Los doce relatos que conforman Un día es un día siguen a distintas mujeres en el devenir de los años, empezando por la infancia, siguiendo con la madurez, para llegar finalmente a una vejez trufada de sabiduría y humor.
Sus protagonistas se llaman a veces Betty, otras Ronette o Sally, y no podrían ser más distintas la una de la otra, pero ahí están, hablando de sí mismas y de su relación con los hombres como si fueran un cuerpo compacto, que desfila algo atolondrado por los primeros sinsabores de la adolescencia y luego camina vacilando por los años del matrimonio, de la maternidad y del divorcio.
Luego, cuando nos parezca que casi todo está dicho, vamos a toparnos con la mirada irónica de unas espléndidas señoras de cabello blanco, que saben muy bien cuánto han perdido, aunque ya poco les importe porque... un día es un día, y lo que antes nos pareció capricho o locura, ahora, después de tantos años, solo merece una sonrisa piadosa.
Abren y cierran este recorrido dos relatos autobiográficos que hablan de los padres de Margaret Atwood y son un regalo para la inteligencia y la emoción del lector.
«Todos tenemos guardadas distintas versiones de nuestras vidas, aunque nos las contemos solo a nosotros mismos. Y las corregimos a medida que avanzamos.» MARGARET ATWOOD
Margaret Atwood was born in 1939 in Ottawa and grew up in northern Ontario, Quebec, and Toronto. She received her undergraduate degree from Victoria College at the University of Toronto and her master's degree from Radcliffe College.
Throughout her writing career, Margaret Atwood has received numerous awards and honourary degrees. She is the author of more than thirty-five volumes of poetry, children’s literature, fiction, and non-fiction and is perhaps best known for her novels, which include The Edible Woman (1970), The Handmaid's Tale (1983), The Robber Bride (1994), Alias Grace (1996), and The Blind Assassin, which won the prestigious Booker Prize in 2000. Atwood's dystopic novel, Oryx and Crake, was published in 2003. The Tent (mini-fictions) and Moral Disorder (short stories) both appeared in 2006. Her most recent volume of poetry, The Door, was published in 2007. Her non-fiction book, Payback: Debt and the Shadow Side of Wealth in the Massey series, appeared in 2008, and her most recent novel, The Year of the Flood, in the autumn of 2009. Ms. Atwood's work has been published in more than forty languages, including Farsi, Japanese, Turkish, Finnish, Korean, Icelandic and Estonian. In 2004 she co-invented the Long Pen TM.
Margaret Atwood currently lives in Toronto with writer Graeme Gibson.
Associations: Margaret Atwood was President of the Writers' Union of Canada from May 1981 to May 1982, and was President of International P.E.N., Canadian Centre (English Speaking) from 1984-1986. She and Graeme Gibson are the Joint Honourary Presidents of the Rare Bird Society within BirdLife International. Ms. Atwood is also a current Vice-President of PEN International.
No es lo mejor que he leído de Atwood, pero no está mal. Tiene un estilo muy identificable que me hace sentir segura como lectora, no sé muy bien cómo explicarlo. De los doce cuentos hubo tres que me gustaron mucho por el desenfado con que narra, dando la impresión de que la autora puede hacer cualquier cosa con el lenguaje. En esos tres cuentos se nota esa seguridad de la narradora, como si nos invitara a su casa y preparara una comida deliciosa con unos ingredientes cualquiera. Auténtica basura, El huevo de Barba Azul e Isis en la oscuridad, fueron los mejores cuentos de esta antología. Sin duda volveré a leer a esta autora. Se disfruta mucho su sentido del humor. Pero les debo decir una verdad: no son los grandes cuentos que esperamos como lectores.
Con Margaret Atwood no empecé con muy buen pie. Leí 'El asesino ciego' y me pareció una novela plana y previsible que me dejó completamente fría. Luego fui encontrándome con poemas sueltos de Atwood, alguna que otra cita aquí y allí, que me fueron gustando tanto como para animarme a volver a leer un libro suyo. Me decidí por 'Un día es un día', una recopilación de cuentos que no era larga y que tocaba temas que a priori me podían interesar. Lamento decir que esta lectura tampoco ha servido para acabar de reconciliarme del todo con Atwood.
Puede que parte de la culpa sea mía, porque no he podido evitar comparar estos cuentos con los de Alice Munro, ya que las dos son canadienses, de la misma generación y amigas. Y yo adoro a Munro, y Atwood, en comparación, sale perdiendo. Lo que me atrajo de la contraportada de 'Un día es un día' fue que me vendía que se trataba de cuentos protagonizados por mujeres, muy distintas entre sí, que se encontraban en diferentes etapas de la vida.
Cierto, los cuentos (en su mayoría) son protagonizados por mujeres. Pero en lugar centrarse en las mujeres se centran en la relación de las mujeres con los hombres (como si las mujeres sólo pudieran definirse a través de su relación con los hombres), pero es que encima la visión que tiene Atwood de estas relaciones me ha parecido algo desfasada (o quizás simplemente ocurra que yo no la comparto): básicamente sería que los hombres y las mujeres son seres opuestos y sólo quieren aprovecharse los unos de los otros. Y esto me pareció muy rancio y repetitivo. Además, en general me ha parecido todo muy cínico. Y si bien el cinismo me gusta en dosis justas, un exceso se me antoja cansino. En el fondo debe ser que si me gusta leer será porque me gusta encontrar en medio de la fealdad una pizca de belleza, bondad, idealismo, pureza.
De estos cuentos en que los hombres son unos canallas con las mujeres supongo que el que más me ha gustado es 'Betty' porque es contado a través de los ojos de una niña, que tiene una hermano y que pasa mucho rato en casa de sus vecinos, un matrimonio que se acabará rompiendo. Supongo que me ha gustado porque habla de la infancia de una manera que me ha parecido veraz. Otro cuento parecido es 'Momentos significativos en la vida de mi madre', que es exactamente lo que su título da a entender, contado con cierta nostalgia y mucho amor.
Sin embargo, el relato que más me ha gustado (con diferencia) es 'Isis en la oscuridad', que curiosamente es prácticamente el único que tiene como único protagonista y punto de vista un hombre. Encima, se trata de un cuento que relata la historia de amor platónico entre dos aficionados a la poesía, que se reencuentran por azar cada diez años. No es tanto la historia de amor entre estas dos personas, sino la historia de amor que estos dos personajes mantienen con la poesía, el arte, la belleza, el idealismo de la juventud. Creo que me ha gustado porque tiene esa chispa de algo transcendente y puro que se esconde en la literatura y que nos hace ver la vida con ojos más optimistas, esa chispa de belleza en medio de la fealdad de la que he hablado antes.
Los cuentos de esta antología de Margaret Atwood son profundos, densos, tristes. En casi todos el protagonista es una mujer que lucha contra su propia personalidad, contra un mundo soso, contra los hombres y las decepciones. Aunque la traducción no es preciosa, sí transmite la melancolía de los relatos de la canadiense, además, como en los buenos textos, deja entrever un contexto, un país, una idiosincracia, una historia, pero el relato se vuelve universal, la anécdota y los sentimientos nos tocan. Sus personajes femeninos están creados con gran cuidado y profundidad.
Por fin terminé! El libro se divide en tres etapas, infancia, madurez y vejez, cada etapa con cuatro relatos para, obviamente, darnos un total de doce; once de ellos narrados por personajes femeninos que en la mayoría son violentados de alguna u otra manera y que ademas son conscientes de ello pero asumen su condición sin reproches. Me gustó porque los relatos hablan de historias cotidianas que podrían pasarle a cualquier persona por lo tanto son situaciones muy tangibles, pero hay algo en la narración que me pareció cansado, aún no logro descifrar qué es. Recomendaría el libro, sobre todo a gente que inicia en esto de la lectura por placer, ya que como no hay continuidad puede brincar de relato en relato. Habrá que leer algo más de Atwood para dar un veredicto final.
Son historias que me gustaron mucho. cada una de ellas retrata la vioviencia de las mujeres de como son maltratadas (física y psicológicamente) detrás de un velo de aceptación social y conformismo.
Intimista y mordaz como siempre. Poco más que decir de la pluma de Atwood. Si bien en un comienzo me tomó por sorpresa que esta edición solo existiese en español, y que por tanto, hay cuentos repetidos de otros compilados. Al final se perdona todo, la selección es más que adecuada, la edición es cuidada y el sentido que dan a la misma, como recorrido vital, da la impronta de ser una paneo a su obra (que obviamente se confunde/permea con su vida). Como genia que es, la autora toma cosas de su propia vida, ficciona otras, para mediante episodios cotidianos removernos e interpelarnos. Relaciones con padres, parejas, hij@s, etc. se hacen presentes y de manera bella e inquietante nos expone episodios que no dejan espacio a la indiferencia. Cierro retomando la idea de lo íntimo que es todo, no hay grandes conflictos en los cuentos, no hay espectacularidad, solo reflejos de vidas, que como tales, no estan marcadas por inicios ni finales, sino solo por su devenir.
Cada vez disfruto más de la literatura de Margaret Atwood. Su manera de narrar me hace sentir cómoda, es como si me estuviera hablando solamente a mí. Los relatos que aquí recoge Lumen hacen un recorrido por las etapas de la vida de la mujer: niñez, madurez y vejez. Todos me han parecido buenos, pero me quedo sobre todo con "Isis en la oscuridad".
El impulso que Lumen ha dado este año a la obra de Margaret Atwood comenzó con esta curiosa propuesta: “Un día es un día”, ya que se trata de una obra que no tiene título en inglés, ya que, es una recopilación hecha para la ocasión con la propia escritora que ha elegido los cuentos que se encuentran incluidos en él. Lo original es que se trata de un recorrido vital a la manera de un Bildungsroman en la carrera literaria de la escritora con un prólogo ad hoc para la edición, donde ella indica la temática “es sobre todo doméstica. Tratan de la gente y de sus relaciones en momentos determinados, de niveles sociales específicos y de lugares determinados. La cara más salvaje de mi escritura no está representada aquí. […] No hay guerras.[…] No hay futuros distópicos […] Pero sí hay personas, y al fin y al cabo de eso hablan todas mis historias: de seres humanos que hacen cosas que hacen los seres humanos.” Esta evolución se ve claramente en la misma estructura, los cuentos se dividen en tres grandes grupos: Infancia, Madurez y Vejez. Lo bueno es que se han escogido estos relatos en base al momento en que los escribió y reflejan, tanto en el narrador como en la temática, esta evolución. Además, en los extremos tendemos dos relatos sobre sus padres hechos ex profeso para esta ocasión por la escritora: “Momentos significativos de la vida de mi madre” y “Un hallazgo extraordinario”. Desgraciadamente hay que ponerle un pero, y es que tres de los relatos escogidos ya estaban incluidos en “Chicas bailarinas”: “Betty”, “Vidas de Poetas” y “La tumba del famoso poeta.” Y es un poco frustrante que, con todo lo que queda sin publicar de ella, repitan tres que tienen en su propio catálogo. Un tirón de orejas para Lumen por ello. Una vez dicho esto, he seleccionado tres momentos que pueden servir como reflexiones e ideas con respecto a los períodos en los que se estructura y que comenté anteriormente. De la “Infancia” en el relato “Auténtica basura”, ante la importante sorpresa final, la adolescente protagonista comenta: “¿Debería contárselo? El melodrama la tienta, la idea de una revelación, de una sensación, de un buen final. Pero no sería un final, sería solo el principio de otra cosa. En cualquier caso, la propia historia parece haber quedado obsoleta. Es una historia arcaica, una fábula, un antiguo mosaico. Es una historia que ahora no ocurriría.” La juventud, la curiosidad y el afán de notoriedad: unión indisoluble que se confronta con la idea de no dar un final cerrado sino interpretable. De la “Madurez” en “El jardín de sal”, el significado de la palabra que desencadena la deconstrucción de lo que debe ser una relación de pareja: “Aprecio. ¿Final o continuación? Como le sucede a menudo con Theo, no sabe muy bien qué está diciendo. ¿Le está expresando devoción o se ha terminado de verdad, sin que ella se diera cuenta? Está acostumbrada a pensar que en una relación como la de ambos se da todo y no se pide nada, pero quizá sea al revés. No se da nada. Nada se da por sentado.” Por último en la “Vejez” en “Un hallazgo extraordinario”, de cómo la vejez sirve para darse cuenta del verdadero valor que tienen las cosas en la vida, en este caso de los padres: “¿Cuál es el secreto de mi madre? Porque desde luego ha de tener uno. Nadie puede llevar una vida en apariencia tan dichosa, tan falta de avalanchas y pantanos, sin tener también un secreto. Por “secreto” me refiero al precio que ha tenido que pagar. ¿Cuál fue el pacto que firmó con el Diablo para obtener esta diáfana serenidad?” Espléndida forma de conocer a esta fabulosa escritora para un neófito, no es la mejor recopilación que he leído pero se lee con avidez y pasan las páginas sin apenas enterarse. Si, además, sirve para que se la pueda descubrir, bienvenida sea. Es siempre un placer leer cada una de sus obras. “Nada dura eternamente. Tarde o temprano tendré que renunciar a mi inmovilidad, abandonar esos hábitos de contemplación, especulación y letargo que me ayudan a subsistir. Tendré que enfrentarme al mundo real, que no se compone de palabras, lo sé, sino de tubos de desagüe, hoyos en la tierra, malas hierbas que se multiplican rabiosamente, piedras de granito y pilas de materiales más o menos pesados que han de trasladarse de un lugar a otro, por lo general cuesta arriba. ¿Cómo me las apañaré? Solo el tiempo, que en modo alguno lo revela todo, lo dirá.”
Mujeres, niñas, ancianas; pudientes, clasemedieras; traidoras, traicionadas; excéntricas, simples: humanas. Así son las personajes espléndidamente retratadas en los doce relatos que se incluyen en este volumen (ojo: los personajes masculinos también están construidos eficiente y puntualmente, pero, al final, son lo de menos: las féminas, aun sin ser las protagonistas, son lo que más resalta). Como dice Nadal Suau: “Estamos ante una Atwood en tono menor, y con ello no me refiero a una cuestión de calidad sino a una opción, a un registro más de los muchos que tiene esta poeta y narradora. En las páginas de este libro no encontramos nada tan sofisticado como ese novelón titulado ‘El asesino ciego’; ningún cuento tan terrible ni terrorífico como sus tres novelas distópicas (dos de ellas colosales y la tercera, ‘El año del diluvio’, una decepción); aquí no nos inmergimos en el fango intenso y ctónico de aquella obra maestra titulada ‘Resurgir’, aunque ese fango se otea en el horizonte y a veces nos salpica. No, ‘Un día es un día’ discurre por un territorio doméstico bien acotado”. Es decir: no esperen una Atwood grandilocuente en sus tramas; aquí, lo grandioso está en la deslumbrante cotidianidad.
"Todos tenemos guardadas distintas versiones de nuestras vidas, aunque nos las contemos solo a nosotros mismos, en silencio. Y las corregimos a medida que avanzamos." Margaret Atwood.
Colección de relatos de Margaret Atwood ambientados en la década de los años 40, 50 y 60 cuyo hilo conductor es la situación de la mujer. Los relatos están divididos en la infancia, madurez y vejez, ofreciendo una perspectiva cada vez más elaborada de lo que significa ser mujer, de la complejidad de las relaciones, del mundo profesional...
Sincera, brillante, profunda. Atwood ofrece un abanico de personajes de profunda psicología que llevan al lector a plantearse las contradicciones propias de la existencia.
Dudaba entre darle la máxima puntuación porque algunos relatos tienen una calidad inferior. Aunque no quiero ser injusta, pues predominan los relatos de gran precisión.
Es un libro bello, me encanta Margaret, pero hay unos relatos mejores que otros. Pero me gustó mucho el recorrido que hace desde la niñez a la vejez de las mujeres.