Este libro trae al presente la masacre de seis niños a manos del Ejército Nacional en el municipio de Pueblorrico, Antioquia. Un lugar conocido popularmente como “Remanso de paz”, envuelto en un falso halo de tranquilidad que, como en otras geografías, fue instaurado por la soberanía paramilitar. La denominación es solo uno de los eufemismos que conforman las narrativas del conflicto armado en Colombia, una capa más que envolvió el silencio y ocultó durante años el dolor de los sobrevivientes y las familias campesinas, para quienes la justicia y el perdón han sido una quimera.
Este relato coral y reflexivo, escrito con sencillez y delicadeza, atento a los detalles y generoso con el contexto, nos pide volver la mirada sobre la justicia, tan excepcional en nuestra larga historia de conflicto armado y de dispositivos de transición. No hace falta, entonces, una alerta de spoiler para anunciar el un grupo de familias que esperan la justicia penal para despojarse de la pesadez de su propio pasado, esa misma justicia que en 20 años no ha llegado y que se enreda en el camino con la maleza de versiones inconclusas, voluntades mezquinas o archivos ignorados.
Gracias a Camilo por publicar este libro (luego de recorrerlo, conversarlo, sentirlo, investigarlo). Los niños de la Pica nos deben hacer falta a todos. Y este libro nos hace sentir esa falta contando una historia triste de este pais que nos arrebata niños vestidos de colores en un dia azul de las montañas del suroeste de Antioquia
"Sí una lección ha dado el conflicto armado en Colombia -y en cualquier guerra- es que la victoria,la derrota, el héroe o el villano, no existen mas que en las mentes de quienes quieren atizar el fuego y justificar la tragedia".
En un caso de violación de derechos humanos por parte de la fuerza pública, en el que después de 24 años no hay justicia, Camilo le da voz a las familias y le hace justicia al recuerdo de estos seis niños a través de las letras. Esta clase de libros son fundamentales para la historia de un país con miles de ejecuciones extrajudiciales, con un proceso de paz que tambalea y con una Colombia que a menudo olvida que en una guerra no hay héroes.
Un crónica que cuenta la cruda realidad en Colombia, la violacion de derechos humanos, la mentira, los falsos positivos, la impunidad.
Tenía yo 20 años y estaba haciendo mi año rural, vivía sola y el terror de las balas y el avión fantasma aún me producen escalofrío, ser personal de apoyo y llegar y ver varios niños heridos; no supe su nombre pero con esta crónica se que se llama Andrea recuerdo el pasmo en su rostro, el tubo a tórax; recuerdo al chico que le hicieron reanimación por cerca de una hora y no logra vivir, la muerte, las heridas de bala, la prosesión en el pueblo y el cierre de cualquier salida. Nos recuerdo a Martha y a mi a las 2 am sin poder dormir, sentadas en el piso escuchando sombras.
¿Cómo se describe con palabras un dolor tan inmenso? ¿Qué hacer con los imposibles que aquí se proponen? Las letras expuestas en este texto son una desgarradora radiografía de un país herido, lastimado, ciego y abandonado. Trasegar por sus páginas es saberse diminuto en un mar de injusticias, en ocasiones, saberse cómplice, por no haber conocido la historia antes. Este libro es un camino duro, difícil de andar, donde los pies pesan y donde con gran dolor, nunca se termina la excursión. Que está voz resuene en cada rincón, que no se nos olviden nunca los Niños de la Pica. ¡Que no se repita!