Correspondencia con Felipe IV . (BIBLIOTECA DE ESCRITORAS. B/E.)

by Mary of Agreda

Desde 1644 a 1649 Felipe IV vive un auténtico calvario, circunstancia que podría explicar su necesidad de apoyo personal en Sor María que, no se puede olvidar, representaba la función de intermediaria entre Dios y la monarquía española. No puede saberse lo que hubiera sucedido con esta correspondencia si las circunstancias hubieran sido otras, pero el hecho es que éstas favorecieron la relación entre el rey y Sor María. Da la impresión de que, después de un par de años de tanteo, el rey se vuelca en Sor María en busca de consuelo tras la muerte de su mujer e hijo y poco a poco su relación se va remansando. (...)Tras la lectura atenta de esta correspondencia no se puede afirmar que los consejos de Sor María influyeran en el rumbo político de la monarquía; tampoco fue un instrumento ciego de determinados grupos de poder, ni una embaucadora que pretendiese dirigir los destinos de la monarquía, una especie de valido en la sombra.Por el contrario, es Felipe IV quien utilizará a Sor María, consciente de que toda ayuda era poca para enderezar la ruina a la que se encaminaba su monarquía.

266 pages, Paperback

Published April 1, 1991

About the author

Venerable Mary of Jesus of Ágreda, OIC, also known as the Abbess of Ágreda (2 April 1602 – 24 May 1665), was a Franciscan abbess and spiritual writer, known especially for her extensive correspondence with King Philip IV of Spain and reports of her bilocation between Spain and its colonies in New Spain (now New Mexico and Texas). She was a noted mystic of her era.

A member of the Order of the Immaculate Conception, also known as Conceptionists, Mary of Jesus wrote fourteen books, including a series of revelations about the life of the Blessed Virgin Mary. Her bilocation activity is said to have occurred between her cloistered monastery in rural Spain and the Jumano Indians of central New Mexico and West Texas, and inspired many Franciscan missionaries in the New World. In popular culture since the 17th century, she has been dubbed the Lady in Blue and the Blue Nun, after the color of her order's habit.