Este libro no es una biografía, ni un retrato o una semblanza, más bien es una especie de diario de viaje nómade con un amigo, cuadernos de anotaciones, resaca de muchas páginas compartidas y caminatas”, nos advierte Juan Pablo Sutherland al comienzo de este conmovedor relato íntimo sobre su vínculo con el escritor Pedro Lemebel. Entre el diálogo nostálgico con el amigo muerto y la evocación amorosa, entre la ausencia física y la presencia permanente de su rostro, de su palabra y su escritura única, Sutherland convoca aquellos recuerdos como instantáneas de un tiempo pasado en el que emergen luchas políticas y estéticas; encuentros y desencuentros; penas y alegrías en la digna sobrevivencia en un medio hostil; sus comienzo en el oficio de la escritura y la construcción de una voz y una obra propia que logró romper las “camisas de fuerzas que más de alguna vez vivimos los que habitamos en la provincia chica y en el infierno grande de la escena literaria nacional”, afirma el autor. Lemebel sin Lemebel es el testimonio vivo de una amistad de pasiones y desvaríos. Postales amorosas que se revelan a través de diálogos y anécdotas sorprendentes narradas con la ternura y la proximidad única de un estrecho vínculo, del que carece cualquier relato biográfico que se haya emprendido sobre Pedro Lemebel.
al fin lo puedo reseñar!!! muchas gracias al grupo de las bibliotecarias que me ayudaron a añadirlo a goodreads <3
siempre ha habido una cuestión hermosa en la figura de lemebel y en este caso lo vemos esta suerte de memoria por parte del autor, como testigo y participe al ser uno de los amores de lemebel, porque como el mismo pedro decía "yo no tengo amigos, tengo amores" me gustó mucho porque siento que nos trae a lemebel a un plano aún más real, para recordarlo por como él era, quitar un poco la glorificación que existe y humanizarlo.
me gustó mucho, se los recomiendo a todes, léanlo, les va a gustar
quiero que alguien me ame tanto en vida como para escribirme estas postales de cómo la vida se siente más vacía sin una; así se siente Chile sin Lemebel.
Que bella forma de recordar a alguien, más allá de elogios y recortes de su carrera, hay retratos, infidencias, complicidad, un cariño entrañable y vulnerable. "Bellas Artes es un espejismo sin ti."
"No es un homenaje, pues de alguna manera en los homenajes se proyecta un aura del agasajado que más bien responde a una poética del culto a su institucionalización. Tampoco tengo una huija marica para saber si a Pedro le hubiese gustado o no la forma de escritura que propongo". Lemebel sin Lemebel, Juan Pablo Sutherland.
Este es un libro que merece ser leído por la amorosidad, crudeza, crítica y reflexión que recorren sus páginas. Sutherland plantea una especie de biografía de anécdotas con su amigo, su prima Lemebel, desde el momento en el que se conocen hasta el funeral de Pedro, en 2015. La emotividad de este libro radica en ese vínculo entre ellxs que, como toda relación entre personas, fue un subibaja de emociones, cargado de afecto y enojos. El autor no plantea un homenaje pero el texto muestra el amor, el respeto, la honestidad, de una mirada a una ciudad donde Lemebel militó y creó una visión política del mundo.
Es una declaración de amor de un amigo a la perdida de una amiga, más que una amiga, un amor eterno de familia escogida que fue Pedro para Juan Pablo. Por lo tanto siento que no quiero juzgarlo en tanto calidad literaria, siento que es el retrato que el autor ha querido dejar sobre alguien muy querido que se fue pero que de alguna forma se ha quedado en este plano, en la memoria del pueblo y de todas aquellas personas que le conocieron. Muy muy tierno. Pedro se fue pero a la vez sigue aquí, este libro es una muestra más de ello.
El retrato de la historia de una amistad. Habitar la escritura como un espacio para recordar, para reencontrarnos con quienes han partido. ¿Cómo recordamos a nuestros amigos o amores? En sus risas, en sus llantos, en sus momentos hilarantes, polémicos y de ternura. En sus aciertos y en sus fracasos. Un retrato de Lemebel en un campo cultural que lo desea, pero que lo expulsa. La presencia espectral de quienes parten. La amistad como un espacio de refugio, de compañía y de apapacho. Preciosa la escena de las onces como cronotopo.
Este libro tiene uno de los subtítulos mejor puestos: postales amorosas de una ciudad sin tí. Hay ternura, complicidad, honestidad, humor. Además de una pátina de nostalgia respecto de la cual el título principal es spoiler: no deja se ser la crónica de una ausencia. Leer se siente como husmear un espacio íntimo que que nunca será el mío, pero que el autor tuvo la generosidad de compartir.