Letras torcidas. Un perfil de Mariana Callejas

by Juan Cristóbal Peña, Leila Guerriero (Editora)

La historia de Mariana Callejas es intensa y compleja: escritora, miembro de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), esposa del también agente Michael Townley, partícipe de los atentados que terminaron con la muerte del general Carlos Prats en Buenos Aires y del excanciller Orlando Letelier en Washington D. C., así como de otras operaciones internacionales de los aparatos de inteligencia de la dictadura. Fue alumna del taller literario de Enrique Lafourcade, finalista y ganadora de concursos de cuentos y novelas, y anfitriona de un taller al que asistieron autores de renombre en décadas posteriores. Residió con su familia en una casa-cuartel en Lo Curro, un sector acomodado de Santiago, donde se realizaban oscuras actividades criminales durante el régimen militar, mientras se celebraban fiestas y tertulias literarias. Una figura que ha inspirado libros, obras de teatro y series de televisión.

Para relatar todo esto, la prosa del periodista Juan Cristóbal Peña alcanza aquí cotas muy altas, internándose con osadía —no rebajando nunca la intensidad de su mirada, y sin prejuicios ni concesiones— en los laberintos de una trama desmesurada e inabarcable, a lo largo de un libro que explora las contradicciones, los pliegues y la oscuridad de una mujer, de un país y una época.

278 pages, Paperback

Published October 1, 2024

About the author

Director de la Escuela de Periodismo de la Universidad Alberto Hurtado. Estudió periodismo en la Universidad Diego Portales. Es autor de los libros Cecilia: La vida en llamas (2002), Los fusileros (2007), La secreta vida literaria de Augusto Pinochet (2013) y Jóvenes pistoleros (2019). Ha trabajado en los diarios El Mercurio, La Hora, La Nación y La Tercera, y colaborado en la revista Rolling Stone. Fue periodista investigador en Ciper. Recibió el Gran Premio Lorenzo Natali de la Comisión de Desarrollo de la Unión Europea (2005), el premio al Periodismo de Excelencia de la Universidad Alberto Hurtado (2004), el premio al mejor reportaje de la Fundación Nuevo Periodismo (2007) y el premio al Periodismo de Excelencia al mejor reportaje de 2008 de la Universidad Alberto Hurtado (con Francisca Skoknic y Mónica González). En 2009, volvió a obtener el Premio al Periodismo de Excelencia otorgado por la Universidad Alberto Hurtado por el reportaje “La Historia secreta del secuestro de Cristián Edwards” (junto a Pedro Ramírez).

Reviews

[Arelis Uribe · Rating 3 out of 5]

Se lee rápido, la prosa es ágil y bien documentada. Mucho tecito literario sobre quiénes pasaron por la casa de Lo Curro: desde un obvio Carlos Iturra, pasando por Gonzalo Contreras, hasta Nicanor Parra. Esta señora contó con la venia de Lafourcade y cenó con Borges y Bombal. Ganó concursos literarios, especialmente de El Mercurio y otros gestionados por la dictadura, aunque también fue finalista de uno organizado por la zurda revista La Bicicleta. Se casó con dos gringos menores que ella, vivió en Israel y Nueva York, en USA, de hecho, comenzó a escribir. El libro se refiere a la miriada de autores que ha escrito sobre el centro cultural de la DINA: Pedro Lemebel, Roberto Bolaño, Nona Fernández. Mariana Callejas, Melania Carreras, María Canales. Una escritora que se vuelve agente de inteligencia de Pinochet, con un marido obrero que experimenta con electrodomésticos y cartas bomba. Como bola de nieve, comienzan con actos pequeños: artículos escritos en revistas contra Allende, una radio pirata en los años de Patria y Libertad; hasta llegar a matar a Carlos Prats y su esposa en Argentina. Ella, por un deseo de contrariar a la Unidad Popular; él, para validarse en Chile, para impresionar a su esposa. La vanalidad del mal, como dijo Hannah Arendt. Una obra condenada a la desaparición porque su autora apoyó y se benefició de primera mano de la dictadura. El libro tiene pequeños motes (Estela Díaz Varín, Gladys Martín, filme, etc), pero qué publicación no los tiene. Gracias al Fondo de Cultura Económica por facilitarme este libro para su presentación en Valparaíso. Quería mucho leerlo, soy una gran admiradora de la obra de Juan Cristóbal Peña.

[Diego Armijo Otárola · Rating 4 out of 5]

todo bien con el libro
pero, hay una falla horrible del editor y corrector:
en la página 229 se escribe "Estela Díaz Varín" para referirse a la poeta Stella Díaz Varín.
o inventaron una poeta distinta, o no saben identificar un nombre mal escrito.

[Isabella · Rating 5 out of 5]

Me demoré en encontrar el primer libro que leer este 2025 y esta obra me ayudó a salir de un mini bloqueo lector. Entretenidisimo y a la vez terrible, creo que cumple con mostrar objetivamente hartos aspectos de esta escritora sin caer en clichés típicos de la escritora de día y agente secreto de la DINA de noche. Creo que va un poquito más allá. Un agrado.

[Enue · Rating 4 out of 5]

Definitivamente voy a comenzar con esta pregunta: ¿Se imaginan la clase de charla entre Lemebel y Bolaño sobre la Callejas y Lo Curro? Tan simple como que causó tanto en Bolaño, que escribió un libro tan representativo de esta etapa histórica como lo es ‘Nocturno de Chile’… Es imposible negar que Peña hace un tremendo trabajo de investigación periodística y esta persistencia de intentar entender todo aquello que desencadenó y se vivió durante la dictadura.

Lo que me lleva igual a cuestionarme — nuevamente — si existe en la historia otro escritor infame como lo escribe Peña: “Mariana Callejas, traidora. Delatora. Escritora infame.” No sé cómo abordar el tema de Callejas, porque a pesar de este lado oscuro, hay un poco de brillantez en cómo se hizo ella misma y lo que tuvo que hacer — que ojo, no lo aplaudo — para encontrar y hacerse de un lugar en un círculo de literatos tan exclusivo, hasta me atrevo a escribir, también para encontrar la inspiración para cada uno de sus relatos. Es quizás la oveja negra, el lado oscuro de la literatura chilena pero, ¿llegará el momento en el que se le permita ser leída y analizada? No lo sé, pero tampoco hay daño que dure mil años.

Uno puede generar miles de conclusiones al leer este libro, creo que eso es lo que hace increíble Peña a través de sus letras. Porque no solo es informar, enseñarte y/o dar a conocer al mundo este personaje, que como lo dice el título, tuerce las letras de la literatura que venía marcada por escritores como Mistral. Sin embargo, creo que desde un visión alejada del contexto social y fuera de la idiosincrasia chilena, a mí lo que me generó es querer saber más de Callejas y que, en algún momento, pueda leer algunos de sus cuentos para relacionar todo lo que menciona Peña en el libro e hilar esta sincronía que pudiese existir entre lo real y la ficción de Callejas.

Como lo escribí, quizás podamos entender mucho más de lo que fue Callejas si en algún momento se deja de estigmatizar como la escritor infame que fue, y se separa sus errores como ser humano de la escritora que fue.

[Roddy · Rating 4 out of 5]

Es entretenido, da pa discutirlo y pelarlo y los errores que tiene hacen que me tirite un ojito (aunque sean puras huevás).

[Francisco Belmar · Rating 4 out of 5]

Tenía un poco (harto) abandonado Goodreads sumado a un bloqueo lector de hace un tiempo. Leí este libro por una recomendación que recibí y la verdad es que el libro, sin ser maravilloso, es un libro muy entretenido para leer.

Constantemente Juan Cristóbal transita entre la vida encubierta y la vida literaria de Mariana, detallando pormenores relacionados con conflictos que ocurrieron dentro su entorno cultural debido a su vida oculta trabajando para la DINA. No deja de asombrar cómo una persona como Mariana termina en aquellos pasajes, arrastrada por Townley quien es un tipo de muy baja monta.

El autor lo plantea en un momento a lo largo del libro, pero llama la atención que siendo la casa de Lo Curro un lugar en donde se realizaba tanto la vida familiar de los Townley Callejas, como también un espacio donde se realizaban experimentos y que fue finalmente un centro de torturas, quienes visitaron la casa en el contexto social de la familia, como también los literatos que asistían al taller liderado por Mariana nunca hayan notado que algo extraño ocurría en esa casa. Tal como lo plantea Juan Cristóbal, no lo vieron o no lo quisieron ver, quedará en la interrogante de la vida.

De cierta forma el autor me logró transmitir una sensación de lástima por la vida literaria de Mariana. Son numerosos los fragmentos en donde personajes destacan las obras de Mariana, lo cual también se respalda por los premios que recibió a lo largo de su vida, sin embargo, la carga que conlleva haber sido agente de la DINA supera cualquier virtud que se pueda tener en otras dimensiones de la vida. ¿Puede realmente separarse la obra del autor?

En resumen, un libro entretenido, muy bien escrito y que hila muy bien la historia de Mariana, permitiendo comprender cómo aquella joven con ideas social-comunista apegada a la literatura se termina convirtiendo, por circunstancias de la vida, en agente de la DINA y participando en algunos de los atentados en el exterior más relevantes de la dictadura.

[Tomás Morales]

Una cosa que resulta difícil al leer perfiles/crónicas de este tipo es encontrar el balance perfecto entre el dato duro y una prosa interesante. Aparte de fragmentos y piezas de "La secreta vida literaria de Augusto Pinochet" (que definitivamente voy a pillar después de leer esto) no estaba del todo familiarizado con el acercamiento periodístico de Peña a estos casos. Acá creo que funciona muy bien, abordando detalladamente los casos en que se vio involucrada, su auge y caída en los círculos artísticos santiaguinos, y elaborando un retrato de Callejas sin mitificar su figura. Quizá lo único que resulta medio cansino es la reiteración de ciertas ideas y frases, como si el lector se hubiera olvidado de cosas que se dijeron 3 o 5 páginas atrás y no se le ocurría otra forma de enlazar los fragmentos. Pero es un detalle menor en lo que (siento) es un reportaje muy contundente, tanto de Callejas como de las formas en que operaban los servicios secretos de la Junta Militar y sus secuaces internacionales.

[Martina · Rating 4 out of 5]

increíble que la Mariana Callejas vivía en una realidad completamente paralela y creía que todo lo que hacía estaba bien

[Vicente García Salgado · Rating 5 out of 5]

"No tuvo tumba ni epitafio. Su cuerpo fue cremado y su muerte informada en las páginas de crónica, no en las de cultura".

[ignacio elpez · Rating 4 out of 5]

Me entretuvo mucho la lectura y está bastante mejor estructurado que la biografía de Rivano, también de la colección Vidas Ajenas. Te sintetiza bien los cuentos de Callejas y los vuelve atractivos -quizás siendo malos, quién sabe-, haciendo uso del contraste con los hechos verídicos que los habrían inspirado.

Algo que noté y a lo que ya hicieron alusión: hay algo que se pierde en la distancia personaje - autor. Me resulta inverosímil que varios encuentros con Callejas, goulash mediante, se hayan llevado a cabo con el periodista serio, frío y parco. Poco osado, ya sea porque no quiso “embarrarse” (como dijeron acá y que encuentro más probable) al mostrar una cierta atracción o por la conciencia de que existen libros en que se ha hecho de forma notable y de los cuales este podría haberse convertido en un refrito mal hecho.

[Emilia · Rating 5 out of 5]

No sabia nada de Callejas ni de Townley. Quedé demasiado impresionada de su historia desde la primera página y encontré el libro un nivel de dedicación y profundización muy increíble, realmente muy bueno y documentado.

[amparo · Rating 4 out of 5]

"en este país tan culto, de escritores y poetas, no ocurren esas cosas"

[Eduardo Saavedra · Rating 5 out of 5]

Excelente intestigación periodística.

[bruno andrés · Rating 4 out of 5]

Lo leí el mes pasado y nunca lo marqué acá. Periodísticamente hablando el libro es increíble, pero es terrible. Mariana Callejas fue, tal como todos quienes impulsaron el terrorismo de Estado, un monstruo, una asesina, una mierda de persona.

[Nicolás · Rating 5 out of 5]

Este libro es muy divertido. Juan Cristóbal Peña tiene la interesante habilidad de infundir a sus textos un toque sutil de humor capaz de permear todo el relato, pero de manera consistente y sin caer en la burla, la ofensa o el sarcasmo. Más aún porque lo hace con temáticas que, en apariencia, no invitan a la risa, como lo puede ser una dictadura militar en este caso. Lo hizo ya en La secreta vida literaria de Augusto Pinochet, y si ahí le resulta bien, en Letras torcidas le sale mucho mejor.
La historia se presta para ello. Mariana Callejas fue una escritora y personaje de la escena cultural santiaguina setentera devenida en agente de la DINA. Como pareja de Michael Townley, fue coautora del asesinato de Carlos Prats y cómplice de otros actos de terrorismo de Estado. Pero también tenía talento para la escritura. Por lo mismo, vivió una vida bastante peculiar, a ratos inverosímil, extravagante y absurda. Por un lado, era una respetada mujer que organizaba afamadas (y ahora infames) tertulias es su hogar a las que acudían consagrados escritores y jóvenes promesas literarias, y también talento para las letras, al punto que ganaba premios como cuentista, sus pares la reconocían por ello y era considerada una promisoria figura dentro de la literatura chilena. Una vida de ensueño, que tal vez muchos escritores o poetas ya quisieran para ellos. Hasta que un día de 1978 todo se fue al tacho de la basura, después de que se destapara que su marido había sido el responsable de la bomba que mató a Orlando Letelier y su asistente Ronni Moffitt en Washington D.C., en la calle de las embajadas. Y más grotesco aún: ese mismo hogar donde realizaba las tertulias, era simultáneamente un cuartel de la DINA, un laboratorio químico y un centro de tortura.
El libro también aprovecha de retratar aquella escena literaria moldeada por la dictadura, y que después engendró, tras el retorno a la democracia, la llamada «Nueva narrativa chilena», movimiento que contó con varios integrantes que alguna vez fueron activos partícipes de los talleres y tertulias en la casa de Callejas, y que después Roberto Bolaño —tras enterarse de los talleres, como bien recoge el libro— se encargó de pisotear y arrastrar por el suelo.
Sería fácil caricaturizar o satanizar a un personaje como Callejas. Pero Peña sabe cómo no caer en eso y, en cambio, arma un relato serio, ameno y gracioso, y también justo para con la biografiada. Pero mejor aún —y a diferencia de La secreta vida literaria…, que retrata las inseguridades intelectuales del dictador—, Peña construye también un relato lo suficientemente triste como para lograr generar —por qué no— empatía por una mente retorcida capaz de hacer volar un auto con una bomba. ¿Quién acaso no tiene algún talento y/o pasión y alberga toda una vida la secreta esperanza de ser reconocido por ello? Callejas, por un breve lapso de cuatro años (de los 83 años que vivió) alcanzó esa cúspide. Y después todo, de un día a otro, se vino abajo.
Y todo esto está muy, pero muy bien hilvanado. El ascenso y la caída. El horror y la gloria. El sueño y la pesadilla. Pocas veces pasa que uno quiere pausar la lectura y no puede porque cada fin de capítulo (ayuda en este caso que sean breves) te empuja al siguiente, y así, sin parar, hasta que de repente te das cuenta que en un rato ya has leído 50, 60 o 70 páginas. Bueno, me pasó estos últimos días con Letras torcidas.
En fin. Fácilmente el mejor libro de Juan Cristóbal Peña desde Los fusileros.

[En Terapia · Rating 3 out of 5]

Creo que ya no me llaman la atención este tipo de crónicas en las que el escritor se mantiene a una distancia prudente para que el barro biográfico de la persona retratada no le salpique. Por lo tanto, se genera una distancia. Y con distancia, no hay tensión. Y sin tensión, un libro jamás cobrará vida.

[Agustina · Rating 5 out of 5]

La historia de Mariana Callejas: una mujer hasta sus últimos días 100% desvergonzada , con un “deseo de figuración y protagonismo patológico”.
Juan Cristóbal Peña realiza una crítica profunda y directa de una parte de la sociedad chilena: esnob, bohemia y brutalmente indolente. Describe el cinismo con que se juntaban en la casa cuartel de Lo Curro “para apagar los gritos de una ciudad en toque de queda, para no ver, para no escuchar, para endulzar y sobrevivir a los años setenta en Santiago de Chile” y que además “Casi todos veían cosas raras en esa casa, menos los intelectuales y los artistas que llegaban a divertirse o a leer y comentar cuentos”.
Muy bien escrito, muy interesante y gran trabajo periodístico.

[Andrea Faundez · Rating 4 out of 5]

"La vida de Mariana Callejas estuvo marcada por la escritura. Por la escritura, los crímenes y la vida familiar"

[Raimundo Justiniano · Rating 5 out of 5]

“La realidad no es literal, es literaria. Esconde dobles fondos. Las personas no son lo que parecen. Algunos son más tétricos que otros, claro.”

[Alejandro Koppmann · Rating 5 out of 5]

Gran ritmo narrativo e investigación completa. Muy buen retrato de una época terrible.

[Antonia Contreras Klock · Rating 3 out of 5]

Me pareció entretenida la forma en la que escribe JCP. Interesante saber de MC y el Chile de los 70's.

[Joaquín Urrutia · Rating 5 out of 5]

Lo leí siempre imaginándome a Mariana Callejas como el viejo de The Irishman, esperando el final con la puerta entreabierta en el asilo de ancianos.

[Miguel Utreras · Rating 5 out of 5]

Buenisimo, se lee rápido, conciso en la información, muy bien escrito

[Enelopezawad · Rating 5 out of 5]

"La humanidad, que fue una vez, en Homero, un objeto de contemplación para los dioses olímpicos,se ha vuelto ahora objeto de contemplación misma. Su autoenajenación ha alcanzado un grado tal, que le permite vivir su propia aniquilación como un goce estético de primer orden. De esto se trata en la estetización de la política puesta en práctica por el fascismo. El comunismo le responde con la politización del arte" (Walter Benjamin, "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica")


En la primera entrevista que le realizó Cristian Warnken a Raúl Zurita allá por el año 1995 —año en el que todavía se podía aparecer fumando un pucho en televisión—, el entrevistador lanza la siguiente pregunta:

—Hay un escritor chileno muy polémico por sus posiciones políticas que casi nunca es nombrado, yo lo nombro porque lo entrevisté acá, se llama Miguel Serrano. Ha trabajado mucho con Chile, con los espacios, con los hielos...y ha trabajado mucho con las montañas ¿Qué piensas tú de la obra poética de Miguel Serrano y de su intento por fundar una épica latinoamericana y chilena particularmente?

Se refiere al escritor chileno nazi. Y nazi en serio: antisemita, negacionista del holocausto y de las violaciones a los DDHH en Chile, supremacista blanco, ocultista, entre otras medallas. Mientras Warnken realiza la pregunta, una leve sonrisa se asoma en su rostro. En ese gesto se transluce algo de la arrogancia de quien cree estar defendiendo una idea especial, una de esas que marcan una línea entre tu inteligencia y la del resto. Porque tú sí que estás preparado para separar las cosas, la moral y la belleza; tú no te confundes, no mezclas, no te contaminas con esas....minucias históricas. En la sonrisa hay también una búsqueda de complicidad con su entrevistado, poeta también él. Al final de cuentas, Serrano era un gran escritor y eso es todo lo que importa ¿Cierto? ¿Cierto?

Zurita mira al cielo. Suspira. Mientras cruza los brazos se dice "es tan difícil hablar de él". Warnken interrumpe diciendo "lo difícil es hermoso", pero Zurita parece no escucharlo. Vuelve a repetir: es tan difícil. Sigue un silencio largo, de al menos diez segundos. Le explica, pausado, que el nazismo es una obra tan horrenda que es imposible extraer algo así como una quintaesencia estética que esté separada de sus atrocidades. Todo esto, dice, no me permite tener una aproximación estética con Miguel Serrano. Pero Warnken contraataca:

—Muchos escritores en la historia de la poesía han sido polémicos. Neruda le escribió una oda a Stalin, que también fue un criminal que metió a mucha gente a la fosa común. Tenemos el caso de Ezra Pound, que fue fascista. Yo estoy preguntando más que por el aspecto ideológico de Miguel Serrano por su obra, que la veo como un intento serio de construir una épica propia de Chile.

Y Zurita, ahora mucho más seguro de lo que quiere decir, lo interrumpe mirándolo a los ojos: "sus libros son absolutamente menores. A mi no me interesan".

Estoy seguro que como este diálogo se han dado miles. Siempre hay alguien como Warnken dispuesto a recitar de memoria la lista de autores "malditos" para defender lo atroz. ¿No era Celine un colaboracionista? ¿No era Wagner un antisemita? ¿No fue Günter Grass un miembro de las SS? ¡Qué idiotez! Céline, Grass, Wagner, Neruda, Pound... terribles sí, pero ¿Se dan cuenta lo que están comparando? Hay una razón por la que esos autores han sobrevivido al paso del tiempo: porque sus obras lo valen. Y no lo valen al margen de su ideología, sino porque son profundas representantes de sus ideologías. ¿Qué sería de Céline sin su misantropía? ¿De Wagner sin su germanismo? ¿De Neruda sin su izquierdismo militante? ¿De Grass sin su deuda moral? ¿De Pound sin su desprecio por el liberalismo? Lo que no dicen los brillantes Warnken de este mundo es que junto a estos pocos escritores cuya obra sobrepasa el mero juicio moral, hay una montaña de otros justamente olvidados y sepultados.

Se puede ser una mierda y aún así tener una gran obra, pero ser una mierda no transforma automáticamente una obra aceptable, acaso atendible, en una gran obra.

Mariana Callejas, la protagonista de este perfil periodístico excelentemente escrito y documentado, murió creyendo que el suyo era el primer caso. La agente de la DINA que participó del atentado contra Prats, Letelier y Leighton, la que realizaba un taller literario semanalmente en su casa junto a escritores como Carlos Franz, Gonzalo Contreras y Carlos Iturra, la misma casa en la que torturaron y desnucaron de una patada a Carmelo Soria, quería ser recordada como una gran escritora, rechazada injustamente por motivos políticos. Los Warnken del mundo dirán y, de hecho, dijeron durante mucho tiempo: hay que separar las cosas. Yo les pediría que lean este libro y se atrevan a decirlo de nuevo.

Imperdible.

[Fernando Gonzalez · Rating 4 out of 5]

“Letras torcidas” de Juan Manuel Peña es un libro que articula la crítica literaria con un enfoque político y cultural, centrado especialmente en el contexto boliviano y latinoamericano. El título ya sugiere una mirada desviada, una exploración de lo marginal, lo anómalo o lo heterodoxo en la literatura.

1. Estructura y enfoque
“Letras torcidas” se compone de ensayos que combinan el análisis literario con la observación cultural y política. Peña no se limita a estudiar textos desde una perspectiva puramente formal o estética; más bien, indaga en cómo la literatura se entrelaza con la historia, la ideología, la marginalidad y la resistencia. Su enfoque es dialéctico: confronta voces del canon con escrituras periféricas, y aborda tensiones entre el centro y la periferia, la tradición y la ruptura.


2.El concepto de lo “torcido”:
El adjetivo “torcidas” funciona como metáfora crítica. Peña se interesa por las escrituras que no se ajustan a la norma, que se desvían de lo esperado, ya sea por su forma, su lenguaje o su contenido político. Esto incluye:
- Textos que rompen con las reglas de la gramática o el estilo convencional.
- Autores que subvierten discursos dominantes (coloniales, patriarcales, neoliberales).
- Obras que se sitúan en los márgenes del mercado o del canon literario.

Esta idea remite a un gesto ético y político: **leer torcido** es leer con sospecha, con rebeldía, es prestar atención a lo que normalmente se descarta o silencia.

3. Crítica de la cultura
Peña no se limita a los libros: sus ensayos también analizan cómo la literatura se cruza con fenómenos culturales más amplios (el racismo, la clase, la memoria histórica, los populismos). Utiliza herramientas de la teoría crítica, el poscolonialismo y la semiótica para desarmar las construcciones culturales que sostienen ciertos discursos hegemónicos.

4. Estilo y voz crítica
La prosa de Peña es afilada, irónica por momentos, y siempre informada. Sus ensayos no son complacientes: son intervenciones intelectuales que buscan agitar el pensamiento. En este sentido, es un autor que se inscribe en la tradición del ensayo latinoamericano como forma de combate cultural (al estilo de Martín-Barbero, Sarlo, o Mariátegui).

5. Valor y aporte
“Letras torcidas” es un libro que apuesta por una crítica comprometida, que no separa la estética de lo político. Su mayor valor está en la forma en que desestabiliza certezas y propone una lectura de la literatura como campo de lucha simbólica. En un momento donde muchas lecturas se vuelven cómodas o despolitizadas, Peña propone volver a leer con incomodidad y con atención a los signos menores, los detalles marginales, los gestos de ruptura.

[David AL · Rating 5 out of 5]

He tenido el placer de leer este libro gracias a un buen amigo que me lo hizo llegar este mismo agosto desde Chile, después de que supiera de mi curiosidad al calor de la lectura de lo último de Philippe Sands. El trabajo se basa en una concienzuda y bien elaborada investigación en torno a la vida de Mariana Callejas, escritora frustrada y agente de la policía secreta de la dictadura de Pinochet. En última instancia, la pregunta que sobrevuela y persigue este libro está clara: ¿qué hizo a Callejas, mujer con una trayectoria extraordinaria en el más estricto sentido de la palabra, llegar a implicarse hasta el tuétano mismo de un régimen criminal hasta el punto de ser una de sus más importantes perpetradoras? Cuanto menos, Callejas estuvo en la encrucijada de algunas de las políticas criminales de la dictadura, que convivían de forma escalofriante con su cotidianeidad e intimidad familiar en la casa-cuartel de Lo Curro donde vivía con sus tres hijos más pequeños y su tercer marido, el también agente Townley. En ambos casos, tanto el de Townley como el de Callejas, queda bastante claro que hablamos de seres impulsados por motivaciones diversas: deseo de notoriedad, reconocimiento y ascenso social; dificultades para tolerar vidas normativas y corrientes, siempre a la búsqueda de emociones fuertes y aventura porque sí; escasa implicación o nulo papel de cualquier tipo de convicción política en sus actividades criminales dentro de la maquinaria eliminacionista de la dictadura; dependencia del marido respecto a la mujer y deseo de conseguir su admiración, pero al mismo tiempo también la de otros hombres a los que aspira a tratar como sus iguales por todos los medios. El autor administra con agilidad, sencillez y transparencia su relato, por momentos trepidante, sin caer en la morbosidad o en el sensacionalismo sabe mostrar en todo su horror la profunda miseria y banalidad que movió a este matrimonio, lo que hace tanto más aterradora su historia.

[Yerko · Rating 4 out of 5]

“… la realidad no es literal. Que es literaria, precisamente. Que esconde dobles fondos. Las personas no son lo que parecen. Algunos son más tétricos que otros, claro”.

En este perfil realizado a Mariana Callejas, escritora chilena y, paralelamente, agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), se nos muestra cómo la falta de saciedad lleva a una persona a buscar “hacer algo” durante la dictadura militar que se extendió por 17 años en Chile. En este contexto, Juan Cristóbal Peña realiza un trabajo de investigación periodística exquisito para reconstruir la vida de esta mujer que llevaba una doble vida: cuentista y miembro activo de talleres literarios; mientras que, a su vez, participó en dos de los atentados más significativos contra opositores de la dictadura (asesinato del general Prats y del excanciller Letelier).

En este libro, el periodista nos sumerge no solo en los orígenes de la protagonista, sino también en una época marcada por las tensiones políticas y la represión posterior al quiebre de la democracia. Vemos, a partir de fuentes documentales y testimoniales, cómo el mundo cultural no notaba o fingía no notar, el claroscuro que representaba la casa (cuartel) de Lo Curro.

[Verónica Perez Villamil · Rating 5 out of 5]

Excelente libro, muy veraz el relato y la historia de Mariana Callejas, sus parejas y especialmente de su matrimonio con M Townley y de como se involucraron como agentes de la Dina, participando en el asesinato del General Prat y su Sra en Buenos Aires y de Orlando Letelier y su esposa en EE UU.
El texto está escrito en un lenguaje sencillo y ágil que permite adentrarse en la época de los 70 hasta ahora y en el Chile de esos tiempos con hechos de la historia real.

Impresiona la disociación de M Callejas y su doble vida, su amor por la literatura, por su libertad y su rebeldia de juventud. También se aprecia como Manuel Contreras, el general Espinoza y otros personajes de la DINa y luego CNI, se aprovecharon de esta pareja y donde le dan la espalda posteriormente.

La casa que habitaron en Lo curro después de haber vivido con los padres de Mariana , en Miami, en la Reina, que parecía una retribución por el trabajo de asesinar a Prat, fue mas bien un medio para tapar un lugar donde Berríos fabricaba el gas Sarín y otros torturaban a presos políticos.

[sebastián aravena · Rating 4 out of 5]

muy bueno, cada vez que he leído a Peña siento que es la mezcla perfecta de documentación y una escritura ágil, como si de ficción se tratara.

el cierre del libro es perfecto:

«No tuvo tumba ni epitafio. Su cuerpo fue cremado y su muerte informada en las páginas de crónica, no de cultura». La vida de Callejas siempre tuvo la figura del doble asociada, es una escritora infame porque fue agente de la DINA y es famosa como agente de la DINA porque también hacía tertulias literarias. Su existencia transcurre en esta doble vida y su legado pasa a ser esta mezcla de las dos vidas: la escritora—agente de la DINA. Pese a todo lo que intentó y que (según la tesis del libro) merecía por talento literario, Mariana Callejas escritora pasa al olvido. Lo único que se recordará de ella es este monstruo capaz de las peores atrocidades y que al mismo tiempo se juntaba a tomar tecito para discutir Ficciones con otros escritores mediocres.

[Pía Torres · Rating 4 out of 5]

Sobre Juan Cristóbal Peña solo había leído “Los fusileros” hace ya varios años atrás, esta vez llegué a él a propósito de la reseña de la académica Lorena Amaro.
Sin duda esta libro deja en evidencia un gran esfuerzo periodístico, riguroso y exhaustivo, componiendo una prosa detallada y atractiva a la lectura. Por su parte, la figura de Mariana Callejas es abordada desde diferentes puntos, eludiendo un cierto tipo de fascinación que podría despertar su personalidad contradictoria, perversa y controvertida.
Ciertamente un gran perfil periodístico sobre una figura híbrida, que habita el horror de la tortura y la cultura en plena dictadura. Como reparo (además de algunos problemas de edición) solo me pareció que algunos pasajes eran reiterativos, si bien entiendo que eran recordatorios de la historia, podrían haberse obviado.