Psicosis lúcida

by Joaquín Miranda Puentes

“Cuando desperté sentí el cuerpo pesado, inamovible —escribe Joaquín Miranda, el narrador de este libro—. Mis ojos se negaban a enfocar, aunque pude distinguir los colores de los muros: azul y amarillo pálido. Tardé en recordar que me habían sedado y asumir mi internación. A medida que reconocía objetos y profundidades, me advertí en una pieza pequeña, acostado en una cama desconocida. En el muro que estaba frente a la cama había una tele empotrada. De esas teles antiguas, con forma de cajas grises y pantallas convexas. Era pequeña y su presencia, por alguna razón, me hizo sentir acompañado”.

Como se desprende de estas líneas, el protagonista se encuentra atemorizado y con la sensación de haber sido traicionado al momento de entrar, sin un diagnóstico claro, a una clínica psiquiátrica en la que lo atiborran de fármacos, lo someten a innumerables exámenes, le asignan un cuidador que será su sombra, le controlan cada bocado que ingiere... Tenía apenas 15 años, pero en este admirable ejercicio de memoria Miranda logra recrear lo que fue ese proceso para mostrar desde adentro cuánto hay de desconocimiento en los tratamientos de eso que llamamos “enfermedades mentales”.

Con una exquisita mezcla de lenguajes —el texto biográfico se combina con la ficha clínica, recetas y bibliografía médica—, Miranda recupera su propia historia y reflexiona sobre lo que conlleva sobreponerse —nunca del todo— a una internación forzada, además de sus consecuencias posteriores. Sus malas experiencias con profesionales de la salud, los acercamientos a otros pacientes psiquiátricos, su primer pololeo y el viaje de estudios, entre otras vivencias, componen un relato admirable en el que la rabia y el desasosiego dan cabida a la ternura y la melancolía.

116 pages, Paperback

First published January 1, 2024

About the author

Joaquín Miranda Puentes es licenciado en Letras con mención en Lingüística y Literatura Hispánica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, magíster en Lingüística de esa misma casa de estudios y magíster en Escritura Narrativa de No-Ficción de la Universidad Alberto Hurtado. Fue becario de la Fundación Neruda el 2016 y al año siguiente publicó el poemario Los tiempos.

Reviews

[Vanessa Fuentes · Rating 5 out of 5]

"Es evidente que una fractura de rodilla no es similar a una fractura del espíritu, que un dolor de cabeza es distinto a un dolor producido por la ausencia de alguien."

Un libro rápido de leer, que a través de la historia y experiencia real y traúmatica del autor, nos muestra una arista de la salud mental y sus tratamientos sobre la que generalmente hacemos la vista gorda.

[Rocío · Rating 5 out of 5]

«Aprendí que para alguien que vive con angustia y ansiedad, hacer cosas con las manos es fundamental.»

[Isabella Norese Bolivar · Rating 5 out of 5]

Tener un episodio que marcó tu vida y querer escribir al respecto es una cosa. Lo que Joaquin hace en este ejercicio hermoso va más allá: Psicosis Lúcida es una búsqueda exhaustiva de respuestas, de consuelo, de calma. Es repasar lo vivido intentando encontrar el momento en que las cosas pudieron haber sido distintas, si es que existe. Es darle al Joaquin de quince años la autonomía que necesitaba y le fue negada.

Disfruté el libro de inicio a fin. Una escritura entretenida, asertiva y cercana que me hizo leer sin parar. Me lo lloré todo también. Se me hizo difícil lidiar con la impotencia, más aún hablando estado ahí, amigo.

Me pidieron que contara un poco de qué se trataba y yo intenté hacer memoria de esa época (sin buscar ayuda en el libro, porque aún no lo empezaba), pero no lograba recordar diagnósticos, certezas. Después leyendo me di cuenta de que no recordaba porque nunca hubo. Sólo recordaba en ti un cambio que no sabía si hablamos, no sabía si viste pero que me había quedado muy marcado. Y resultó ser que tú lo tenías más claro que nadie. Ojalá haber tenido en ese momento más de las herramientas que tan claramente dices que hacen falta también.

Admiro profundamente el trabajo de investigación que soporta el libro. Se nota que es una búsqueda tuya personal para sacarte de encima el peso de los tiempos y que termina llevando a conclusiones terribles e inevitables pero que también siento (espero no equivocarme) traen algo de paz.

[Franco Bernasconi · Rating 4 out of 5]

Joaquín Miranda nos cuenta en esta breve crónica la historia de su internación en una clínica psiquiátrica a los 15 años. Esta ocurrió con motivo de la fuerte angustia que se le gatillaba al salir o alejarse de su casa, lo que comenzó a interferir en su vida de manera significativa, además de tener alucinaciones auditivas e ideas delirantes. Sus padres, aconsejados por su tío —que anteriormente había estado internado por adicción a drogas— decidieron internarlo.

Joaquín, sin embargo, a sus cortos 15 años no comprende bien los motivos. La internación es traumática: está permanentemente medicado con remedios que no comprende, hay otros pacientes con estados mentales mucho más alterados y el personal tiene un trato muy rudo y a veces maltratador. Pedro, su cuidador, es su única luz de esperanza dentro de este lugar aterrador. Fuera de Pedro, otro de sus grandes apoyos es Juanca, su profesor de guitarra. Gracias a él descubrió esta pasión, que hoy en día lo ha llevado a trabajar como luthier. De hecho, cuando Juanca le fue a hacer clases a la clínica se dio cuenta de que no quería ser ingeniero, sino músico:

"Durante esos encuentros, además de mi inicio en la escritura, decidí no ser ingeniero civil mecánico y pasé a desear ser músico, poeta, artista. Entendí que hay una melodía para cada instante y que de las cuerdas de la guitarra pueden brotar las mejores compañías en las peores situaciones. Eso no lo podría lograr la ingeniería. Construiría robots, como soñaba antes de mi internación, y me fascinaría con el electromagnetismo, pero no encontraría en eso la fuerza que me daría el arte, la razón de ser o, el término cliché, el sentido de vivir mi vida." (p. 39).

Posteriormente Joaquín entra a estudiar letras hispánicas a la universidad. Allí puede conocer a personas más similares a él, algunos también con problemas psiquiátricos, puede hablar del tema. Eso lo libera en cierta medida y le permite encontrar su lugar en el mundo. Hoy fabrica guitarras. Este trabajo manual le ayuda a sobrellevar su angustia y ansiedad.

Muchos años después Joaquín encontró las fichas médicas de su internación, y a partir de ello intentó reconstruir su historia, que plasmó en este libro. Su vivencia está marcada por el rechazo a los psiquiatras, que considera son personas que no lo escuchan, no lo entienden, no se preocupan realmente por él. Son "charlatanes", su profesión se trataría de "jugar a ser científicos" mediante los remedios que le administran. Luego de visitar a 8 psiquiatras distintos, fue una neuróloga quien pudo ayudarlo, además de su psicóloga, que también ha sido una ayuda para él.

A la luz de sus vivencias no sé si se lo puede culpar de no tener simpatía por los psiquiatras. No debe ser grato pasar por 8 profesionales distintos y no sentir que ninguno de ellos te está ayudando. Sin embargo, no estoy seguro de que termine de entender de qué trata la psiquiatría, por qué le daban esos remedios, ni por qué su tío, aún habiendo estado internado también, dio esta recomendación a su padre. Tampoco sé si termina por comprender por qué sus padres, siendo psicólogos y conociendo del tema, deciden igualmente internarlo. Incluso su madre, cuando era estudiante, por un período asistió semanalmente a un hospital psiquiátrico con un grupo de estudio. Sabía de qué se trataba.

Es comprensible su crítica a psiquiatras que le recetan medicamentos sin preguntarle ni darle ninguna explicación. Pareciera que solo queda agachar el moño y comprar los remedios que le recetan. Pero, ¿que sería de Joaquín sin todos estos tratamientos psiquiátricos? ¿Realmente estaría mejor? Yo no estoy tan seguro. Por eso, al leer el libro conviene tener presente la lección de Sartre: somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros.

[Eduardo Soto González · Rating 4 out of 5]

Si bien es un ejercicio literario ideado para sí mismo, agradezco —como lector— el arrojo que tuvo para llevarlo a cabo y así compartir una experiencia que no pocos viven y no muchos están dispuestos a compartir.

(Se lee rápido)

[Bea Kracht · Rating 4 out of 5]

Lectura rápida e interesante que invita a conocer la humanidad de pacientes con patologías de salud mental, contrastándola con lo hostil que puede ser el ambiente médico. Perfecto para quienes queremos o ya trabajan en salud mental.

[Giulia Visentini · Rating 4 out of 5]

Es un trabajo terapéutico del autor que a través una búsqueda personal y científica trata de darse respuestas y de encontrar un poquito de paz.

[Gala · Rating 4 out of 5]

Hay algo muy poderoso en los relatos tan personales.

[Rodrigo Aravena · Rating 5 out of 5]

Gracias al podcast Cuatro Ojos de Pancho Mouat, supe de este libro extraordinario que es un testimonio del autor, Joaquín Miranda Puentes, cómo paciente psiquiátrico internado, de su recuperación, de la cicatriz que dejó en su ser la psiquiatría con su deshumanización y su química de la mente, y de su lucha y su convivencia contra el dolor y de los límites que hay en la palabra para exorcizarlo. Es un libro extraordinario, que nos lleva alivio y la posibilidad de conectar, con una escritura de alto vuelo, con una parte de nuestra humanidad.

[Pentu · Rating 2 out of 5]

Es un buen testimonio y está bueno que se hable y publique sobre las experiencias psiquiátricas. Me parece que el protagonista es de una "clase relativamente acomodada", y pensé que si con toda la ayuda y tratamientos, le es difícil imaginar un futuro, para los que dependen de la salud pública no hay esperanza.
Está bien escrito, se lee rápido.

[Ivannia · Rating 5 out of 5]

Rápido, cercano y fácil del leer, no por eso menos complejo, porque hablar de salud mental siempre será difícil y doloroso, especialmente cuando hay situaciones que marcan tu vida.

Valoro el arrojo de desnudar la ansiedad, angustia, tristeza y las emociones “negativas” y con ello cuestionar el sistema de productividad y social que se nos ha impuesto ante el cuidado de la ternura y empatía.