Medea me cantó un corrido es la deslumbrante nueva obra de Dahlia de la Cerda, tras el éxito apabullante obtenido con los anteriores Perras de reserva y Desde los zulos.
En Medea me cantó un corrido encontramos seis magistrales relatos interconectados entre sí, al ya muy particular y distintivo estilo de la autora. Las protagonistas y narradoras son en su mayoría mujeres que dentro de realidades sumamente complicadas y violentas encuentran la forma de labrarse su propio destino, atrapadas entre el fuego cruzado de la violencia del narco y el ejército, o de padres o parejas machistas con todos los habituales arquetipos de los celos y demás. Sin embargo, en esta ocasión contarán con la providencial ayuda del personaje mitológico de Medea, quien acude en su auxilio para hacerles compañía, aconsejarlas o incluso ayudarlas a abortar.
Se trata de una obra de gran calado, que sin duda continuará encontrando el favor de miles de lectoras y lectores, que en muy poco tiempo han encumbrado a De la Cerda como una autora de referencia en las letras mexicanas contemporáneas.
Nació, creció y vive actualmente en la Ciudad de Aguascalientes. Estudió la licenciatura en Filosofía. Ha sido empleada de un call-center, un bar y una fábrica de dulces. Ha trabajado como editora de noticias internacionales y como vendedora de Avón, rosas negras en la calle y de ropa de segunda en un tianguis. En 2009 ganó el certamen literario Letras de la Memoria, convocado por el Centro Cultural Los Arquitos. En 2015 fue becaria del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico de Aguascalientes (PECDA). Fue beneficiaria del Programa Jóvenes Creadores del Fonca en las emisiones 2016 y 2018. Ganadora del Premio Nacional de Cuento Joven Comala 2019. Ha participado en las antologías Mexicanas. Trece narrativas contemporáneas (Fondo Blanco, 2021), Los cuerpos que habitamos, ficción y no ficción sobre el derecho a decidir (AN-ALFA-BETA, 2021), Tsunami 2 (Sexto Piso, 2020) y Ecstasy (Astra Magazine, 2022). Escribe una columna de opinión titulada «Desde los zulos» para la revista Reporte Sexto Piso. Es cofundadora y codirectora de la colectiva feminista Morras Help Morras. Habla sin parar en dos podcasts: Escribe como morra y Morras vs fundamentalismos.
Si con “Perras de Reserva” me enamoré de la escritura de Dahlia, con Medea me fui al suelo de admiración. Como siempre, Dahlia tiene unas formas brutales de hacernos mirar a realidades que pocos reconocen y se animan a ver a los ojos como ella lo hace.
Una serie de cuentos dolorosos pero cargados de emoción.
Está semana la región valles de Jalisco está en la prensa internacional y todos lo sabemos. De repente la realidad está muy cerca, de repente ya no es solo un libro, de repente ya somos los personajes de un cuento y ya no somos libres de cambiar el final. No me queda la menor duda de que Dahlia está narrando una realidad que nos está atravesando a todos.
Seis relatos interconectados en su temática y con Medea como nexo narrativo del conjunto cohesionado, en una reinterpretación del clásico griego desde una perspectiva feminista contemporánea. La sororidad y resiliencia de las mujeres frente a la violencia masculina es el eje transversal de todos los relatos, sentirse arraigadas entre la complicidad de otras mujeres, conocedoras de unas mismas experiencias.
Me ha ido ganando de menos a más. Su voz transgresora me ha recordado a Cristina Morales, salvando las diferencias, ambas tienen un estilo propio, vibrante, rompedor, y comprometido.
Me ha fascinado esta Medea moderna, mexicana, con voz transgresora y humor muy negro, que aparece en cada relato ayudando a mujeres en situaciones extremas cuando el entorno falla.
Algunos relatos, especialmente el quinto, son devastadores. Mantiene en todos ellos un pulso narrativo muy alto y un tono crudo, oscuro, con algún destello de humor negro; en el último la perspectiva del mito clásico me ha maravillado, una Medea irónica, realista, y muy ingeniosa, que pone fino a Jason. Una joyita.
Me gustó, me entretuvo pero la verdad es que disfruté aún más “Perras de reserva”.
Me gusta como se utiliza la figura de Medea para hacer una reflexión, o análisis, de toda la violencia que se vive en México. Feminicidios, abusos, desapariciones, mutilaciones, etc. Medea es testigo de todo esto y acude a ayudar a tres mujeres. Una por querer abortar a un bebé, otra que quiere encontrar a su hijo y otra que quiere dar a luz a un bebé como forma de resistencia.
Es un libro de decisiones y resilencia.
Claro, Medea se le aparece a más personajes pero creo que esas tres mujeres son las principales.
El primer cuento de este libro no me encantó pues sentí un poco agotador la voz narradora. No fue tan natural como en otros relatos que hay en “perras de reserva”.
Me gustó, disfruto el estilo de Dahlia, y me hizo reflexionar. Eso siempre se aplaude.
Es el primer libro que leo que mezcla narcotráfico, violencia, drogas, alcohol y... ¡Yerimua! Sí, leyeron bien. La presencia de Yerimua en estas páginas fue tan inesperada como cómica, y me sacó más de una carcajada.
La obra presenta una serie de relatos interconectados que giran en torno a mujeres que enfrentan situaciones límite en un contexto marcado por la violencia del crimen organizado, el ejército y relaciones familiares o de pareja conflictivas. Lo interesante es que en medio de este caos aparece Medea, la figura mitológica, para aconsejarlas o incluso ayudarlas a abortar.
Si te gustó Perras de reserva, probablemente este libro también te atrapará. Sin embargo, debo advertir que es una lectura fuerte, la autora no se anda con rodeos y presenta la realidad tal cual es, sin adornos.
Los personajes tienen las mismas voces, bien se pudieron llamar Perla o Medea, tienen además las mismas convicciones que la autora. Son cuentos que te dicen las cosas en lugar de mostrarlas y por eso se siente panfletario y ridículamente ideológico. No es la primera vez que se retoma una mujer de la mitología griega para reinterpretarla dentro del contexto de la violencia en México; de la guerra contra el narco, personas desaparecidas, madres buscadoras, por eso pienso que Medea no era la mejor opción para encaminar este discurso. ¿Cuántas Antígonas no tenemos ya bajo este presupuesto? No me gustó que se interpretara a Medea como una mujer que se arrepiente de haber matado a sus hijos e impostarle culpa para hacerla "más compleja". ¿Cómo llegó al arrepentimiento, a la culpa?Pudo haber continuado en su función de abortera como en los primeros dos cuentos del libro y su personaje tendría sentido porque giraría en torno a la maternidad, los hijos y la muerte, pero después se vuelve buscadora, guía al más allá y retoma estos neologismos que en lo personal me parecen que refuerzan los estereotipos de género (mujer del proceso, hombre económicamente presente, que resuelve, etc.). Son relatos que pretenden ser cuentos y la narración se pierde entre la acción y el recuerdo de lo que sucedió. Escribe sobre complejizar los personajes, pero no se toma el tiempo de mostrarlos ni de revelarlos poco a poco, sino que avienta la información sin tiempo de digerir su contexto.
Uyyy, segundo libro que leo de Dahlia y me encantó al igual que el primero. Me fascina su manera tan cruda y cómica de contar historias sobre la realidad (muchas veces ignorada) de las personas mexicanas.
Este en particular me pareció brutal. Cada que terminaba un capítulo literalmente decía “wow”. Y es que, después de haber tenido la oportunidad de escucharla en la FIL Guadalajara, entiendo cómo es que logró contar estas historias con tanto detalle y realismo. La autora entiende a la perfección cómo es la vida de sus personajes y el entorno en el que les tocó nacer y crecer.
Todas las apariciones de Medea son espectaculares.
Un retrato del México de hoy, pero no de su cara más bonita, sino de la de aquellas numerosas víctimas de una realidad que está acabando con muchas familias y pueblos, y que llegan a los encabezados de los noticieros nacionales e internacionales cuando algún caso se hace viral o cuando alcanza a las ciudades y poblaciones un poco más grandes.
Me encantó leer a Dahlia de la Cerda. La historia está contada a través de relatos de personas que están relacionadas, pero que cuentan su experiencia de manera individual. El hilo conductor es Medea, sí, el personaje mitológico que muchos conocemos. Esto me encantó, es un libro muy original y excelentemente estructurado y contado. La forma de escribir de Dahlia es directa y mordaz, pero a la vez sumamente amena y en muchas partes llena de humor. Creo que es la mejor manera de contar algo tan duro porque el mensaje cala más profundamente.
Dahlia de la Cerda es una de las personalidades más polémicas de Twitter, una red social que vive en la efervescencia y la disputa ideológica, muchas veces virulenta. Ahí la posiciones políticas de esta autora, acerca de temas como la marginalidad y la narco cultura generan acaloradas “discusiones” no siempre fructíferas. Una de las que más impacto causó fue un artículo que esta escritora publicó en el País opinando sobre los narcos corridos de Peso Pluma, artículo que el cantante exhibió en una gran pantalla en uno de sus conciertos masivos.
Y digo escritora porque De la Cerda ya ha publicado tres libros de literatura con la editorial Sexto Piso. Del último, Medea me cantó un corrido, un libro de cuentos, El Universal publicó el primero de estos de forma gratuita en su página de internet. Lo anterior, por su puesto, desató una de esas polémicas de internet en las que Dahlia suele estar inmiscuida.
Yo leí el cuento de internet y la verdad es que no me pareció algo que pudiera despreciar, es decir que con una vista me bastara para no leer más, así que adquirí el libro completo y esto fue lo que me reflexioné.
El libro son 6 cuentos que se tocan tangencialmente y en todos ellos aparece Medea, una especie de deidad que ayuda a los protagonistas en diversas situaciones, que van desde abortar hasta que un bebé nazca, pasando por ayudar a morir a uno de los protagonistas involucrado en el narcotráfico.
Digamos que lo que llamó mi atención de cómo están planteadas las historias, más allá de que cada una tiene diferentes narradores que le imprimen su propio estilo y ritmo a cada cuento, es la frontera que hay entre lo que podría denominar una clase media y ambientes precarizados en los que hay mucha violencia. La excepción es el cuento que da título al libro, Medea me cantó un corrido, en el que el protagonista y quien narra es un personaje que pertenece solo la marginalidad.
Lo anterior es resultado de una cultura globalizada en la que la gente que vive en situación de pobreza tiene gracias al internet acceso a los mismos contenidos que los que tiene gente que vive con mayor comodidad. Así que aquí tenemos en el libro, por ejemplo, la historia de una persona pobre, pero que gracias a su papá militar logra alcanzar un nivel económico mayor que la aleja de la marginalidad pero sin que pueda escapar nunca de esta.
Otro aspecto que puede explicar esto es la posición de la mujer, que, aunque los tiempos hayan cambiado, no ha dejado de estar cerca del hogar, sobre todo en ambientes precarizados: dentro de las protagonistas tenemos a una mujer pobre que estudió filosofía, es decir que combina su hogar marginal con la universalidad de la filosofía, como es el caso de la misma Dahlia de la Cerda que es licenciada en esta disciplina.
Todo esto tiene sentido, así como está planteado; las historias fluyen entre estos dos mundos, y Medea sobre todo en su aparición en el primer cuento ayuda a afianzar esta realidad mágica.
Ahora bien, hay cosas que no fluyen tan bien y que uno no termina por creer. Es el caso del lenguaje que utiliza gran parte de la obra, que contrario a la crítica de internet, que parece no haber leído el libro, no es tanto el lenguaje del barrio, sino uno de internet, con expresiones como “bien perrita” , “ yo la más” “ o sea abajo la monarquía” y otras tantas.
No es que este lenguaje global no pueda ser literario, pero, y este es el principal problema de libro, es que este parece estar demasiado ligado a la realidad, como si no se convirtiera al pasar al libro en literatura. Dahlia plantea una historia y no le interesa pulirla, lo que causa que entre la realidad y el papel no haya ninguna distancia, y por eso tampoco me creí cuando Medea perrea o toma Kitty Chelas.
Posdata:
Es importante hacer una crítica a la crítica de Dahlia, que consume series en Netflix que no son más que eso, borradores, planteamientos interesantes, pero que como están maquillados de forma linda para ellos no hay ataques . Las críticas de internet , que repito no han leído el libro, si tienen que ver con el clasismo.
Y así como Dahlia y su crítica merecen cuestionamientos más inteligentes, también lo merecen la editorial trasnacional Sexto Piso, pero con datos duros y análisis de sus publicaciones y relaciones económicas, así como el Sistema Nacional de Creadores del que Dahlia ha sido parte.
No, no es un hito estético y es evidente que no pretende serlo. A mí me parece que la autora agarra de pretexto a la ficción para hablar de los temas que a ella siempre le han importado y lo hace bastante bien. Es un libro de cuentos cuyos protagonistas comparten tiempo, espacio y desventuras en San Miguelito, un pueblo de alguna sierra norteña de México. Cada historia se relata en primera persona y las protagonistas son las víctimas de la violencia en el país que, en un momento crucial de su vida son ayudadas por Medea, el personaje de la tragedia griega que ha llegado a México por azares del destino. Si bien no es un libro digno del Nobel (en lo particular no me convenció la justificación de la existencia de Medea), la mirada que aporta sobre estos temas me parece valiosa y necesaria, sobre todo en un momento histórico en el que todo mundo ya tiene normalizada y juzgada la violencia en nuestro país. El audiolibro es muy bueno, sobre todo recomiendo este formato para quien no esté familiarizada con estos tonos y ritmos propios de un contexto tan particular.
Honestamente sólo lo leí por los comentarios poco favorables que habia visto y los puedo confirmar. Dios mío, qué horrible la prosa forzando sonar "barrio" llegando sólo a ser un collage feo de memero que en nada perderá vigencia. Pero pues la tokenización del barrio es lo que vende…supongo.
(3.5). Me gustó, pienso que Dahlia tiene ideas de historias muy chidas, pero las voces narrativas no me terminan de convencer, a veces me sonaban muy forzadas, especialmente el primer cuento y el "chica". No sé bien la historia mitológica de Medea, pero en este libro está chido que es un personaje que va saltando de un cuento a otro, ayudando según lo que se necesite. También me gustó las diferentes circunstancias en las que se habla del aborto, y obviamente se nota la postura y el conocimiento de Dahlia sobre el tema. El cuento que le da nombre al libro me movió mucho mucho, está durísimo. En fin, creo que eso pienso: las historias están muy chidas y es importante contarlas, pero la escritura como tal me queda debiendo un poco.
Anhelo el día en que Dahlia deje la narrativa y se dedique en su totalidad al ensayismo. Encuentro en sus letras un mensaje directo y tenaz. Admiro el panorama que presenta y su evidente experiencia ”barrial”, su búsqueda por transmitir empatía hacia quienes suelen ser señalados como nada más que victimarios y su capacidad para hilar historias y perspectivas diversas. Pero su narrativa, como ya se vio en Perras de Reserva, mantiene un tono entretenido, atrapante, pero regular, en ocasiones incluso mediocre. No deja de ser “un libro que recomendaría a alguien que no lee”. Creo que mi mayor problema con este libro es que no se compromete ni con la ficción ni con la realidad, sino que se queda con los elementos a su conveniencia para dar un mensaje a medias. Entiendo que su intención no es venir a dar clases de literatura ni convertirse en un referente intelectual para la academia, pero en verdad creo que tiene el potencial para transmitir mucho más que historias ficticias aferradas a la realidad. En conclusión, celebro su éxito, pero en verdad ansio leer a su voz teórica. Disfruté “Desde los zulos” mucho más.
Hay muchos momentos en este libro donde mi corazón 💔 recordar que Mexico es un país en guerra, recordar xq deje de ver las noticias xq “que puedo hacer”, recordar que he escuchado historias similares, no en las noticias pero sí en la tienda de la esquina, del amigo del vecino, del barrio que dejé, del barrio donde todavía viven mi mamá y mi hermano, recordar que vivir en México es vivir con miedo aunque a veces se te olvide y esperas que no te pase a ti o los tuyos y que suene el teléfono aunque sea egoísta xq a veces no alcanza para más 💔
Me gustaron mucho las referencias musicales: Cazzu, Los Acosta, Grupo Mojado, Liberación, etc xq como menciona el libro, no todo tiene que ser pinche tristeza
pienso que envejecí muy rápido pq ya no me latió tanto, creo q tiene su mérito ser una morra q escribió una obra tan chida como Perras de Reserva, pero mmm no sé yo creo q mi principal problema fue q me tocaron a Medea jsjsjs y en esta ocasión, no me gustó tanto. me da gusto q se sigan tocando estos temas, tal vez la forma si no me parece para nada adecuada.
Evítense la pena de leerlo. No se trata de “carnear” a Dahlia, pero su prosa es forzada, sin ritmo. Cree estar dándole voz al barrio y se queda cortísima. Sus cuentos son caricaturas de lo que realmente ocurre en el México que pretende retratar.
Porque esto se lee, se escucha, se canta, se llora y se reflexiona para poner nuestro granito de arena!
“Medea me canto un corrido” de la escritora Dahlia de la Cerda nos brinda 6 relatos con una narrativa dinámica, fuerte y contundente. En el audiolibro las voces de narradores son potentes, impactan y sorprenden y me queda claro porque fue ganador.
El uso del personaje de Medea, brinda de una manera humorística el acompañamiento a mujeres como Paulina o Perla que tratan de huir de las crudas, difíciles, complejas, tristes y desesperadas situaciones que enfrentan y es ella quién me permitió digerir estas historias que son parte muy viva y triste de nuestra realidad.
Este libro con historias de violencia, aborto, crimen organizado y desapariciones entre otros son difíciles de superar.
“Yo no escogí nacer aquí, aquí me tocó vivir.” … en el fondo de mi corazón deseo que la sociedad permita a las personas que les toca una vida difícil como las narradas en este libro que nos brinda Dhalia de la Cerda, salgan adelante con la colaboración de todos.
Las historias de Dahlia visibilizan cosas que muchas veces son ignoradas. Su forma de escribir me parece ágil y directa. Ocupa mucho en su narración palabras nuevas como lo son “devoraste”, “no soportó”. Y aunque a personas no les convenció ese uso del lenguaje, creo que para mí sí funciona. Algo que me han gustado de los libros de esta autora es su forma de plasmar a México (en este caso, Aztlán).
Algunos cuentos comparten mi mismo contexto sociocultural y me gusta mucho encontrarme en ellos.
Este libro me da la impresión de que se escribió con el fin de vender, pues su primer libro "Perras de reserva" fue un éxito y se nota que usó la misma fórmula. Así que leer este libro fue un constante “siento que esto ya lo leí”
Pero fuera de ello, las historias me parecen buenas y también el uso del personaje mitológico de Medea me gustó. Sobre todo, como busca reivindicar, de una manera breve, a esta mujer mitológica.
Segundo libro que leo de Dahlia y sin duda me deja sumamente maravillada la manera en la que es capaz de vincular dos cosas totalmente opuestas: mitología y cruda realidad mexicana.
Y en este libro lo logra con magistralidad puedes sentir total empatía por los personajes, sientes cariño y entiendes las motivaciones que los impulsan. No los juzgas desde una mirada crítica, si no que sufres con ellos sus desgracias.
Después de leer "Perras de Reserva" quedé encantada con Dahlia. Así que me vine a leer otro libro de ella y volvía a quedar fascinada. La realidad de México vivida desde una Diosa mitológica que viene a ayudar a mexicanas, todas con historias entrelazadas. Con el lenguaje más sencillo y coloquial, Dahlia te atrapa sí o sí.
Inexplicable, mis lágrimas no se contuvieron. Todas las personas deben de leer este libro tan poderoso! En verdad Dahlia lo hace increíble y se disfruta un montón. Ame los detalles a nuestra cultura popular que te hacen sentir parte (porque somos parte de) y el mensaje del libro que poco a poco uno le va a dando desde su propia lucha es inexplicable. Simplemente asombroso.