Grijalva es una reportera en un mundo que ha retrocedido. A mediados del siglo XXI, la Tierra ha adquirido anillos similares a los de Saturno tras un cataclismo que extinguió la luz eléctrica y fundió el alma de transistores y circuitos de todos los aparatos en los que la humanidad se sustentaba.
Acompañada por su hijastro, Grijalva viaja a Tamarindo, un pueblo en Veracruz donde los niños padecen una raraenfermedad: hablan y se comportan como personas distintas a las que son o las que eran, poseídos por historias lejanas y dolorosas. Los indicios de que el delirio puede ser contagioso —y perturbador para las autoridades— vuelven apremiante la búsqueda de una explicación. Conforme avanza la pesquisa, el relato nos irá revelando qué ocurrió con el planeta veinte años atrás, cuando Grijalva era una estudiante de música enamorada de su maestra, y su padre, una emanación digital en un minucioso mundo virtual.
Todo lo que amamos y dejamos atrás es mucho más que una asombrosa novela de ciencia ficción. Con un lenguaje íntimo y exacto, Elisa de Gortari ha escrito la historia de uno de nuestros posibles naufragios, pero también, y sobre todo, la secreta carta de amor a todas las cosas que nos dan desde la música y la poesía, hasta el fulgor de las primeras veces y las diversas, en ocasiones arduas, formas de cuidarnos y querernos.
Creo que hay poca literatura mexicana conocida sobre Sci-Fi y lo que hizo Elisa resultó interesante en el inicio ¿quién no quiere saber por qué a la Tierra le salen anillos como a los de Saturno? sin embargo, la escritora decide abordar un montón de temas como una especie de Thriller, la enfermedad de los niños, que siento que me faltó más sobre eso, pero bueno, ella lo resuelve con fundamento. Cuando lo leí, recordé al personaje de Skeleton Crew KB, por otra parte; existe una reflexión muy trabajada y respetuosa sobre la migración. Es una novela ambientada en Veracruz, sobre música, mucho sobre L.Montané (demasiado a mi sentir, pero es su libro y puede escribir de lo que ella quiera, incluso de jabón tipo Fight Club). De la actividad inusual del padre de Grijalva (personaje principal), me hubiera gustado saber más sobre su trabajo. Me hizo sentir en Matrix. De la relación amorosa de Grijalva con Aurelia que crea un vínculo con Indiana, y de Grijalva con Fulvia. Conclusión, tal vez no sea una lectura tan fácil porque hay que dedicarle su tiempo para asimilar intenciones de la autora, después de platicar con ella todo cobra más sentido, espero que si sigue escribiendo sobre esta historia, ahora nos diga cómo derrumbaría los anillos.
Muy bien escrito, aunque con una trama algo confusa. Lo que destaca del libro es el estilo y la prosa, que son de calidad superior. Se tocan quizás demasiados temas como la IA, la renta universal, un futuro postapocalíptico, la clonación de recuerdos y mentes, meteoritos, modificación global del entorno y el clima por causa de un desastre, etc. Pero está por encima de lo que se suele publicar.
No suelo leer ciencia ficción, pero el título de este libro me atrapó. Cuando supe que lo escribió una autora queer mexicana y que la historia transcurre en Veracruz, supe que tenía que leerlo. Rara vez este género se explora desde una perspectiva queer y latinoamericana, y esperaba encontrar algo fresco y diferente. No me equivoqué.
La novela de Elisa de Gortari es asombrosa. Su prosa combina imágenes poéticas con un lenguaje coloquial lleno de mexicanismos, creando un contraste fascinante al retratar un mundo postapocalíptico. Aunque en algunos momentos la trama me resultó confusa, me encantó cómo usa la ciencia ficción para contar una historia de amor filial conmovedora y con una mirada única.
Novela de ciencia ficción, distópica, que plantea un futuro con un retroceso tecnológico severo y una mutación de las condiciones de vida del planeta. El universo creado por la autora es muy interesante. La obra tiene varios escenarios, uno en Gila Bend, que recrea ciudades diferentes, otro en Ciudad de México y otro en Veracruz: en los diferentes momentos históricos de esta novela vemos las mutaciones de los lugares y las transformaciones en sus habitantes, en su forma de vida, en su cultura. El hilo conductor de toda esta vertiginosa historia es la memoria y la custodia de los recuerdos. Es una historia en la que todo encaja bien y es muy creíble.
Resulta muy interesante cómo la autora rescata elementos valiosos de estos escenarios mientras plantea una crítica al deterioro social, al peso de la tecnología y a los riesgos que implica su omnipresencia en nuestras vidas, y aborda temas de género con total naturalidad y sin que nada de esto resulte panfletario; plantea cuestiones éticas y psicológicas importantes.
Ciencia Ficción fresca. Literatura contemporánea y latinoamericana fresca. Elisa trae consigo una novela asombrosa que se desprende de su contexto editorial para construir algo que está dando pasos más allá. No sólo descentraliza su México ficcional, también explora la identidad de una forma sumamente ajena a lo acostumbrado. Poner el foco en la memoria y lo que hacemos con ella es un acierto genial para el presente. Además, el tema de los niños es una cosa increíble y su forma de escribir sobre música es un deleite como ningún otro. En estas páginas se habla de música como siempre había querido en el espacio de la ficción. Su prosa es sensacional y sus voces narrativas ni se diga. Luego de tremenda lectura ver el desarrollo de la Ci-Fi en latam y exploración de la identidad fuera de las escrituras del "yo" va a ser un proceso interesante. Estoy muy feliz con esta lectura, pone la vara alta al año lector, su contexto editorial y la escritura propia. Todo emocionante.
Llegué por recomendación de algunas chicas de mi club de lectura, y como siempre no me defraudaron. El hermoso tour imaginario que me di con cada uno de los escenarios descritos como parte de un Veracruz hecho pedazos de la manera más bella y poética posible, no fue difícil imaginar que incluso en un futuro post apocalíptico costeño hay cosas que simplemente siguen igual. En las cosas terribles pero también en las bellas que hacen que la vida, incluso con todo lo que conociste devastado, valga un poco la pena🤍
Es un libro distopico cuyo centro del desarrollo de la historia, es en Veracruz. Es un libro interesante, sin embargo al ser un libro distopico, puedes llegar a perderte un poco en la trama. Pero en general, fue un libro interesante.
Por ahí de la página 188, creí que ya había adivinado el plot twist de esta novela, me llevé una gran sorpresa cuando terminó de una forma completamente distinta a la que pensaba. La forma en la que Elisa describe va de lo poético a lo hipnótico, hay un punto en el que incluso se vuelve adictivo seguir leyendo con tal de descubrir qué es lo que está pasando en este rompecabezas. La razón del 4/5 es porque los segmentos que hablan de lenguaje musical son tan detallados que se vuelven tediosos, aun con todo eso me parece que es una gran historia.
:( Me gustó leer sobre un fin del mundo en Veracruz.
El libro tiene muchos temas, algunos complejos y otros bonitos. Aunque, el tema central definitivamente es la memoria. Elisa aborda la memoria como algo político y también como un acto de resistencia. Las diferentes voces que narran la novela tienen y aportan algo especial. Leer en segunda persona no creo que sea de las cosas más fáciles del mundo, pero me gusta.
El final me pareció muy triste 😭, pero con sentido. Y sentí un poquito de esperanza.
Pocas veces he leído ciencia ficción en general, y desarrollada en México mucho menos. Ahora me topo con un autora que no le pide nada a las grandes potencias de este subgénero y que tiene el buen tino de no focalizar la historia en la ciudad de México, sino en un pequeño pueblo de Veracruz.
Pero antes, una aclaración. Decirle ciencia ficción a esta novela es acotarla a lo evidente. Porque más allá del planteamiento futuro-post apocalíptico también hay un interés por explorar en las honduras de la humanidad, en reflexionar sobre la música, y demostrar que se puede escribir de personajes lgbt sin que su sexualidad sea lo único que los defina.
Grijalva es una chava reportera que va a Tamarindo porque hay una especie de enfermedad que hace que los niños hablen como si fueran adultos. Por alguna razón lleva a su hijo, o hijo de su novia, Indiana. En ese recorrido se nos muestra un México sumido en el descontrol controlado (algo como lo que tenemos ahora), pero con anillos sobrevolando la tierra y viejos recuerdos de un pasado tecnológico que se fue a la basura.
Me parece que la construcción de esta sociedad se hace de manera que no se siente forzada, como de manual, sino que poco a poco conocemos lo que hay y lo que hubo. Bien pensado, es de una complejidad enorme mostrar dos o más eras en el transcurso de esta historia, y se logra sin que sea confuso. También hay algo de detectivesco en esta trama que conjuga misterios sociales/antropológicos con los misterios del amors, de las relaciones materno filiales.
Hay cambios de narrador, pero me gusta más cuando toma la voz Grijalva. Hay un humor ahí medio ácido. Hay muchos datos random. Hay cierta poesía. Y para que se eduque Mónica Ojeda, hay una hoja en la que detalla los préstamos directos que emplea. Es formidable y refrescante leer una novela que nos lleve al fin del mundo o las repercusiones del apocalipsis no en grandes ciudades o territorios del norte global, sino en pueblos costeros alejados de Dios y del futuro.
En un mundo donde la tecnología moderna ha desaparecido y el mundo ha dejado una franja de él apenas habitable, sólo la memoria colectiva y los pocos registros analógicos que quedaron permiten darle continuidad a la identidad. En ese mundo al que le arrancaron su forma de entenderse de súbito, los sobrevivientes se reconstruyen: con la comida que pueden preparar, con la tecnología que saben rearmar; hurgando en los recuerdos y registrando lo que pueden a fin de conocerse de nuevo.
La catástrofe que cambió el mundo de los protagonistas sucede en nuestro futuro que hace de su mundo lo suficientemente familiar para reconocerle, pero nunca para ser el propio. Tras la catástrofe, ese mundo es tan distinto que no parece ser familiar para nadie, ni para los protagonistas, ni para los lectores. En esta reconstrucción de la identidad, de la comunidad, somos testigos de actos de profunda ternura, descubrimos la historia nunca contada de nuestra música, de nuestras recetas; vemos un mundo conocido, adaptarse. La autora no discute demasiado todos los detalles de todo su mundo, sino sólo una ventana donde parece que muchas más cosas están pasando.
Así, en un pueblo en Veracruz, donde una epidemia afectando a los niños recibe explicaciones fantásticas, nos sentamos a comer tortillas, frijoles y escuchamos los problemas de la gente que emigra, de los gobiernos que ocultan, de los pueblos que resisten, de las comunidades que se forman y de pronto, el mundo no parece tan distinto porque la tragedia nunca impacta igual, pero la humanidad siempre sobrevive de la misma manera.
Es un libro de recuerdos que no son nuestros, pero nos son conocidos. Es un libro de memorias que nos duelen de una ausencia de algo que nunca tuvimos; de memorias que nos enternecen con un amor nunca vivido; recuerdos de un tiempo que nunca ha pasado. Y finalmente, las memorias de unas experiencias que nunca hemos tenido, pero igual nos engrandecen.
Libro 📚 8/2025 Todo lo que amamos y dejamos atrás Autor ✍🏼: Elisa de Gortari Género: Distopia Calificación: ⭐️⭐️⭐️
Pues este libro me quedó a deber pero empecemos por lo bueno:
1. Es una historia distópica desarrollada en México 🇲🇽, ¡qué premisa más interesante!
2. Su protagonista se dedica a la música ��� y poner en palabras el extraordinario mundo 🌍 musical 🎶 y lograr hacer viajar al lector a algo que es auditivo pero expresado literariamente, ¡wow!
3. La idea de una virus que ataca a las personas con recuerdos ajenos es bastante innovadora.
Ahora lo malo: 🙅🏻♀️
En mi opinión, se nota la inexperiencia de la escritora ✍🏻 porque no se logró ensamblar en su totalidad el pasado musical de la protagonista con la historia distópica. Lo importante era justo la crisis del mundo post apocalíptico y varias veces es eclipsado por el pasado musical. Se debieron haber hecho 2 libros 📚, uno de cada tema para que no perdieran potencia o saber jugar mejor con la jerarquía de las historias.
Lo acabé y ya pero, no lo recomiendo y como fanática de historias de distopia, ¡me quedó mucho a deber!
Despertó en mi sentimientos muy fuertes de añoranza y apego a con las cosas que tengo y lo que conozco. En este mundo que está dando un paso más cercano a lo virtual, desligándose de lo terrenal a pasos agigantados. En esa perspectiva me resulta aterradora la forma de narrar un futuro posible e impredecible en el que el arte está presente como la entraña humana ante las dolencias de la vida.
Aunque me resultó al principio distinta la persona narrativa y como cambiaba todo tiene un fin, una razón de ser, que no me impidió leer con avidez y conectar como supuse que debía hacer a través de dicha forma. Es además, nostálgica la mención de la actualidad como un pasado inexacto que fue lo que en un inicio me despertó tantos sentires. Esta obra es una que me maravilló por lejana y cercana, por real y fantástica y que creo que me fue la introducción perfecta y difícil de alcanzar a la ficción hispanoamericana. Hay notas en las páginas de una receta que no sé cómo se hacía y de otra que no sé cómo se hará.
Otro que se va a los favoritos del año 💜 Otro mundo distópico visto desde los ojos de una mujer, que privilegis su contexto, entonces esta historia esta centrada en Tamarindo, Veracruz.
Cuenta la vida de Grijalva e Indiana en pasado presente y futuro combinados y te lleva a reflexionar sobre lo que vale la pena de la vida... La música, los libros, la memoria, la voz, la aceptación, el amor, la gente que te inspira ese amor, compartirlo todo cuando no tienes nada, el cuidar, la maternidad adquirida...
Pero también resalta lo menos bueno de las sociedades, haciendo un símil de lo que esta mal en este mundo y poniéndolo en ese otro mundo qué intenta sobrevivir al fin del mundo.
Con una prosa qué te atrapa, giros completamente inesperados, personajes sumamente humanos y entrañables, Elisa nos lleva de la mano a muchos fines del mundo con la esperanza de que cada fin será un nuevo comienzo.
Hermoso. Me gustaro mucho ciertas desiciones estéticas; así como de la forma en que está engranada la historia. También me pareció muy inteligente o novedoso, no sé cómo decirlo, tanto la visión que nos presenta la autora como el enigma de la enfermedad de los niños. O sea, ese regreso a lo "primitivo" (sin electricidad) me parece fantástico (podríamos debatir si es solar-punk?); lo cual hace que haya una especie de melancolía con los celulares o las canciones de Bad Bunny, que es bastante curioso porque escribo esto desde mi cel y estoy escuchando drmf: esa ambivalencia de sentir saudade por algo que tengo en este momento es lo que me gustó y disfruté más. Y pues respecto al fondo de la obra, estoy completamente de acuerdo con lo que propone: la memoria no se debe perder porque el mundo está tan lleno de injusticias que es una forma de resistirlo.
Tenía mucho tiempo que una historia no me atrapaba tanto como esta novela de @elisadegortari. “Lo que amamos y dejamos atrás” es un relato de ciencia ficción construido en varios tiempos y situado en México. Tiene como eje conductor un futuro distópico en el que el planeta Tierra tiene anillos como Saturno, nunca anochece del todo y carece de luz eléctrica.
En este escenario complejo, una reportera y su hijo investigan un padecimiento que hace que los niños de una zona en Veracruz se comporten y tengan recuerdos como si fueran otras personas.
Llena de guiños a la cultura pop, reflexiva, entrañable, con toques filosóficos y hermosamente construida, es una de las mejores novelas latinoamericanas que he leído en años.
Tras un cataclismo, la Tierra adquiere anillos como Saturno, la electricidad se extingue y la tecnología se vuelve un recuerdo. Pero el corazón de la historia no solo está en la ambientación post-apocalíptica, sino en las vidas de las personas que habitan este nuevo mundo. Grijalva, una reportera que se adentra en Veracruz, donde los pueblos costeros son escenario de un misterioso síndrome que afecta a los niños, haciéndolos revivir memorias ajenas. Junto a su hijastro, Indiana, inicia la búsqueda de respuestas.
Es un libro bello por donde se le mire. Tiene todos los componentes para ser una historia de ciencia ficción bien pensada, con el añadido novedoso de que tiene lugar en Veracruz. De Gortari no abandona el lado humano: los personajes son entrañables. Vas a estar llorando en las últimas diez páginas, garantizado. Si te gusta el sci-fi dale una oportunidad a este libro, te prometo que te va a cambiar la vida.
Lo postapocalíptico, lo distópico, la continuidad de la desgracia humana después del fin del mundo, lo que resta, lo que queda, la tecnología, el vaivén en el tiempo, laimaginación grandilocuente a la vez de terrenal y el Veracruz, mi amado y odiado Veracruz, con sus coloquialismos y desfachatez, es la parafernalia para contar una historia de amor filial que conmueve hasta la médula gracias a la maestría de Elisa.
Después de la caída de un meteorito, el mundo ha cambiado. Veracruz es ahora la escena de esta novela de ciencia ficción, donde la humanidad ya no dispone de la tecnología de un día para otro. Imaginar escenas de anillos alrededor de la Tierra y por otro lado el pico de Orizaba con gente comiendo gorditas dulces de piloncillo es algo que me transporta y absorbe en esta historia. Cómo veracruzano, un deleite esta lectura, disfruté este libro hasta la última página.
El libro se siente como una combinación entre ciencia ficción y realismo mágico, dándole un tono oscuro y nostálgico al texto. Puede que haya momentos en que el cambio de la voz narrativa entre un capítulo y otro confunda (me pasó en algunos momentos) pero toda decisión que hace la autora tiene una razón. La descripción del cataclismo que llevó a la tierra a la situación post-apocalíptica en la que se desarrolla la historia me pareció maravillosa.
Hijole, no esta mal, pero tampoco es bueno. Es una reportera que va a investigar lo que sucede en veracruz a los niños. Ella junto Indiana esta arriesgando su vida en un mundo que esta sobreviviendo 20/30 años después de una catástrofe mundial. Todo para que esta "solución" del problema a investigar no llegué a absolutamente nada. Las últimas 20 páginas son mas interesantes que las 200 paginas atrás. No me había costado desde hace mucho terminar un libro.
para cuando el club se reunió a discutir este libro yo todavía no lo había acabado. me pasé casi toda la lectura confundida por la línea de tiempo y para cuando le estaba terminando de agarrar la onda la historia llegó al final. pero tengo la certeza de que lo poco que entendí y me fascinó es suficiente para decir que es un buen libro, quiero comprarlo en físico para subrayar a mi antojo, y, con suerte esta vez, entender todo mejor.
Esta novela es un estado de ánimo: hay algo nostálgico, algo abismal, algo entrañable. Acompañar a Indiana y Grijalva por su viaje es también repasar todo lo que le da sentido a nuestras vidas: la música, los objetos, los recuerdos. La imagen de los anillos suspendidos en el cielo (como los de Saturno) se queda contigo.
Me costó un rato agarrarle la onda a este libro, parecía que había muchos temas sueltos y no terminaban de amarrar, la historia avanza y entonces se construye más lo relacionado con el mundo distópico, con lo que pasó después de la explosión y eso, sin duda, fue lo que más me gustó, me puso a pensar en todas las posibilidades para que el mundo y la sociedad dejen de ser como los conocemos en la actualidad. ¿Qué somos sin nuestros recuerdos, sin nuestro cuerpo físico? ¿Podemos existir en otras personas o incluso en un servidor?
Disfruté muchísimo este libro. Es una camino a través de un mundo distópico, y que al mismo tiempo está lleno de música y reflexiones acerca de la tecnología y lo que realmente significa todo lo que amamos…
Simplemente increíble, me encantó y tal vez me esté dejando llevar por mi propio hype ahora mismo, pero se va directo a las mejores lecturas del año. Me voló la cabeza.
Es ciencia ficción, la narrativa está interesante. No logré comprender en su totalidad la historia deja algunos huecos además que a mi gusto el cambio de narradores la hace confusa así como los saltos en el tiempo
Leí la versión casi-final, no he leído la final final pero no creo que haya cambiado mucho. Viva Elisa! Viva Veracruz!!! Mis palabras están (creo) en el cintillo: No se vale.