Vuelve Ray Loriga, Premio Alfaguara de Novela, con una historia al borde del abismo sobre los límites de lo humano.
«La distancia que toma Loriga respecto de lo narrado, su sentido de humor y la ligereza para hablar de lo poco importante que es creerse importante son esenciales para recomendar su lectura».
Carlos Zanón, La Vanguardia
«El mundo, es bien sabido, no es más que una emboscada».
El narrador de esta historia despierta en una cama que no reconoce en una habitación que no siente propia. Está amaneciendo y no sabe dónde está, ni que le impide levantarse, le cuesta abrir los ojos e identificar los ruidos y las voces que llegan desde el exterior. En su duermevela, trata de engarzar un recuerdo con otro hasta componer un mosaico en el que solo una constante parece anclarlo a la la relación que le une a Elisa y Tim.
Con una prosa certera y afilada, TIM narra la vulnerabilidad de un ser al límite de su conciencia en combate consigo mismo y el mundo que le rodea. Como si de una metáfora de nuestro presente se tratara, el relato se construye y deconstruye una y otra vez hasta colocar al lector ante el abismo de lo verdadero y del concepto último de identidad.
La crítica ha
«Una historia de belleza y lucidez desasosegantes. […] Ray Loriga lanza al cuello del lector la soga de una prosa deslumbrante, de la que tira hasta llegar al desenlace. Del teatro de marionetas de Von Kleist a Beckett. Y más allá».
Karina Sainz Borgo, ABC
«Con esos mimbres kafkianos, Ray Loriga inicia una original indagación del yo, de la memoria y los recuerdos».
Javier Ors, La Razón
«La melodía es de una familiaridad insólita, de cercanía extraña, de confianza y hasta desparpajo. […] Rebosa causticidad, un tipo de humor que se da de bofetadas con la gravedad que puede rastrearse en algunos de los títulos que le dieron merecida fama».
Juan Marqués, El Mundo - La Lectura
«Un complejo y lírico desafío a sus lectores. […] Loriga reafirma su fidelidad a un estilo introspectivo y atmosférico que coquetea con la ensoñación y la alienación. Con una prosa envolvente, que oscila entre lo poético y lo descarnado, nos sumerge en un mundo donde la realidad y la percepción personal se confunden trazando un retrato de la existencia marcada por la incertidumbre y la soledad».
Ángeles López, La Razón
«Un elemento crucial en su narrativa es esa aparente indiferencia hacia el lector, ese narrar como si lo hiciera desde la perspectiva de una novela escrita por Albert Camus, una cierta distancia de los materiales humanos que va incorporando en su relato, pero que al final va calando muy hondo en quien va leyendo».
J. Ernesto Ayala-Dip, Babelia
«Una escritura muy elegante que lleva todavía un poco más lejos la exigencia del Loriga de madurez, y además lo hace bajo una apariencia "menor" del todo engañosa y saludable».
Jorge Loriga Torrenova, más conocido como Ray Loriga es un escritor, guionista y director de cine español.
Tras trabajar en diversos oficios y publicar relatos en diferentes publicaciones como Underground o El canto de la tripulación, debutó en 1992 con su novela Lo peor de todo. Ésta tuvo gran éxito de público y crítica y fue publicada en toda Europa, como ejemplo de la literatura de la llamada Generación X, término que al autor le ha resultado siempre más que dudoso.
Me veo en la obligación de poner cuatro estrellas por el asombroso final. Si me dejara guiar por el desarrollo, tendría tres. Me explico: la narrativa está construida con un vocabulario sencillo de entender, pese a que no se comprenda qué está ocurriendo.
Todo el libro es una constante incógnita. ¿Qué está pasando? ¿Quién es el protagonista? ¿Quién es TIM? ¿Elisa?
Todo va encajando y, aunque los últimos párrafos dejen algo que desear, lo que se cuenta al final, cómo se va cerrando cada pregunta es... Asombroso.
Puede que mi mente no haya funcionado en todo el libro, pero no me esperaba PARA NADA quién es el protagonista, quién es TIM y Elisa. Al saberlo, ya entendemos qué estaba pasando.
No es un libro para todo el mundo, pero sí para aquellos que temen al fracaso y a la vergüenza.
Quitando el inesperado final, no puedo decir que me haya gustado. Se me ha hecho una prosa muy densa, lenta y sin un argumento que termine de engancharme. Con todo, la idea me parece buena y muy actual.
A ver… Si le quitas que el libro entero es un delirio de divagaciones, que estás a ciegas y leyendo por leer durante todo él hasta las tres últimas páginas y que, sin duda, está escrito en un contexto confuso en el que, en fin, no sabes a lo largo de un 95% del mismo de qué coño va en realidad NADA… Pues puede llegar a gustarte por cómo está escrito.
¿Y el final en si mismo? Quizás una gilipollez, vale, pero me ha sacado una sonrisa tonta TIM, y eso, signifique lo que signifique, vale de algo, seguro.
Como era de esperar, Loriga no defrauda. En este libro he reconocido paralelismos y similitudes en el tono y en las frases de «Lo peor de todo» y «Héroes». Loriga juega al despiste con el monólogo ensimismado del narrador y personaje principal para llevarte (o arrastrarte) al final, donde todo cobra sentido. Seguramente, le dé una segunda lectura en unos días, porque merece la pena.
Café para muy cafeteros. De sus libros más flojos, pero como digo yo siempre sobre Ray Loriga: puede estar 10 o 20 páginas sin decirte mucho que de repente te vas a encontrar con un párrafo del que vas a tardar meses en olvidarte.
«No me digas que no tienes nada que contar a los muertos. Presenta tus respetos cuando menos. No escatimes tampoco tu silencio, a los muertos les encanta que los rieguen, incluso que se esfuercen en anegarlos, bajo una lluvia de silencios.También aceptan oraciones, de muy buen grado, responsos, y a veces agradecen canciones, panegíricos y loas, y lágrimas y, claro está, flores. Viven de eso, los muertos. A diario desesperan en charcas de silencio propio, y cualquier silencio ajeno o ruido que flote sobre agua tan triste se les antoja nenúfar. Para un muerto, el rumor de una pena es como para un vivo la visita de un pájaro en su casa».
Buen arranque, un declive en el segundo tercio y hacia el final un giro sorprendente aunque queda un poco del sinsabor de las páginas anteriores.
Para este viaje no hacía falta estas alforjas. Mira que me están encantando los últimos libros de Loriga, pero no he entrado nada en esta historia. Durante un momento casi lo consigo, pero no. 5 justito y porque es él.
Ray Loriga sent Ray Loriga, sobretot el Ray Loriga dels primers llibres (Héroes). Una prosa densa, sense un argument aparent, com la lletra d’una cançó inintel·ligible. Els últims llibres de Loriga m’havien agradat molt, aquest m’ha despistat perquè és el Loriga del principi i jo esperava alguna cosa del Loriga dels últims llibres.
Un libro raro y aburrido. Alguien que no recuerda quién es, ni donde está, ni que tiene que hacer, remolonea antes de levantarse y va recordando episodios que tampoco sabe si le han ocurrido a el...
3'5 ⭐Durante años Ray Loriga fue uno de mis escritores favoritos. He leído todos sus libros. Aunque reconozco que en los últimos años le he prestado muy poca atención (su anterior libro no lo leí), este nuevo me apetecía leerlo y la verdad que, tristemente, me ha decepcionado un poco y me ha parecido bastante rollo. Es como un monólogo interior infinito, que aunque tiene muchas cosas interesantes (a ver, es Ray Loriga, escribe de lujo), tiene muchísimas otras divagaciones aburridas que me daban sueño. Igual es una obra maestra que se escapa a mí capacidad y que yo no sé interpretar, no sé. Qué rabia. No le pongo mala puntuación por el final, la verdad. El final lo mejora todo. El libro merece la pena solamente por ese final. Ay Ray, me tienes contenta.
Este soy yo, TIM, un inventario fragmentario de una identidad en duermevela
La premisa de este libro es engañosamente simple: el narrador despierta en una cama desconocida, inmovilizado y con una amnesia selectiva que lo obliga a reconstruir su vida a partir de fragmentos, siendo su única constante las figuras de Elisa y el enigmático Tim. Loriga, quien ha trabajado con cineastas como Almodóvar y Saura, aplica aquí una técnica de guion despojada, la acción se centra en la turbulencia mental, en la conversación febril que el narrador mantiene consigo mismo.
Esa conversación es la fuerza de esta historia, que como en la portada, se antoja sin pies ni cabeza, la resignación del narrador a su estado de inmovilidad y la futilidad de sus esfuerzos mentales sumado a la lucha por "engranar un recuerdo con otro" para componer su mosaico de realidad se convierte en un viaje trepidante y confuso, casi psicodélico. El texto derrapa constantemente en los arcenes de lo psicoanalítico, sugiriendo distorsiones físicas que nos recuerdan la estética de directores de cine surrealista como Giórgos Lánthimos pero, con una sintonía particular: la de quien está dispuesto a digerir el surrealismo de la vida cotidiana.
La literatura de Ray Loriga ha evolucionado desde el enfant terrible de los noventa hasta una prosa depurada, casi minimalista, que en "TIM" se convierte en una cámara de eco existencial, porque si nuestra identidad se construye a través de la memoria, ¿cuánto de lo que somos es una fábula que preferimos recordar? En esta era de "Literatura Causa" (como la llama Loriga, refiriéndose a obras con un mensaje didáctico), ¿no es el mayor acto de resistencia literaria presentar una historia que es puramente un ejercicio de conciencia? ¿Podría el enigmático Tim ser no una persona, sino el Tiempo mismo?
"TIM" es como un reloj de arena que se ha detenido. El narrador, inmovilizado en el lecho, es un puñado de granos de arena dispersos; cada recuerdo, cada nombre—Elisa, Tim—es un diminuto cristal con la luz reflejada. La novela no busca voltear el reloj para que el tiempo corra de nuevo; su valor reside precisamente en ese instante de suspensión. Loriga nos ofrece la extraña belleza de la pausa en el frenesí, donde la conciencia, al no poder actuar, se ve obligada a realizar su inventario final, descubriendo que la verdadera narrativa de nuestra vida no está en los hechos, sino en la fragilidad lírica con la que intentamos recordarlos.
"A los monstruos nos encanta estar en grupitos porque supongo que se nota menos nuestra condición al carecer de contraste."
La verdad, no sé muy bien qué he leído.
Es la primera vez que leo al autor y no sabía qué esperarme de su pluma y tengo que decir que mi primer contacto con él ha sido desconcertante.
No hay un hilo conductor. La historia se divide en tres capítulo que conforman el nombre del título: TIM. La historia, es un compendio de ideas, sueños que tiene el protagonista del que no sabemos su nombre si quiera y que no tienen conexión ninguna, solo dos nombres se repiten: Tim y Elisa.
La premisa es interesante, fue lo que más me llamó la atención. El protagonista se encuentra en una cama de la que no puede moverse y no sabe por qué. A partir de ahí, cada capítulo se convierte en un desfile de recuerdos o sueños o historias que el protagonista comienza a explicar sin saber por qué los tiene ni a dónde los lleva.
Me he sentido como el protagonista, perdida y sin entender qué estaba leyendo, a dónde quería ir a parar todo el relato, por qué estaba intentando entender los sueños y recuerdos de este personaje. No hay una trama clara, no hay un objetivo claro y la prosa del autor es enrevesada y llena de florituras que han hecho que la lectura me sea más lenta.
Y el final me ha resultado una salida fácil a todo el relato. ¿Tiene sentido? En términos generales diría que sí, pero me ha dejado fría, con ganas de saber y entender qué pasa en realidad. Ha sido un final rápido y repentino que tampoco me ha resuelto las dudas que tenía.
Esta es mi percepción de la historia y el primer contacto con el autor, quizá al no estar acostumbrada a su pluma o a sus historias me haya resultado complicado entender lo que estaba leyendo.
Si os gustan las novelas con historias algo raras, puede ser una lectura interesante y que te saque de lo normal.
Soy muy de Loriga y voy a seguir leyendo sus libros, aunque haya avanzado por las páginas de 'TIM' sin gran interés. No he encontrado grandes cosas en la amalgama de elucubraciones, no sé si se puede tildar de cavilaciones, que conforman 'TIM'.
De los muchos temas planteados en esta breve novela, puedo encontrar alguna idea de cierto mérito, sugerente, y las páginas finales otorgan las piezas necesarias al lector para lograr dar forma a un puzzle que hasta ese momento era difícil de hacer encajar. Siempre me llama la atención lo que suele decir o contar Loriga, pero me interesa todavía más el cómo lo hace. En Loriga nunca me había encontrado con una escritura intrascendente como sí ha ocurrido en este libro. A mi juicio, sólo he encontrado esa escritura de Loriga que lo convirtió en uno de mis autores predilectos en las primeras páginas de la novela.
En sus obras la trama siempre me ha dado algo igual, ya que la propuesta formal siempre me era más que suficiente; sin embargo, el encontrarme un Loriga poco inspirado me ha hecho ver inevitablemente las costuras de la novela.
Csm. qué difícil reseñar esta nueva novela de Ray. No le recomendaría este libro a nadie que no ame Loriga, porque vas a la deriva durante el 98% del libro, y la única forma de aguantar ese nivel de incertidumbre durante 130 páginas es que te guste su forma de extraviarse en el lenguaje y las ideas. El final me impactó. Te reconfigura el libro y lo hace subir varios peldaños. Hasta dan ganas de volver a leerlo conociendo ya la premisa xD.
Igual tiene varias de esas imágenes o frases que Ray pone y que luego es imposible olvidar:
"Sólo hay dos formas dignas de abandonar una fiesta: odiándote a ti mismo u odiando a todos los demás."
"Esta mañana, los recuerdos van de aquí allá como un cartero despistado que no sabe de quién son las cartas ni en qué dirección entregarlas, ni dónde quedan los buzones donde habrá de recogerlas, pero que todavía mantiene firme la gorra"
"Tim" de Ray Loriga entra dentro de los artefactos literarios donde el lector avanza fatigosamente en una oscura selva abriendo paso a machete. Vas elaborando la trama o la supuesta trama que Loriga quiere que veas, coges y sueltas, sueltas y coges. Adquieres piezas del puzzle, lo vas mezclando con tu experiencia vital, nada cuadra porque vas dentro de la noria como un ratón, el lector queda en la jaula y la trama solo tiene sentido al final. Y vuelves a empezar el libro, rodando en la noria que Ray Loriga te ha preparado con tanto esmero. Merece la pena tanto esfuerzo, tanto laberinto, tanto juego, yo creo que sí, el palo y la zanahoria te crean una sensación de estar perdido, para luego entender y abrirse puertas. ¿No será que Ray Loriga nos haya recreado la opera "El castillo de Barbazul" de Bela Bartók en versión 2.0? ¿es una broma infinita? ¿es filosofía? ¿es futuro presente?
[2025] TIM puede ser una prueba del buen estado de forma mental y de estilo de Loriga para sus acólitos, o bien, un destartalado artefacto efectista para sus detractores. Yo me lo he ventilado con gusto porque me ha parecido bien planteado y mejor rematado. Disertaciones de estas suyas, un poco de intríngulis, algo de cinismo, un texto fantásticamente puntuado, lo de siempre vamos. Podrá acertar con tu yo lector más o menos pero hay que estar ciego para no ver aquí su oficio, y ya de larga distancia, de escritor.
La lectura intrigante, una excelente escritura, una historia complicada, sentimientos encontrados y un final inesperado. Las conexiones y el sentimiento que crea la historia que puede ser identificado humanamente, la vergüenza, las multi personalidades mentales con un final loco y moderno. "Todos los mentirosos cultivan la imaginación y se guardan mucho de mantener lealtades con los hechos fehacientes". "Y, sin embargo, algo sí has conseguido". Un alto grado de VERGÜENZA. Mi puntuación es un 3.5 de 5. ¡Entretenido, pero un BAH...!! Final
A mí, al contrario de lo que estoy viendo en otras reseñas, el final no es lo que más me ha gustado. El libro podría resumirse como la suma de todas las divagaciones al despertarse un domingo sin prisa, o del tiempo entre el sueño y vigilia que se pasa con el insomnio. El paseo por todas las preocupaciones, por una biografía que ni siquiera tienes claro si es la tuya... y una forma de escribir, de describir, para mí, excepcional.
A pesar de que las novelas de Ray Loriga me fascinan, por su frescura, su prosa y su capacidad para combinar comedia y reflexión, no puedo decir que esta me haya gustado. Me ha costado bastante entrar en la historia, que no deja de ser un cúmulo de ideas aparentemente inconexas. Aunque el final es atrevido, eso hay que reconocerlo, me ha dejado bastante frío.
La simpleza de los pseudoliteratos buscan libros donde esté todo definido. Gente con inteligencia escasa que se las da de una cosa que no son. Obviamente, es una reseña para provocar porque soy un fanático de Ray Loriga y me encanta como crea una atmósfera que de golpe estalla.
Definitavemente no es el mejor libro para comenzar a leer a Ray Loriga. El final es increíble, un plot twist tremendo que confirma la calidad de la prosa de Ray; pero no creo que las más de 100 páginas anteriores justifiquen las últimas 3. De todos modos, el proceso de autoidentificación en base a los recuerdos y las relaciones (reales o no) del narrador se dio de forma brillante. No es un libro fácil, la verdad, pero no por eso es malo.
TIM no es una historia sobre una IA, sino una búsqueda de identidad desde un enfoque íntimo y formal: un viaje literario iniciado en la confusión de la vigilia que desemboca en una imagen simbólica de “lo robótico” como espejo existencial.
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Le pongo tres estrella porque el final no me lo esperaba y me ha hecho gracia. Pero el resto del libro esperaba una serie de divagaciones/locuritas sinsentido. Me quedo con que me gusta mucho el estilo y la forma de escribir del autor y con el final sorpresa.