El territorio del Amazonas es una atracción permanente para la aventura. Vázquez-Figueroa, ducho en estas lides por haber sido protagonista de varias expediciones, se propuso seguir las huellas de un explorador español, Francisco de Orellana, que en el siglo XVI descubrió el Amazonas.
Con infatigable tenacidad, el autor superó constantemente las circunstancias adversas que le invitaban a abandonar la arriesgada aventura.
Alberto Vázquez-Figueroa is a Spanish novelist, inventor and industrialist. His novels have sold over 25 million copies worldwide. He is the owner of A.V.F.S.L, a desalinization company that uses a method of desalinization by pressure, invented by himself.
Alberto Vázquez-Figueroa es el viajero español más auténtico, con mucha diferencia sobre otros. Me gustan más sus primeros libros, como este sobre el Amazonas que él medio novela siguiendo las huellas de Francisco de Orellana, el explorador español (de Trujillo, Extremadura) que lo descubrió en el siglo XVI. Tras varios meses de viaje, Vázquez-Figueroa acabó su periplo en Belem, hoy Brasil. Todo el libro mantiene la emoción del lector y te duele cuando se hace de noche, te has de ir a dormir y has de interrumpir la lectura, pero a la mañana siguiente, tras el desayuno, no puedes evitar volver a leer el libro hasta que lo terminas, que fue lo que a mí me sucedió. Le doy la máxima puntuación.
Si alguna vez dudaste de la verosimilitud de las fantásticas aventuras protagonizadas por los personajes de las novelas escritas por Alberto Vázquez-Figueroa, después de leer este libro, fruto de las experiencias del autor en su viaje emulando el emprendido por Francisco de Orellana en el siglo XVI, desde Guayaquil (Ecuador) hasta Belem (Brasil), en busca del País de la Canela y en el que descubrió el río Amazonas , ya nada te parecerá fantástico, pues el autor se inspira en sus propias experiencias a lo largo y ancho del mundo para escribir sus obras de ficción.
No he podido acabar... las historias que cuenta son alucinantes y me gusta mucho la humildad que tiene ante momentos complicados; es consciente de la dificultad de su aventura y sabe cuándo dar un paso atrás.
Dicho esto, y a pesar de que me interesa muchísimo lo que cuenta y he aprendido mucho, creo que es un libro que por ser literal deja de lado lo literario. Echo de menos descripciones más detalladas, más sentimientos, más profundidad en lo que se cuenta.
No estoy segura de si intentaré retomarlo en algún momento, pero, por ahora... dejaremos tranquilos a Pizarro y a Orellana.