Amena y aguda, encantadora de leer y más aún de releer, ésta una obra insólita en la literatura acerca de la formación de lectores dentro y fuera de la escuela, por que muestra cómo y por qué formar lectores y escritores en la escuela, pero sobre todo por que lo hace gozosamente, sin repetir lemas acerca del placer de la lectura, pero provocándolo. Escrita desde la voluntad de registrar y aclarar dudas y hallazgos, la obra muestra cómo la biblioteca de una escuela modesta puede hacer mucho por romper la cadena de condicionamientos que impide a millones de personas ser ciudadanos activos de la cultura escrita. Una obra luminosa que, como señala Delia Lerner en su prólogo, avanza en la "construcción de nuevos posibles en el marco de la realidad escolar".
encontré por casualidad este librito en el cra y como tenía ganas de formarme más en lo que respecta a bibliotecas escolares, me vino super.
lo empecé a leer en junio cuando algunas cosas comenzaron a volverse difíciles. ser bibliotecaria en un colegio es solitario, y no es una soledad optativa. el problema principal de esto, es que no hay gente a la que recurrir cuando se presentan inquietudes o cuando se necesita la voz de la experiencia.
leer este libro, aunque mi primera impresión fue escéptica, me hizo sentir menos sola en esto y que los problemas que estaba percibiendo eran compartidos, probablemente por muchas otras personas con este trabajo.
fue bacán conocer la experiencia de una colega al otro lado del continente, me gustó que su enfoque no fuera en lo técnico, sino que en lo humano, que al final es lo que una ve a diario y lo que mas peso tiene cuando se trabaja con personas.
Un hermoso libro que relata el camino de una profesora que decide convertirse en bibliotecaria, con sus altos y bajos logra conmover a quienes realizamos tareas similares :)
Me quedo con algunas citas del texto como:
"...éstos son los libros que están en mi escuela, con los que trabajo y con los que tengo el compromiso de provocar que los chivos se acerquen a mirarlos y a leerlos... ¡Ah, si los autores supieran cómo navegan sus libros en las dulces aguas de mi biblioteca!"
"...La biblioteca no es una clase, la[el] bibliotecaria[bibliotecario] no es una[un] "maestro de..." sino alguien que provoca travesías y las acompaña."
Entre otras que me reservo, para que lean el libro!