Librarian note: Alternate cover edition of ISBN-13: 9788411616799, ISBN-10/ASIN: 8411616797
Todos alguna vez hemos tenido que decir adiós a un ser querido. Todos alguna vez hemos tenido que decir adiós a un ser querido. Esa situación nos crea incertidumbre y tristeza, y lo que menos nos apetece es pasar el día en un lugar tan poco acogedor como un tanatorio. Mario, el autor de esta novela gráfica, vivió ese doloroso momento a punto de cumplir dieciocho años al tener que despedirse de su abuelo, una pérdida que supondría el comienzo de su madurez. Pero lo que amenazaba con ser un día horrible fue tenuemente iluminado por los recuerdos que vivió junto a él. A través de esta historia, Mario no quiere despedirse, sino que quiere recordarlo para siempre.
El que aparece en la portada es mi abuelo. El autor del cómic es mi hermano. Y el que no termina de creérselo soy yo.
Nunca pensé que pudiera reseñar un cómic protagonizado por mí mismo. No sé bien cómo proceder en esta situación. Evidentemente, ningún cómic que lea en mi vida podrá llegarme como este por su indudable carga sentimental. Ha sido una experiencia increíble haber podido acompañar a mi hermano en la creación de su ópera prima y haber tenido el honor de prologarla. Es complicado hablar de manera objetiva sobre los aspectos más técnicos del libro, pero creo que es patente que el dibujo de Mario es excelente. Recuerda al de Paco Roca, al de los cómics de Tintín que ambos leíamos de pequeños —y de adultos—, a la inocencia que siempre le ha caracterizado, a su infancia feliz... Pero es un estilo único. Desde bien pequeño demostraba sus dotes para el dibujo a todas horas: en las mesas de clase, en los manteles de papel de los bares, en los periódicos y hojas que había por casa, etc. Estaba claro que Mario veía las cosas de otra manera y tenía la necesidad de plasmarlas sobre el papel.
Como hermano mayor, es un orgullo ver dónde ha llegado mi hermanito pequeño. Que haya podido publicar este homenaje a la memoria de mi abuelo en una gran editorial como es Planeta es una recompensa más que justa por todo su talento. Mi abuelo era una persona única y Mario ha dejado aquí un testimonio que así lo prueba. Es muy difícil materializar los recuerdos, más allá de con una fotografía o un vídeo —algo muy inusual este último cuando nosotros éramos pequeños—, y este formato ha permitido que mi hermano pueda hacerlo con una naturalidad asombrosa. Somos afortunados porque, de esta manera, quedarán representados para la eternidad algunos de los muchos momentos que compartimos a su lado, recuerdos que el paso del tiempo va desdibujando, aunque en absoluto borrando por completo. Y también quedan reflejadas mis aventuras con mi hermano, mi compañero inseparable desde que tenía dos años, mi mejor amigo, con quien nunca me aburría, mi cobaya para mis experimentos de hermano mayor, al que más he chinchado (y he pagado por ello); en fin, mi vida nunca habría sido igual sin él y nuestra infancia no se puede entender sin la del otro.
Ojalá sea un cómic que le llegue al lector, que disfrute con él. Para nosotros fue maravilloso concebirlo y acompañar a mi hermano durante el proceso. Ojalá tenga éxito y mi hermano pueda seguir por este camino: hay mucho talento en él que no debe ser desperdiciado. Y que mi abuelo, aunque se fue sabiéndolo, tenga más que claro que jamás lo olvidaremos.
Un cómic precioso tanto por la historia como por las ilustraciones. Me ha hecho recordar a mi abuelo con mucho cariño. Preparad pañuelos y psicólogos!!!
El día más largo es mi libro más esperado del año y se ha convertido en uno de mis favoritos. Es un libro muy especial y familiar, ya que es mi cuñado quien lo escribe y dibuja y conozco cada lugar que retrata y a casi todas las personas que inmortaliza. Es tan real e inocente que con solo observar la casa y sus habitantes me emociono.
Mario ha capturado, con una maestría profesional, todos los recuerdos con su abuelo y ha sido capaz de representar de una forma bonita y esperanzadora un proceso muy duro y difícil: el duelo por una perdida.
Esta historia ha sido como una terapia. La pérdida de tus seres queridos es uno de los momentos más oscuros de tu vida y pueden nublar tu mente. Te puede cargar de pena por lo que no será olvidando todo lo bueno que fue, toda la alegría vivida.
Mario ha conseguido canalizar su dolor y convertirlo en risas junto a su familia, consigue aportar un gran rayo de luz a la tristeza que siente a través de la inocencia infantil. Esa infancia que parece infinita e inmutable, pero que conforme te acercas a la edad adulta ves cómo los mejores momentos van quedando atrás, que las oportunidades de disfrutar de una persona estuvieron ahí y que por pensar que siempre estará, se dejan pasar.
De nada sirve arrepentirse del pasado. Lo más importante es saber valorar lo que tienes y disfrutarlo día a día para que cuando llegue el momento de decir "adiós" ninguna espinita quede clavada para siempre en tu corazón.
No solo es un testimonio y un recuerdo imborrable de un abuelo. Esta historia se nos mete a todos en el corazón porque tiene un poco de todos los abuelos de nuestro país. Esa manera de vivir, de querer, de acompañar. Me ha emocionado mucho, he pensado mucho en mi abuelo y en “ese día tan largo” por el que tenemos que pasar a veces, por desgracia. Mario Barrachina tiene sin duda un talento especial para ver y para plasmar. Me parece muy complicado lo que ha hecho, dejar plasmado así unos recuerdos y además, tocar el corazón no solo de su familia sino de cualquiera que lea este cómic.
Una homenaje a su abuelo (y a todos los abuelos), precisamente el día del sepelio. Con flashbacks a esas vivencias que nacen de los detalles más intrascendentales. Muy tierno.
¿Cómo una obra puede emocionarte tanto? Hasta el punto de empatizar y volver a recrear en la mente ese día tan horrible en el que todos perdemos a un ser querido que ha sido (y es) tan importante en nuestras vidas. Este cómic me ha tocado muchísimo, ha sido un abrazo cálido en días de tanatorio.
Bff que novela gráfica más bonita... Trata sobre el día en el tanatorio de una familia por la muerte del abuelo. Tiene una carga sentimental muy fuerte, y la técnica del ilustrador es brillante (me recuerda a Paco Roca) pero con un estilo muy personal, me gusta el cambio de la colorimetría para dar a entender si es un recuerdo (colores cálidos) al presente (color más frío y sombrío), la ausencia de fondo para dar relevancia a un gesto o un texto, con viñetas muy marcadas de los movimientos dando una sensación de pesadez emocional como es la pérdida de un ser querido. Es un homenaje precioso y una forma de recordar e inmortalizar a su yayo de una manera increíblemente bonita. Así como un componente reflexivo... Emocionante 😭
El abuelo del autor ha fallecido y en "El día más largo" (las resonancias bélicas del título quizá no lo hacían el más adecuado para esta obra), Mario Barrachina recuerda cómo fue aquel día en el tanatorio, junto a su hermano, su madre, su abuela y otros personajes secundarios (entre ellos, extrañamente, el padre, muy orillado sin que se den pistas de por qué). El dibujo, el color o el entintado son muy buenos. Las páginas en las que se reproducen historias rememorando recuerdos con el abuelo de protagonista están llenas de detalles, con una minuciosidad preciosista. Las páginas en las que dos personajes charlan (el autor y su hermano, el autor y su madre, la madre y el hermano del autor; en una ocasión, los tres anteriores) optan por una economía de medios comprensible (solo las dos figuras y un fondo plano), pero exploran a conciencia la comunicación no verbal con fantásticos estudios posturales. Y, a pesar de tanto bueno, no llega a saber uno nada del abuelo más allá de su papel de abuelo. Como si nunca hubiera sido hijo, marido, trabajador o, simplemente, hombre. Y la obra queda bonita y emotiva, pero plana.
Si has perdido a alguien y alguna vez te costó decir adiós, El día más largo te va a tocar el corazón. Mario Barrachina convierte un funeral en un viaje de recuerdos llenos de ternura, humor y cariño. Es una historia íntima, sencilla y real, contada con un dibujo honesto y emocional. Se lee en poco tiempo, pero se queda contigo mucho más.
Muy recomendable si buscas algo que te abrace desde la memoria.
Emocionada desde los agradecimientos 💚 qué forma más bonita de reconocer y recordar a nuestros abuelos. Me ha parecido preciosa. "A los abuelos y las abuelas, por todo lo que nos dais." ❤️🩹
Preciosas ilustraciones. El cambio entre las viñetas y las que recuerdan al abuelo (ese contraste entre lo cálido y lo frío) es una preciosidad. Muy efectivo. Lo he leído de una sentada, emocionada en todo momento. Me parece un homenaje precioso a su abuelo, creo que todo el que lo lea puede sentirse identificado con el, sin duda.
Una historia sobre el recuerdo y el amor. Dos hermanos recrean sus mejores momentos con su abuelo fallecido mientras asisten a su velatorio. Una historia tierna y esperanzadora de la condición humana. Tiene un dibujo claro que cuadra con la calidez del relato.
Que maravilla. Tu recuerdo me acompañará siempre abuelo, te he sentido tan cerquita leyendo este libro... Gracias por compartir tu historia Mario, que es la historia de los que tuvimos la suerte de crecer con nuestros abuelos cerca 💕.
La pena por despedir a un ser querido es de las sensaciones más desoladoras que hay. Y cuando quien nos deja es alguien con un amor tan genuino como el de los abuelos y las abuelas, la tristeza cala todavía más hondo.
“El día más largo” es la carta de amor que le escribe Mario Barrachina a su abuelo materno Ángel. Una preciosa historia que se enmarca en los duros momentos en que Mario y su familia están en el tanatorio. Junto al protagonista, su hermano y su madre conversan sobre el hogar que se formaba alrededor de su abuelo. Rememoran anécdotas, ríen, lloran y recuerdan la bondad que tanto caracterizaba a Ángel.
Tengo que reconocerle a Barrachina algo muy difícil y que creo que hace muy bien en su novela, y es no caer en el melodrama pornográfico. No pretende hurgar en la herida buscando la lágrima fácil. Es un homenaje bonito, narrado y dibujado con sinceridad, admiración y mucha humanidad.
Comparto las palabras del hermano de Mario en el prólogo y felicito al autor por aventurarse a abrir con tanta verdad este momento tan duro.
Y acabo con una propuesta que seguro compartís muchxs de vosotrxs. En las plazas y jardines de los pueblos y ciudades debería existir un monolito que rezase: “Los abuelos deberían ser eternos”.
El título es de lo más acertado: el día más largo de mi vida también fue en un tanatorio. En cuanto al contenido, no me imagino una forma más bonita de recordar a alguien a quien quieres.
Esperaba algún flashback o reflexión, o ver más momentos pasados con el abuelo y con la familia, que realmente me dejase el corazón en carne viva, pero las reflexiones que se pueden encontrar son suaves, y los flashbacks con el abuelo son a mi parecer pocos.
Acompañamos al prota durante el día del velatorio en el tanatorio del pueblo, que recuerda a su abuelo junto con su hermano y su madre y el papel que tuvo en su infancia.
Aunque esperaba reflexiones más profundas, la forma en la que esta historia se narra no te deja indiferente. La experiencia universal de la pérdida puede ser difícil de plasmar y creo que hay cierta sensación de desorientación pero también de gratitud que está muy bien reflejada. Es difícil no verte a ti misma en esos recuerdos, ni ver a los tuyos recibiéndote desde esa puerta. ❤🩹