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Antes que nada
EN LA LISTA DE LOS MEJORES LIBROS DEL AÑO SEGÚN
BABELIA
Antes que nada , como todas las obras de Caparrós, es, además de sus memorias, un magnífico artefacto literario donde cada palabra cuenta, donde el cómo importa tanto como el qué.
«El escritor de la desmesura, considerado el mejor cronista actual de América Latina, se propone contar su vida y entender cómo se muere. Cómo tenerle lástima a Caparró vive para escribir y ha escrito la obra de su vida. Antes que nada , después de todo».
PacoCerdà, Babelia
Martín Caparrós es uno de los grandes escritores de su generación, maestro del periodismo y de la novela y de esa cruza de ambos que es la crónica. Nómada, polemista, curioso impenitente, ha recorrido el mundo y conocido a muchos de sus habitantes ricos y poderosos, y a muchos más pobres y anónimos. Estas fascinantes memorias cuentan esa vida –militancias y exilios, selvas y redacciones, amores y derrotas– y, al mismo tiempo, sesenta años de historia de Caparrós puede pasar de la residencia de Perón en Madrid a la choza de Saratou en Níger y al primer McDonald's en los últimos días de la Unión Soviética, puede descollar por accidente en la radio argentina o dar cuenta del problema del hambre en una obra fundamental, puede escribir biografías en verso, componer novelas interactivas o renunciar al New York Times por la censura.
Lacrítica ha
«Son memorias imprescindibles como lo que historia del periodismo».
Marta Nebot, Público
«Antes que nada son muchos libros en uno. Todos ellos darían para una biblioteca entera».
Juan Carlos Laviana, Zenda Libros
«De Martín Caparrós sólo se puede decir lo mejor de lo mejor. Sus memorias ya están en el estante de libros que jamás se me van a perder en una mudanza».
Edu Galán, ABC
«En sus memorias, la vida se contrapuntea con la enfermedad, en un texto entre la poesía, el ensayo y el dietario, con algo de ironía, pero sobrecargada de tristeza».
Jorge Carrión, La Vanguardia
«Un escritor enfermo. Un enfermo de la escritura. La enfermedad de escribir. Escribir en la enfermedad. La imagen de alguien que, cada mañana, trabaja para sacarse la silla de ruedas de la cabeza y ponérsela debajo del culo».
Pedro Simón, El Mundo
Antes que nada , como todas las obras de Caparrós, es, además de sus memorias, un magnífico artefacto literario donde cada palabra cuenta, donde el cómo importa tanto como el qué.
«El escritor de la desmesura, considerado el mejor cronista actual de América Latina, se propone contar su vida y entender cómo se muere. Cómo tenerle lástima a Caparró vive para escribir y ha escrito la obra de su vida. Antes que nada , después de todo».
PacoCerdà, Babelia
Martín Caparrós es uno de los grandes escritores de su generación, maestro del periodismo y de la novela y de esa cruza de ambos que es la crónica. Nómada, polemista, curioso impenitente, ha recorrido el mundo y conocido a muchos de sus habitantes ricos y poderosos, y a muchos más pobres y anónimos. Estas fascinantes memorias cuentan esa vida –militancias y exilios, selvas y redacciones, amores y derrotas– y, al mismo tiempo, sesenta años de historia de Caparrós puede pasar de la residencia de Perón en Madrid a la choza de Saratou en Níger y al primer McDonald's en los últimos días de la Unión Soviética, puede descollar por accidente en la radio argentina o dar cuenta del problema del hambre en una obra fundamental, puede escribir biografías en verso, componer novelas interactivas o renunciar al New York Times por la censura.
Lacrítica ha
«Son memorias imprescindibles como lo que historia del periodismo».
Marta Nebot, Público
«Antes que nada son muchos libros en uno. Todos ellos darían para una biblioteca entera».
Juan Carlos Laviana, Zenda Libros
«De Martín Caparrós sólo se puede decir lo mejor de lo mejor. Sus memorias ya están en el estante de libros que jamás se me van a perder en una mudanza».
Edu Galán, ABC
«En sus memorias, la vida se contrapuntea con la enfermedad, en un texto entre la poesía, el ensayo y el dietario, con algo de ironía, pero sobrecargada de tristeza».
Jorge Carrión, La Vanguardia
«Un escritor enfermo. Un enfermo de la escritura. La enfermedad de escribir. Escribir en la enfermedad. La imagen de alguien que, cada mañana, trabaja para sacarse la silla de ruedas de la cabeza y ponérsela debajo del culo».
Pedro Simón, El Mundo
795 pages, Kindle Edition
First published January 1, 2024
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About the author
Martín Caparrós
90 books378 followersMartín Caparrós es un periodista y escritor argentino. Comenzó su carrera periodística en el diario Noticias en 1973, en la sección policial, a cargo de Rodolfo Walsh. En la dictadura, abandonó el país y se exilió en Europa: se licenció en Historia en la Universidad de París; más tarde vivió en Madrid, hasta 1983. Tras el retorno de la democracia a Argentina, regresó a Buenos Aires. Vive en España y publica sus columnas en El País de Madrid y el New York Times.
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Displaying 1 - 29 of 29 reviews
April 25, 2025
El ser y la nada
Terminé abrumado, debo admitirlo. 650 páginas de Caparrós contando su vida y cómo lidia con su enfermedad, pueden parecer demasiado. Cuando estaba por terminarlo le dije a Miqueridaesposa, "Si Napoleón escribiese como él, necesitaría diez libros como este".
Ahora, la pregunta es ¿Por qué leí 650 páginas de Caparrós contando su vida? Muy sencillo: porque lo admiro muchísimo. Me hubiera encantado escribir como él, leer todo lo que leyó él, ejercer el periodismo como lo ejerció él, hacer programas de radio y TV como los que hizo él, viajar como viajó él (cuando digo viajar es viajar, no hacer turismo), comer lo que comió él y hasta animarme a probar cosas que yo nunca probé como las probó él (relaciones homosexuales y cocaína - no necesariamente significa que ambas sean una virtud, pero toda experiencia enriquece). Lo único que nunca quise tener de él fue su temprana calvicie, para eso, mejor ser como Dorio.
Lo paradójico es que leí mucho de lo que publicó en diarios y revistas, pero poco en forma de libro: apenas El Interior y Echeverría. En casa tengo siempre a punto de empezar "El Hambre" y "Amor y anarquía".
Tampoco es que esté de acuerdo con todo lo que pregona, pero su artículo sobre el hospital de la Madre Teresa y dos columnas: una sobre el honestismo y otra, publicada en Crítica que se llamó - creo porque cito de memoria - "el peor acuerdo" sobre la declaración del represor Luciano Benjamín Menéndez en un juicio, cambiaron mi vida, o al menos mi forma de verla.
Esta autobiografía entiendo que llega a lo máximo que puede llegar. Contando lo que puede contar sobre él y sobre los demás.
Voy a decir una bobada: a través de su vida, también se lee la vida de nuestro país, es como el espejo invertido de otra biografía que leí hace poco, la del Turco Asís.
Tiene un tono adorable, de alguien que amó esta experiencia de vivir y uno lo lee con su voz y su modulación tan particular, en la cabeza. Tiene la valentía de no rebajarse en ningún momento a la extorsión emocional de ponerle algo a la nada a la que se enfrenta.
==
Si te gustan mis reseñas tal vez también te guste mi newsletter sobre libros que se llama "No se puede leer todo". Se pueden suscribir gratis, poniendo su mail en este link: eepurl.com/hbwz7v La encuentran en Twitter como @Nosepuedeleert1, en Instagram como @Nosepuedeleertodo y en Facebook. Mi twitter personal es @santizalez.
Gracias, te espero
Sant
Terminé abrumado, debo admitirlo. 650 páginas de Caparrós contando su vida y cómo lidia con su enfermedad, pueden parecer demasiado. Cuando estaba por terminarlo le dije a Miqueridaesposa, "Si Napoleón escribiese como él, necesitaría diez libros como este".
Ahora, la pregunta es ¿Por qué leí 650 páginas de Caparrós contando su vida? Muy sencillo: porque lo admiro muchísimo. Me hubiera encantado escribir como él, leer todo lo que leyó él, ejercer el periodismo como lo ejerció él, hacer programas de radio y TV como los que hizo él, viajar como viajó él (cuando digo viajar es viajar, no hacer turismo), comer lo que comió él y hasta animarme a probar cosas que yo nunca probé como las probó él (relaciones homosexuales y cocaína - no necesariamente significa que ambas sean una virtud, pero toda experiencia enriquece). Lo único que nunca quise tener de él fue su temprana calvicie, para eso, mejor ser como Dorio.
Lo paradójico es que leí mucho de lo que publicó en diarios y revistas, pero poco en forma de libro: apenas El Interior y Echeverría. En casa tengo siempre a punto de empezar "El Hambre" y "Amor y anarquía".
Tampoco es que esté de acuerdo con todo lo que pregona, pero su artículo sobre el hospital de la Madre Teresa y dos columnas: una sobre el honestismo y otra, publicada en Crítica que se llamó - creo porque cito de memoria - "el peor acuerdo" sobre la declaración del represor Luciano Benjamín Menéndez en un juicio, cambiaron mi vida, o al menos mi forma de verla.
Esta autobiografía entiendo que llega a lo máximo que puede llegar. Contando lo que puede contar sobre él y sobre los demás.
Voy a decir una bobada: a través de su vida, también se lee la vida de nuestro país, es como el espejo invertido de otra biografía que leí hace poco, la del Turco Asís.
Tiene un tono adorable, de alguien que amó esta experiencia de vivir y uno lo lee con su voz y su modulación tan particular, en la cabeza. Tiene la valentía de no rebajarse en ningún momento a la extorsión emocional de ponerle algo a la nada a la que se enfrenta.
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Si te gustan mis reseñas tal vez también te guste mi newsletter sobre libros que se llama "No se puede leer todo". Se pueden suscribir gratis, poniendo su mail en este link: eepurl.com/hbwz7v La encuentran en Twitter como @Nosepuedeleert1, en Instagram como @Nosepuedeleertodo y en Facebook. Mi twitter personal es @santizalez.
Gracias, te espero
Sant
December 26, 2024
Nos quedan las palabras. Grande Caparrós.
“Los balances son mitos que alguien construye para creer que ha sido siempre uno”.
“Y les diría -vana excusa- que escribir y decir son cosas tan distintas; que escribir, como mucho, es decirse, despacio, con susurros”.
“Los años veinte del siglo XXI son un mundo donde la materia va desapareciendo poco a poco. Donde el mundo se nos ha vuelto finalmente plano a fuerza de pantallas: donde tantas personas viven en las pantallas, miran y leen la pantallas, se comunican más allá de donde estén-están más allá de donde estén-, viajan más que nunca, no viajan más que nunca, se quieren a sí mismas más que nunca, van dejando a sus dioses poco a poco, idolatran a unos pocos de a millones, los banqueros controlan y hay riquísimos riquísimos que no despiertan el famoso odio de clase porque tantos querrían ser como ellos, la tecnología avanza sin parar y muchos la temen, la denuncian, la aprovechan en silencio, la celebran, hay mil millones de personas que no comen lo que necesitan y no le importa a nadie, la música no parece haber cambiado en décadas, la literatura se ha vuelto un paño de lágrimas bordadito con encaje viejo, no hay nada más prestigioso que las víctimas, la Tierra es una víctima, China sigue creciendo, los Estados Unidos deshaciéndose, nada es mejor que tener éxito y el éxito es la plata y la plata se consigue convenciendo a muchos de que tenés éxito. Y así de seguido. No es un momento que parezca capaz de crear muchos mitos: por eso mismo la nostalgia de lo que vendrá se me vuelve más honda”.
“Los balances son mitos que alguien construye para creer que ha sido siempre uno”.
“Y les diría -vana excusa- que escribir y decir son cosas tan distintas; que escribir, como mucho, es decirse, despacio, con susurros”.
“Los años veinte del siglo XXI son un mundo donde la materia va desapareciendo poco a poco. Donde el mundo se nos ha vuelto finalmente plano a fuerza de pantallas: donde tantas personas viven en las pantallas, miran y leen la pantallas, se comunican más allá de donde estén-están más allá de donde estén-, viajan más que nunca, no viajan más que nunca, se quieren a sí mismas más que nunca, van dejando a sus dioses poco a poco, idolatran a unos pocos de a millones, los banqueros controlan y hay riquísimos riquísimos que no despiertan el famoso odio de clase porque tantos querrían ser como ellos, la tecnología avanza sin parar y muchos la temen, la denuncian, la aprovechan en silencio, la celebran, hay mil millones de personas que no comen lo que necesitan y no le importa a nadie, la música no parece haber cambiado en décadas, la literatura se ha vuelto un paño de lágrimas bordadito con encaje viejo, no hay nada más prestigioso que las víctimas, la Tierra es una víctima, China sigue creciendo, los Estados Unidos deshaciéndose, nada es mejor que tener éxito y el éxito es la plata y la plata se consigue convenciendo a muchos de que tenés éxito. Y así de seguido. No es un momento que parezca capaz de crear muchos mitos: por eso mismo la nostalgia de lo que vendrá se me vuelve más honda”.
July 16, 2025
Empecé a leer a Martín Caparrós hace poco más de un año cuando encontramos con Juan un libro que hizo con Dani Yako sobre la pobreza en Entre Ríos. Los nombres me sonaban, hacía poco había terminado La llamada: Un retrato de Leila Guerriero y ambos fueron personajes recurrentes en la vida de Silvia Labayru así que le di una oportunidad. Era un libro corto, más centrado en las fotografías, pero acompañado por textos de Martín donde desde el primer párrafo noté una sensibilidad enorme, una inteligencia que sale-rompe- con lo común y un talento para ordenar y elegir palabras que, básicamente, me voló la cabeza. Y ni hablar cuando leí sus crónicas de la guerra moderna, pocas veces un autor me enloqueció tanto como Caparrós haciéndose pasar por un ped0filo para narrar la explotación sexual de niños en Sri Lanka. (Hay que tener huevos para escribir y sostener semejante obra de ensayos, crónicas, novelas, críticas y ni un solo cuento—jamás te voy a perdonar Daniel Guebel). Leí sus novelas premiadas, me gustó mucho Los Living, aunque mi favorito fue El tercer cuerpo y de paso también leí sus críticas al kirchnerato y Larga distancia que es otro librazo. De a poco iba conectando extremadamente rápido con la obra de Martín —y por consecuencia, con él—cuando vi que anunció que tenía ELA y que pronto iba a morir y al poco tiempo sacó este libro que en la dedicatoria lo dice todo: «A quienes me quisieron, para que aprendan a olvidarme».
Me puse muy triste, tan triste que cuando Juan me regaló este libro para mi cumpleaños en enero, lo dejé en la biblioteca porque no quería despedirme, no quería pensar que a este escritor que tanto admiro se lo está llevando puesto una enfermedad degenerativa, que el mundo va a perder un gran intelectual y yo jamás iba a llegar a cumplir mi capricho de conocerlo, intercambiar unas palabras con él, agradecerle. A principio de este mes todavía sostenía lo mismo y justo estaba leyendo su novela que perdió el Herralde cuando me enteré que iba a volver a Argentina, que el jueves 10 de julio se presentaba en el teatro y que iban a leer este libro con sus amigos—Dani Yako, Claudia Piñero, Leila Guerriero, Silvia Labayru, entre otros. I mean..., tenía que estar ahí. Saqué el pasaje para viajar desde Córdoba, empecé a leer este libro—lo devoré— armé la mochila, dejé comida para Freddie y me fui a Buenos Aires como si Caparrós me hubiera convocado personalmente—un poco lo sentí así.
El evento fue muy lindo, la sala estaba llena y cuando Martín entró en su silla eléctrica la mayoría nos pusimos de pie para aplaudirlo—fue su despedida. Sus amigos se iban alternando para leer fragmentos de este libro y Miguel Rep ilustraba en vivo algunas escenas en la gran pantalla. Los momentos más memorables de la velada fueron, para mí, cuando leyeron la primera paja de Caparrós y su noche en los brazos de Saer, su encontronazo con Videla y ese fragmento en que se pregunta por el garche que lo gestó—leído por su mamá, Marta Rosenberg ni más ni menos. Cuando terminó el evento Martín leyó unos versos que salen hacia el final del libro y se despidió sin más. Yo me negué a irme así que me fui hasta el escenario para ver si me dejaban subir, mucha gente se estaba colando—entre ellos, Juan Grabois—así que probé, pero no me dejaron.
Se me ocurrió esperarlo en la antesala del teatro y no fui el único obviamente. Cuando lo vi salir por el pasillo a unos metros casi me cago encima. Nunca se me había ocurrido tenerlo tan cerca. Me puse un poco nervioso y encima mientras esperaba para saludarlo se me acerca Claudia Piñero y me pregunta quien soy (lo escribo así y parece que fue un delirio, es otra de mis autoras favoritas). Martín me veía de reojo, sabía que lo estaba esperando mientras saludaba a los otros y me sentí un poco stalker, pero supongo que esos momentos son así. Entonces él queda libre y me acerco a darle la mano y un beso en el cachete y antes de que pueda decirle algo él me dice: «vos sos el hijo de Mercedes» y yo le dije que no, pero que si él quería yo era el hijo de Mercedes y nos reímos. No sé si era un chiste o en verdad me confundió, aproveché el mal entendido para presentarme y decirle que escribo y que sus libros me influyen mucho y le agradecí mucho por todo. Hablamos poco más y cuando le iba a dar la mano para despedirme él me dijo que le diera un abrazo mejor porque ya no le funcionaban las manos y entonces lo abracé y le dije que lo quiero mucho—no esperaba hacerlo, me parecía muy atrevido, pero en ese momento me salió natural.
Después nos sacamos una foto y pasé a la entrada del teatro donde estaban todos los invitados dando vueltas. Leila Guerriero no había venido, pero cuando vi que estaba Silvia Labayru me acerqué a saludarla y le dije que había leído su historia—qué historia— y ella me dijo que lo que más le gustó de la repercusión del libro fue que le llegó a los jóvenes. Hablamos sobre eso y por suerte yo no había leído aún la parte en este libro donde Martín dice que uno de sus grandes amores fue ella porque quizás tenía el atrevimiento de preguntarle cómo fue su reacción al leerlo —es tan raro cuando lees no-ficción y quedás tan atrapado en el caso, como si sus protagonistas fueran personajes—. Le pedí una foto y me dijo que mirara que igual ella no era actriz ni nada. Le dije que igual quería una porque es bellísima.
De ahí me volví para Córdoba, llegué raspando porque alcancé a pedir un Uber a retiro antes de que se me apagara el celular. Este libro lo terminé unos días después, hoy. Más allá de una despedida, estas son las memorias de Caparrós, su vida, una vida tan excéntrica y apasionada que entre líneas pinta un paisaje de nuestra cultura, nuestros cambios, nuestros errores. Hay tanto para decir de su adolescencia en el Colegio Nacional, sus años de militancia, sus cientos de viajes, sus obras. Diría algo al respecto, pero ya está todo dicho en este libro y en tantos de sus libros. A esta altura, por más que él lo quiera, me sería imposible olvidarlo. Es un consuelo un poco egoísta haberlo conocido, pensar que todavía le quedan palabras por publicar, incluso póstumas. Pero ahora sé que en cada una de sus historias nos vamos a volver a encontrar como en ese abrazo.
Me puse muy triste, tan triste que cuando Juan me regaló este libro para mi cumpleaños en enero, lo dejé en la biblioteca porque no quería despedirme, no quería pensar que a este escritor que tanto admiro se lo está llevando puesto una enfermedad degenerativa, que el mundo va a perder un gran intelectual y yo jamás iba a llegar a cumplir mi capricho de conocerlo, intercambiar unas palabras con él, agradecerle. A principio de este mes todavía sostenía lo mismo y justo estaba leyendo su novela que perdió el Herralde cuando me enteré que iba a volver a Argentina, que el jueves 10 de julio se presentaba en el teatro y que iban a leer este libro con sus amigos—Dani Yako, Claudia Piñero, Leila Guerriero, Silvia Labayru, entre otros. I mean..., tenía que estar ahí. Saqué el pasaje para viajar desde Córdoba, empecé a leer este libro—lo devoré— armé la mochila, dejé comida para Freddie y me fui a Buenos Aires como si Caparrós me hubiera convocado personalmente—un poco lo sentí así.
El evento fue muy lindo, la sala estaba llena y cuando Martín entró en su silla eléctrica la mayoría nos pusimos de pie para aplaudirlo—fue su despedida. Sus amigos se iban alternando para leer fragmentos de este libro y Miguel Rep ilustraba en vivo algunas escenas en la gran pantalla. Los momentos más memorables de la velada fueron, para mí, cuando leyeron la primera paja de Caparrós y su noche en los brazos de Saer, su encontronazo con Videla y ese fragmento en que se pregunta por el garche que lo gestó—leído por su mamá, Marta Rosenberg ni más ni menos. Cuando terminó el evento Martín leyó unos versos que salen hacia el final del libro y se despidió sin más. Yo me negué a irme así que me fui hasta el escenario para ver si me dejaban subir, mucha gente se estaba colando—entre ellos, Juan Grabois—así que probé, pero no me dejaron.
Se me ocurrió esperarlo en la antesala del teatro y no fui el único obviamente. Cuando lo vi salir por el pasillo a unos metros casi me cago encima. Nunca se me había ocurrido tenerlo tan cerca. Me puse un poco nervioso y encima mientras esperaba para saludarlo se me acerca Claudia Piñero y me pregunta quien soy (lo escribo así y parece que fue un delirio, es otra de mis autoras favoritas). Martín me veía de reojo, sabía que lo estaba esperando mientras saludaba a los otros y me sentí un poco stalker, pero supongo que esos momentos son así. Entonces él queda libre y me acerco a darle la mano y un beso en el cachete y antes de que pueda decirle algo él me dice: «vos sos el hijo de Mercedes» y yo le dije que no, pero que si él quería yo era el hijo de Mercedes y nos reímos. No sé si era un chiste o en verdad me confundió, aproveché el mal entendido para presentarme y decirle que escribo y que sus libros me influyen mucho y le agradecí mucho por todo. Hablamos poco más y cuando le iba a dar la mano para despedirme él me dijo que le diera un abrazo mejor porque ya no le funcionaban las manos y entonces lo abracé y le dije que lo quiero mucho—no esperaba hacerlo, me parecía muy atrevido, pero en ese momento me salió natural.
Después nos sacamos una foto y pasé a la entrada del teatro donde estaban todos los invitados dando vueltas. Leila Guerriero no había venido, pero cuando vi que estaba Silvia Labayru me acerqué a saludarla y le dije que había leído su historia—qué historia— y ella me dijo que lo que más le gustó de la repercusión del libro fue que le llegó a los jóvenes. Hablamos sobre eso y por suerte yo no había leído aún la parte en este libro donde Martín dice que uno de sus grandes amores fue ella porque quizás tenía el atrevimiento de preguntarle cómo fue su reacción al leerlo —es tan raro cuando lees no-ficción y quedás tan atrapado en el caso, como si sus protagonistas fueran personajes—. Le pedí una foto y me dijo que mirara que igual ella no era actriz ni nada. Le dije que igual quería una porque es bellísima.
De ahí me volví para Córdoba, llegué raspando porque alcancé a pedir un Uber a retiro antes de que se me apagara el celular. Este libro lo terminé unos días después, hoy. Más allá de una despedida, estas son las memorias de Caparrós, su vida, una vida tan excéntrica y apasionada que entre líneas pinta un paisaje de nuestra cultura, nuestros cambios, nuestros errores. Hay tanto para decir de su adolescencia en el Colegio Nacional, sus años de militancia, sus cientos de viajes, sus obras. Diría algo al respecto, pero ya está todo dicho en este libro y en tantos de sus libros. A esta altura, por más que él lo quiera, me sería imposible olvidarlo. Es un consuelo un poco egoísta haberlo conocido, pensar que todavía le quedan palabras por publicar, incluso póstumas. Pero ahora sé que en cada una de sus historias nos vamos a volver a encontrar como en ese abrazo.
January 5, 2025
No lo soportaba a Caparrós personaje público y casi no lo había leído, pero llegué a estas memorias y me conmovieron. Honestas, lúcidas, aún con afán de polemizar. Lejos del victimismo, explora la enfermedad, la finitud de la vida y la proximidad de la muerte. Me gustó mucho el libro, y me dieron ganas de leer más de Caparrós.
November 28, 2024
¡Qué huevos narrar tu propia enfermedad y muerte!
Se está muriendo Caparrós y nos cuenta quién fue y cómo llegó a éste punto. Narra en dos líneas la historia de su vida y la de su enfermedad, que terminan fundidas.
¡Qué huevos narrar tu propia vida!
Estos días platicaba con mi madre de la vejez y la soledad, de cómo un libro es un interlocutor: éste es una larga charla, a veces inspiradora, a veces divertida, a veces envidiable, a veces antipática.
¡Adiós Martín!
Se está muriendo Caparrós y nos cuenta quién fue y cómo llegó a éste punto. Narra en dos líneas la historia de su vida y la de su enfermedad, que terminan fundidas.
¡Qué huevos narrar tu propia vida!
Estos días platicaba con mi madre de la vejez y la soledad, de cómo un libro es un interlocutor: éste es una larga charla, a veces inspiradora, a veces divertida, a veces envidiable, a veces antipática.
¡Adiós Martín!
February 9, 2025
¡Cuanta vida entra en 650 páginas!
No voy a decir que es un libro impecable a nivel literario, pero sólo debo mi máxima admiración a Caparrós por su coraje de desnudar con tanta sinceridad y con tanto amor su propia vida, enfrente a su propia muerte que se avecina.
Imposible quedar indiferente. Me ha impactado muchísimo, terminé llorando como un bebé como hacía mucho no me pasaba con un libro.
No voy a decir que es un libro impecable a nivel literario, pero sólo debo mi máxima admiración a Caparrós por su coraje de desnudar con tanta sinceridad y con tanto amor su propia vida, enfrente a su propia muerte que se avecina.
Imposible quedar indiferente. Me ha impactado muchísimo, terminé llorando como un bebé como hacía mucho no me pasaba con un libro.
January 3, 2025
La vida de Caparrós es interesante de principio (sus padres, su militancia, etc.) a fin (su enfermedad). Recorrerla implica recorrer, además, la historia de la sociedad porteña/argentina/latinoamericana/global de la segunda mitad del siglo veinte. Pero aún si todo esto no fuera valioso en sí, el libro de todos modos valdría la pena por la forma extraordinaria en que está narrado. Una joya.
March 27, 2025
3.5. Con Martín Caparrós empecé por el final. "Antes que nada" es el primer libro suyo que leo. Y son sus memorias, su (posible) forma de despedirse del mundo literario. Seguramente a alguien que leyó Los Living, La Voluntad, o incluso ese "fracaso comercial" cómo él mismo llama a La Historia, estas 655 páginas se les quedarán cortas. A mí me pareció un despliegue demasiado ampuloso. Que no se me malinterprete: creo que Caparrós es uno de los cronistas más brillantes de la literatura latinoamericana. Aunque en "Antes que nada" reniegue un poco de eso y pondere su trabajo como novelista. Aunque a lo largo de esas páginas las constantes comparaciones con colegas sobren ("Yo sé que escribo mejor que miles y miles. El problema no es ese: lo es, si acaso, esas docenas que lo hacen mejor"). Aunque ciertos recursos me parezcan repetitivos e innecesarios. "Antes que nada" es un viaje al interior de ese escritor que padece ELA, que cada día se despierta pensando que es el último. Pero también al niño súper dotado que creció rodeado de estímulos (Perón y Fidel eran cercanos a su padre), a ese militante que se exilió tempranamente, a ese periodista que encontró a Videla caminando libremente por las calles y lo enfrentó con hidalguía, a ese hombre enamorado de los placeres. Hay enfermedades y muertes, hay chismes (la interna de Página 12, la noche de sexo con Juan José Saer, la relación furtiva con la escritora rubia), pero principalmente hay oficio. En todo caso, con "Antes que nada" Caparrós se asegura unas memorias a la altura de su propio mito. No es poco.
December 26, 2024
La autobiografía de Caparrós es lo que esperaba, mezcla de recuerdos y reflexiones, análisis polémicos, política, historia, poesía, bastante name dropping. Mecha bastantes párrafos de sus anteriores libros, por ejemplo pone “en tal momento escribí Ñamérica, donde dije que:” y ahí te manda cinco o seis párrafos, entonces el libro se va engordando. Hay intermezzos referidos exclusivamente a su actual (y última) enfermedad, que llegan a hacerse cada vez más densos, provocando en el lector un efecto curioso, potente.
El primer tercio del libro es más fáctico, el segundo es más híbrido entre biografía y análisis, y el último es más analítico y pantanoso. Me gustó más el segundo, con el clásico estilo Caparrós de hacerte pensar con cada párrafo en cosas que ves todos los días pero nunca habías reparado (como el viejo Fogwill). Hay perlitas de vanidad (su irresistible éxito con las mujeres cada vez más jóvenes, o mejor dicho, él se vuelve viejo pero ellas nunca pasan de cierta edad), pero como el tipo es tan hábil las termina incorporando y no se lo podés criticar. Sus reflexiones sobre el lazo España-Argentina también me tocaron una fibra personal. Otro clásico es su reivindicación de La Historia, que para él es lo mejor que ha escrito y que lamentablemente no tuvo repercusión como una obra maestra de la literatura… pero bueno, también medio se caga de risa de eso.
Lo recomendaría para lectores interesados en el devenir de la historia mundial del último tercio del siglo XX y en la decadencia argentina.
El primer tercio del libro es más fáctico, el segundo es más híbrido entre biografía y análisis, y el último es más analítico y pantanoso. Me gustó más el segundo, con el clásico estilo Caparrós de hacerte pensar con cada párrafo en cosas que ves todos los días pero nunca habías reparado (como el viejo Fogwill). Hay perlitas de vanidad (su irresistible éxito con las mujeres cada vez más jóvenes, o mejor dicho, él se vuelve viejo pero ellas nunca pasan de cierta edad), pero como el tipo es tan hábil las termina incorporando y no se lo podés criticar. Sus reflexiones sobre el lazo España-Argentina también me tocaron una fibra personal. Otro clásico es su reivindicación de La Historia, que para él es lo mejor que ha escrito y que lamentablemente no tuvo repercusión como una obra maestra de la literatura… pero bueno, también medio se caga de risa de eso.
Lo recomendaría para lectores interesados en el devenir de la historia mundial del último tercio del siglo XX y en la decadencia argentina.
December 20, 2024
Extraordinario de principio a fin.
June 23, 2025
No sabría definir el estilo de este libro, como indefinible es también el de la vida del autor. De entrada, son sus memorias, escritas antes de tiempo, antes de la nada que supone la muerte inminente (tiempo incierto, pero seguro) por ELA. Pero son también un recorrido por la historia argentina de los últimos años, puesto que a pesar de haber decidido morir en España, como todos los Antonio Caparrós, su sesgo es absolutamente argentino. Allí están sus luchas de juventud, sus amigos muertos y el lugar al que siempre sintió pertenecer en cada vuelta. Pero es también un discurso sobre estilo y literatura, sobre las fronteras entre la realidad y la ficción, entre la novela, el ensayo y la crónica (o incluso la poesía). Es un hombre que ama la palabra, el juego de palabras, que disfruta encontrando el orden adecuado de las mismas, cuál escoger, cuál repetir. Por eso se lee con placer, y no con pena, porque ha vivido muchas vidas en una vida, más de las que otros podrían vivir en 100 años. Habrá cosas en las que concuerde -su sentido ético ante lo que debería ser la política, la búsqueda de la justicia y la igualdad, el fin del hambre-, otras en las que menos -su, llamémosle, particular estilo de relacionarse con las mujeres- pero es un gran libro. Suerte en lo que quede antes de nada.
August 20, 2025
No necesitaba saber que la primera novia de Martín Caparrós lo fue antes de su mejor amigo. Tampoco que la disfunción eréctil le arruinó algunos de sus mejores viajes. Menos, aunque ahora me acordaré para siempre, que antes de ser un señor escritor que sedujo a varias señoritas más jóvenes, Caparrós fue un señorito seducido –con éxito relativo– por señores escritores como Fernando Savater o Juan José Saer.
Pero creo que sí necesitaba enterarme qué le pasaba por la cabeza en Sri Lanka esos días que vivió entre turistas que viajan buscando sexo con niños. También me gustó enterarme de que su primera novela le costó años de soledad y días de llanto, y que nadie se la quiso publicar hasta que le hizo el favor una amiga de su familia. Y me encantó leer que su padre una vez lo llevó a ver a Juan Domingo Perón a Puerta de Hierro y que años después, en el exilio, Caparrós se regodeaba recordando que el secretario del general, ese señor llamado López Rega que había mandado a matar a tantos de sus amigos, una vez le sirvió el desayuno cuando era niño.
Casi 700 páginas de Caparrós hablando de sí mismo son muchísimas páginas. Son muchísimas ironías entre guiones y lamentos entre comas –que copian, ay, tantos periodistas–, de poesías barrocas contando su enfermedad, de falsas modestias que terminan en citas larguísimas a sus propios libros. Pero Caparrós es uno de los periodistas definitivos de nuestra lengua y su vida cuenta buena parte de cómo se construyó la Argentina del siglo XX y la que muchos buscan destruir en el XXI.
Pero creo que sí necesitaba enterarme qué le pasaba por la cabeza en Sri Lanka esos días que vivió entre turistas que viajan buscando sexo con niños. También me gustó enterarme de que su primera novela le costó años de soledad y días de llanto, y que nadie se la quiso publicar hasta que le hizo el favor una amiga de su familia. Y me encantó leer que su padre una vez lo llevó a ver a Juan Domingo Perón a Puerta de Hierro y que años después, en el exilio, Caparrós se regodeaba recordando que el secretario del general, ese señor llamado López Rega que había mandado a matar a tantos de sus amigos, una vez le sirvió el desayuno cuando era niño.
Casi 700 páginas de Caparrós hablando de sí mismo son muchísimas páginas. Son muchísimas ironías entre guiones y lamentos entre comas –que copian, ay, tantos periodistas–, de poesías barrocas contando su enfermedad, de falsas modestias que terminan en citas larguísimas a sus propios libros. Pero Caparrós es uno de los periodistas definitivos de nuestra lengua y su vida cuenta buena parte de cómo se construyó la Argentina del siglo XX y la que muchos buscan destruir en el XXI.
May 15, 2025
Una excelente lectura por Martin Caparros, donde sus palabras te llevan, te arropa, te cobijan, y te atrapan página tras página. Antes que nada, sirve como una especie de biografía donde Martin platica la cronología de su vida desde como era el mundo cuando el nació, hasta el punto final de la lectura. Te lleva por su vida en Argentina, al exilio en Europa, y al sin fin de reflexiones y aventuras que ha tenido por todo el planeta como escritor y cronista. En el texto, también, Martin hace bastantes reflexiones y pensamientos sobre como es su vida con la enfermedad que lo invade y la inevitable eventualidad de su muerte. La prosa y estilo de Martin es cautivante que, al punto de terminar la lectura, desearas que sea mas larga para poder seguir leyéndolo. Ya lo comentaron antes, todas las palabras que Martin utiliza cuentan. Un diez de diez.
August 3, 2025
El libro me gustó por tres razones:
1. Las reflexiones sobre su muerte.
2. Reconocer la arrogancia, el orgullo y la pesadez de su personalidad en casi cada etapa de su vida. Escribió este libro, también, desde esa arrogancia.
3. Las contradicciones en su vida porque, al final, ayuda a reconocer las propias contradicciones.
Caparrós escribe largo y pocas veces esa extensión, esa exageración implica calidad; sin embargo, se las ingenia para mantenerte atrapado hasta el final.
Un lector juicioso diría que Caparrós amó, viajó e intentó escribir una gran novela. un lector juicioso diría que le sobran 100 páginas.
1. Las reflexiones sobre su muerte.
2. Reconocer la arrogancia, el orgullo y la pesadez de su personalidad en casi cada etapa de su vida. Escribió este libro, también, desde esa arrogancia.
3. Las contradicciones en su vida porque, al final, ayuda a reconocer las propias contradicciones.
Caparrós escribe largo y pocas veces esa extensión, esa exageración implica calidad; sin embargo, se las ingenia para mantenerte atrapado hasta el final.
Un lector juicioso diría que Caparrós amó, viajó e intentó escribir una gran novela. un lector juicioso diría que le sobran 100 páginas.
December 24, 2025
Nunca había leído algo de Caparrós y sinceramente, qué error. Disfruté muchísimo su manera de narrar su vida, su enfermedad y su mundo. En serio, de todas las autobiografías que pecan de soberbias, esta al menos esta plenamente consciente de su soberbia. En verdad, cada vez que pensé “pinche señor mamón”, tres líneas más adelante el narrador lo decía también.
Tiene una claridad espectacular sobre sí mismo y que al chile me dio algo de envidia. Saber que no sabes y a la vez saber que sí es algo de ensueño. En especial a sabiendas de que tienes el tiempo contado. Que los días no son ensueño vano.
Tqm Caparrós. Que los años sean largos.
Tiene una claridad espectacular sobre sí mismo y que al chile me dio algo de envidia. Saber que no sabes y a la vez saber que sí es algo de ensueño. En especial a sabiendas de que tienes el tiempo contado. Que los días no son ensueño vano.
Tqm Caparrós. Que los años sean largos.
March 17, 2025
Todo Caparrós en 650 páginas: su existencia, su vida, su obra, su evolución... y su oficio, su profundidad, su acidez, su humor, su observación y capacidad descriptiva sin concesiones... puestas en la mesa para repasarse, contarse e investigarse a sí mismo al tiempo que aborda los grandes temas humanos (¿los habrá no-humanos?) de la manera más seria posible: la pregunta, el cuestionamiento... sin pontificar.
La cercanía de la muerte no le convence de ser más sabio. Por lo contrario... le multiplica las preguntas y las dudas... pero también la entereza.
La cercanía de la muerte no le convence de ser más sabio. Por lo contrario... le multiplica las preguntas y las dudas... pero también la entereza.
April 8, 2025
Ay Caparros, Caparros, un buen escritor, al que su inmenso ego no le permite ni siquiera disfrutar de sus buenos libros (que no son todos, ni los que el quisiera) . nunca me agrado su personaje, ni siquiera ahora con su enfermedad, terrible e impiadosa logra caerme bien, el libro esta bueno. si le sacamos las paginas en las que se dedica a hablar mal de casi todo el mundo (Soriano, Saer incluidos) bien de algunos pocos (Borges, Piglia y Lanata y el mismo obviamente) , y de como coge, cuanto coge, a quien se cogio,, que serian las 100 o 200 paginas que le sobran, lo demás esta bastante bien.
December 3, 2025
Monumental autobiografía de Caparrós que al lector le sirve como excusa para hacer un repaso desde los setenta hasta el presente. Fundamental para entender el lado B (y también el A y el C) de la guerrilla en Argentina, del exilio y del ELA, enfermedad que padece el autor.
December 16, 2024
Autobiografía de una enfermedad.
Historias sobre el periodismo.
Vida privada y mucho mucho Caparrós siendo Caparrós.
Historias sobre el periodismo.
Vida privada y mucho mucho Caparrós siendo Caparrós.
February 13, 2025
Auténtico, honesto, humano.
February 24, 2025
Si acaso hubiera 10 estrellas y no cinco. Un libro en el borde. El borde de la vida, de su autor. Las preguntas. La muerte omnipresente. El mejor Caparrós en su momento más difícil? Tal vez.
March 28, 2025
Tremendo
April 16, 2025
Mucho chismecito, a favor. La parte de la enfermedad, que a muchos se les hizo larga, a mi no me resultó tan pesada.
September 14, 2025
Impresionante su vida, y como habla de la enfermedad!!
December 13, 2025
Dijo todo.
December 13, 2025
no tengo palabras: este libro ha hecho conmigo lo que ningún otro.
February 13, 2025
Martin Caparrós se despide contando su vida a retazos, salpimentando experiencias, anécdotas, apuntes autobiográficos, con episodios sobre su enfermedad degenerativa, incurable y que lo lleva aceleradamente al final que a todos nos espera. Me hizo pensar, me hizo carcajearme en el avión tres veces, lo disfruté como disfruté Ñamerica o Hambre. Echarlo de menos va a estar de más por que deja mucho por leer y descubrir. ¡Gracias por este libro y ojalá la lógica fracase una vez más! Y que tarde en llegar, que tarde mucho, que se resuelva rápido en el día y el momento que quieras.
March 3, 2025
La verdad es que Martín Caparrós no es una persona que me agrade particularmente en lo que se refiere a apariciones públicas y entrevistas. Pero he de admitir que sabe escribir, y la lectura del libro me hizo sentir intimamente comprometido con su historia personal a la vez que conmovido por sus reflexiones entorno a la historia del país, a las dificultades de la enfermedad y a la sentencia de una muerte cada vez más cercana.
Es de admirar y agradezco haber tenido la oportunidad de leerlo.
Es de admirar y agradezco haber tenido la oportunidad de leerlo.
March 1, 2025
Disfrute (y con pena y bronca, debo decir) este libro. Ojalá, inshallah, haya aún más hermosos relatos de esta hermosa persona.
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