Empapado de sinceridad y humor, este libro emplea herramientas feministas para analizar la forma en la que la sociedad moldea, censura y limita el deseo y el placer de las mujeres. María del Mar narra cómo las mujeres están luchando por reivindicar el derecho al placer y por demostrar que el sexo, la imagen corporal y la alimentación son arenas de disputa política. La autora habla en este libro aboga por una educación sexual y una relación con el cuerpo sanas, por la necesidad del consentimiento, por el valor de las redes feministas y por el autocuidado.
María del Mar Ramón (Bogotá, 1992) es autora de la novela La Manada (Planeta, 2021) y del libro de ensayos Tirar y vivir sin culpa. El placer es feminista (Planeta, 2019). Es columnista de Vice y escribe en diversos medios latinoamericanos. Con el cuento "El deseo es una cicatriz" formó parte de la antología Cuerpos (Seix Barral, 2019). Actualmente trabaja en radio y en el desarrollo de contenidos audiovisuales. Desde 2012 reside en Buenos Aires.
He aprendido cantidades sobre el feminismo y sobre mi misma con este libro. Historias que te llegan a un reflexión profunda y a interiorizar las experiencias ajenas como propias
A pesar de que el título es literal todo lo que podría desear leer, no me enganchó mucho. Lo encontré demasiado simple y poco novedoso. Claramente retrata muy bien lo que es ser una mujer joven en latinoamérica y valoro mucho la soltura para hablar de sexo y de las experiencias personales sobre la violencia, pero no me conquistó.
Este libro muestra que lo personal es político. El relato desparpajado de una joven sobre múltiples experiencias que a la mayoría -por lo menos en Latinoamérica- nos ha tocado vivir, muestra cómo no somos conscientes de la normalización de la violencia sobre el cuerpo y vida femeninos, y que sólo una mirada crítica/ feminista nos permite abordar y enfrentar esa violencia estructural y darnos cuenta de cómo esa cotidianidad inside en el mantenimiento de un sistema (económico/político) que en gran medida se mantiene con la imposición de deberes -desiguales e inequitativos- a las mujeres. El libro también habla de la culpa, y cómo está atraviesa nuestro auto juicio sobre cómo nos vemos, nuestra vida íntima, qué podemos comer, cómo comportarnos con las otras mujeres, como callar y soportar muchas veces la violencia normalizada, entre otros. Sin ser un libro teórico sino de tono personal, muestra cómo romper conceptos como “amor romántico” y vivir sin culpa, puede llevarnos a las mujeres a una vida más tranquila y al final, más autónoma y feliz.
Esperaba más. Tiene partes buenas pero en general es tedioso y solo repite discursos que se pueden encontrar en muchos otros libros o artículos feministas, incluso llegando a enlazar conceptos. Es entretenido para ver ciertas cosas de otra manera, sobre todo de su despertar sexual, pero en general es totalmente prescindible.
"Ni la vergüenza ni la culpa caerán de nuestro lado."
Mi opinión en sobre este libro es que, como hombre, me toca callar y leer, entender, aprender y reconstruir. Este libro debe ser canasta básica. La mejor recomendación es de ellas:
"Un arma para resistir el control de nuestros cuerpos. Un dispositivo contra el dosciplinamiento del deseo. Una memoria del autoplacer. Un manifiesto para liberarnos del yugo de la culpa. Un libro que ya es un clásico del feminismo del goce." Gabriela Wiener
"Me enfada reconocerme en tantas de las escenas de Coger y comer sin culpa, y reparar en los procesos dolorosos que la superación de tales momentos conllevó." Luna Miguel
El libro inicia muy bien y muy ameno, pero después se mete de lleno en el tema sexual, la concha y la paja... y de ahí no sale...
Que triste que habiendo tantos temas que abordar desde el punto de vista de las mujeres, solo se enfoque en el auto placer y hacernos ver que a su parecer todos los hombres son unos buenos para nada en el ámbito sexual...
Es un librazo, estoy feliz de que este libro haya llegado a mis manos, de haber tenido la oportunidad de leerlo y sentir cómo cada uno de los acontecimientos de vida de Maria Del Mar, también me han ocurrido a mi, y que seguro también le han ocurrido a mas mujer en Colombia y Latinoamerica.
El problema es no escribir una vez llega la inspiración.
Maria del Mar me acercaste a mi pasado,pero no de esa forma en que trataba evitar. Hubo momentos en los que sentía que era yo quien escribía esos relatos, mi experiencia en tu voz, no es fácil ver que hemos hecho muchas cosas mal, en que nos obligamos a ser perfectas a estar en el presente.
Mis párrafos favoritos son:
1. Reconocer el problema también implica reconocer el cuerpo presente y aceptarlo como es. No es abrazarse y mirarse al espejo y que todo esté solucionado, es dejar de pensar en el cuerpo como un potencial que sucede en el futuro.
2.El eslabón perdido de todo lo que les faltaba a mis relaciones sexuales se escondía en mi imposibilidad para pajearme. Si no podemos darnos placer a nosotras mismas y si no hemos indagado con tiempo y precision sobre lo que nos gusta, las probabilidades de que alguien más tenga la clave se reduce.
3. Mis amigas feministas, porque el diálogo con ellas fue refugio y reparación ante la falta de información en nuestra educación formal.
4. Es bastante tramposa la imagen de lolita. Que un hombre sienta un permanente deseo sexual por una mujer menor no la pone a ella en una posición más cómoda, porque el deseo sexual no paga cuentas,no tiene aprobación social o simbólica ni importancia institucional.
5. Nos enseñaron que el amor heterosexual era un objetivo de vida y que era una fuerza potente y poderosísima, capaz de curar todos los males de la Tierra. El amor aglutina te que debe sostener los más violentos vínculos, pero que mágicamente los resuelve a la fuerza de silencio, sumisión y negocie sus objetivos con el fin de sostener la foto de la familia feliz.
6. Si no podemos definir el amor, podemos definir lo que no es: no es monogámico, no es exclusivo, no es nada obligatorio ni está preestablecido que sólo puede existir legítimamente de una forma dentro de un vínculo. No es Injusto. No es violento y no debe, de ninguna manera ser opresor o limitar nuestra libertad de decisión.
7. Aprendimos que el alcohol podía ser un lubricante para las situaciones sociales.
8. No somos lo que los hombres y la sociedad piensan de nosotras ni tampoco lo que nos han dich
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Si bien escribe desde un lugar muy particular y privilegiado, lo hace con mucha honestidad. Creo que no es necesario identificarse con todo lo que escribe para disfrutar la lectura. Algunas veces cae en discursos redundantes pero también hay temas que retoma desde otros puntos de vista muy interesantes y que agradecí conocer, informarme y también identificarme.
Un libro que sin duda invita a la reflexión e incluso a revelarnos en contra de un sistema que nos daña activamente. Escuchar la voz de María del Mar a través de sus experiencias fue algo que me hizo sentir vista y comprendida, al darme cuenta de que alguien más se siente de la misma manera. Me parece un excelente libro para acercarse a la literatura feminista.
El libro perfecto para reivindicar nuestra sexualidad 👌 muchos temas importantes para reflexionar y poner en práctica. Para empezar a disfrutar sin culpa. Solo no estoy de acuerdo con todo el tema del p0rn0 y el como lo justifica la autora, pero ese es otro tema.
En mi vida vuelvo a comprar libros de "novedad", la autora se pierde en sus anécdotas sexuales. Creí que habría un planteamiento más pensado sobre el "placer" y "la erótica" desde el feminismo, pero no.
PD: su experiencia privilegiada y su análisis superficial de ello, hace que su libro se vuelva tedioso.
Es un libro increíble! Decidimos leerlo en mi book club y a un principio creíamos que iba a hablar sobre un feminismo muy radical o con palabras súper difíciles de comprender pero terminamos fascinadas!!! Es un libro que te hace comprender que no estas sola en el mundo, que es muy normal todo lo que vivimos en la adolescencia y adultez. Habla sobre la masturbación, el primer faje, la pornografia, temas tan tabú que uno cree que lo que ha vivido esta mal porque la sociedad es lo que te hace creer, pero no es así… te das cuenta que hay alguien más viviendo lo mismo que tu en el mundo y que incluso lo vivió de alguna manera mucho mas intensa.
Es un libro que nos unió mucho como mujeres en el grupo, recomiendo leerlo con alguien que no tema a hablar sobre estos temas, que su forma de pensar sea tan liberadora como la de la misma autora.
Libro que se siente como si lo hubiera escrito yo, mi amiga o mi hermana, experiencias que las mujeres vivimos a diario, escrito desde primera persona, cuestionamientos, violencias, etc. Libro para iniciar en el feminismo, libro para darnos cuenta que lo que nos pasa nos pasa a todas. Lo íntimo no tiene que ser privado.
No solo las mujeres, todos debemos desaprender un montón de cosas. O al menos empezar a cuestionarlas y a dudar, porque no todo lo que nos han enseñado está bien, aunque esté normalizado o sea lo que nos han dicho desde que estamos chiquitos. Algunas notas: - Basta de decirle a alguien que está muy gorda o muy flaca. Esos patrones que alguien se inventó de lo que es un "buen cuerpo" y lo que no, deben abolirse. - Hay cosas más importantes al momento de tener sexo que el amor, por ejemplo: el consentimiento y el respeto. - El placer no puede seguir siendo tabú y tiene que formar parte de la educación sexual, no solo se trata de métodos anticonceptivos y embarazo precoz. - El amor romántico nos ha hecho daño y nos ha llevado a tener malas relaciones basadas en abuso y sufrimiento. #AmigaNo #AmigaDateCuenta - Eliminemos de una vez por todas esa idea arraigada de que las mujeres estamos compitiendo, por la atención de los hombres o lo que sea. #Sororidad por favor. - No sigamos siendo las mujeres las primeras en criticar a otras por su vida sexual, cómo se visten o porque actúan diferente a nosotras. Me falta mucho por cuestionar, reflexionar y reaprender. Pero empecemos por leer aquí y allá, escuchar y conversar sobre el tema, poner en duda y evaluarnos. Este libro fue justo y necesario.
Si pudiera escribir como alguna de mis amigas, me gustaría escribir como Mar.
Lo había leído antes de su publicación y ya luego cuando lo tuve en las manos lo leí de a poquitos saboreando cada cambio. Este libro no pretende ser más que el testimonio de una mujer que habla de las violencias que la han atravesado a lo largo de su vida y de cómo puede ser posible un mundo sin culpa por comer, sin culpa por tirar y sin culpa por las cicatrices con las que tenemos que cargar.
Un libro tan necesario para curar los dolores de tantas y educar a tantos otros. Este libro es un abrazo sin duda al alma de cada mujer y nos permite sentirnos entendidas pero también aprender y abrir los ojos a tantos otras ideas en las cuales - por más abiertas de mentalidad - no nos las habíamos planteado. Gracias María del Mar Ramón.
El texto perfecto para aprender -justo como su nombre lo indica- a coger y a comer sin culpa porque no le debemos explicaciones a nadie más que a nosotras mismas
Tirar y vivir sin culpa': de las delicias del placer femenino y más allá leftrightauthor @Claudiasterling CLAUDIA STERLING Opinion 2019/10/31 Tiempo de lectura: 11 min
No sé qué fue lo que más me gustó de este libro de la colombiana radicada en Argentina, María del Mar Ramón, uno de los que más he disfrutado este año. Desde ya lo tendré como una de mis “biblias” – tengo ya varias – para nutrir la vida. En nuestro club mensual femenino de lectura cuya sede es en Bogotá, en el que nos conectamos por video algunas veces con mujeres que se han trasladado a otros países, seleccionamos este maravilloso libro después de que, en varias oportunidades, estos temas tratados por María del Mar habían salido a flote. Desde hace mas de 3 años, nos reunimos un grupo de mujeres, desconocidas inicialmente, profundas amigas ahora, en donde nos permitimos la libertad de reflexionar sobre el libro de turno, pero adicionalmente sobre esos temas aun “escabrosos” para algunas, pero necesarios para todas.
Nos hemos convertido en una célula maravillosa en donde justamente hablamos con desenvoltura de nuestras luchas, dolores, tristezas, amores, placeres, no solo para hacer catarsis sino para aprender de todas y cada una de las experiencias y conocimientos que nos podemos aportar entre sí. Somos mas de 30, pero a las reuniones mensuales vamos alrededor de 10-15 mujeres y para nosotras es ya un encuentro, tal vez el más deseado del mes. Desafortunadamente no podré estar en el del próximo 1 de noviembre pues me encontraré aún en México y ese día, en plena celebración del día de los muertos.
Sin embargo, ya terminé el libro: lo devoré literalmente en 3 días gracias a un breve período de vacaciones laborales -, y debo confesar que me fascinó todo de él: no sólo el tono íntimo en primera persona sino el fluir desparpajado de María del Mar, su dolor hecho fuerza, sino su generosidad para compartirnos tantas cosas personales y tanto conocimiento de lo femenino – me di cuenta de que aún me queda mucho camino por recorrer, su motivación para que sigamos adelante como mujeres defensoras de la diversidad, la inclusión, el feminismo, incluido el interseccional y la erradicación de toda forma de discriminación, más aún cuando se ha nacido en un ambiente familiar y socialmente inhóspito para avanzar en el tema.
Pero como dice ella misma, “no tenemos la obligación de quedar atrapadas”, en un mundo donde la “decencia” y la exigencia de perfección nos ha llevado a mentir, mentir y mentir… mentir no solo sobre lo que no nos causa placer, sino mentir también cuando lo sentimos, esforzada o espontáneamente: esa gran carcajada, esa gran saboreada, ese gran multiorgasmo, deben permanecer en la sombra para guardar los debidos comportamientos patriarcales: la prohibición constante del disfrute femenino. Y es que, en palabras de ella misma, definitivamente nuestra manera pudorosa y silenciosa de habitar el mundo tiene que cambiar.
Como muchas otras mujeres se lo han manifestado públicamente a María del Mar, yo también me sentí identificada en muchas de sus historias y en su forma de interpretarlas y relatarlas. La crianza de la que fuimos objeto las mujeres de mi generación, orientada al control, “la perfección” (¿perfección del concepto patriarcal?), ha hecho que yo también tenga una especial pulsión por el descontrol. Yo también fui objeto de consentimientos obtenidos con menos de mis 5 sentidos, y jamás los interpreté como lo que verdaderamente fueron: abusos. Y ahora que reinterpreto momentos de la vida, de la mano de María del Mar, me doy cuenta de que no debo sentirme agradecida con todos aquellos hombres que sí me respetaron, sino que era lo mínimo que debía esperarse de ellos.
Creo que yo no sería tan valiente de publicar mis historias personales, en especial aquellas en las que fui víctima de violencia por esa angustia de delatar a alguien conocido. Ella lo pudo hacer porque se fue del país, porque desde la lejanía, temporal y geográfica, es más fácil reinterpretar el pasado y asumirlo como realidad. Pero de lo que si he sido capaz es de compartir continua y profusamente. en sororidad. historias sin nombre de dolor y placer porque es necesario “alertarnos en forma colectiva, cuidarnos y acompañarnos”. Porque soy de esas que con su voz si pretende la reivindicación de género porque “romper cualquier forma de silencio es siempre un acto de rebeldía”.
Las breves pero contundentes reflexiones de María del Mar sobre los discursos publicitarios del neoliberalismo, sobre lo que debe ser el cuerpo femenino la llevan a concluir algo que es muy simple pero que se nos olvida a diario, por ese intento subconsciente de borrar nuestra identidad: “Aprender a no escuchar las opiniones ajenas sobre el propio cuerpo es fundamental” ¿De verdad quiero pasar por este mundo sin comer harinas para que los hombres y la sociedad me quieran más? ¿Me van a querer? ¿No voy a morir sola si estoy más flaca?” Y creo yo que, adicionalmente podría hacerse una reflexión religiosa proveniente del pecado de la gula: si comes de más, estas cometiendo uno de los 7 pecados capitales. Se trata de un chantaje del amor, aprobación social y aprobación religiosa.
Tuve sentimientos similares a los de María del Mar con la masturbación (“quería contarle a alguien lo que me pasaba cada vez que me tocaba… me lo reservé y me convencí de que yo era la única niñita en el universo que sentía una especie de placer perverso… me atemorizaba dejarme ir en el placer y perderme en un universo que desconocía absolutamente y me asustaba ser descubierta. Nadie, absolutamente nadie, me había hablado de la masturbación… una cuestión tan moralmente reprochable que no existían contextos para atenuarla”) y sentí la misma rabia de María del Mar con mis profesoras del colegio y hoy, sin el yugo de su autoridad moral sobre mi cabeza, les digo con altivez de sus palabras:
“Qué enseñanza nociva la heterosexualidad y cuántas escenas entre dolorosas y patéticas nos habríamos ahorrado si se nos hubiera dicho que experimentar y sentir deseo sexual por un amplio abanico de personas a lo largo de la vida es de lo más normal…Que se jodan todas y cada una de las profesoras del colegio por no hablarnos de esto y todas las películas y todo lo que nos dijeron que estaba bien sobre nuestras conchas, siempre validadas por otros. Que se jodan de verdad.” Y que se jodan esos hombres que se niegan a escuchar lo que nos gusta y los que solo piensan en desocuparse en nosotras sin considerarnos primero porque para eso, señores, ya tenemos como ocuparnos de nuestro propio placer, y sin culpas.
Ya no se trata de aceptar, como lo hicieron nuestras madres, abuelas y predecesoras, de mantenernos vivas y aceptar el destino que Dios nos dio para santificarnos y perfeccionar nuestra alma. No se trata de sobrevivir, de esforzarse, de saber que nos “toca difícil y sufrirla”, no. No se trata de aceptar las relaciones de poder, en donde la hegemonía no permite el decir no, por “educación” o cortesía” laboral o social.
Pues bien, de lo que trata la reivindicación del placer femenino es más bien de gozar sin culpa, y no me refiero solamente al delicioso éxtasis sexual sino de cualquier tipo de placer, el de reír hasta llorar, el de saborear hasta el cansancio esa deliciosa cena o ese vino, mezcal o tequila que mas nos apetece, leer hasta caer dormidas, y en general hacer que esos placeres dejen de estar plagados de violencias y censuras masculinas – o peor aún provenientes de otras mujeres. “Hay —o habrá— un enorme triunfo en la conquista de los placeres cotidianos. Obtendremos una victoria contundente, una de las importantes, que es colectiva y política, cuando podamos vivir en nuestros términos …y considerar que el placer, nuestro placer, nuestro transitar por todas las dimensiones de esta vida felices y satisfechas, es también un hecho revolucionario e imprescindible.”
En conclusión, solo esa construcción en colectivo, aun cuando el daño y el dolor se hayan manifestado de forma individual en comunidad, en donde reivindiquemos el placer como tesoro no exclusivamente masculino, podrá sacarnos adelante como género. Solo contando nuestras historias podremos aprender las unas de las otras las tácticas y estrategias, o simplemente las acciones simples para decir no, cuando no se quiere avanzar más allá en una carrera ya iniciada. Solo en las redes de mujeres tendremos en donde refugiarnos y renacer como el ave fénix.
Solo nos queda darle las gracias a María del Mar por ser nuestra voz y por enseñarnos más de ‘Girls Out West’, por evidenciarnos los ‘Archives of Sexual Behavior’ de 2017, por darnos a conocer la Asociación Civil Red de Mujeres y su campaña #PreguntameQueMeGusta, por recordarnos a Judith Butler, a Emily Nagoski, a Gabriela Wiener y su artículo icónico ‘El sexo de las supervivientes’, Mariela Solana y su ensayo ‘Pornografía y subversión: una aproximación desde la teoría de género de Judith Butler’, a ‘Calibán y la bruja’, de Silvia Federici, ‘Placer y peligro’, de Carole S. Vance, ‘Teoría King Kong’ de Virginie Despentes, ‘Las mujeres que luchan se encuentran’, de Catalina Ruiz-Navarro, ‘Mujeres, raza y clase’, de Angela Davis, ‘Confesiones de una mala feminista’ de Roxane Gay, ‘Hacia una teoría feminista del estado’, Catharine Mackinnon, entre muchas otras citas y recomendaciones de este estupendo libro.
“Qué triunfo brutal del patriarcado haber logrado que nos sintiéramos ajenas en nuestras propias pieles. Qué efectivo les resultó educarnos a las mujeres para existir solo ante las manos y las miradas de los hombres. No se me ocurre una forma de dominación más eficiente y certera que esa: no ser hasta que somos para otro.”
El libro me dejó una sensación confusa. Me gustaron los capítulos El cuerpo, Las fotos y La Violencia. El sexo y La paja no, pese a ser los más largos. Subrayé harto y hubo mucho en lo que me identifiqué, pero también hubo un montón de partes que me dejaron wtf ?? o en donde la autora se contradecía en cosa de una o dos páginas. Me hubiera gustado -y hubiese sentido más honesto- que fuese un libro 100% sobre su experiencia, sin intentar convertirlo en un manual de ESI. Muchos de los discursos, aún siendo feminista, se me hicieron maqueteados o sentí que faltaba reflexión para llegar a ellos. Rescato el coraje y la puesta en valor de algunas ideas, así como lo rico que es verlas encarnadas en una mujer joven y latinoamericana (tan necesario), pero se me hizo repetitivo y no encontré nada tan novedoso. Lo otro: Le falta edición. Tengo la 3ra de Paidós y hay varias frases mal escritas. Ojalá las versiones nuevas estén corregidas.
No hay que contar con muchos elementos literarios (y no me importó que página tras página esta no fuera la literatura a la que estoy acostumbrada o me gusta) para dar testimonio, alzar la voz y sacar lo que tiene que salir desde lo individual para poder unir a más mujeres hacia el respeto, el amor propio y la igualdad que tanto nos han arrebatado desde siempre.
Una prueba de que incluso en “el privilegio” de ser citadinos y clase media (y todo lo que esto conlleva) a las mujeres les toca una realidad bien diferente y subyugada a la de los hombres.
Relatable. Es la única palabra en la que puedo resumir este libro.
O también desagarrador, o esperanzador, dependiendo de con qué ánimos lo leas. De a ratos te hace sentir impotencia porque te hace dar cuenta que muchas cosas que pensabas te pasaron a vos sola resulta que le pasaron a la mayoría, y por otros como que hay una luz al final del camino porque existen personas como María escribiendo sobre esto y compartiendo a corazón abierto más de lo que necesitamos leer y escuchar.
Amé este libro de principio a fin y será uno de los que no podré deshacerme en su versión papel.
Creo que es el primer libro abiertamente feminista que leo y me sacudió profundamente al verme retratada en muchas de las situaciones que la autora describe con lujo de detalle, habiendo sido sus experiencias personales. No es una obra maestra de la literatura pero sí es una obra maestra de honestidad. Haber crecido y madurado en una sociedad en la que mi proyecto de vida debía hacerse en función de los hombres, en los que mi lugar como mujer estaba determinado por mi género, en la que me estuvieron vetados muchos placeres de la vida por la misma razón es terriblemente injusto y puede ser un golpe fuerte para algunos lectores que deseen abrir los ojos. Me quedo con una de las últimas reflexiones de la autora: “Me fue difícil recopilar estas letras y no sentirme conmovida por ellas, no sentirme interpelada por mi propio pasado y por lo que la sociedad hizo de mi vida”. Lectura imprescindible para las mujeres definitivamente.
Librazo! Qué gran inicio del 2021, inaugurando este año con la pluma de Maria Del Mar donde en muchas muchas frases y situaciones me sentí leyéndome. El libro corto, fácil de leer, fluido, pero al mismo tiempo con un lenguaje exquisito y una narrativa que te atrapa. Todos los capítulos son espectaculares pero mis favoritos son La Paja y el Sexo, apartados que sin duda seguiré leyendo y releyendo. La concha, la masturbación, el porno, las nudes, el placer, el orgasmo, el consentimiento como único pre requisito para los encuentros sexuales, la desmitificación del amor romántico, las mujeres como voz colectiva, son muchos de los temas abordados en el libro que lo hicieron un disfrute total.
Este ejercicio de llegar a las primeras preguntas de nuestro lugar como mujeres y las primeras razones para empezar a considerar el feminismo como un lugar político. Le agradezco a Maria del Mar por este este espacio de volver al cuerpo y saber que no estamos solas.
Tiene una prosa muy transparente y el testimonio es brutalmente honesto. La propia autora es consciente del privilegio que encuadra su experiencia y con todo y todo también es consciente de cómo estructuralmente a ella y a muchas mujeres se nos ha negado el derecho a sentir placer. Hubo capítulos puntuales que me hicieron mucha compañía.