Published for the first time in 1953, "Playboy "became not only the first pornographic popular magazine in America, but also came to embody an entirely new lifestyle that took place in a series of utopian multimedia spaces, from the fictional Playboy's Penthouse of 1956 to the Playboy Mansion of 1959 and the Playboy Clubs of the 1960s. At the same time, the invention of the contraceptive pill offered access to a biochemical technique able to separate (hetero)sexuality and reproduction, troubling the traditional relationships between gender, sexuality, power, and space.
In "Pornotopia, " Beatriz Preciado examines popular culture and pornographic spaces as sites of architectural production. Combining historical perspectives with insights from critical theory, gender studies, queer theory, porn studies, and the history of technology, and drawing from a range of primary transdisciplinary sourcestreatises on sexuality, medical and pharmaceutical handbooks, architecture journals, erotic magazines, building manuals, and novels -- Preciado traces the strategic relationships among architecture, gender, and sexuality through popular sites related to the production and consumption of pornography: design objects, bachelor pads, and multimedia rotating beds. Largely relegated to the margins of traditional histories of architecture, these sites are not mere spaces but a series of overlapping systems of representation. They are understood here not as inherently or naturally sexual, nor as perverted or queer, but rather as biopolitical techniques for governing sexual reproduction and the production of gender in modernity.
Paul B. Preciado has become one of the leading thinkers in the study of gender and sexuality. A professor of Political History of the Body, Gender Theory, and History of Performance at Paris VIII, he is also the author of Manifiesto contrasexual, which has become a queer theory classic, and Pornotopía: Architecture and Sexuality in Playboy During the Cold War, which has been named a finalist for the Anagrama Essay Prize. He teaches political history of the body, gender theory and history of performance at Université Paris VIII and is the director of the Independent Studies Program of the Museum of Contemporary Art of Barcelone.
I read the entire book in less than 12 hours after purchasing it (2 of which were spent in class), i think the secret to Preciado having a much more "real" feel while still basically having fun doing queer theory interfacing with biopolitics and architecture is that s/he is dead serious (even when saying things that sound like arguments made up as a party bet between academics) because for them it is *serious* to consider the manufacturing* of heterosexuality as a rejection of postwar domesticity. Unlike (for example) the sort of mix of "ha ha i am making a queer theory argument" and "this is serious politics" that marks the work of Jack Halberstam (who fails at the later because the former is so insincere at least 90% of the time) this is entertaining because it is serious and engaging and connected to objects in everyday life (connecting for example Virillo, the history of furniture, conceptions of sovereignty, the history of amphetamines and the rotating bed of Hugh Hefner) [ok everyday life is a stretch] rather than attempting to show erudition and familiarity with academic work as a precondition for saying something stupid (this is, honestly, also the problem with Zizek other than all the other problems with Zizek) the purpose here is to make an argument. I am rambling, but this is worth purchasing.
* this is an inexact phrasing to something that the book is devoted to, i obviously am using shorthand
"Podríamos describir a Preciado como crítico cultural si entendemos al crítico cultural como un «adepto a la vivisección de sistemas semióticos». Y esto es precisamente lo que Preciado lleva a cabo en Pornotopía, donde analiza la historia de Playboy como sistema semiótico complejo cuyo principal interés teórico reside en haber activado los resortes para el paso de la sociedad disciplinaria a lo que el autor bautiza como sociedad farmacopornográfica, caracterizada por el espacio posdoméstico, la regulación psicotrópica de la subjetividad, la producción sexopolítica o la vigilancia y el consumo de la identidad. Más allá de interpretaciones simplistas, Preciado conceptualiza Playboy como un artefacto de producción de la subjetividad y el deseo de una masculinidad naciente que se aleja tanto de aquella que se produce en el matrimonio heterosexual como de la amenaza de la homosexualidad, cuya herramienta principal es la arquitectura entendida en un sentido performativo, dado que es el propio espacio el que crea los hábitos del cuerpo ̵ unos hábitos que podríamos entender, con Bourdieu, como estructuras estructurantes de los afectos y los deseos. Las bunnies, los dispositivos móviles y giratorios, la tecnología, las anfetaminas, los desplegables o las mansiones Playboy son solo algunos de los elementos de ese alojamiento propio que los hombres playboy reclaman para sí y que constituye una pornotopía en la medida en que establece «relaciones singulares entre espacio, sexualidad, placer y tecnología»." Clara Fernández de Lis
Cuarto libro de Preciado que devoro y me parece hasta ahora el más entretenido de leer. Y eso q pensaba lo contrario antes de empezar: que no pasaría más que como un estudio de caso aplicando el enfoque del régimen farmacopornográfico q ya definía en Testo yonqui. Y no. Básicamente relata la construcción del macho seductor heterosexual a través de la evolución histórica de su núcleo de producción: la marca Playboy. Arquitecturas del deseo, edificación performática de la nueva masculinidad que hoy es hegemónica, sistemas de cableados electro-anfetaminicos y redefinición de los esquemas laborales en términos de control-excitación. Este texto es un bombazo.
Full disclosure-- I enjoy books on architecture. This one is a scholarly essay on Playboy's architecture-- the mansions, clubs, and bachelor pads-- within social history, gender studies and biopolitics. Although the bachelor pad predates the first issue of Playboy in 1953 it became popularized in the magazine pages as well as in popular films. The author has some fascinating insights and some far fetched theories to share. Playboy did present and promote a bachelor lifestyle with prescriptions for furnishings, home entertainment systems, barware, and decoration from the masters and manufacturers of mid century modern style. A shorter, more accessible study of the bachelor pad and Playboy can be found in a December 23, 2014 Slate article "Bachelor of Design" by Troy Patterson.
Fantastic institutional genealogy, exposing the emergence of pharmaco-pornographic biopolitics. The discussion of the bikini in the context of the testing of nuclear weapons at the Bikini Atoll is memorable.
Primer libro que me leo en un club de lectura (y me hace mucha ilusión). Me ha gustado mucho aunque, en mi opinión, no se centra en algunos conceptos que podrían ser muy interesantes (como las “bunnies”). Muy recomendado si os interesan los orígenes de Playboy y un análisis de perspectiva de género, sexualidad y arquitectónica.
Pornotopía (2010) de Paul Preciado es un ensayo que analiza la revista Playboy (1953-2020) y cómo esta, a través de sus contenidos y de las extensiones arquitectónicas de la marca, difunde un modelo de utopía sexual posdoméstico y urbano que funciona como contradiscurso al ideal de familia que predominaba en Estados Unidos durante la guerra fría; esa familia tradicional, heterosexual, apegada a las convenciones y de los suburbios.
De acuerdo a la lectura de Preciado, la emblemática revista diseña nuevos tipos de afectos, deseos y prácticas sexuales distintos a los que se promovían en la sociedad de la época. Se deja atrás una moralidad y sexualidad más bien victoriana, conservadora y exclusivamente enmarcada en el contexto de instituciones tradicionales como el matrimonio y la familia para dar paso a la creación de nuevas subjetividades e identidades masculinas liberadas en el ámbito de los sexual: el soltero, el urbanista y el casero. Por otra parte, de acuerdo a lo evidenciado por Preciado, este discurso afecta indirectamente también a la mujer, ya que en la medida en que se cimenta un nuevo ideal de hombre, se construye el de la chica del lado o el de playmate, quien opera como un complemento del playboy y que se aleja diametralmente del estereotipo de madre, esposa y ama de casa.
Uno de los aspectos más interesantes del análisis de Paul Preciado es cómo este da cuenta de que la revista busca una reapropiación del espacio privado -lugar tradicionalmente relegado a la mujer- como un espacio también masculino. Hay un intento de colonización de la esfera de lo doméstico. Hecho bastante curioso si se considera que, algunos años después con los movimientos feministas, las mujeres pondrán su esfuerzo en abandonar dicho lugar y conquistar el público. El playboy, por el contrario, busca la reapropiación del privado -sin hacer abandono del público- a través de mobiliario que deja de estar supeditado a un contexto exclusivamente doméstico y tradicional: “Mientras que el hogar femenino se caracteriza por ser un espacio natural donde se privilegian las tareas de la reproducción, el espacio posdoméstico del playboy se caracteriza por ser un nicho tecnificado y ultraconectado a redes de comunicación, dedicado a la producción de placer=trabajo=ocio=capital” (Preciado 90). En ese sentido, de acuerdo a lo que plantea el autor, la Mansión Playboy opera también como un espacio trascendental en este discurso contracultural, funcionando como una pornotopía: lugar donde se fusiona lo público y lo privado y desde donde se cultivan nuevos placeres y cuerpos. A su vez, esta yuxtaposición de ambas esferas termina también gestando un nuevo ideal de profesional: el trabajador horizontal, encarnado en la figura de Hugh Hefner. Así, se deja atrás un ideal fordista del trabajo (rígido, vertical, de terno, escritorio y de oficina) para dar paso a un nuevo profesional que es capaz de incorporar lo laboral en el espacio doméstico. Eso explica los excéntricos pijamas de seda de Hefner y su costumbre de trabajar desde la cama, conjugando nuevas relaciones de trabajo, producción y placer que difuminan las diferencias entre trabajo y ocio y, a su vez, lo público y lo privado.
Por otro lado, para Preciado, la mansión playboy también opera en esta pornotopía como un burdel multimedia desde donde, a través de los medios de comunicación, se despliega la espectacularización de la esfera privada. No obstante lo anterior, a pesar de que la mansión opera como un espacio liberado de los prejuicios sexuales y morales de la época, no debe ser pensada exclusivamente como lugar regido únicamente por leyes libidinales, ya que en ella se siguen replicando estructuras de disciplinamiento, vigilancia y control del cuerpo. En este sentido, Preciado realiza un interesante contraste entre los espacios ‘públicos’ de la mansión (piscina, salón, sótano, comedores, set de grabación, etc.) en contraposición a los ‘privados’ y con acceso restringido (el Bunny Dorm) que, contrario a lo se veía en el resto de la casa, operaba bajo un estricto régimen de vigilancia y disciplinamiento, asemejándose más bien a un internado. Así, de acuerdo a palabras del autor, “la Mansión Playboy logró congregar, distribuyéndolos vertical y horizontalmente, el disciplinario internado de señoritas y el burdel libertino” (138).
El ensayo de Preciado es un trabajo investigativo que definitivamente recomiendo, pues da cuenta de cómo se lleva a cabo la construcción de los roles de género en la sociedad norteamericana de la guerra fría. Además, su análisis logra revelar el impacto que tienen los medios de comunicación en la sociedad, pues -tal como Preciado demuestra- la revista Playboy no opera exclusivamente como un espacio de distensión y entretenimiento para adultos, sino que juega un rol político incuestionable disciplinando cuerpos, afectos y subjetividades.
La tesis es muy potente: cómo la revista Playboy y su popularidad en millones de hombres estadounidenses en los años 50 y 60 fue capaz de modificar la visión tradicional del hogar como territorio femenino y familiar en contraposición al espacio público y de trabajo reservado al marido. El hombre blanco soñaría a partir de entonces con salir del espacio claustrofóbico del hogar en las afueras y la familia nuclear para aspirar a una vida sexual y hedonista que pudiese reapropiarse de la vivienda como lugar en el que satisfacer su placer (encarnada en el ático/penthouse discreto en el centro de la ciudad).
Sin embargo, a partir de la segunda mitad Preciado divaga demasiado sobre el significado de los elementos de la mansión Playboy con su famosa jerga foucaultiana y postestructuralista que me ha interesado mucho menos.
Desde que leí la entrevista que El País realizó a Preciado quede prendada de su teoría e identidad queer. Esta superando mis expectativas, hilando mis intereses: estudios de género y ciencias sociales.
En un momento el que cualquier mujer con webcam puede competir contra una playmate de Playboy, Preciado analiza los tropes que Hefner se encargo de surcir para los el hombre adolescente de la Guerra Fría, y el resto del siglo XX; la disección semiótica-cultural de los principales símbolos del imperio conejito es verdadero gancho del libro.
Confieso que espere un poco más del capítulo dedicado al archipielago playboy, y del contexto histórico presente en los primeros capítulos.
Paul B. Preciado presentó este ensayo al concurso de ensayos de Anagrama, logrando posicionarse como uno de los finalistas más destacados y, producto de esto, ser publicado por dicha editorial, junto con otros trabajos tiempo después. Pornotopía es una obra que nace de las obras Foucault y el tipo de análisis acerca de las estructuras de poder e la influencia arquitectónica para impartir disciplina o, en este caso, la conductas de consumo típica del capitalismo norteamericano postmoderno. Con él, la historia a mediados de los años 50 y la trascendencia de la empresa Playboy, orquestada por el célebre magnate y visionario Hugh Hefner, cobra mayor relevancia: son los medios de difusión involucrados para establecer el más grande imperio de contenido para adultos lo que hace atractivo este ensayo; así como conocer lo que hoy en día vino a engendrar en internet: una serie de formatos y estructuras de difusión variadas, de contenido similar y recreación de los personajes típicos de la mansión Playboy, solo que ajustado a la demanda actual del hombre heterosexual promedio. Y es que hay que entender el consumo de la pornografía, que ha ido mutando acorde las tecnologías disponibles y los medios de difusión. La televisión, las revistas, la radio son formatos que cobran mayor alcance y posibilidades para presentar dichos contenidos a una población sesgada en su propia rutina. La aparición de Hugh Hefner y su proyecto contrarrestó los ideales de dicha sociedad, que tambaleaban producto de la guerra, la crisis política y financiera, además de la crisis del matrimonio y los valores tradicionales. Hefner establece el arquetipo universal del hombre soltero blanco y heterosexual; el hombre sofisticado, controlador, hedonista y recluido en su propia casa de soltero. Este soltero viene acompañado de apéndices: arquitectura, ingeniería, estilos de vestimenta que denoten su poder e influencia ante los demás, pero de manera sutil. Que toda la sociedad norteamericana, principalmente los varones, anhelen ser como él y tener lo mismo que él. Es así como Playboy ha movido a la sociedad norteamericana, junto a sus conejitas, al sistema capitalista de la pornografía; a lo que hoy en día, se piensa, ya no queda nada debido a las multiplataformas y mecanismos instantáneos para generar placer sexual en la población, lo que significa que ya no hay un monopolio de la industria pornográfica o un mensaje explícito de cómo se tiene que ser para encantar a las chicas. Sin embargo, como dice Preciado, no es que este ensayo sea netamente histórico, biográfico o enumerativo, sino todo lo contrario. Deconstruye, analiza y propone una interpretación de este sistema de la pornotopía. No busca contarte la historia de la más grande empresa de entretenimiento para adultos en un panorama idílico de todo lo que se puede hacer y conseguir, sino que rescata su funcionamiento y lo compara, en última instancia, con lo que hoy en día se ofrece; dando a demostrar que aquellos vestigios siguen impresos en la sociedad actual. Que puede que el arquetipo de Hefner haya quedado en el pasado o como una imagen kitsch, pero no deja de ser la base para lo que hoy en día se muestra y se espera de un hombre blanco heterosexual ante un contexto pornográfico. Y cabe destacar que, gracias al sesgo cultural sobre la sexualidad, se deja de lado los aspectos “positivos” que tuvo Playboy, mejor dicho, Hefner, para una “mejora” de la libertad sexual y la adquisición de nuevos contenidos sobre ello.
Me costó un poco terminarlo, pero el último capítulo, que linkea todo lo anterior centrado en el siglo XX, con la actualidad y cómo pervive el “modelo Playboy”, me entusiasmó mucho. Qué bien que escribe Preciado.
“La pornotopía Playboy trató de terminar en plena guerra fría con las bases sociales de la servidumbre masculina en el régimen del capitalismo heterosexual, pero no cuestionó el sistema de género que le era inseparable. (…) La Mansión Playboy se convirtió en una isla telecomunicada en la que un hombre envejece junto a un grupo, renovado constantemente, de jovencitas en bikini. Esta organización sexopolítica, más próxima de la fantasía de un harén en la era de las telecomunicaciones que de un modelo capaz de implantarse socialmente desplazando a la institución matrimonial, ha mutado después en otras formas vecinas que se adentran con fuerza en el siglo XXI. (…) El kitsch ha cambiado de estilo, pero el orden sexual que vehicula asegura la pervivencia de los valores Playboy: el jazz ha sido sustituido por el hip-hop, el batín de seda por una camiseta de baloncesto talla XXXL y la pipa por el porro, pero los factores del juego son los mismos: un tío listo, muchas chicas (no sabemos si listas o tontas, pero preferiblemente lascivas y discretas) y mucho mucho consumo farmacopornográfico, coches, cadenas de oro y cocaína circulan desde MTV hasta las venas de internet. Ésa habría sido una de las misiones de Playboy: fabricar una masculinidad mítica capaz de soportar la crisis de la heterosexualidad en el siglo XX y de hacer frente a las amenazas de la liberación femenina y de la utopía transgénero”.
Un ensayo muy bien documentado y con un hilo narrativo claro, nuevos conceptos y argumentos coherentes. Aunque bastante repetitivo, las mismas ideas aparecían una y otra vez a lo largo del libro y creo que mayor edición habría ayudado a leerse más fluidamente y sin constantemente estar preguntándome “pero esto ya lo dijo, ¿no?”
Jest to świetny opis tego jak Ameryka i jej kultura zmieniła się od lat 50 do teraz. Autor pokazuje to jak duży wpływ „playboy”, a także Hugh Hafner, miał na cale społeczeństwo.
Essa foi uma leitura para uma aula de filosofia, mas que eu achei muito interessante principalmente pelos paralelos que eu conseguia fazer com a cultura pop. Acho que o maior foi com o personagem Barney Stinson, da série How I Met Your Mother. Ele é basicamente uma versão contemporânea do que Paul Preciado descreve como o homem Playboy: perpetuamente solteiro, mulherengo, com um regime de trabalho horizontal em um escritório. Seu apartamento aparece pela primeira vez na série no episódio 6 da segunda temporada, que foi ao ar em 2010 (coincidentemente, ano de publicação do livro). O projeto arquitetônico daquele espaço recupera os principais elementos identificados por Preciado como marcas da pós-domesticidade: uma televisão de 300 polegadas representando a centralidade da tecnologia, uma estante expondo toda a pornografia consumida por seu morador, um banheiro com uma tampa de privada que volta a se levantar logo depois de abaixada (desestimulando a presença feminina). Os diálogos reforçam que tudo ali foi cuidadosamente pensado para conquistar e, em seguida, dispensar as mulheres que o personagem leva para lá. Basicamente, essa cena serve como uma ilustração do apartamento de solteiro que aparece no livro.
Enfim, esse é só um exemplo de vários que passou pela minha cabeça, porque eu percebi com a leitura a persistente influência que a pornotopia Playboy tem até os dias de hoje. O império pode ter fracassado enquanto empresa, mas não enquanto ideologia. Acredito que a escrita de Preciado nos permite compreender essas permanências ao longo de todo o livro.
O texto faz uma construção simultânea da história da Playboy, de Hefner, de seu projeto arquitetônico e dos conceitos filosóficos necessários para compreender o que esses acontecimentos significam para a nossa cultura. Gostei especialmente das partes mais históricas, que localizam o momento político e social da publicação. Uma conclusão muito legal (no sentido de interessante e até meio tragicômica) que Preciado faz é de que enquanto os questionamentos das estruturas da família mongâmica nuclear levaram as mulheres pra segunda onda do feminismo nos anos 1960, o mesmo questionamento por parte dos homens cis héteros brancos desembocou na Playboy. Esse parelelo me matou, honestamente, foi a confirmação acadêmica de que homem só faz homice.
A pertinência do conceito de pornotopia ainda é atual, apesar de eu ter a tendência a acreditar que seu aspecto arquitetônico perde importância frente ao crescimento dos espaços virtuais. A tentativa que rola no final, de trazer uma experiência específica de um bordel/estúdio de pornografia em Praga, o Big Sister, como um exemplo do futuro dessa pornotopia me parece um pouco falha. Em uma era de fragmentação, projetos dessa magnitude tendem a exercer uma influência menor sobre a lógica social dos nossos tempos.
Outro ponto que me incomodou no livro é um clássico de livros acadêmicos: a linguagem fica maçante às vezes, tem que fazer um esforço pra decifrar os conceitos. A tendência generalizada das ciências humanas, mas principalmente da filosofia, de conceitualizar tudo e aí fica um pouco difícil as inúmeras pausas ao longo do texto pra explicar o que aquelas palavras significam. Ao mesmo tempo, achei um ponto positivo que isso só acontecia em alguns momentos. No geral, foi um livro tranquilo de ler e eu não sofri muito (mesmo tendo lido em espanhol, que é uma língua que eu domino muito menos que inglês).
De modo geral, a melhor parte do livro é o questionamento do projeto da Playboy não a partir de uma perspectiva moralista, que simplesmente condena a pornografia e o trabalho sexual. A preocupação é formular quais foram os mecanismos que permitiram o desenvolvimento dessa pornotopia, em que mulheres perdem espaço enquanto sujeitos para dar lugar a um novo tipo de masculinidade que reforça padrões heterossexuais e que é um projeto que, ao mesmo tempo em que se apresenta enquanto arrojado e revolucionário, desestimula o questionamento das estruturas político-econômicas capitalistas que o sustenta.
Enfim essa resenha ficou uma bagunça, porque rolou um ctrl c/ctrl v do meu trabalho de fim de semestre e eu tava com preguiça de reescrever tudo em uma linguagem informal internética. Mas queria dizer: eu teria lido esse livro mesmo se não fosse pra faculdade.
Aren't people lucky? They have governments that take taxes to give the precious bureaucrats money to write about the Satanic conspiracy that threatens Society. I mean, without this blessing you would have your full income and Preciado would do precious work at the local McDonald's.
Este libro hace un análisis muy interesante del mundo Playboy, y de su su fundador Hugh Hefner, desde la primera publicación de la revista hasta la actualidad. Me ha descubierto todo un entramado empresarial que desconocía tras la revista.
Si bien es interesante cómo en la época en la que empezó abogó por cambiar el modelo de la masculinidad, cosa que es de alabar, me parece increíble la cosificación que hace de las mujeres que trabajan en la empresa (normas sobre cómo sentarse, clases para enseñarlas a usar el tono de voz adecuado…) y del resto de mujeres en general (seres a evitar, pues su único fin es privar al hombre de libertad y tenerlo como proveedor del hogar. Cuando no eran las mujeres las que querían esto, sino el modelo social impuesto a ambos).
Hefner abogó por cambiar el modelo tradicional y capitalista de roles de género tradicionales por otro modelo, capitalista también y distinto en cuanto a roles de género, pero machista aún. Yo no se lo compro.
preciado opisuje sposób, w jaki w playboyu wiąże się ze sobą architektura, przestrzeń, estetyka, gender i seksualność tworząc swego rodzaju fabrykę sprzedającą doświadczenie erotyki, wyobrażenie o tym, jak wygląda władza, jak "powinny" wyglądać relacje międzyludzkie, tworzącą wizję heterotopii. pisze o związku dizajnu z seksualnością i tego, jak wizja erotyki kreowana przez redakcję playboya wpłynęła na mainstreamowe wyobrażenie tego, czym jest erotyka. zawsze czytając preciado mam wrażenie, że słucham rozkminy bardzo oczytanego błyskotliwego akademika na imprezie i moim zdaniem jest to genialne. natomiast to, że w tłumaczeniu są żeńskie zaimki, gdy preciado używa męskich jest dość słabe.
książka brzmi jak zbiór fragmentów tej samej myśli, mielonej i przetwarzanej, aż rozsmaruje się na całej przestrzeni, bo to przestrzeń gra tu główną rolę, przestrzeń jako przedłużenie ludzkiej skóry, przestrzeń jako egzoszkielet dopasowany do farmakopornograficznych fantazji ludzi białych i bogatych, ludzi wyprasowanych w to, co ich otacza — to wszystko oglądamy przez pryzmat niszowego zainteresowania autora (kto ma czas i chęci przeczytać wszystkie numery z pierwszych dwóch dekad istnienia playboya?) i dzięki niemu możemy inaczej spojrzeć na szersze mechanizmy zarządzające kreacją naszej tożsamości
Al fin leo algo de Preciado que me deja indiferente.
Hay momentos en lo que sentí: 'Joder, es capaz de hacer que un tema que me da absolutamente igual me parezca interesante'. Fueron momentos, pero no fue todo el libro. No fue ni la mitad, pero es que de verdad aborrezco el tema.
Eso sí: me dieron ganas de leer y aprender sobre diseñadores de interiores y arquitectos de los 60 y 70. Sin ironía ni sarcasmo, ojalá haber encontrado más fotos de la época y de los espacios.
there is an english version of this book that isn't showing up in goodreads. which is strange cuz i'm pretty sure what i read wasn't even a translation, but preciado's english publication. (found the english version on here, lol) the book was good, but if you goona read one book by preciado, read testo junkie
Preciado is the most important queer theorist of our time and it is a damn shame that is work is underread and undervalued given its being slow to translation. Trust me drop the Edelman and pick this up instead.
É engraçado como quando a gente vê as coisas com distanciamento histórico, o quanto ridículas elas parecem. A revista Playboy é uma delas. Não digo a revista em si, mas toda a mística ao redor dela. Ou ainda, para ficar nas palvras do autor trans Paul Beatriz Preciado, a arquitetura da coisa. Hugh Hefner seu robe e seu cachimbo, a Mansão Playboy com um panóptico no quarto principal e uma cama giratória, as coelhinhas em regime de quase escravidão, o bonvivantismo daqueles que passaram a serem considerados "os playboys". Atém mesmo aquela tatuagemzinha do coelhinho de gravata dos atores pornôs é ridícula, tal o sentido que carregam (até mesmo não, principalmente esse símbolo). Como o autor coloca, é incrível como a filosofia da Playboy glamourificou o sexo sem limites, a solteirice, a pegação desenfreada e, claro, a coisificação e objetificação feminina, que se tornaram bastiões que regem a nossa sociedade desde que a revista chegou ao mundo e se tornou tão natural a ponte de nem questionarmos mais esse afã por quantidade e não por qualidade. É impactante como a filosofia da Playboy controlou corpos masculinos e femininos, homo e heterossexuais e ainda por cima tornou natural que homens casados tivessem amantes que recebiam em um apartamento prórprio, longe dos olhos da sociedade e das esposas. A lógica da Playboy faz entender como a hipocrisia de quem abomina a ideia de trisal ou de não-monogamia, e de outras variações sexuais, permanece como aberração mesmo que pela mesma lógica o homem heterosseual quebre o estaututo da famíia tradicional através de... outra família tradicional escondida. Hugh Hefner é o epítome do solteirão convicto, acumulador de proezas sexuais. Acumulação essa, característica do capitalismo tardio e de exaustão que faz com que as pessoas queiram contabilizar encontros sexuais como colecionam revistas Playboy. Por sorte, muitas dessas "proezas" como visto no começo dessa resenha, vão se tornando bregas e ridículas, ainda que tenhamos muitas delas para vencer, visto que essas lógicas também se espalham para a esfera dos gays masculinos, que, ao menos a partir da logica queer, deveriam romper com as lógicas heterossexuais e machistas. Mas o capitalismo, o heterossexismo, o racismo e o machismo estão tão encravados na gente que nem reparamos quando os cometemos. A glorificação da Playboy ainda hoje é uma dessas ações.