Una metáfora del encierro existencial en la que está atrapado el hombre moderno. Un edificio de la colonia Condesa, en el corazón de la Ciudad de México, está los servicios telefónicos y de energía eléctrica han sido suspendidos, nadie puede salir o entrar, no hay comunicación con el exterior. Pero la vida en cada uno de los veinte departamentos continúa y sus habitantes, sin escapatorias posibles, tienen que enfrentarse con la imagen misteriosa y dramática de un universo cerrado. ¿Hasta dónde se extiende ese sitio que parece no tener fin? ¿Se trata de un sitio real o es más bien la alucinación del sacerdote alcohólico, desde cuyo punto de vista conocemos una parte de la historia? Vivir en la Ciudad de México -la más populosa, la más extendida, la más contaminada y una de las más inseguras del planeta- puede resultar la experiencia apocalíptica de inminencia cotidiana con la que Ignacio Solares regresa a las estructuras cerradas y ambiente fantástico de sus primeras obras Anónimos, Delirium Tremens, para acercarse, con la elegancia de lenguaje y estructura que le caracterizan, a complejas situaciones humanas. El mosaico resultante constituye una gran metáfora del encierro existencial en que sin remedio está atrapado el hombre moderno y del cual sólo la fantasía, el amor y la experiencia de Dios sin intermediación alguna constituyen las únicas salidas posibles. Una metáfora del encierro existencial en la que está atrapado el hombre moderno. Un edificio de la colonia Condesa, en el corazón de la Ciudad de México, está los servicios telefónicos y de energía eléctrica han sido suspendidos, nadie puede salir o entrar, no hay comunicación con el exterior. Pero la vida en cada uno de los veinte departamentos continúa y sus habitantes, sin escapatorias posibles, tienen que enfrentarse con la imagen misteriosa y dramática de un universo cerrado. ¿Hasta dónde se extiende ese sitio que parece no tener fin? ¿Se trata de un sitio real o es más bien la alucinación del sacerdote alcohólico, desde cuyo punto de vista conocemos una parte de la historia? Vivir en la Ciudad de México -la más populosa, la más extendida, la más contaminada y una de las más inseguras del planeta- puede resultar la experiencia apocalíptica de inminencia cotidiana con la que Ignacio Solares regresa a las estructuras cerradas y ambiente fantástico de sus primeras obras Anónimos, Delirium Tremens, para acercarse, con la elegancia de lenguaje y estructura que le caracterizan, a complejas situaciones humanas. El mosaico resultante constituye una gran metáfora del encierro existencial en que sin remedio está atrapado el hombre moderno y del cual sólo la fantasía, el amor y la experiencia de Dios sin intermediación alguna constituyen las únicas salidas posibles.
Ignacio Solares was a prominent Mexican novelist, editor and playwright, whose novel La invasión (The Invasion, 2004) was a bestseller in Mexico and Spain. Until 2005 he served as the Coordinator of Cultural Activities for Literature and Arts at the National Autonomous University of Mexico (UNAM); he was a faculty member there and directed the cultural magazine Revista de la Universidad de México. He formerly served as director of the Department of Theater and Dance and the Division of Literature at UNAM. He edited the cultural supplement to the weekly magazine Siempre.
Creo que muy seguramente esta historia va a entrar en el top 5 de este año.
El sitio es una novela que nos enfrenta a una situación muy peculiar, enfrentándonos a un planteamiento más íntimo y quizá filosófico de los límites que podemos soportar en un encierro. Tanto físico, emocional e incluso espiritual ¿Que tan bien podríamos enfrentarnos a nosotros mismos? ¿Qué mecanismos desarrollaríamos para defendernos? ¿a qué nos asiríamos tan desesperadamente para darle sentido a una existencia limitada en un espacio de 6x4 mts?
Lo mejor del libro es enfrentarnos a un narrador en el que no podemos confiar. Aún cuando nos encontremos con descripciones lúcidas y detalladas de lo que acontece, no podemos tener certeza de que lo contado no sean las alucinaciones de un pobre ebrio que padece el síndrome de abstinencia. Y aún con esas, este narrador poco confiable tiene la capacidad de hacernos mirar a los ojos de la bestia que podemos encontrar en cualquier espejo.
Imagínense: Por alguna razón me recordó a los libros de Saramago como los ensayos sobre la ceguera y la lucidez o las intermitencias de la muerte.
En un edificio de 20 departamentos en la colonia Condesa en la Ciudad de México ocurre un hecho insólito. Una mañana todos los habitantes se dan cuenta de que ha llegado el ejército y que nadie puede entrar ni salir. Los habitantes son muy variados: un sacerdote, una vidente, un médico, familias con hijos, esposos adúlteros, pero lo más interesante es ver el cambio que se va dando en todos ellos a raíz del encierro, aislamiento y falta de víveres. Una novela que me pareció interesante al enfocarse en las reacciones del ser humano ante una situación que jamás habrían imaginado. Me recordó mucho el encierro que tuvimos que vivir por la pandemia de COVID. Lo único que critico es que el autor de repente se ponía muy filosófico, haciendo esa parte del libro bastante aburrida.