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L’Établi

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L’Établi, ce titre désigne d’abord les quelques centaines de militants intellectuels qui, à partir de 1967, s’embauchaient, “ s’établissaient ” dans les usines ou les docks. Celui qui parle, ici a passé une année, comme O S. 2, dans l’usine Citroën de la porte de Choisy. Il raconte la chaîne, les méthodes de surveillance et de répression, il raconte aussi la résistance et la grève. Il raconte ce que c’est, pour un Français ou un immigré, d’être ouvrier dans une grande entreprise parisienne.
Mais L’Établi, c’est aussi la table de travail bricolée où un vieil ouvrier retouche les portières irrégulières ou bosselées avant qu’elles passent au montage.
Ce double sens reflète le thème du livre, le rapport que les hommes entretiennent entre eux par l’intermédiaire des objets : ce que Marx appelait les rapports de production.

180 pages, Pocket Book

First published January 1, 1978

20 people are currently reading
571 people want to read

About the author

Robert Linhart

8 books6 followers
Politician, sociologist and philosopher.

Former student of the Lycée Louis-le-Grand and the École normale supérieure (promotion 1963 Letters), doctor of state in sociology, he was a lecturer in the philosophy department of the University of Paris VIII.

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6 (1%)
Displaying 1 - 30 of 52 reviews
Profile Image for Rosalie Lemieux.
60 reviews3 followers
February 2, 2025
1 ⭐️ Linhart dresse un portrait immersif de la réalité quotidienne du travail à l’usine et de la condition ouvrière. Il dépeint avec efficacité la souffrance, l’épuisement et l’impuissance des ouvriers. Ce livre est objectivement bien écrit et subjectivement très ennuyeux. Néanmoins, en tant que témoignage d’une époque et d’un contexte social précis, il demeure une œuvre précieuse, ce qui me pousse à reconnaitre la valeur du travail de l’auteur.
Profile Image for Salomé.
352 reviews37 followers
August 18, 2024
C’est un véritable BANGER ce livre !!! Quelle claque ! Pas que je méconnaissais le travail des ouvrier•ères dans les usines, mais j’ai trouvé le livre si puissant !! C’est moins poétique que le livre de Joseph Ponthus et pourtant j’ai trouvé l’écriture plus chaleureuse, plus adelphe : ici, Robert Linhart montre la solidarité entre les ouvrier•ères (enfin surtout les ouvriers, les ouvrières sont moins mentionnées, peut-être la seule chose qui manque), ce feu qui les anime, qui les regroupe, qui les font continuer. La prose est claire, limpide, on EST dans l’usine, dans ce travail impitoyable et destructeur et pourtant aucun pathos, aucun misérabilisme, aucun mépris de ce gars militant intellectuel pour ses camarades. Et au détour d’une phrase, des coups de poing (métaphoriques) militants : Robert Linhart dit les termes.

« L’usine est conçue pour produire des objets et broyer des hommes. »

J’ai adoré.
Profile Image for El Tapiz de Fionavar.
124 reviews
October 26, 2020
Increíble, conmovedor, una cruel etnografía de la fábrica y de la voracidad del capitalismo sobre los cuerpos y las mentes de lxs trabajadorxs automotrices.
Profile Image for flora_fleurdeschamps.
26 reviews
February 5, 2025
1,5⭐️
Roman d’université: J’ai apprécié le côté rébellion, grève, battons nous pour nos droits et tout ça. Toutefois, c’était beaucoup beaucoup beaucoup dans la description et c’était donc ennuyeux pour moi. C’est certain que je suis habituée de lire des trucs comme Fourth Wing. La comparaison est donc frappante. C’est lu et c’est ce qui compte.
Profile Image for alternBRUNO°°.
408 reviews13 followers
February 4, 2019

El texto de Robert Linhart se sitúa a medio camino entre una investigación antropológica de observador-participante y una obra literaria de 1979 sobre la industria y la condición obrera en 1968 a partir de una experiencia de trabajo en la fábrica de Citroën de Choisy. En 205 páginas relata las vivencias de un universitario que se "establece" al interior de una fábrica, tanto para conocer de cerca las inquietudes de la fuerza laboral, como para entender cuál es la situación de estos actores sociales. El libro es, al final, una mirada desde adentro, desde el corazón mismo del drama social que supone ingresar y mantener el ritmo de trabajo en una industria tan demandante como la vehicular.

El primer capítulo está dedicado a lo que vivió el primer día de trabajo en la cadena de ensamblado, en el área de soldadura. Rememora su rápida y pueril entrevista de trabajo que precedió a la contratación y los horarios establecidos dentro de la fábrica: 10 minutos de descanso a las 8 de la mañana y 45 minutos para comer. Describe un sistema de discriminación racial para negros, árabes, inmigrantes europeos y la cima para los franceses (aunque posean pocas o nulas habilidades para el trabajo manual). Tras ser nefasto para el uso del estaño es enviado en el siguiente capítulo a otro puesto.

En el segundo capítulo habla de la jerarquía de los jefes y cómo éstos se dirigen a los obreros como si fueran cosas. Instalado en la colocación de marcos para las ventanas, pero demostrando nuevamente poca eficiencia y proactividad para esto, es enviado al taller de vestiduras. El trabajo aquí es sencillo, sólo se trata de vestir los asientos. Tras caer enfermo y ser mandado a casa tres días con incapacidad, es reemplazado en ese lugar y movido a otro lugar de la empresa. Su cuarto trabajo son los balancines donde tiene que revisar que las piezas estén en buen estado y sin imperfecciones. Para ese entonce el autor se ve a sí mismo como un eslabón de la cadena, como un engranaje más sin identidad atrapado en la glorificación de la máquina.

Se reconceptualiza el mundo laboral en el tercer capítulo, cuando se comienza a organizar la resistencia. El autor menciona el miedo en tres niveles: el miedo de la vigilancia explícita (jefes, capataces, ajustadores), la implícita (el sindicato amarillo, los espías de los jefes) y el miedo a no salir de ese trabajo, a la reclusión de sí. Tras el anuncio de una "recuperación" en donde la jornada se aumenta a 10 horas, se organiza un Comité de base" que pretende para las labores a las 5 en punto. La huelga está esbozada como proyecto, pero al final del capítulo es algo palpable y latente.

Justo así se llama el cuarto capítulo: La Huelga. Aquí se hace una cronología de lo que sucede con el comité de base. El primer día 400 hombres paran las labores para sorpresa de la administración que poco puede hacer. Para el segundo día, tras el hostigamiento de los superiores y los "intérpretes" o gente que amenaza a los inmigrantes, se detienen las labores con 300 hombres. Para el miércoles o el tercer día de huelga, tras un ataque a los repartidores de panfletos y una serie de llamados individuales que amedrentan a los hobreros por parte de los capataces, quedan 250 huelguistas que cesan sus labores. El jueves y último día de huelga (de esa semana, porque los viernes salen temprano hay sólo 200 huelguistas y se cumplen ciertas amenazas por lo que obreros quedan sin lugar de residencia. La segunda semana es crítica, el lunes sólo hay 100 obreros que se rehúsan a seguir después de las 5, pero la empresa logra cubrir los huecos dejados, por lo que la producción sigue inexorablemente. El autor enfrenta el exilio, esto es, ser enviado a una oficina con empleados a punto de jubilarse, con un ambiente gris y monótono.

Hallamos en el quinto capítulo un recuento de sus amistades, de cómo se desmanteló el comité de base y cómo fue la empresa consiguiendo la manera de deshacerse (laboralmente) uno a uno de los empleados que ocasionaban problemas. Describe las situaciones individuales de algunos de sus compañeros tras ser cepillada la huelga y de cómo él mismo se vuelve indiferente ante su situación, abandonado en ese trabajo lejos del gran centro de actividad laboral.

El sentimiento del mundo o el sexto capítulo versa sobre cómo el autor regresa a la fábrica en un puesto de castigo. Bajo la tutela de un ajustador inhumano y aliado del sindicato amarillo, se dedica a transportar las cajas de coches a medio armar al siguiente eslabón de la producción. Hace una breve descripción del proceso de armado de un coche: el arribo de muchas piezas, la prensa de otras y la construcción del esqueleto, la soldadura de piezas, la sección de pintura y por último la prueba y el arrastre que desemboca en el almacenamiento y la venta. Conoce a un empleado que sigue deteniéndose a las 5, pero que nunca formó parte de los instigadores, lo ve como una consecuencia y un compañero de lucha a pesar de que tienen diferencias religiosas.

Para su séptimo trabajo dentro de la cadena, el séptimo y último capítulo, llamado "El Banco de trabajo". Ahora el autor regresa al taller de soldadura como asistente del guinchero, o el que engancha los coches para seguir su camino en la cadena. Tras el inicial desagrado del autor con el guinchero, fija su atención en Demarcy, un empleado que ha adaptado su banco para cubrir las necesidades y variaciones de su trabajo: reparar puertas abolladas. Cada vez que tiene que reparar una, ajusta el banco acorde a la puerta en cuestión. Aquí se introduce el tema de la organización del trabajo, toda una ingeniería de la eficiencia y la optimización. Dado el cercano cierre de la fábrica, se ha diseñado toda una evaluación de las condiciones sobre las que se realiza el trabajo, así como un análisis de resultados para mejorar la producción. Es en este marco donde el banco de Demarcy es reemplazado por uno nuevo, al que le cuesta trabajo adaptarse y que reduce su productividad en una tercera parte. Frente a gente de la compañía, el trabajo de Demarcy es juzgado por su ineficiencia, cosa que marca la pauta de su trabajo posterior (aunque le regresan su banco original), lleno de miedo e inseguridad. Al final de este capítulo el autor es despedido de la compañía bajo el argumento de "Reducción de Personal". Incluso intenta, sin éxito alguno, la vía legal. El libro termina cuando el guinchero le confiesa que le ofrecieron dinero para provocar una pelea con él y que lo corrieran. El guinchero dice que no quería esa clase de dinero y el autor cierra diciendo que ese personaje también es clase obrera.

La obra tendría que ser planteada desde la Francia de finales de los 60, por un lado, y como el trabajo antropológico que realiza Linhart por otro. Es rescatable la manera en la que se retratan las maneras de enajenación y las relaciones de poder que suceden todos los días dentro de una fábrica. Pero no sólo eso, sino también que recupera la parte subjetiva de la identidad en lo cotidiano, creada en la práctica. En este rápido resumen y repaso no se hizo hincapié en los personajes secundarios, pero es cierto que había un tinte de multiculturalidad que tendría que plantearse en ellos, porque la planta de la fábrica está compuesta en su mayoría por inmigrantes y dialogan entre ellos. La manera de cruzar, a través del trabajo, el estilo de vida y el dinero impregna todo el libro y, si bien es una mirada de alguien del ámbito académico que se inserta en un contexto de práctica laboral, habría que preguntarnos las posibilidades para la ciencia social de incurrir en la novela como recurso de investigación. El tema central de la explotación del trabajador además, no es nada ajeno a nuestro panorama nacional. Sobre todo en estos tiempos donde han ido lentamente desapareciendo los sindicatos, las jornadas han cambiado, se han reformulado y reformado las leyes. En resumen, si el texto refleja la identidad de un francés académico que se vuelve obrero temporalmente en 1968, ¿cuál es la identidad de un mexicano que vive la industria moderna en pleno siglo XXI?
Profile Image for StephenWoolf.
731 reviews22 followers
August 21, 2022
Un intellectuel chez les prolétaires. Linhart, Maoiste, fait partie des ces intellectuels qui vont au charbon partager les conditions de la classe ouvrière et tenter d'organiser des grèves et révoltes après 1968. Il mentionne les prêtres ouvriers (j'avais lu un BD ou entendu un reportage -cette précision- sur une moniale ouvrière qui avait été caissière et déléguée syndicale... des rôles intéressants que j'aimerais creuser un jour. Il me semble que JP II s'en est débarrassé).
Une analyse de l'aliénation et du rapport au temps induit par cette organisation du travail. Certain·es reprochent au livre d'être caricatural mais ont-ils travaillé comme Linhart l'a fait ? Je ne pense pas (et moi non plus). Ca me semble facile de se dire que les rapports sont moins manichéens qu'il n y paraît si on travaille dans un bureau avec un management qui travaille à se rendre invisible et cool. Pour avoir été secrétaire (brièvement), je sais ce que c'est que d'être en bas de l'échelle, déconsidérée et fatiguée par une journée inintéressante (je n'ai jamais regardé Plus belle la vie qu'en rentrant d'1h30 de RER : je n'était pas bonne à grand chose d'autre). Et on est d'accord, je ne travaillais pas de mes mains (enfin, je claviotais beaucoup).
Des personnages qui apparaissent aussi : ce jeune breton qui passe le WE à tricoter au lit avec sa copine parce qu'ils n'ont pas d'argent et qu'il fait froid, Primo avec ses vêtements impeccables, Mouloud qui accomplit un travail d'orfèvre de la soudure, Demarcy qui s'est bricolé un travail intéressant à force de compétences et que l'organisation du travail vient saccager....
Les arrangements que chacun·e fait pour arriver à un peu de liberté et ne pas devenir fou/folle (celle qui travaille vraiment bien et qui semble se faire à ce rythme trompeusement lent, c'est précisément la folle).

Ce classement racial des ouvrier·es : les blancs commencent OS2 mais les noirs ne seront jamais plus que M1, les arabes, M2. Je retrouvais ça dans le sociorama consacré au BTP.
Profile Image for Ernesto Priani saiso.
76 reviews2 followers
January 2, 2014
Leí el libro por casualidad. Se lo dejaron leer a uno de mis hijos en la escuela y hace dos días que no tenía nada que leer a la mano,lo tomé y comencé a leerlo. Es una historia breve, una experiencia de un estudiante francés que entra a una fábrica a trabajar para hacer trabajo político. La narración es fácil y ágil, y nos muestra la reflexión de un intelectual frente sin romanticismo ni heroismos, que intenta sumarse al proletariado para cambiar el mundo, tras mayo de 1968. Sin duda, un libro magnífico.
Profile Image for Emil.
76 reviews1 follower
April 29, 2023
Un livre énorme qui je pense me marquera longtemps, très. D'une force littéraire et sociétale non réfutable. Le livre est beau. Mais il décrit l'usine. La notre (comprendre : notre monde). L'homme asservi par la machine. L'homme est machine. Qui elle, dirige. Le livre est froid, tranchant, mais il brûle. Comme le fait le métal.

Tout ce que je viens d'écrire est d'une platitude, les mots ne sont pas assez puissants pour ce livre. Que j'offrirai et dont je parlerai à tous, dont il faut parler à tous.
Profile Image for Romain.
934 reviews58 followers
April 24, 2023
Un intellectuel à l’usine, Robert Linhart, normalien, sociologue s’est fait embaucher dans une usine des 2 CV en 1968 en passant sous silence ses diplômes – le livre a été publié en 1978. Son objectif était double: dénoncer les conditions de travail aliénante de la chaîne et contribuer à la révolte. Ces conditions de travail se traduisaient par la répétition du même geste 10 heures par jour sous la pression de la chaîne qui avance impitoyablement ou sous l’injonction des quotas (boni) à respecter. C’est l’époque en France de la main d’oeuvre corvéable à merci issue de l’immigration. Il montre comment cette population plus vulnérable est littéralement exploitée. La direction a sous la main des employés d’autant plus dociles qu’ils savent qu’un faux pas leur vaudra plus qu’un licenciement, un retour au pays et donc la fin du financement de leur famille.

Et ce point nous amène au second volet de ce livre, la lutte contre cette exploitation et contre les méthodes de la direction. Robert Linhart ne se contente pas d’être observateur, il tente d’organiser le soulèvement de l’intérieur, tel un agent infiltré. Il fait alors face – et décrit très bien – les techniques – très élaborées – employées par la direction pour casser les grèves et les débrayages: intimidation, menace, humiliation, punition et corruption. Bref, dans ce registre, une inventivité à toute épreuve. Ce livre a 45 ans, mais reste pertinent à lire, il vient d’ailleurs d’être adapté au cinéma. Certains de ses thèmes sont encore d’actualité en France comme les retraites.
Il passait son temps à me démontrer avec force calculs l’opération ingénieuse de cumuls de congés payés et de gratifications exceptionnelles qui allait lui permettre de partir à la retraite à soixante-quatre ans et six mois seulement.


Mais d’autres sont peut-être moins prégnants car ils se sont déplacés géographiquement vers des pays où la population est encore plus vulnérable et donc exploitable. Je pense à Florence Aubenas qui s’est glissée dans la peau d’une femme de ménage et a raconté son expérience dans Le quai de Ouistreham ou encore à Joseph Ponthus qui a tout simplement partagé son expérience du travail dans les usines de poissons et les abattoirs bretons dans À la ligne.

Également publié sur mon blog.
4 reviews7 followers
July 24, 2021
Dans les années 60, un mouvement gagne les sphères étudiantes, mouvement que l'on appellera "l'établissement". Il s'agit pour ces jeunes intellectuels d'abandonner leurs livres et leurs bibliothèques pour entrer à l'usine et se mêler au labeur des ouvriers. Le roman raconte l'expérience d'un de ces intellectuels, un de ces "établis", engagé dans une usine Citroën. On y voit les difficultés qu'il doit surmonter pour supporter la cadence implacable de la chaîne, mais aussi les personnages qu'il y rencontre : entre immigrés yougoslaves et algériens, contremaîtres et petits patrons, des réseaux d'entraide se construisent tant bien que mal. Le style accessible et efficace de Linhart, lui-même membre actif de ce mouvement, réussirait presque à donner à cet enfer un air de poésie...
Profile Image for Zora.
14 reviews
June 28, 2025
une forte envie de faire la révolution ou comment mieux comprendre les grèves des ouvriers
Profile Image for Noémie.
27 reviews
March 16, 2025
très enrichissant et intéressant, important pour comprendre la lutte des classes, la répression, la difficulté voir l'impossibilité de gagner face au patronat, à la bourgeoise et ses méthodes qui finissent toujours par être violemment et injustement victorieuses,

peinture du travail à la chaine, du monde des usines et des ouvriers plus largement, le plus intéressant et le plus émouvant c'est surement cette solidarité de classe à toutes épreuves, malgré les fossés apparents qui séparent les différents personnages

ces personnages qui n'en sont pas, d’où l'importance du livre, comprendre une réalité insupportable à lire tant elle est injuste, alors on peut pas s’empêcher de se demander ce que ça doit être de la vivre

le portrait intime de tous ces ouvriers, même ceux qui ne se lient pas d'amitié avec le protagoniste, même ceux qui ne militent pas, c'est de loin l'aspect le plus touchant du livre

j'ai bcp aimé la résistance individuelle qui apparaissait chez chacun, puis chez certains seulement, après l'inévitable échec de la résistance collective, la grève.

le rapport au temps qu'a l'ouvrier dans le travail d'usine est glaçant, angoissant même, le livre retranscrit très bien ce sentiment du temps qui s'échappe, absorbé par le travail et le patronat, le temps à gagner, grappiller une minute ou deux en s’avançant, et surtout l'aliénation du travail qui rend impossible tout temps libre, une fois rentré chez lui l'ouvrier ne peut même pas profiter de ce temps tant recherché, il pense aux machines, tousse l'odeur toxique des machines, souffre physiquement du travail passé avec les machines, bref il n'a plus rien, le travail lui a tout pris

"Dans leur regard, je reconnais l’angoisse du temps qui s’écoule et dont ils ne peuvent rien faire, la sensation douloureuse de chaque minute perdue qui les rapproche du vacarme de la chaîne et d’une autre semaine d’épuisement."

"À cet égard, le vestiaire me fascine. Il fonctionne comme un sas et, tous les soirs, une métamorphose collective spectaculaire s’y produit. [...] Oui, c’est un sas, entre l’atmosphère croupissante du despotisme de fabrique et l’air théoriquement libre de la société civile. D’un côté, l’usine : saleté, vestes usées, combinaisons trop vastes, bleus tachés, démarche traînante, humiliation d’ordres sans réplique (« Eh, toi ! »). De l’autre, la ville : complet-veston, chaussures cirées, tenue droite et l’espoir d’être appelé « Monsieur »."

"La seule vraie différence avec mes camarades d’usine – parmi lesquels se trouvent bon nombre d’ouvriers improvisés venus des campagnes ou d’autres pays –, c’est que moi, je pourrai toujours reprendre mon statut d’intellectuel. Je vis ma peine comme eux, mais je reste libre d’en fixer le temps. Je ressens très vivement cette différence, comme une responsabilité particulière. Je ne puis l’effacer. Quelle que soit la répression, elle ne m’atteindra jamais aussi durement qu’eux."

"Nous briserons les murs de l’usine pour y faire pénétrer la lumière et le monde.

Nous organiserons notre travail, nous produirons d’autres objets, nous serons tous savants et soudeurs, écrivains et laboureurs. Nous inventerons des langues nouvelles. Nous dissiperons l’abrutissement et la routine. Sadok et Simon n’auront plus peur. Une aube jamais vue.

Blafarde et froide, l’aube de février, la vraie, coupe le rêve. Il faut y retourner. Une seule pensée, dans mes mouvements pâteux : ce soir, cinq heures.

Mardi 18 février.

L’usine est conçue pour produire des objets et broyer des hommes. "

"Seul un vieil ouvrier me parlait parfois. Son visage sillonné de rides paraissait converger vers une bouche tombante, amère, qui parfois souriait en un vague rictus. Un corps maigre, flottant dans une combinaison de toile grise serrée à la taille par une ceinture entortillée. Albert n’avait plus qu’une occupation vraiment importante : compter les jours qui le séparaient de la retraite. Et, bien sûr, il ne me parlait presque que de cela, rêvant à haute voix d’un avenir idyllique de pavillon de banlieue, de géraniums, de petits jardins symétriques et de matins silencieux. Il passait son temps à me démontrer avec force calculs l’opération ingénieuse de cumuls de congés payés et de gratifications exceptionnelles qui allait lui permettre de partir à la retraite à soixante-quatre ans et six mois seulement. « C’est un peu normal », ajoutait-il comme pour s’excuser de ce privilège, « en trente-trois ans de présence chez Citroën, je ne me suis jamais mis aux assurances. Non, non, jamais malade ! » Plus que deux mois à faire : il voyait le bout.

Son autre sujet d’enthousiasme était la réussite sociale de son fils, devenu agent de police. « Tu comprends, il ne touche jamais rien de ses mains. Il travaille en gants blancs. Le soir, pour se mettre à table, il n’a même pas besoin de se laver les mains ! »

Tout me séparait d’Albert et j’avais pourtant l’impression de le comprendre. Le souffle minuscule d’une vie dans ces jours sans histoire du dépôt Panhard.

(Quelques mois plus tard. J’ai quitté le dépôt depuis assez longtemps déjà. Je rencontre par hasard quelqu’un qui y travaille :

« Alors, comment ça va, rue Nationale ?

— Toujours pareil.

— Et le vieil Albert ? Il l’a prise, sa retraite ?

— Ah, tu n’étais pas au courant ? Oui, il est parti à la retraite. Et un mois après, tout juste, il est mort. Crise cardiaque, à ce qu’il paraît… »

Image fugitive : un vieil oiseau qui a toujours vécu en cage. Un jour, on finit par le lâcher. Il croit s’élancer, ivre, vers la liberté. Mais il ne sait plus. C’est trop fort, trop neuf. Ses ailes atrophiées ne savent plus voler. Il s’effondre comme une masse et crève en silence, juste devant la porte enfin ouverte de la cage.

Le corps d’Albert avait été programmé pour soixante-cinq ans de vie par tous ceux qui l’avaient utilisé. Trente-trois ans dans la machine Citroën : le même réveil à la même heure chaque matin, sauf dans les périodes – toujours les mêmes – de congé. Jamais malade, jamais « aux assurances », disait-il. Mais un peu plus usé chaque jour. Et la stupeur d’arriver en fin de course : le silence du réveil qui ne sonnera plus jamais, le vertige de cette oisiveté éternelle… C’était trop)."

"Puis il me dit, d’une voix douce, soudain différente (et, du coup, je me mets à l’écouter, lui, et j’oublie la chanson du juke-box et les sons de la brasserie) :

« Tu sais, notre grève, ce n’est pas un échec. Ce n’est pas un échec parce que… »

Là, il s’arrête, il cherche ses mots.

« … parce que nous sommes tous contents de l’avoir faite. Tous. Oui, même ceux qui ont été forcés de partir et ceux qu’on a mutés sont contents de l’avoir faite. Les ouvriers de Choisy que je rencontre disent que, maintenant, les chefs font plus attention. Il y a moins d’engueulades. Les cadences ne bougent plus depuis la grève. La direction a pris la grève au sérieux, comme un avertissement. On s’en souviendra longtemps, tu sais. On en parle même dans les autres usines Citroën. Ceux de Choisy disent maintenant : “Nous, à Choisy, on a montré qu’on ne se laisse pas faire.” Cette grève, c’est la preuve qu’on peut se battre dans les boîtes les plus dures. Il y en aura d’autres, tu verras… »

Il dit : « … dans les boîtes les plous dourres… tou verras… »

Je pense, en l’écoutant, que j’aime son accent, et cette force qui le maintient rigide, invaincu. Je pense à la Sicile et aux prolétaires venus jusqu’ici depuis les terres brûlées du Sud. J’ai un peu moins froid, mais je reste sceptique.

Pourtant, il a raison.

Des mois plus tard, et des années plus tard, je rencontrerai au hasard d’anciens ouvriers de Choisy, qui, tous, me parleront de la grève et du comité, et me diront combien le souvenir en est resté vivant, à Javel, à Levallois, à Clichy, sur les immenses chaînes de montage des DS et dans l’insupportable chaleur des fonderies, dans les vapeurs nauséabondes des ateliers de peinture et dans les crépitements d’étincelles des ateliers de soudure, partout où, notre usine une fois fermée, on a muté ses ouvriers. Rien ne se perd, rien ne s’oublie dans la mémoire indéfiniment brassée de la classe ouvrière. D’autres grèves, d’autres comités, d’autres actes s’inspireront des grèves passées – et de la nôtre, dont je découvrirai plus tard la trace, mêlée à tant d’autres…"
193 reviews12 followers
January 19, 2012
L'établi est un livre important, montrant que Florence Aubenas n'a rien inventé avec Quai de Ouistreham . L'établi est un témoignage sur la vie en usine écrit par Robert Linhart, un leader maoïste de la Gauche Prolétarienne. Comment cet homme, brillant normalien, a t-il pu se retrouver OS dans l'usine Citroën de la porte de Choisy au début des années 70 ? Il faut se remettre dans le contexte révolutionnaire de l'époque, les maos étant extrêmement actifs. Afin de promouvoir la révolution, de nombreux maoïstes se sont ainsi "établis", c'est à dire se sont fait embaucher comme simple ouvrier dans diverses usines avec pour but d'aider les ouvriers dans leurs luttes.

Ce roman est donc le carnet de bord d'une année au sein de l'usine et raconte ce qu'était l'usine : les cadences, la chaîne qui va trop vite et qui vous noie, les maladies, les vexations de l'encadrement mais aussi la solidarité entre ouvriers, les luttes et les astuces pour rendre ces heures de chaîne supportable. Évidemment, Linhart n'est pas neutre du tout et offre parfois une vision manichéenne des rapports ouvriers/encadrement. Mais on ne peut qu'être happé par la sincérité du récit et l'empathie qu'il développe vis-à-vis des ouvriers.

L'établi est un grand livre, un témoignage souvent accablant sur l'organisation scientifique du travail (le passage sur le bureau des méthodes et leurs brillantes idées n'a pas pris une ride) et les rapports de pouvoir dans les entreprises. Ce genre de livre fait réfléchir et devrait être offert à tous ceux qui sont nostalgiques des années 60-70. Veulent-ils vraiment revenir à ce type d'organisation du travail ?
Profile Image for Sésame.
267 reviews39 followers
November 20, 2022
Super lecture, tant du point de vue de l'écriture que de la charge politique que le bouquin porte.

C'est le récit autobiographique d'un établi, ces militants révolutionnaires des années 70, souvent étudiants, qui se font embaucher dans les usines pour "organiser la classe ouvrière" de l'intérieur.

C'est le récit de la désillusion, de la violence de l'usine sur le corps et l'esprit, du travail minutieux et détaillé que nécessite la lutte et la grève. Chaque discussion, chaque échange, et l'infini complexité "d'organiser l'usine" quand on est enfin à l'intérieur. C'est aussi le récit de la vie ouvrière des années 70, du rythme impitoyable, du racisme, de l'exploitation, des liens de solidarités qui se tissent. Et de toute la diversité des parcours, des trajectoires. Qui montre bien que si la bourgeoisie croit avoir "le monopole des itinéraires personnels", il n'en est rien.

Franchement c'est un livre à lire et à faire lire. C'est un formidable outil pour faire comprendre dans le détail et le quotidien la violence de l'exploitation capitaliste. Offrez le à vos ami·es vaguement de gauche, à ceux qui commencent à se radicaliser à qui il manque un petit coup de pouce pour se dire communiste, ce livre achèvera le travail !
Profile Image for Karibou.
31 reviews7 followers
February 11, 2022
La violence du travail, la violence des usines, la violence sur les corps et les esprits. L'Établi est un livre incroyable sur la vie de la classe ouvrière, sur les ouvriers, sur la hiérarchie, sur la grève et sur les amitiés qui se nouent entre des personnes d'horizons complètement différents. C'est un livre important.
Profile Image for Fabrice Conchon.
310 reviews26 followers
July 8, 2020
Suite et fin de ma période maoïste, enfin je veux dire de la période où j'ai lu des livres ayant trait de près ou de loin au maoïsme. Cela a commencé par une biographie du sinologue (et grand pourfendeur de Mao) Simon Leys, suivi par Les habits neufs du président Mao (1971, du même Leys), suivi par la somme Les maoïstes de Christophe Bourseiller et pour finir, voici donc L'établi, de Robert Linhart.

Qu'est ce qu'un établi ? Un établi est un étudiant, en général membre de l'élite estudiantine du pays (Linhart a intégré l'école normale supériere de la rue d'Ulm) qui souhaite soutenir, même plus, compatir avec les misères de la classe ouvrière et décide alors de tout plaquer, la vie aisée, le confort matériel pour aller "s'établir" en usine, c'est à dire vivre en ouvrier, de travailler comme les ouvriers, à la chaîne, c'est à dire comme un chien, en étant allègrement traité comme de la m.... pour un salaire de misère et cela de façon à leur porter la bonne parole maoïste et prêcher la révolte, c'est à dire la grève.

On dira ce qu'on veut sur l'aveuglement et le sectarisme des maoïstes français mais je dois admettre que cette pratique de l'établissement et le sacrifice qu'il implique force l'admiration, j'ajouterais même que c'est l'une des très rares choses qui peut racheter le mouvement maoïste français (très bien analysé dans le livre de Bourseiller) et, peut-être pas excuser, mais à tout le moins comprendre ses délires et des dérives.

Linhart s'est "établi" pendant un an à l'usine Citroën de Choisy (usine qui devait fermer et être rasée pau après) en 1968 avant de se faire virer 12 mois plus tard. Et c'est cette aventure qu'il nous raconte dans le livre, écrit dix ans plus tard.

Le livre n'est pas sans défauts loin de là, Je le trouve assez mal écrit (trop de phrases coup de poing, sans verbe, ce n'est certainement pas du Julien Gracq) et aussi très manichéen. Une atitude d'époque probablement, il y a de toute évidence "eux" et "nous" et c'est peu dire que "eux" sont de vraies ordures, des crapules irrécupérables ce qui m'a un peu gêné. De surcroît, les quelques réflexions sur le "système" sont assez basiques et peu argumentées (ce n'est pas du Orwell).

Cela dit, il faut prendre le livre pour ce qu'ils est: un témoignage de terrain, forcément partial (et cela d'autant plus que l'auteur est politiquement engagé) mais un témoignage quand même, pris au cœur de l'action, par un reporter courageux et enclin au sacrifice, d'une classe ouvrière misérable, exploitée et qui d'ailleurs n'existe plus. De toute façon, même si elle existait encore, il y aurait peu d'hommes aujourd'hui - certainement pas moi - qui, comme Linhart, aurait le courage d'aller y voir de plus près pour nous rapporter ce genre de témoignage.

Linhart nous donne une description exhaustive de l'usine car il a fait le tour de quasiment tous les postes en son sein. Il nous y décrit les rapports de force, on s'attache a certains des personnages et nous décrit comment il a réussi, avec quelques collègues à fomenter un grève ainsi que les actions des briseurs de grève pour la terminer, il nous décrit aussi l'ambiance du lieu, le racisme à le petite semaine, l'autoritarisme des petits chefs, les brimades exercés pour faire céder les récalcitrants. C'est très intéressant, cela donne un idée de la condition ouvrière de l'époque par le prisme de quelqu'un qui, à défaut d'en faire partie, l'a côtoyée pendant un certain temps et surtout soutenue. Un document donc, intéressant d'un monde qui n'existe plus mais qui a façonné l'histoire de la France vers la fin du siècle dernier.
Profile Image for Boris.
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November 13, 2022
C’est en rentrant d’un séjour à Montréal installé dans un vol AirFrance que je me suis étrangement mis à dévorer « L’établi » de Robert Linhart !

Ce livre, que l’ai trouvé par hasard chez un bouquiniste à Paris juste avant mon départ, il m’attendait depuis longtemps. Étudiant en droit à La Sorbonne, jeune militant légèrement gauchisant (il en reste encore des traces encore aujourd’hui), les établis et la génération militante Maoïste à laquelle appartenait Linhart était pour moi un des mythes de l’histoire militante des années 70 et je savais bien qu’un jour je lirais son expérience.

Des militants sacrifiants leur conforts petits bourgeois et le débat intellectuel pour aller directement s’établir en tant qu’ouvrier pour faire l’éducation politique des travailleurs. Il y avait de quoi être admiratif.

Combien d’entre nous, pourtant militant convaincu, aurions poussé nos convictions au point de faire cela ? Soyons honnête pour ma part j’en serais bien incapable en tout cas.

Disons le tout de suite le résultat ne fut pas à la hauteur des espérances. Nulle révolution prolétarienne partie des usines, nulle transformation de la conscience politique des masse.

Certes mais au moins ils auront essayer de répondre à la question majeure pour la gauche : comment réussir à parler aux travailleurs ? Comment faire renaître une conscience politique de classe. Nous échouons toujours par la ! Nous n’arrivons pas à parler à ceux que nous sommes censés défendre. Partager leur vie, militer au plus près, faire partie du même quotidien c’était une tentative qui valait le coup d’être tentée non ?

Et puis à la fin il reste tout de même ce témoignage. Ce témoignage que devrait lire toute personne crachant sa valeur travail à longueur de journée pour justifier chaque régression sociale du recul de l’âge de départ à la retraite ou au durcissement de l’indemnisation du chômage.

Ce qui est décrit, de manière peut être encore plus forte que dans l’excellent « Retour sur la condition ouvrière » de Stéphane Beaux et Michel Pialoux, c’est l’aliénation par le travail, ce sont les milles petites technique de l’entreprise pour maintenir la peur et la division entre les ouvriers, c’est surtout l’avilissement du travailleur pour lui faire perdre toute force revendicative !

Après avoir lu ça comment ne pas être convaincu par la nécessité de la réduction du temps travail comme urgence absolue ! Par la prise en compte de la pénibilité et la retraite à 60 ans et même soyons fou 55 pour les ouvriers ! Par la mise en place d’un revenue universel redonnant le rapport de force à l’ouvrier bénéficiant d’un filet de sécurité.
Profile Image for Louisik.
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January 19, 2025
Les bourgeois s'imaginent toujours avoir le monopole des itinéraires personnels. Quelle face ! Ils ont le monopole de la parole publique, c'est tout.


Ce livre était vraiment très bien. Bien dans ce qu'il raconte, mais aussi bien écrit, ce à quoi je ne m'attendais pas. Linhart a des envolées lyriques qu'il arrive surprenamment bien à intégrer dans son récit sans jamais qu'elles semblent déplacer. C'est un livre plein d'humanité et du "nous" ouvrier, et j'aime comment Linhart se laisse de côté, il n'est pas nombriliste, il ne valorise pas une expérience ô-combien courageuse qu'il aurait faite. Non il raconte le travail, sa difficulté, l'humiliation des petits-chefs, la solidarité des camarades. Et en même temps il se met dans leur camp, il prend leur parti - c'est mieux réussi que Le Quai de Ouistreham si on peut les comparer. C'est un beau livre.

Eux et nous. Eux, toujours aussi immédiatement haïssables, nous indéfiniment renouvelés mais inventant constamment la résistance - les houles de mauvaise humeur, les cris de rage contre la minute de casse-croûte volée, les inexplicables ralentissements de la chaîne et les accidents du vendredi quand, brusquement, un crochet se tord et bloque l'engrenage au milieu des éclats de rire et des caoutchoucs qui volent en tous sens, nous les projets à la cantine, et les journaux et les tracts qui circulent, et les nouvelles qu'on échange, nous le sandwich qu'on partage, et la cigarette offerte, et legeste d'aide et de réconfort quand on est près de s'effondrer, nous parlant toutes les langues et venant de tous les pays, brassés, éparpillés, séparés, retrouvés, toujours autres et toujours proches.


On pourrait par ailleurs l'ajouter à la liste des livres dont j'avais pas compris le titre, avec La Place et L'Émile.
Profile Image for Daniel Davalos.
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August 12, 2025
Linhart comienza describiendo cómo transcurre un día normal en la cadena de producción: una máquina avanza a un ritmo constante, y los operarios realizan su labor a medida que un coche pasa por su sección. Describe las tareas de los lamineros, los pintores, soldadores, en fin, describe lo que comúnmente conocemos como una línea de montaje. En su libro, Linhart narra la dificultad de mantener el ritmo de la fábrica y la estricta organización del trabajo. En este sistema, cada segundo cuenta: un pequeño retraso en un punto afecta al resto de la cadena.

El conflicto estalla cuando, un día, se da la orden de extender la jornada 45 minutos más. Basta imaginar el suplicio que esto supone para trabajadores que repiten los mismos movimientos durante horas. La decisión genera un clima de descontento que pronto se transforma en un verdadero conflicto. Durante su estancia en la fábrica, Linhart entabla relación con compañeros que, como él, se oponen a la medida. Juntos, forman un movimiento de resistencia, organizando un paro de actividades.

A partir de ahí se despliega una batalla entre los dueños de la fábrica y los obreros: enfrentamientos con sindicatos alineados a las ordenes del patrón, desacuerdos ideológicos entre los trabajadores y limitaciones de los obreros debido a sus condiciones sociales que impiden una participación en la lucha. Con el tiempo, el movimiento se va debilitando, pero este relato nos recuerda que, aunque una movilización pueda ser sofocada, la lucha por los derechos laborales es interminable.
Profile Image for Julie V..
22 reviews
December 25, 2021
« Et si l’on se disait que rien n’a aucune importance, qu’il suffit de s’habituer à faire les mêmes gestes d’une façon toujours identique, dans un temps toujours identique, en n’aspirant plus qu’à la perfection placide de la machine ? Tentation de la mort. Mais la vie se rebiffe et résiste. L’organisme résiste. Les muscles résistent. Les nerfs résistent. Quelque chose, dans le corps et dans la tête, s’arc-boute contre la répétition et le néant. »

« Les bourgeois s’imaginent toujours avoir le monopole des itinéraires personnels. Quelle farce ! Ils ont le monopole de la parole publique, c’est tout. Ils s’étalent. Les autres vivent leur histoire avec intensité, mais en silence. Personne ne naît O.S. ; on le devient. »

« Quelle que soit la répression, elle ne m’atteindra jamais aussi durement qu’eux. »

« L’usine est conçue pour produire des objets et broyer des hommes. »

« Ah, on peut en engraisser des gens, avec la plus-value des ouvriers de la chaîne ! »

« Essayez donc d’oublier la lutte des classes quand vous êtes ouvrier d’usine : le patron, lui, ne l’oublie pas et vous pouvez compter sur lui pour vous en rappeler l’existence ! »
Profile Image for Joan Damiens.
301 reviews16 followers
January 4, 2020
A necessary read... Unfortunately!
Being myself born and raised in a working class background, while I've never worked manually in my life (as a professional activity, I mean...), I am in the middle of two worlds that don't understand each other. If you are an intellectual working in an office, you cannot understand the working class issues. You are condescending, no matter what. Experiencing the physical work, but also the everyday humiliation and conflicts, is the only way to understand and this book is the best to illustrate that idea.
I recommend it. It is true, even though some will speak about propaganda. And believe me : some things have changed, but most of the stories are still happening in 2020.
Profile Image for Abiguel.
28 reviews1 follower
March 25, 2021
Aaaaah me ha ENCANTADO!
Esta historia se sitúa en la Francia de los años 60 donde un intelectual, motivado por sus ánimos revolucionarios decide conseguir trabajo en una de las mayores fabricas automotrices parisinas como obrero, con la esperanza de informar sobre las malas condiciones de trabajo y alentar a la lucha por sus derechos laborales, nos relata todas las dificultades y peripecias que pasa durante esto, las amistades que forma, te sumerge en ese animo revolucionario con orgullo y apoyo de sus camaradas, pero sin lugar a dudas para mi lo mejor fue el final.
"Pienso que también Kamel es de la clase obrera"
Esta frase para mi tiene toooodo el significado del libro.
Profile Image for Aloy.
17 reviews
November 15, 2024
Lire ce livre reste plus que jamais d’actualité. Certes, la situation d’ « établi » s’est raréfiée pour disparaître, mais les luttes des travailleurs restent au goût du jour. Si nous regardons autour de nous, nous voyons partout des ouvriers en souffrance, n’ayant pas la force de se révolter.
Une lecture nécessaire.
Malgré cela, on peut pointer du doigt la mise en lumière de la distance entre la classe universitaire dont est issu le narrateur et la classe ouvrière qu’il intègre. Mais, cela est si justement raconté (il nous parle justement longuement de cet écart), qu’on ne ressent pas une vision fantasmée ou « exotique » des ouvriers.
Profile Image for Matthew.
164 reviews
July 25, 2021
A moving and enraging account by Linhart of the misery of capitalist work, based upon his time working at the Citroen plant in Paris between 1968-9. Certainly not an uplifting read in many senses - with regard tothe description of the toil, monotony and lobotomisation that work entails. However, we can find inspiration in the working-class resistance and rage he uncovers during his time ‘establishing’ himself in the factory.

“And I think that I’m here only temporarily, but in the factories there will always be Primos and Alis.”
Profile Image for Emily.
13 reviews
July 16, 2024
« L’usine est conçue pour produire des objets et broyer des hommes. »

D’autres l’ont dit, mais cette œuvre c’est tout d’abord une œuvre anthropologique. On y retrouve l’étude de l’ouvrier, son rapport au labour, à la vie, à la mort, aux plaisirs, aux chagrins… On y retrouve aussi l’anatomie de l’usine, comment elle construit et comment elle détruit. L’humain y devient une machine, la vie y est étouffée. Mais l’anatomie de l’homme n’accept pas cette transformation contre-nature. En rejet, l’esprit et le corps résistent.
Profile Image for Léa .
189 reviews3 followers
December 22, 2018
Découvert grâce au Feuilleton de France Culture, ce fût une lecture passionnante. J'ai beaucoup beaucoup aimé ce livre et j'en ai beaucoup parlé autour de moi. Je m'attendais à un texte très/trop politique mais la distance de l'auteur avec ce qu'il a vécu et les convictions qui sont siennes ont fait échos à ma propre vie et mes réflexions. C'est très bien écrit, très humain et ça a beau daté, je trouve que ça reste complètement d'actualité!
Profile Image for Guillaume.
315 reviews6 followers
April 24, 2021
Que penser du fait qu'un des livres les plus connus sur le monde ouvrier soit écrit par un "intellectuel" établi en leur sein afin de participer à leur lutte émancipatrice ?

Je ne sais pas trop. Reste que le livre est au niveau de sa réputation : une sacrée pièce littéraire qui résonne encore aujourd'hui dans des livres comme À la ligne qui me semble, dans le ton, dans la manière de mettre en mot son discours, un héritier de Linhart (en moins marquant de mon côté). Il faut lire L'Etablie pour sentir la force des mots racontant l'effort, l'abattement, la lutte ; mais aussi le doute, la joie, et la camaraderie.
97 reviews
November 6, 2024
Un ouvrage essentiel et toujours autant d'actualité. Un témoignage éclairant et pas seulement sur le travail à la chaîne. Très instructif sur les rapports de classe toujours existants dans les entreprises et sur les moyens dont disposent ceux qui sont en bas de l'échelle pour résister.
Profile Image for Z Wang.
47 reviews15 followers
December 27, 2017
la philosophie contre l'application
il reste comme Etienne dehors cette vie
les ouvriers (pas comme ceux de Zola) deviennent les outils qu'ils fonctionnent
regarde le temps !
Displaying 1 - 30 of 52 reviews

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