Pablo, empleado en Recursos Humanos, busca cubrir un puesto vacante. Entre los candidatos se encuentra Victoria, que vende billetes en la estación de Atocha y sueña con trabajar en algo relacionado con lo que estudió: Periodismo. Pero la entrevista es un desastre. Victoria siente que ha hablado demasiado y que ha estropeado su oportunidad cuando ha contado cómo su madre entró un día en casa enrollada en una alfombra. Unos días después, Pablo descubre en una cena con su jefe que Victoria no es la única persona cuya madre ha aparecido envuelta en una alfombra, por lo que decide ponerse en contacto con ella. Comienza así una curiosa investigación que los llevará a descubrir algo que ninguno de los dos el amor.
Begoña Oro, una de las grandes autoras de literatura infantil y juvenil, reciente ganadora del Premio Cervantes Chico y con un millón de ejemplares vendidos de toda su obra, se estrena en la novela para adultos con una comedia romántica deliciosamente original y emocionante que además explora las relaciones madre-hija y revela el tortuoso camino para amarse.
Begoña Oro Pradera nació en Zaragoza, en cuya universidad estudió Derecho de 1992 a 1995. A continuación se especializó en Literatura en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y realizó un curso de posgrado en el IDEC de la misma hasta 1997.
Al año siguiente comenzó a trabajar como editora para el Grupo SM, a cargo de las colecciones juveniles Gran Angular, Alerta Roja, Club y Club de los clásicos. Durante el año 2000 fue responsable del canal escolar, donde realizó y supervisó catálogos y materiales para docentes entre otros temas, y más tarde fue nombrada jefa del Departamento de Investigación y Comunicación, en el que planificó estudios de mercado, promoción, publicidad y competencias de relaciones públicas.
Desde 2001 hasta la actualidad ha ejercido como consultora editorial freelance, editora, lectora profesional y traductora de literatura infantil y juvenil. También ha realizado adaptaciones para cómics, ponencias sobre LIJ, cursos de formación literaria a profesores, tanto en España como en América, y ha colaborado en la realización de planes lectores como Leer y más, Leer para crecer y Leotodo.
Ha escrito o traducido más de doscientos títulos, y le debemos la creación de los personajes Superleo, Ana Marciana, el capitán Cucurucho y Chichón Croqueto, entre otros. Cuando no escribe, realiza talleres de escritura y visitas a centros escolares con actividades de animación a la lectura.
En el año 2011 se alzó con el Premio Gran Angular por su obra Pomelo y limón.
A mitad de mes estuve enferma. No era COVID ni era gripe. Fue un catarro tan brutal que me hizo replantearme la idea que siempre he tenido de que los catarros son siempre una mala excusa o algo propio de una comedia para evitar un encontronazo. Empiezo a creer que puedas morirte de un catarro. En esas circunstancias no podía enfrentarme a una lectura exigente y me acordé de que una seguidora, Begoña Oro, hacía meses que me había enviado su primera novela adulta. Begoña ha vendido más de un millón de ejemplares de sus libros para niños y adolescentes, así que máximo respeto. Su última novela se llama Zapatos nuevos y sopa de almendras y no es para nada lo que yo suelo leer, pero fue perfecta para mi catarro. Literatura fácil, sin complicaciones y que en tu cabeza se desarrolla como una peli de Hallmark o una de esas que en cualquier plataforma se etiquetan como «comedia romántica». Desde la página uno sabes qué va a pasar, todo es de colores. Ojalá Begoña se haga rica vendiendo los derechos.
El estilo de narración me ha recordado un poco a las típicas comedias románticas, pero sin grandes giros narrativos. Creo que ha sido eso lo que más me ha fallado, el hecho de que los dos protagonistas contaran tanto pero a la vez no sucediera nada (obviando la Nochevieja, por supuesto).
Mi parte favorita ha sido (sin duda) todo lo relacionado con las madres, que aún siendo a veces demasiado invasivas llegando en sus alfombras, siempre están ahí para ti.
PD: ahora siento la necesidad de probar la sopa de almendras...!!
🔹Pablo trabaja en el departamento de recursos humanos de una empresa que busca personal.
🔹Victoria vende billetes en la estación de Atocha, pero desea cambiar de trabajo.
🔹Pero una entrevista de trabajo de lo más peculiar, un cúmulo de casualidades y un misterio por resolver… hace que Pablo y Victoria no pierdan el contacto hasta descubrir que enamorarse no es tan fácil como cambiar de zapatos.
✒️“Todas las familias felices se parecen; las desdichadas lo son cada una a su manera, y por eso todos los álbumes de fotos familiares se parecen, porque nadie hace fotos de los momentos tristes, porque para qué perpetuarlos”
✒️“Era todo levemente extraño, levemente familiar, como si, no siendo suyo, fuera solo cuestión de tiempo que pudiera llegar a serlo. Acaso fuera todo cuestión de tiempo. La vida, cuestión de tiempo. La familia, cuestión de tiempo. El amor, cuestión de tiempo. La muerte, cuestión de tiempo”
✒️“Pensó que nunca había conocido a nadie que sintiera tan intensamente la vida, que se entregara con tanta pasión a todo”
✒️“Quise inventar una ficción a la altura de lo nuestro, quise que fuera algo bonito, algo que recordar, porque ese momento, esa luz, ese viaje, esa mano que acababa de enlazarse con la mía, ese paisaje… los quería recordar siempre”
✨ Una comedia romántica de lo más original. Contada a dos voces en capítulos cortitos, hace una lectura la mar de entretenida. Con toques de humor e ironía.
✨ Una novela donde destaca la relaciones familiares, la amistad y el amor, invitándonos a la reflexión sobre aspectos cotidianos de la vida, la precariedad laboral y la salud mental.
✨ Es la primera novela para adultos de Begoña Oro, autora reconocida en la literatura infantil y juvenil.
"-Por todo lo que sigue latiendo cuando deja de latir el corazón.
La cursilería del brindis quedó completamente anulada para tres de los presentes, que, al hilo de aquella frase, recordaron que «todos los ahorcados mueren empalmados»."
Antes de nada, decir que se ha convertido en uno de mis libros favoritos. Tiene ese tipo de humor agrio combinado con la dosis justa de drama para funcionar como crítica social mientras te hace llorar y pasar un buen rato a la vez.
Dicho esto, me ha pasado algo muy curioso con este libro, sé que digo bastante que me llegan las historias en el momento indicado, aún no tengo claro si es cosa del universo, si tengo una capacidad especial para enlazar e identificar patrones o si simplemente no estoy fina pero sea como sea me funciona.
Hace un par de semanas, antes de empezarlo, me obsesioné con una película que se desarrolla sobre una frase muy concreta: "Solo aquellos que se atreven a ir más allá saben hasta dónde pueden llegar".
Llevo desde entonces forzándome a salir de mi zona de confort, o como Pablo diría en esta historia: permitiéndome sacar mi lado kamikaze.
Pero es que hay más, últimamente el concepto "magdalena de Proust" me ha aparecido en varios sitios aparte de en este libro, y es aún más curioso porque algunas escenas han sido verdaderas magdalenas de Proust para mí.
Y, encima, lo he leído entre trenes, tanatorios, visitas al hospital y algún que otro porro. Martín estaría orgulloso de esta review (si leéis el libro entenderéis la frase).
No recuerdo cómo llegué a este libro, creo que se lo vi a alguien en alguna red social y me llamó la atención el título, tampoco sé bien qué esperaba encontrarme dentro.
Pero NUNCA me hubiera imaginado que explorase tan a fondo la relación madre-hija/o, el miedo a la muerte ajena o lo mucho que dan de sí una alfombra y una caja de cartón.
No me ha gustado demasiado, es un tira y afloja algo raro y en su mayoría un sinsentido. Hay demasiados detalles (incluso aunque eso sea parte de la personalidad de alguno de los personajes, se hace muy difícil de leer) y a la vez hay demasiados cabos sueltos (la "muerte" del tío como conflicto del tercer acto me dejó más molesta que sorprendida). Y no vamos a hablar de los info-dumping, que parece que se les ha olvidado el "enseña, no cuentes".
Y la puñetera historia de la alfombra. La repiten hasta la saciedad. Es absurda y, además, un invento. ¿Se supone que tengo que apoyar esa relación que está basada en una mentira elaborada? ¿Se supone que ella es una mentirosa patológica y el tiene síndrome de Estocolmo? Porque sino no entiendo, la verdad.
En fin, que no me ha gustado y punto. No tiene nada de malo, es un romance sin más, anodino incluso, pero tiene detalles que hace que para mi pase del "este libro me es indiferente" al "me enerva la absurdidad".
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Vicky conoce a Pablo en una entrevista de trabajo. Ella vende billetes de tren en la estación de Atocha (de momento). Él trabaja en una consultora de recursos humanos a las órdenes de un jefe que cree tener rayos X para calar la esencia de las personas y no es capaz de ver lo que tiene justo delante de sus narices.
«Zapatos nuevos y sopa de almendras» es una historia de madres que llegan en alfombras, familias felices que se parecen e infelices que lo son cada una a su manera, silencios árticos, amistades cuya elasticidad se pone a prueba cuando la vida cambia y ternura que derrite el frío del invierno.
La primera novela para personas adultas de Begoña Oro, conocidísima -y premiadísima- autora de literatura infantil, es una verdadera maravilla que te hace sonreír y también llorar de emoción.
Jo, qué ganas tenía de leerme un romance así; que, simplemente me hiciese sonreír mientras leía.
No sé a cuál de los dos protagonistas he cogido más cariño porque ambos me han parecido maravillosos. Es de agradecer que - a pesar de ser una historia de amor - hable de forma tan bonita y sincera de las relaciones maternofiliales (por mucho que estas aparezcan enrolladas en alfombras).
Además de ser un libro tremendamente tierno por su historia, creo que lo más enriquecedor que me ha aportado es la relación entre los protagonistas; algo que hacía tiempo que no leía en novelas románticas: personajes con experiencias complejas que son tan capaces como cualquier otro de poder construir relaciones sanas, algo que - bajo mi punto de vista - ha dejado de ocurrir en muchas novelas de este género.
Me ha parecido un libro increíble. Es verdad que al principio me costó un poquito engancharme, pero los capítulos son tan cortos que te invitan a seguir leyendo y, al final, se pasa volando.
Los personajes me han gustado bastante, aunque siento que les falta un poco de desarrollo o de fondo, como si no estuvieran del todo completos. Aun así, logran transmitirte cosas y me quedo con ganas de saber más de ellos y de qué ocurre después, aunque supongo que eso queda a la imaginación del lector.
Lo único que no me convenció fue la manera en que se introduce el momento de mayor tensión en la trama. Entiendo que hacía falta un giro dramático para romper la calma y darle fuerza al desenlace, pero creo que se podría haber resuelto de otra forma menos extrema. Aun así, no empaña lo mucho que disfruté el libro ni las emociones que transmite.
No me gustó nada. Al principio parecía ser una historia interesante, pero llegando a la mitad del libro ya me aburría y me costaba mucho centrarme en lo que leo.
No sé si es la barrera del lenguaje ya que a veces no entendía los chistes o anécdotas que contaba la autora, o es simplemente la historia en sí que no me enganchaba de todo.
Aún así había ciertos momentos que me hicieron pensar y reflexionar, aunque generalmente no lo considero un libro que recomendaría o leería otra vez. De hecho, no lo acabé, un poco después de la mitad del libro, ya pasaba por las páginas y leía solo por encima...
Una novela romántica muy cuqui, con personajes muy reconocibles en tu entorno, que habla de muchas cosas pero también se atreve con grandes temas que no suelen aparecer en comedias románticas como el suicidio, los malos tratos, la depresión, todo con un toque de humor que a veces te saca la carcajada y toneladas de cariño.
La lectura la sentí muy ligera para leer, pero la historia y el desarrollo de los personajes es tan intenso que no puedes para de leer. Que bonita manera de atrapar al lector y que gran manera de dejarme con las ganas de algún día encontrarme una alfombra en la puerta de mi casa.
Una historia corta con dos protagonistas muy adorables. A pesar de ciertos dramas que hay, toda la historia es muy cálida y te deja un buen sabor de boca. Lees la historia contento y terminas contento.
Me faltó algo, me sobró algo. Demasiado preámbulo y me faltó más de lo que curre cuando llegas al 60% de la historia. Me falta más del kamikaze. Me sobra un montón Rodri. No sé. Mala no es, sería un 3.5
Hay veces que definir una novela es limitarla, y creo que eso es lo que me ha pasado con la historia de Vicky y Pablo. Abrí Zapatos nuevos esperando encontrarme una comedia romántica al uso, y quizá por eso la sensación que me queda es agridulce. Es divertida (mucho) y también romántica (esto quizá no tanto), pero es sobre todo una historia sobre madres e hijas, sobre lo que ocurre en las familias cuando nadie mira, sobre esas distintas versiones de nosotros mismos que enseñamos al mundo. Y, justo por eso, merece la pena leerla.