Es una novela ambientada en Madrid que te sumerge en cada calle, casi puedes pasear por la verbena de San Isidro, oler la chocolatería de Esteban, escuchar el ruido del mercado, rozar las hojas que caen mientras están en el parque del Retiro.
Las mujeres que presenta la autora tienen un carisma y una fortaleza que te dan ganas de tomarte una limonada con ellas y preguntarles cómo les está yendo.
Es una historia que te engancha, es difícil parar de leer. Toca temas como el machismo, el clasismo, la diversidad afectivo-sexual y la guerra civil como telón de fondo, todo de una forma muy bien integrada.
A nivel personal, como madrileña y como nieta de una andaluza que fue a Madrid a servir me ha conmovido.
Me recuerda a obras como Nada de Laforet y La voz dormida de Chacón.