Cuando un software corrupto infecta la nave generacional Escila, la misión de salvar a los pasajeros recae en un insólito grupo de tripulantes.
La nave generacional Escila alberga pasajeros criogenizados a quienes prometieron empezar una nueva vida en un planeta lejano. Durante casi doscientos años de viaje espacial esperando llegar a su destino, los pasajeros han vivido conectados a mundos imaginarios maravillosos, creados para su entretenimiento y estimulación. Sin embargo, al aproximarse al que había de ser su nuevo planeta, la tripulación de la Escila descubre que este ya ha sido ocupado por otros colonos.
El verdadero problema, sin embargo, da comienzo cuando algo en los servidores que mantienen a los pasajeros inmersos en sus realidades virtuales respectivas empieza a fallar. Todo el mundo a bordo de la Escila corre ahora un grave peligro, y el cometido de salvar a la nave de su destrucción recaerá en un pintoresco grupo de tripulantes.
"Alfredo Álamo (Valencia, 1975) escribe bordeando territorios fronterizos, entre sombras y engranajes, siempre en terreno de sueños que a veces se convierten en pesadillas.
Ha publicado cuentos en revistas y prestigiosas antologías dedicadas al terror y la ciencia ficción como Aquelarre (Salto de Página), Paura o Artifex, además de novelas como Kobold o Maginot. En 2014 publicó su primera novela para jóvenes adultos, Tormenta , cuya continuación, Plaga, apareció en 2018
En el campo del microrrelato ha publicado dos antologías, Lunarias (Viaje a Bizancio, 2005) y Bestiario infame de la ciudad adormecida (Amargord, 2015). En 2010 publicó el poemario de poesía breve El necrófago galante en el sello 23 escalones.
El detective que tenía mariposas en el estómago (Orciny Press, 2018) fue su primera incursión en el género Bizarro al que siguió Morder el bordillo (2020).
Dentro del campo del terror social y la fantasía oscura ha publicado la antología "La vieja sangre" (2022) y la novela "After Punk" (2023). En 2025 apareció su primer título de ciencia ficción, "El sueño de Escila". Su última novela se enmarca dentro del terror histórico: Cámara Oscura (El transbordador, 2025).
Ha sido ganador de 9 Premios Ignotus, tanto por relato y poesía como gracias al webcómic La legión del espacio, publicado en colaboración con el dibujante Fede Carroza. En 2019 ganó el prestigioso premio de relato Domingo Santos."
Hay libros que, cuando los terminas, te dejan en una especie de trance. Necesitas unos minutos (o días) para procesar lo que acabas de leer, como si tu mente tuviera que reajustarse para volver a la realidad. Una historia que te atrapa desde la primera página y que, cuando la cierras, sigue dando vueltas en tu cabeza.
Nos encontramos con una trama de ciencia ficción que mezcla exploración espacial, inteligencia artificial y realidades virtuales de una manera espectacular. La historia nos sitúa en una nave donde los pasajeros viajan "dormidos", pero no de la manera que podrías imaginar. En lugar de un sueño profundo, pasan el tiempo en mundos virtuales, lo que ya de por sí es una premisa fascinante. Todo parece bajo control hasta que un virus aparece en la nave y la línea entre lo real y lo simulado empieza a desdibujarse.
Uno de los puntos fuertes del libro es la forma en que se juega con las capas de realidad. A medida que avanzas en la lectura, te das cuenta de que nunca puedes estar completamente seguro de qué es verdad y qué es solo una construcción digital. Esto crea una sensación de misterio constante, haciendo que cada página te impulse a seguir adelante con ansias de descubrir qué está ocurriendo realmente.
Los personajes son otro gran acierto. No son los típicos héroes perfectos, sino que tienen sus propios conflictos, dudas y secretos. Además, hay un elenco bastante peculiar que aporta dinamismo a la historia y hace que la experiencia sea aún más rica.
El final te obliga a repasar mentalmente todo lo que has leído para encajar las piezas. Es un desenlace que no solo sorprende, sino que le da un nuevo significado a toda la historia.
Tenía muchísimas ganas de una lectura de ciencia ficción ligera, cortita y muy entretenida para sobrellevar estas tardes y noches infernales de verano… ¡ y El sueño de Escila, publicado por Obscura Editorial, ha sido justo lo que necesitaba!
Una historia ágil, perfecta para devorar en un par de días, que me ha tenido totalmente enganchada. En general, la he disfrutado mucho.
Puntos Positivos
🌹Estamos ante una novela corta de ciencia ficción que, además del clásico sabor a space opera, incorpora también toques de thriller que le dan un ritmo muy dinámico. Es una combinación que funciona muy bien y me ha encantado.
🌹Te vas a encontrar con un viaje por las estrellas, mundos virtuales, muchas IA, un asesino...
🌹Desde el principio de la novela ya están pasando un montón de cosas, tiene un ritmo muy bueno y la acción no decae en casi ningún momento.
🌹La parte final me ha tenido totalmente atrapada y el final me ha dejado con muy buen sabor de boca, es de esos finales que no dejan indiferente a nadie.
Puntos Negativos
🥀Al ser una novela tan breve, no da tiempo a profundizar demasiado en los personajes. Son agradables, alguno te cae mejor que otro, pero en general no logran dejar una huella demasiado profunda y su paso por la historia te dejan un poco indiferente.
🥀Me habría encantado que se profundizara más en la historia de fondo de la nave, de sus pasajeros y en el contexto general de todo lo que está ocurriendo. Se dan algunas pinceladas aquí y allá, pero para mí no ha sido suficiente.
Ha sido una lectura perfecta para desconectar: entretenida y con ese punto de intriga espacial que engancha. Aunque me habría gustado una mayor profundidad en personajes y en el trasfondo del universo, cumple muy bien como novela corta de ciencia ficción ligera. Ideal para leer del tirón en una tarde calurosa de verano.
«Ese avatar estaba muerto de verdad. ¿Y la pasajera? ¿Qué le habría ocurrido? Es más, la pregunta que comenzó a atenazar la mente de Hunter era: “¿Qué me puede pasar a mí?”».
Me gustaría que leyeran el libro que les quiero recomendar hoy sin saber absolutamente nada de él para que lo puedan disfrutar por completo. Pero como puede ser insuficiente solo decirles que deberían ir a su librería más cercana y comprar El sueño de Escila, de Alfredo Álamo, porque es la novela más divertida y sorprendente que he leído últimamente, trataré de hablarles del libro sin revelarles demasiado. Porque la verdad es que no están preparados para abordar esa nave generacional y descubrir que lo que debería ser un viaje interestelar tranquilo no sale demasiado bien.
Cris: ¡Hola, Valle! Acabo de terminar "El sueño de Escila" de Alfredo Álamo, el libro sobre el que me preguntaste el otro día 📚
Valle: ¡Hola! ¿Y? ¿Qué tal? ¡Me llama mucho la atención!
Cris: Pues mira, es una space opera con una premisa que promete mucho: una nave generacional llena de pasajeros criogenizados que se enfrentan a un fallo en sus sistemas de realidad virtual. 🚀💻
Valle: Uy, eso suena bien. ¿Y cómo lo desarrolla?
Cris: Tiene momentos interesantes, sobre todo el tema de la inteligencia artificial y los "respaldos" (no te digo más para no spoilearte). Me flipó esa parte, la verdad. Pero... esperaba más.
Valle: ¿Más de qué?
Cris: Más ciencia ficción dura y menos aventura. Es una novela corta, y creo que le faltó desarrollo. Los personajes me parecieron un poco planos, no acabé de conectar con ellos. 😕
Valle: Ah, vaya. ¿Y la trama?
Cris: La trama tiene ideas buenas, pero se me quedó corta en profundidad. Aunque el giro final me dejó con la boca abierta. ¡Eso no me lo esperaba!
Valle: ¡Uy, eso siempre mola! ¿Y es fácil de leer?
Cris: Sí, es de lectura ágil, aunque el capítulo inicial me desorientó un poco 😖 Pero en general, se lee rápido.
Valle: Entonces, ¿lo recomiendas?
Cris: Pues si te gustan las space operas con toques de tecnología y aventura, sí. Pero no esperes una obra muy profunda, es más entretenimiento⭐️
Valle: Vale, me lo apunto. A ver si le echo un vistazo... 😊
Cris: ¡De nada! Oye, ¿sabías que este libro es hijo de la pandemia? Alfredo Álamo lo escribió durante los días de confinamiento, y se nota que la idea de estar "atrapado" en un espacio limitado (como la nave) tiene mucho que ver con eso. 🦠
Valle: ¡Vaya! Eso le da un toque interesante. ¿Y qué más sabes del autor?
Cris: Pues es un escritor y guionista valenciano muy versátil. Se especializa en literatura fantástica, especialmente terror y subgéneros "raros" como el bizarro. Ha ganado 8 Premios Ignotus y ahora es uno de los responsables de la editorial La Magnífica. 😎
Valle: ¡Genial! Pues ahora me pica más la curiosidad. Cuando lo lea, te cuento.
Sabes que has leído un gran libro cuando lo acabas y tu cabeza necesita un tiempo para asimilarlo todo, para volver a la realidad... pues esta lectura ha sido así!!
Tenemos un viaje espacial en una nave dirigida por una inteligencia artificial y pasajeros "dormidos" hasta su destino. Aunque no están del todo dormidos, porque pasan el tiempo en mundos virtuales. El problema llega cuando un virus aparece en la nave.
Acción, capas de realidades superpuestas, personajes de lo más peculiares y un final de infarto!
Este libro de ciencia ficción lo tiene todo para atraparte y maravillarte, con una gran construcción y y detalles que le dan sentido a todo.
Este es mi segundo libro de Alfredo Álamo y, tal y como me sucedió con Afterpunk, he acabado de leerlo absolutamente sorprendida y con la sensación de haber pasado un buen rato de la mano de unos personajes alucinantes.
Esta novela de ciencia ficción contiene multitud de elementos tremendamente atractivos y muy de moda, por qué no decirlo, como es el caso de la Inteligencia Artificial. También tiene mucha acción, algunos momentos de tensión y miedito, escenas de lucha, algo de humor...
Una historia de ciencia ficción sobre un viaje dentro de una enorme nave, la Escila, pero que se atreve a añadir un montón de elementos a la mezcla. Y justo por eso, por la mezcla de ideas, de capas, de trucos, me gusta. Algo así como un capítulo perdido de Star Trek: The Next Generation que se mezcla con el aspecto más espacial de Doctor Who dentro de una buena idea de Black Mirror y alguna pincelada de terror de fondo. Entretenidísima, atrevida, juguetona y uno de esos raros casos en los que, al terminar, estás esperando una segunda vuelta.
Quan comences a llegir i veus tot els ingredients del menú penses "això no pot sortir bé": monstres, naus generacionals, IAs, robots, Babilònia i el Londres victorià... I de cop entres en l'argument i abans que te n'adonis surts per la porta de la darrera pàgina.
En resum, magnífica novel·la d'entreteniment (i ho dic en el millor dels sentits, no tota la ciència-ficció ha de ser super reflexiva) amb gran ritme narratiu, bons personatges, fantàstica ambientació i llargada molt mesurada (180 pàgines) al servei de la història.
El sueño de Escila parte de la premisa de una space-opera: una nave generacional viaja por el espacio en busca de la promesa de una nueva vida en un lejano planeta. Durante el largo viaje, los pasajeros permanecen criogenizados, con su mente sumida en mundos de realidad virtual. Mientras tanto, es la IA de la nave la que toma las decisiones importantes. Pero, la verdadera trama empieza cuando estos sistemas de realidad virtual controlados por IA empiezan a fallar, dando inicio a una carrera contrarreloj para salvar a todos los tripulantes.
Aunque la acción transcurre a bordo de la nave Escila, el hecho de tener a los tripulantes en mundos de realidad virtual permite al autor crear varios escenarios alternativos: un Londres victoriano dónde Jack el Destripador campa a sus anchas, realidades modo supervivencia o la antigua Mesopotamia. Cosa que te hace sentir como si estuvieras en diferentes escenarios dentro de un videojuego, cosa que me ha gustado mucho y le da un toque fresco a la novela.
Otro punto a destacar es el elenco de personajes: Ana, una antigua bibliotecaria convertida en sargento y experta en enfrentarse a tiros con monstruos; Hunter, un detective experto encargado de investigar los crímenes de Jack; y 126, uno de los respaldos creados por Navegación (la IA capitana de la nave) para labores de mantenimiento, pero con ideas propias. Personajes que si bien no son perfectos, consiguen ganarse al lector.
Mundos virtuales, IA, asesinos en serie, monstruos, una misión imposible... Convierten a El Sueño de Escila en una novea corta, pero intensa, cargada de acción y buenos giros que te mantienen enganchado hasta el final.
La ciencia ficción siempre ha sido un género de posibilidades infinitas, capaz de imaginar futuros alternativos y reflexionar sobre los límites de la tecnología. En El sueño de Escila, nos encontramos con una novela de anticipación que reúne los elementos clásicos del género, pero con un enfoque contemporáneo en el que la inteligencia artificial y la visión del futuro desde el siglo XXI juegan un papel clave en un posible futuro donde la humanidad busque nuevos destinos para crear una nueva civilización. Toda la historia transcurre dentro de una nave espacial que partió de la Tierra hace más de 300 años. Sus pasajeros permanecen crionizados y conectados a un mundo virtual en el que pueden habitar escenarios históricos recreados, participar en zonas de juego o explorar otras simulaciones. Aunque el objetivo del viaje se menciona en algunos momentos para contextualizar la trama, no es un elemento central en el desarrollo del argumento, aunque tiene su importancia por la información que tiene la IA y que el lector conoce, pero no los pasajeros crionizados. Sin embargo, en esta nave que surca tranquilamente el espacio, no todo es tan idílico como parece. Algo no funciona del todo bien, y la inteligencia artificial que la controla —junto con sus respaldos, fragmentos de sí misma diseñados para gestionar distintos aspectos de la nave— no parece percatarse de que empiezan a surgir errores, así como comportamientos extraños tanto en los respaldos como en algunos avatares de los humanos crionizados. Alternando entre el mundo virtual que va a su propia velicidad y la realidad de la nave a tiempo real, el autor construye una trama compleja que explora la posibilidad de que una IA activa durante más de 300 años también pueda desarrollar fallos. En sus procesos de autorreparación, partes de su código pueden haberse deteriorado, de la misma forma en que las mutaciones en el ADN pueden generar enfermedades. La historia sigue a distintos personajes: la IA principal, algunos de sus respaldos y ciertos avatares humanos. El tratamiento de cada personaje y sus particularidades está muy bien desarrollado. La idea de que cada copia de la IA posea una personalidad propia y un determinado porcentaje de similitud con la principal, lo que la hace más o menos óptima para ciertas funciones, aporta una perspectiva fresca y original. El autor juega con el lector, que al principio puede sentirse un poco perdido, pero a medida que avanza la historia va encajando todas las piezas. Conforme se acerca el final del libro, la magnitud del problema se revela en su totalidad. El desenlace es inesperado y, en mi caso, me ha parecido brillante. No es un final convencional ni busca complacer a todo el mundo, alejándose de cierta tendencia actual de ofrecer cierres diseñados para contentar al lector en lugar de mantenerse fieles a la historia narrada.
Esta novela hará las delicias de quienes buscan en la ciencia ficción un ejercicio especulativo que plantee futuros posibles a partir de los conocimientos actuales. Con un enfoque accesible y una trama intrigante, ofrece una visión original sobre el impacto de la inteligencia artificial en el devenir de la humanidad.
El sueño de Escila es una obra breve y sorprendentemente eficaz. Una space opera que, sin dejar de primar el entretenimiento, propone una divertida visión sobre el potencial y los peligros de las inteligencias artificiales. Con desparpajo y talento, Alfredo Álamo humaniza a los androides, los sitúa en un plano de igualdad con los humanos (¿habéis visto la serie Westworld?) y, en un giro propio de un videojuego, enfrenta a lo peor de los suyos con lo peor de los nuestros.
Álamo juega a ser dios. Construye un universo entero para divertirse con la Escila, una nave que surca la galaxia buscando un destino al que no llegará jamás. Los humanos que la habitan, criogenizados, ignoran que probablemente mueran antes de encontrar un planeta que colonizar. Y es sabido que la mayoría de los dioses tienden a la pereza y a eludir responsabilidades. Por eso, el autor valenciano también da vida a Navegación, su demiurgo: una IA que gobierna la nave y genera entornos virtuales para que las mentes de los humanos “vivan” a la espera de alcanzar su incierto paraíso. También será a ella a quien habremos de reclamar cuando las cosas vayan mal, pues creará (¿a su imagen y semejanza?) a los Respaldos, un puñado de androides que velarán por que todo funcione en el plano físico.
Sin embargo, y a pesar del potencial de la idea, Álamo prefiere dejar las cuestiones morales y metafísicas (quizá estas últimas solo las vea yo, que no ando muy bien de la azotea), en manos del lector. Porque a esta novela se viene a divertirse, a jugar, y para eso la llena de acción con un detective a la caza de un asesino en serie, una bibliotecaria convertida en sargento de combate, monstruos salidos de los rincones más oscuros de las líneas de código y un Respaldo imperfecto que, tal vez, sea la única esperanza de los seres de silicio y de carbono.
Aquí, la prosa de Alfredo Álamo es, como casi siempre, ágil, contenida y eficaz. Se apoya en el vocabulario informático lo justo para hacer creíble la historia, pero no deja que la obra pierda la accesibilidad y el dinamismo que caracterizan a las space operas y los thrillers de acción. Como decía al principio, dota a las IA de voz, emociones y conflictos internos, hasta convertirlas en personajes con los que empatizar. Y la historia, en su brevedad, condensa más ideas que muchas novelas de quinientas páginas. Solo un pero: la Escila no es una nave generacional, tal y como indica la sinopsis. En una nave generacional, los pasajeros nacen, se reproducen y mueren a bordo; no viajan criogenizados.
¿Qué criatura no mentiría a un padre (o a un dios) al que teme? ¿Pueden los universos simulados ser el nuevo paraíso? ¿Es esta realidad lo que vemos o solo lo que nos hacen ver? ¿Te atreverías a saltar de tu mundo al de la Escila?
A El sueño de Escila no hi he trobat el que esperava, potser a causa de les expectatives màximes, encara ho haig de processar. El tema de les naus generacionals és un dels meus tropos favorits de la ciència-ficció, i sens dubte va ser l'argument de pes per llençar-me a llegir la novel·la. Em va captivar la premissa inicial en què els colons viatgen criogenitzats a l'espera d'arribar a Rigel IV —el planeta que esperen colonitzar— i que, un cop allà, es troben que no hi podien baixar, forçats així a prosseguir un camí sideral incert. Bé, de fet ells ni tan sols en són conscients, ja que viatgen immersos en els seus somnis artificials, és la IA de la nau la que pren aquesta decisió per ells.
I potser és aquí on rau gran part del problema pel qual no he connectat amb la novel·la i els seus personatges. Gairebé tota la ciència-ficció que hi he trobat és relativa a IA, androides i escenaris virtuals, però gairebé res referent a aquesta nau generacional tret d'alguns escenaris, això sí, força ben dissenyats. El conflicte, que és prou interessant, es genera per la deriva d'aquesta IA central i els seus servidors, així com la gestió que es fa d'un problema tècnic. La trama en si comença de forma trepidant i un pèl caòtica, un joc que ens proposa l'autor i en el qual em va costar molt entrar. Un cop a dins, em vaig trobar amb personatges que, pel fet de ser IA i estar sotmesos a excessives regles, no m'hi van permetre empatitzar; tampoc els personatges humans em van atraure, tot i que vaig trobar molt original l'autèntica identitat d'en Hunter.
En definitiva, El sueño de Escila m'ha semblat una correcta novel·la d'acció més que no pas de ciència-ficció, amb uns personatges i una tensió narrativa que no m'han atrapat. Hi albiro un punt de ficció especulativa amb el tema de les IA, però no sé si és el to o la trama no m'hi han permès entrar. Tot plegat ho he vist com un videojoc que passava davant dels meus ulls, però amb el qual no he tingut ganes d'interaccionar. Repeteixo, segurament és un tema meu i no pas de la novel·la, però és clar que no tot ens ha d'entusiasmar. Haig de dir, en canvi, que no descarto ni de bon tros rellegir-la en un futur, a veure si les sensacions que tinc són millors i entro en el joc narratiu que ens ofereix Alfredo Álamo, un autor solvent que sap entretenir i en més d'una ocasió m'ha fet xalar de valent.
Escuchada la recomendación en el programa 14 de "Problema en Tritón" me fui de cabeza a por él. Salvando algunas erratas que se solucionarían por parte de la editorial (supongo) de manera rápida y te sacan de la narración, El sueño de Escila es un shooter magnífico, divertidísimo y exquisitamente bien narrado, con un ritmazo que haría las delicias de la mismísima Ripley. Os lo recomiendo de cabeza si os va la temática.