Una oda al disparate como antídoto a la incertidumbre y el desamor.
Javiera es una joven chilena que ha llegado a Barcelona gracias a una beca de posgrado en Literatura. Estudiar es el pretexto más decente, y genuino, que ha encontrado para dejar su país y descubrir el hemisferio del bienestar. Pero la disponibilidad apabullante de libros en la biblioteca y de papel higiénico en los supermercados se ve contrarrestada por unas condiciones habitacionales tan desastrosas como las del Cono Sur, aunque el doble de caras.
De habitación en habitación, Javiera acabará instalándose en un piso compartido en el que vive Manuel, un peruano cuyo signo zodiacal se rige por Venus, que toca el bajo en dos bandas de punk y escribe una tesis de pregrado sobre los boleros en el melodrama de Almodóvar. Hará falta menos de una semana para que Javiera caiga rendida ante los encantos de su compañero, junto al cual se le revelará una de las mayores sorpresas que le depara la vida las relaciones no monógamas. Pero pronto Javiera se dará cuenta de que, quizá, solo se entrega al amor libre para evitar la cronología lineal e irreversible de la monogamia, una especie de obsolescencia programada que termina en tedio, en engaños o en ambos.
Con la entrada en escena de Laura y Armonía, con quienes Manuel mantiene una relación a tres, Javiera se adentrará en una espiral de celos e inseguridades que, sumada a su temeridad y a su tendencia innata a lo absurdo, convertirá a esa amante inocua y discreta en una femme fatale de manual…
Con una voz a medio camino entre Violeta Parra y Bad Bunny, Paulina Flores traza en esta tragicomedia el retrato de una ciudad, una generación y sus tipismos. Admirada por su compatriota Alejandro Zambra y seleccionada por Granta como una de las mejores narradoras en español, es considerada hoy una de las autoras más innovadoras del panorama contemporáneo en lengua castellana.
Estudió literatura en la Universidad de Chile. En el 2011 obtuvo la beca de creación literaria del Fondo del Libro y la Lectura. El año 2014 ganó el Premio Roberto Bolaño, en la categoría cuento, por el relato “Qué vergüenza”.
a ver jajaja esto es lo que es, no trata de engañar a nadie y eso está bien
es un libro... pues divertido, ligero, se lee bien y entretiene. tiene cosas flojillas, otras más potentes, otras chirriantes y otras que busca gustar a un tipo de lector que no soy yo (pero no pasa nada por eso)
otra novela contemporánea pop, lo explica perfectamente alejandro zambra en la contraportada "tan clásica como vertiginosamente contemporánea" porque la forma es lo de siempre y la trama es lo de casi siempre a día de hoy (sexo, sexo, sexo, drogas, inmigración, responsabilidad afectiva, ansiolíticos y salud mental... parece un clip de in*s her*nd)... también es cierto que es un reflejo cierto tipo de juventud actual y, como tal, está estereotipado
tiene escenas divertidas
está... correcto, una lectura de playa. sé que gustará mucho
me decepcionó muchísimo. isla decepción, que leí hace unos años, me gustó mucho: era un libro con gran profundidad y dejaba ver un proceso de investigación muy cuidado. la próxima vez que te vea, te mato, en cambio, es todo lo contrario.
nunca habría pensado que alguien pudiera retroceder tanto en lo literario. es un relato trivial, casi como notas del teléfono, y aburrido.
el primer tercio me entretuvo y lo leí rápido, pero el segundo y el final me parecieron completamente inconexos — como si lo hubiera escrito otra persona. luego se vuelve delirante y tedioso, sin ningún mensaje claro que transmitir.
quizás estoy siendo severa, pero de verdad creo que no tenía sentido alguno. en fin, estoy segura de que conectará con la audiencia más woke, pero a mí no me gustó.
a veces hay libros que me leo de un tirón porque los encuentro fascinantes. hay otros que me leo muy rápido porque quiero que se terminen. me temo que acá el caso es el segundo.
la próxima vez que te vea te mato mezcla elementos medios noir, la figura de la femme fatale, la locura y el crimen pasional con el amor libre y la vida en el extranjero.
no soy el público objetivo y está bien, acepto que para gustos colores. pero, además, me pasó esta vez que mientras leía me costaba entender qué buscaban con esta publicación, sobre todo desde la editorial. me quedé con la sensación de que era un borrador.
sentí que la prosa tenía un tono muy forzado y unas referencias muy snobs. me dio una vibra muy de este tipo de posts tipo joven y alocada circa 2014.
generalmente me encantan los libros que hablan sobre el oficio de escribir y que son medios autobiográficos, pero realmente no conecté en absoluto. me da pena ser tan dura pq hace harto rato que quería leer a esta autora. las partes de hablar con el conejito me hicieron gracia esosí.
Este libro es una mezcla caotica entre el desamor hacia una persona que jamás te va a corresponder como tú quieres y el desencanto de crecer. Todavía no se definir bien mi opinión pero en sí, me la pase padrísimo como rarísimo.
No entiendo este tipo de literatura o este tipo de planteamiento literario, tan (a mi juicio) poco pensado o poco madurado; y entiendo todavía menos su publicación.
Sí, es una historia fresca, sencilla, moderna (o modernilla) con temas que tocan la actualidad del mundo: precariedad laboral, inmigración, libertad sexual, poliamor, etc.
Pero hay algo en el tono de la narración que me rechina, no sé si será por esos visos de autoficción que se vislumbran, por ese parecido razonable que se desliza por el fondo entre la narradora y la autora (también escritora, chilena y residente en Barcelona).
¿Por qué no escribimos historias que se alejen de nosotros? Historias que pisen fueran de nuestra conocida y cansina cotidianidad.
Tampoco hace falta ponerse a escribir Moby Dick, pero presentar un escenario post-pandemia de una Barcelona desdibujada y poco original; no sé, cansa un poco.
Creo que nos hace falta más imaginación o más ganas de narrar fuera de lo cotidiano (que creo que es lo que diría Bolaño).
Por cierto, autora que ganó el premio del malogrado autor chileno años atrás.
¿Qué pensaría Bolaño de esta novela? ¿La destriparía?
No lo sé... Tampoco importa. Se lee bien, no exige mucho. Las frases están construidas con facilidad, con soltura. No es exigente ni quiere serlo. Es muy de verano. Y la autora, tal vez, necesitaba explorar esa esfera de su realidad. Pero a nosotros, los lectores (exigentes) nos parece pobre. Pobre en cuanto al contenido y en cuanto a la forma. ¿Se puede arriesgar más? ¿Se puede explicar algo más allá de la simple y rayana cotidianidad? Todos sabemos lo que es vivir; muéstrenme personajes que VIVAN.
En fin... no quiero ponerme pesado. No quiero molestarles más; seguro que tienen muchas cosas que hacer. ¿Fueron ya a comprar? ¿Tiene alguna lavadora pendiente?
Me entretuvo, sí. Me gustó, a ratos. Me agotó, también.
Es un libro que se devora rápido, porque tiene ese ritmo de pensamiento acelerado, de personajes que corren sin saber muy bien hacia dónde. Javiera, la protagonista, es intensa, impulsiva, medio contradictoria. Y eso está bien, porque ¿quién no lo ha sido alguna vez? Hay momentos en los que me daban ganas de abrazarla y decirle “todo va a estar bien” y otros en los que la habría sacudido para que dejara de sabotearse. Al final, la historia no trata solo de una relación poliamorosa en Barcelona o de la amenaza que titula el libro, sino de ese proceso confuso en el que una persona intenta encontrarse y, de paso, no perderse del todo en los demás.
Tiene escenas brillantes, de esas que te sacan una carcajada o una mueca de reconocimiento incómodo. Paulina Flores sabe escribir diálogos rápidos, situaciones que parecen absurdas pero que, si lo piensas bien, podrían haberle pasado a cualquiera. También sabe golpear cuando toca, con frases que se quedan dando vueltas en la cabeza. Pero, por otro lado, hay momentos en los que la repetición cansa, como si el libro se quedara atrapado en un mismo bucle de deseo, frustración y contradicción sin llegar a una conclusión del todo satisfactoria.
Igual hay algo en esa repetición, en ese ir y venir de Javiera, que se siente demasiado real. Como cuando te obsesionas con un mensaje que no llega, con una conversación que no cerraste bien, con una historia que sabes que no va a terminar donde quieres, pero sigues ahí, dándole vueltas. Quizás ese es el mayor acierto del libro: no te dice nada nuevo, pero te deja atrapado en el mismo enredo en el que hemos estado todos alguna vez.
Este libro es muy: vuélvete loca, revísale el celular, trabaja como cm, mata a tu amante y al amante de tu amante, habla con los animales y sobre todo, España es el único lugar de escape para los latinos que prefieren ir a precarizarse al –primer mundo–. Lo que más me gustó: las conversaciones con el conejo. Me divertí. Algunas cosas eran muy poco serias, para bien y para mal.
Hay algo sucio en estas páginas, una violencia que no es solo la del crimen o la amenaza, sino la de existir en un mundo que muerde.
Su mirada es afilada, incómoda. Nos lleva por la crudeza de la precariedad, de la juventud que crece torcida porque no tuvo espacio para enderezarse. Y aún así no hay desconsuelo ni morbo, solo la puntería de una escritora que sabe que la herida duele más cuando se describe sin adornos.
Este libro es un milagro de contención. Mastica la culpa y la escupe con furia, haciendo del rencor una lengua nueva. Está escrito con la urgencia de quien sabe que las palabras pueden ser un arma pero también un refugio.
Pfffff este libro es tan, pero tan, pero tan malo… y me ha hecho reír TANTO que lo recomendaría una y mil veces. Qué falta hacen en la literatura personajes tan petardos (¡¡y tan reales!!) como la protagonista de esta historia.
Tengo la sensación de que ya he leído este libro. Un cóctel de estereotipos de la juventud (sexo, drogas, poliamor, precariedad, salud mental, relaciones tóxicas...) lo de siempre. La historia es entretenida y simpática, pero me ha dejado totalmente indiferente.
Qué coincidencia leer justo este libro cuando acabo de terminar una relación que no quiso ser cerrada. Aunque ahora que lo pienso tampoco sé qué se iba a cerrar. Me imagino que en algo encerrado igual puede abrirse algo nuevo. O que algo abierto podría ser una gran jaula a la que simplemente no alcanzas a verles los barrotes. No sé, salí más confundido de esta lectura sobre las relaciones amorosas. Eso me parece bien: no comprender a cabalidad qué desea la protagonista. Sin embargo, no está quieta, busca formas, habla de muerte todo el rato pero realmente está hablando de vivir.
Los libros que estén por venir y cuenten algo parecido van a tener que medirse un poco acá, con este artefacto que consigue ponerle palabras a los sentimientos infames que aparecen en estas ¿nuevas? formas de vincularnos. Feroz y poderosa. Soy tuya Javiera, forever and ever.
Una novela muy acorde con estos tiempos medio absurdos en los que vivimos, pero no sé… siento que se queda corta en muchas cosas. Estoy más encantado con lo que este libro pudo haber sido que con lo que realmente fue. Es medio transgresor, medio edgy, medio punk, medio poético… pero se queda en eso: a medias en muchas partes. Al ser tan anclado al presente, no le veo mucha longevidad.
Esquizofrénico, maravilloso, bello. Loco, psicópata, tóxico. Una oda al amor, ¿y a la muerte?
Hablando en serio: la prosa de Paulina es maravillosa y aquí mucho más lograda que en Isla Decepción (aunque siendo justos, también me gusta mucho allí). Esta vez se sacó una obra satírica, burlesca, respetuosa, decadente, bella y poética todo al mismo tiempo.
Actualización 1 mes más tarde: Pues resulta que hoy he puesto como ejemplo este libro como ejemplo de imaginarios no monógamos bien construidos y he tenido que cambiar la puntuación y retractarme ligeramente, porque al parecer este libro ha conseguido introducirse lentamente como una referencia literaria fuerte en mi pensamiento.
A mí parecer el contraste entre las dos relaciones de la protagonista se contraponen como dos polos: el poliamor irresponsable afectivamente y anclado en lógicas del capital, y la verdadera descentralización de los afectos no monógama que no pide un modelo normativo concreto, solo comprensión y empatía.
Reseña original: 3,5. En verdad me ha gustado, es muy divertido y tiene una prosa cercana, con la que te identificas fácilmente. De vez en cuando la autora te regala reflexiones breves, pero precisas, muy interesantes. El final también me parece genial, aunque siento que no se acaba de terminar de construir lo suficientemente bien esa trama en concreto. Es un libro ligero y se disfruta su lectura.
la próxima vez que te vea, te mato es un libro que sigue las andanzas de javiera, una joven chilena que migró a barcelona para un postgrado en literatura, pero de lo que menos se habla en el libro es del oficio de escribir, sino más bien de las fiestas, del sexo y del poliamor.
se valoró que javiera era una narradora poco fiable, con una memoria y una percepción que exacerbaba todo, representando la constante crisis en la que se encontraba el personaje, aunque por esa misma razón costó convencernos de los motivos de javiera. otras apreciaron las escenas de la personaje en su peak de manía y locura, porque la hicieron más interesante y convincente, distinto al comienzo de libro donde se percibe a una javiera (y una autora) sin rumbo.
concordamos que la trama era enredada, en que cada escena abría la puerta a más relatos que quedaban inconclusos, sin un hilo conductor claro a lo largo del libro. los personajes eran inmemorables, sin lograr convencernos del rol tan importante que javiera les asignaba a manuel, laura y armonía en su vida.
también, nos cuestionamos qué tanto del libro fueron experiencias personales de la autora, como tambén el objetivo de la autora al escribir este libro. en cuanto a la prosa, muchas coincidimos que se sintió que el texto se construyó a partir de notas de celular y referencias que llevaban años en espera de ser incluidas en el libro de tal manera que no se sentían orgánicas, provocando un texto alienado de sí mismo y que sacaba de la inmersión a la lectora.
a fin de cuentas, se valoró que el libro mantuviera la atención para terminarlo y que se sintiera como una persona contando una historia, pero a la mayoría el libro nos dejó con un sabor amargo en la boca y como grupo de veinteañeras determinamos que no eramos el público objetivo.
La próxima vez que te vea, te mato (Anagrama, 2025), la nueva novela de la chilena Paulina Flores, despliega una voz feroz para narrar la turbulenta vida afectiva de una millennial migrante en la Barcelona postpandémica y precaria.
Javiera, durante la lectura, fue esa amiga que es muy divertida, que está muy mal de la cabeza, que sus ocurrencias te divierten y a veces te asustan un poco. Que siempre tiene algún plan impredecible para proponer. Que lo pasas bien con su compañía pero al otro día necesitas reponer energías porque su intensidad te las absorbió. Un libro muy contemporáneo, con picks de comedia. Para las girls ✨
Libro-termómetro del estado de tedio terminal en el que se encuentra la literatura en español. La literatura en español escrita por hombres no me interesa y no la consumo (exceptuando a Zambra y a JPV), pero últimamente la femenina me resulta inaguantable. Esta novela de PF es otro ejemplo del ciclo inaugurado por Mariana Enríquez: bienvenidas a la literatura de la falta de ideas transnacional. Con ella aparece el consumo masivo de un texto/pastiche repleto de referencias girlcodescas que pretenden ser refrescantes, pero hunden el relato en el lugar común. Siempre lo mismo, en cualquier caso, yo me aburro. Cuesta creer que esta sea la autora de algunos de los relatos más inspirados que he leído en años.
lo encontré ridículo y a la protagonista insoportable. En verdad solo quería que se acabara. Lo único bueno es el título, un par(realmente un par) de frases. Libro genérico de esta generación
en la línea de lo femme fatale, tiene mérito q me haya gustado una historia ambientada en barna en la actualidad con lo q yo soy... lectura muy entretenida además firmado x la autora monísima en santjordi <333
tirado pa 3.5- ligerito y medio absurdo? La primera mitad íbamos re bien, chistoso, contemporáneo y real. después lo sentí un poco desordenado, apurado, cómo que no le veía el punto a ciertas partes o le sentía una falta de desarrollo, aunque eso es muy acorde a la locura del personaje principal. En esa línea, aprecio lo insoportable de Javiera y que esté tan al tanto de serlo, me cayó bien
Leí por aquí que este libro era una lectura de playa y estoy muy de acuerdo
mi parte fav “No por nada mi bar en Barcelona se llamaría Bar Culona”