de la casa y ve que todas las briznas de hierba, las que ayer eran tanto más altas que él, están ahora segadas, donde ayer estaba él tumbado, mirando hacia la nube de hilos blancos, ahora no hay más que rastrojos tiesos a ras de suelo y ahora huele solo a aburrido. Y ayer, cuando hermana y él iban a bajar al mar y al barco, apareció el hombre grande y entonces les dieron helado y refrescos, y luego vino la madre, y luego tuvieron que irse a la cama. Pero ya es otra vez por la mañana y hermana está otra vez ahí de pie con su muñeca en brazos. Quiero bajar al mar, le dice a hermana. No puedes, dice ella. Pues quiero, dice él.
Decir que habla de la relación de dos hermanos es quedarse en el título y no avanzar, decir que trata de una madre castrante que no deja a su hijo explorar su entorno es no comprender la naturaleza humana, pero esta es mi lectura, lo bueno que tiene Jon Fosse y creo que es por lo que atrapa a tantos lectores es que se abre a cientos de lectura, muchas interpretaciones y se interioriza. Para mí, el fondo de esta lectura es la soledad interior de un niño de cuatro años. A pesar de la cercanía de su hermana, está solo, si que creo que el foco de la soledad lo causa la madre, no por su afán de no dejarle salir, hay algo más que no cuenta, porque no lo sabe, este es un rasgo magistral de la lectura, nos posiciona dentro de un niño de cuatro años, es una voz muy bien construida. Un niño de cuatro años no sabe decirte por qué se siente así, pero te señala inconscientemente a su madre, Anna, su madre dominante en esa relación con el marido, hay cierta ansiedad en ella. Cuales son los síntomas, tristeza, malestar, aburrimiento, emociones positivas reducidas, sentimientos de vacío, vivencias de aislamiento y distanciamiento y angustia, todo esto lo podemos ver en esta lectura de escasas cincuenta páginas.
Yo veo en Fosse la confirmación de que la buena literatura, con el sello nada menos que del Premio Nobel y de cifras de ventas altas en más de 40 países, no tiene que ser «comercial» «entretenida» ni «trepidante». Dejando aparte las obras de teatro, que son propiamente la especialidad del noruego, su prosa le ha llevado a donde está por su calidad, su temple, su empatía con los personajes y con el lector. No lo he leído en noruego, sino solamente en español y en alemán, y cada vez me llaman la atención los mismos elementos: un modo de expresión comedido, pero preciso, situaciones cotidianas y comprensibles, pensamientos y razonamientos lineales y lógicos y la familiaridad que evocan en el lector. Hermana, que obtuvo el Premio Alemán de Literatura Juvenil en 2007, trata de una familia que vive cerca del mar. Junto a los padres y al narrador, que tiene cuatro años, está también la hermana de tres, llamada sencillamente Hermana, que tiene una buena relación con su hermano mayor. El joven explora el mundo que lo rodea, se sorprende y se enfada si las reacciones de su entorno no coinciden con sus expectativas y va acumulando experiencias, aprendiendo a base de cometer errores.
Mi tercer libro de Jon Fosse, siento que este libro es la antesala de "Ales, junto a la hoguera".
Me gustó bastante este libro y cómo aborda temas existencialistas, de contemplación, soledad, desde el punto de vista de un niño de 4 años, si no lo pensabamos creíble, la narrativa de Fosse lo hace posible. Me dio terror la parte de los niños en la carretera y cuando los encuentra el hombre gordo, asi como otras escenas como del cortacésped.
Poco a poco seguiré leyendo más de la obra de este premio nobel.
He leído esta pequeña novela de muy escasas páginas porque cuando leí la obra de Jon Fosse "Trilogía" me encantó.
Esta novelita no le llega ni a la altura del betún de "Trilogía" pero aun así tiene la forma personal de Jon Fosse de contar las historias en sus novelas.
La trama es muy simple. Se trata de las vivencias de un niño de 4 años que tiene una hermana de 2 años.
El niño nos cuenta su forma de ver las cosas, que evidentemente difieren mucho de cómo las ven sus padres y otros adultos.
El pobre niño nunca hace nada por maldad, sino por curiosidad o por conocer cómo son las cosas o simplemente porque le apetece sin pensar las consecuencias de las mismas.
Por ejemplo, la novelita empieza que el niño sale de casa a las tantas de la mañana porque simplemente le apetece tumbarse en la hierba del prado anexo a su casa. Su madre al no encontrarlo se asusta y cuando lo encuentra tumbado en la hierba le echa un rapapolvo (muy suave la verdad) por su comportamiento, pero claro, el niño no tiene conciencia de haber hecho nada malo.
En otra ocasión se va por el camino con su hermana y son interpelados por unos adultos que se los llevarán a su casa y avisarán a su familia, pues no es de recibo que unos niños anden solos por la carretera alejados de su hogar. Nuevamente será reprendido, pero él no verá ningún mal en su conducta.
Y así continúa el librito que acaba en un santiamén.
Para mi el principal escollo de la obra es que al ser tan corta no te permite empatizar con el niño, pues cuando empiezas a comprender su forma de ver el mundo y a conectar con él, el libro acaba y te quedas un poco descolocado.
El estilo de escritura es muy similar al de la obra "Trilogía". Un estilo que a mi juicio se caracteriza porque el autor cuenta los hechos como sin pasión, desde la distancia, como si fuese un robot contando una historia desde la más absoluta neutralidad. Y sin embargo, ese estilo aparentemente alejado de las emociones del protagonista, en el fondo esconde una ternura y sensibilidad que a mi me llega.
Seguiré apostando por Jon Fosse, aunque esta obra no la considero esencial.
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Se repite aquí (cosa que con Fosse no sorprende) una escena memorable de Septología. Vale decir que en esa novela, a diferencia de este libro, dicha escena está mejor desarrollada en cuanto a la tensión que se genera entre los menores de edad y los adultos con los que se encuentran y que les invitan a pasar a su casa. ¿Es este un libro para niños? Quién sabe. Se lo podría etiquetar como tal quizá.
Fosse tiene una pluma muy bella para retratar la mente infantil. Un pequeño cuento sin desperdicio recuerda bastante al Hemingway de madurez pero con tonos muy europeos. La inocencia no se mancha del prejuicio ni del peligro exterior, es el lector el que impregna esa angustia a ciertos episodios y exacerba la nostalgia cercano al final. Una muy reconfortante lectura que si se pueden permitir vale la pena hacer.
Con forma de cuento juvenil, pero que despierta ciertos instintos adultos cuando lo leemos. Aunque genera empatía con el pensamiento de un niño, en mi mente adulta y de madre me asusto y reacciono igual que su madre. Creo que es un cuento corto pero que deja marca. Se lee de una vez, pero lo vas rememorando constantemente para dar respuestas a cuestiones que plantea.
En lo personal no me gusta este tipo de narraciones que parecen no tener fin, sin embargo es destacable lo difícil de transmitir qué piensa un niño de cuatro años y creo que el autor lo logra plasmar. El niño quiere explorar, conocer, imaginar, muchas veces acompañado por su familia y otras solo, donde su madre corta rápidamente esta independencia que él busca.