Fucked Feminist Fans hace referencia al momento en el que te topas por primera vez con los feminismos, te das cuenta de que eres feminista y abres los ojos de lo cabreada que estás. También podría ser la etiquetaque algún crítico cultural utilizaría para hablar, entre otras, de las grupis de los sesenta y setenta; de las Riot Grrrls y las «Angry Young Women» de los noventa; de las Spice Girls y del resto de representantes del Girl Power; de Madonna, Britney Spears, Christina Aguilera, Lady Gaga o Beyoncé —y de sus actuaciones en los MTV Video Music Awards—; de las Pussy Riot, o de Courtney Love, que en 2005 ya advirtió de las agresiones sexuales de Harvey Weinstein en la industria del cine.
En Fucked Feminist Fans. Los orígenes del #MeToo desde la cultura pop musical, Leyre Marinas profundiza en las conexiones que han mantenido durante los últimos treinta años la música, los movimientos feministas y el sexismo divulgado por los medios de comunicación. Un diálogo en el que juegan un papel fundamental la tercera y la cuarta ola feministas y el estallido del #MeToo en 2017 y sus derivadas internacionales, verdadero punto de no retorno en lo que a la concienciación pública del acoso y los abusos se refiere. Quien lea este libro se habrá sentido fucked alguna vez y también se considerará feminista y habrá sido o es fan de algunas de las personas que aparecen en sus páginas.
Puedo no estar de acuerdo en determinadas opiniones o maneras de tratar/llamar a determinadas cosas. Pero hay que destacar que el trabajo de revisión bibliográfica de este libro es absolutamente impecable. La redacción es clara, amena y el libro se lee tan a gusto que, a ratos, parece que te lo bebes.
Mi problema ha sido que creo que el título distrae de lo que va el libro, que viene siendo al final un repaso sobre el machismo en las últimas décadas, pero no sólo en la industria del entretenimiento. No habla en sí mucho sobre el fenómeno fan, si no más bien de las/os artistas y casos concretos de abusos que todos conocemos (Harvey Weinstein, La Manada…). Por lo tanto, al final se aleja del tema en sí que se nos vende. Y no he sentido que haya descubierto muchas cosas que no supiera (también soy más mayor que la autora).
Ahora bien. Me ha gustado, parecido interesante y lo he acabado (que con los ensayos a veces no pasa).
Después de la introducción, el libro prácticamente vuela de lo bien que funciona.
Recomiendo una primera lectura pausada, hacer anotaciones en los márgenes y subrayar lo más destacable (sólo si el libro es tuyo, ¡nada de salvajismos!), y después hacer una segunda vuelta con un PC para consultar bibliografía y encontrar por YouTube todas los videoclips, playlist, entrevistas y momentos icónicos que hay en el libro, que son oro molido.
Un trabajazo, una gozada, y una oportunidad para revisitar la cultura pop musical y todas sus problemáticas derivadas de los abusos de poder que se cometen en ella y las respuestas ante las mismas.
Te sientas, lo lees, lo asumes y lo aceptas, y revisas tus actitudes. Si falla algo en la cadena, comienzas desde el principio. No son opiniones, son hechos.