«Me gustó muchísimo. Me encanta la capacidad que tiene de poner patas arriba la idea que tenemos de realidad». JUAN JOSÉ MILLÁS
Con laagudeza y laeleganciacaracterísticas desu grantalentoliterario,Argüello relataenestaspáginas, convisionarialucidez,elorigen y laconsolidación, lascontradicciones y lasincongruencias delrocambolescocamino quenos hallevado aconstruirunafantasía tanprodigiosacomo «larealidad». Y, almismotiempo,nosinvita amirarhaciaelfuturo paraexplorarlosdesafíos alos quenosenfrentamoscomo humanidad.
La realidad es un invento relativamente reciente. Desde tiempos inmemoriales han sido las mitologías que cada cultura ha construido —las ficciones que nos hemos ido contando— las encargadas de dar forma a eso que llamamos «realidad». Hoy es el propio relato científico el que nos está obligando a replantearnos su existencia. Y si descorremos ese velo, ¿qué es lo que hay detrás?
Historia, filosofía, música y matemáticas —así como la impronta de las narraciones y el poder creador de la palabra— se entrelazan magistralmente en este ensayo para desvelar la trama que construye nuestra idea del mundo, para acercarnos a la singularidad de la vida y la conciencia, para explicarnos el nacimiento de la ciencia, la revolución cuántica, el advenimiento de la inteligencia artificial y las relaciones que se establecen entre todos estos fenómenos y las diversas formas de espiritualidad.
Javier Argüello es escritor, Licenciado en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires, con estudios de guión, teatro y teoría musical.
Dentro de sus publicaciones se encuentran "Siete cuentos imposibles", "El día que me quieras, antología de tangos" y "Los mejores poemas de amor, antología romántica de Pablo Neruda".
Premios Fuera de servicio, 1996, guión de cortometraje. Premio del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina. Financiación del proyecto. Fuera de Servicio, 1997, cortometraje 35mm (guión y dirección): Primer premio en la categoría de debutantes, Festival Internacional de San Petersburgo, Rusia; Mención de honor en el festival organizado por la New School, Nueva York, EE.UU; Premio del jurado en el Festival Internacional de Cartagena de Indias, Colombia. Volver a verla, relato. Primer premio en el concurso de relatos Paula, 2000, Santiago de Chile. Jurado presidido por el escritor Enrique Vila-Matas. Siete cuentos imposibles, Lumen 2002. Nuevo talento Fnac, verano 2002.
«A día de hoy tenemos sobradas evidencias de que el universo no funciona con las proporciones puras que pedía Pitágoras ni con la lógica mecanicista que fija el método científico. Sin embargo, nuestros prejuicios, nuestros conservadurismo y nuestro ancestral temor a abandonar la senda de lo conocido hacen que sigamos confiando en un sistema que se nos está quedando pequeño sólo porque no sabemos cómo ir más allá. La fantasía de la precisión y de la claridad analítica nos sigue seduciendo como el flautista de Hamelín, obligándonos a seguir presos de un esquema objetivo, racional y matemático del mundo, aun cuando nuestra propia ciencia nos está demostrando que no es ése el modo en que se comporta la realidad».
antes de nada: si lo que buscas es un libro analizando desde una visión filosófica la inteligencia artificial esto no es lo que vas a encontrar, pero eso no le resta valor
un repaso fascinante por la historia del pensamiento ontológico y cosmológico, del mito a la cosmologia científica que ahora mismo nos gobierna, pasando por el pensamiento filosófico en todas sus etapas.
una clase intensiva de filosofía que aporta conexiones profundas y busca una visión con más perspectiva de la historia del pensamiento respecto a qué es la realidad
ha sido fascinante leerlo, aunque considero que el editor brilla por su ausencia en la segunda parte del libro: se habla de conceptos que no se explican anteriormente, encuentras parrafos con ideas repetidas y acabas siempre volviendo a lo mismo. incluso en ocasiones me pregunté si no seria una ia la que habria escrito esa ultima parte.
venía buscando una reflexión sobre el uso de la inteligencia artificial y aunque no he encontrado ninguna conclusión respecto a eso el texto es mucho más interesante de él lo que podría a ver esperado
Libro breve. A ratos sencillo, a ratos, complejo. Voy por la mitad. Esa primera parte intenta explicar que la realidad es un constructo humano y lo argumenta partiendo de un análisis que va desde el concepto de mito hasta la física cuántica. Yo lo estoy disfrutando. También os digo que este tema es como la piruleta en la puerta del colegio. Que me daría igual que quien me la diera fuera un secuestrador de niños, que yo me iba con él. De hecho, ya estoy en esa furgoneta con lunas tintadas. Y el desconocido me susurra “ven” y yo lo dejo todo.
Seguimos. ________________
Aquí el segundo:
Segunda parte del libro en el que el autor no sabe cómo continuar y se enreda una y otra vez en el mismo concepto. No hay avance. Llega a una conclusión procedente del primer bloque del libro -que ya se había propuesto en esa primera parte- y repite y repite la misma idea. Se debilita el libro. Lástima.
Navegamos tiempos de muchas incertezas donde tendemos a asumir que no podemos explicar lo que está pasando porque los conceptos con los que contamos son insuficientes, se ven desbordabos por la complejidad del mundo. Según esta forma de pensar, el problema es que las categorías mentales que conformamos para entender nuestro alrededor necesitan de desarrollar nuevos elementos para dar con las causas de lo que está ocurriendo. En breve, la razón necesitaría de extender su despliegue. En este breve y cautivador librito Argüello se encarga de dar vuelta este argumento. El diagnóstico que hacemos va en dirección opuesta. No es que tengamos que duplicar nuestros esfuerzos intelectuales para volver a una conciencia con certezas, sino abrazar la oscuridad, lo oculto, lo indescifrable, pues en este espacio se conformaría la realidad. El ensayo "El día en que inventamos la realidad" es una férrea defensa a la vida espiritual, a las conciencia revelada, de las verdades intuitivas e imaginativa. Sin dudas, una obra que entrega un sendero hacia el que como humanidad hace falta dirigirnos.
Documentado de interesantes hallazgos de la mecánica cuántica, historia de las ideas y una que otra referencia de la cultura popular, el libro sostiene la tesis de que la realidad no hay que entenderla a modo mecánico, desanclado de la conciencia, como un lugar objetivo exterior a nuestro conciencia. La realidad es conciencia porque el mundo también lo es. La realidad es un evento, una relación que se aparece en cuanto la conciencia y el mundo conectan. La forma primigenia se manifiesta una vez que sufre de una observación, conformando con ello lo real.
La alternativa, dice Agüero, es hacer de la ficción nuestra lanza. No es falta de explicaciones causales lo que nos tiene perplejos, es la falta de sentido. El sentido se alcanza solo mediante la elaboración de una interpretación comprensiva de la realidad. Eso está presente en la literatura, en la música, en el arte. Toda actividad espiritual nos permite vincularnos con lo que está más allá del conocimiento racional aparente, elaborando pensamientos que nos hacen comprensibles las cosas.
El libro propone un recorrido ambicioso: pensar la conciencia desde el origen del universo hasta la inteligencia artificial. Sin embargo, a pesar de lo interesante del planteo, la lectura se vuelve densa y repetitiva.
Hay ideas y ejemplos que se repiten demasiadas veces —como el caso de “los poetas echados de la ciudad”, que aparece fácilmente entre siete y nueve veces en un texto de apenas 180 páginas—, lo que genera cansancio y hace que uno, inevitablemente, empiece a saltear párrafos. Pero al hacerlo, se pierde el hilo de la argumentación, ya que el autor no sigue un esquema claro.
Por momentos el libro parece querer ser de divulgación (como sugiere el título y el modo en que se presenta), pero en otros pasajes se enreda en formulaciones demasiado complejas y filosóficas, que dificultan su comprensión.
En definitiva, la propuesta es interesante, pero la falta de estructura y la repetición constante hacen que la lectura se sienta más confusa de lo que debería.
Cuesta hablar mal de un libro que ha escrito alguien que es muchísimo más inteligente que uno y realmente es un trabajo divulgativo estupendo sobre la consciencia (en el sentido que plantea más preguntas que respuestas, y da mucho en qué pensar), pero está escrito de una manera tan tramposilla...
Repite cada idea hasta la extenuación, hasta el punto de que hay bastantes párrafos que parecen escritos dos veces, uno tras otro.
No he parado de acordarme cuando en el cole poníamos la definición de la enciclopedia Larousse y la de la Encarta para llegar al mínimo de páginas que pedía el profesor.
Chiste vergonzoso: Este libro es un artículo de El País Semanal con esteroides.
Hay que situarse en contexto. Es difícil dejar toda una formación y cultura pensando de forma no racional. Igualmente, considero al ser humano totalmente emocional, y veo el raciocinio como una herramienta. Se me hace muy difícil separar mi cuerpo de mi conciencia. Aún que pertenezca a una conciencia superior. Y en cuanto a los ceros y unos, no los puedo poner en una frialdad absoluta, lejos de la conciencia. Cómo tampoco considerar al ser humano en un plano superior. En fin, su lectura es muy recomendable.
Asociaciones sorprendentes, reflexiones inteligentes, desarrollo apasionante y conclusiones fascinantes. Lejos de poder comprobar nunca si las afirmaciones que aparecen en este libro son reales o no, me parece un ensayo muy interesante y un buen ejercicio para abrir la mente. Javier Argüello expone de manera brillante unas ideas bien documentadas que rompen los esquemas de lo que consideramos realidad.
Excelente mirada sobre lo que es ser humano y que es la realidad
Una mirada alineada con las creencias orientales de que la conciencia es anterior a la vida. Nosotros como humanos percibimos conciencia, no ee que tenemos conciencia. La ciencia es una parte del rompecabezas que explica el universo y nos hemos empecinado en negar la parte no medible. Buena lectura para empezar a pensar diferente sobre lo que nos hace humanos.
Leer este libro me hizo sentir bien. Me conectó. Me motivó. Me quitó ansiedad en medio del ruido de la IA. Me entretuve con una discusión filosófica explicada con claridad y simpleza. Me acordé de mi humanidad. Me motivé porque me sentí más humano, como dice el autor, en un tiempo en que nos hemos mecanizado, en que solo queremos igualarnos a lo que hacen las máquinas, y hemos empezado a olvidarnos de lo poderoso que significa ser seres humanos, de participar en una realidad que es infinita.
Le sobran 140 de las 200 páginas que tiene. A partir de ahí se repite y repite y repite.
La idea de la que parte es interesante pero se queda en eso, en una idea, sin apenas desarrollo. Como en algún párrafo del libro comenta, me ha parecido "sin alma".
Me quedo con sus cuentos cuánticos, que esos sí me gustaron, mucho.
Un tema interesante, pero una forma de exponerlo muy repetitiva y que llega a pocas conclusiones.
Mis reflexiones favoritas del libro: la realidad es un constructo, la ciencia explica mucho pero no todo es ciencia y no debemos olvidar la espiritualidad innata al ser humano.
Me encanta el planteamiento, que se plantea preguntas. Me ha costado más estar de acuerdo con las tesis finales, donde propone seguridades que están faltas, a mí juicio, de fundamentación, se hace más precisa la fe, aunque no sea religiosa
Es este un libro de ficción o de no ficción? Muy linda joyita, con mucha información académica simplificada para el lector promedio y muchos datos curiosos que me hicieron abrir la cabeza. Gracias, Javier!