"Es un ejemplo de cómo sería un viaje por la noche" es una colección de ensayos y crónicas sobre la ciudad donde el autor recuerda películas, lugares y música de su infancia y las discute y las compara para hacernos saber lo relevante que siguen siendo en nuestro entorno.
Muy buen libro donde el autor nos lleva a través de historias cotidianas que le sucedieron pero en vez de centrarse en el suceso se enfoca en los detalles del suceso, en la atmósfera, en aquello que no es notorio pero que nos habla todo el tiempo y que solo lo percatamos si en medio de todo nos detenemos a observar, a escuchar, y a dejarnos llevar por los recuerdos, las emociones y las reflexiones que evocan. De esta manera el autor nos cuenta una parte de él que es honesta, profunda y en ocasiones ligera o graciosa.
Me lo eché en una sentada. Estas viñetas de la vida presente y pasada del autor se sienten honestas, libres de pretensión, no queriendo más que decir lo que tiene que decirse.
Me gusta que habla sobre cosas viejas, cosas que tienden a olvidarse, cosas pasadas por alto. Parece un elogio discreto de la sencillez con que veíamos todo siendo niños.
Bellísima redacción y escritura. Cada capítulo es una historia, una experiencia que el autor vivió en Monterrey. Me encanta que a través de su narración, Alejandro te hace creer que tú lo estás viviendo también.
Lo extraordinario está, quizá oculto, pero ahí está: en las calles, en un cajón de estacionamiento, en una partida de ajedrez, en un maletín café y hasta en una pulsera que fue un regalo. Una serie de crónicas y pequeñas historias nos adentran a la mente de alguien que a simple vista es callado, pero que está más despierto que nosotros, mirándolo todo. Aunque me pareció que en conjunto es mucho más sólido de atrás para adelante, es un libro ideal para reflexionar, para cuestionarte como lector y como protagonista de tus propios detalles. Un libro corto ideal para salir del bloqueo lector o iniciarte en el hábito de la lectura.