What do you think?
Rate this book


213 pages, Mass Market Paperback
First published January 1, 1955
“… podría admitir probablemente que rara vez ha habido un momento en que no haya escrito sobre él, y si bajo amenaza de muerte tuviera que sentarme mañana a escribir un cuento sobre un dinosaurio, no me cabe duda de que sin quererlo daría a la gran bestia una o dos características que recordaran a Seymour…”El primer relato es muy ágil, con divertidos diálogos en los que Buddy tiene que oír, sin delatar su parentesco, los improperios que se vierten contra su hermano dentro de un coche abarrotado durante una bochornosa mañana festiva. Conoceremos el por qué de la ausencia del novio en las páginas del diario que encuentra su hermano en el apartamento que ambos comparten y que, de paso, nos da una idea de su complicada personalidad matizando la idea que de él nos habían transmitido previamente tanto Buddy como sus parlanchines acompañantes de coche.
“Seymour dijo en una oportunidad que todo lo que hacemos en la vida es ir de un pedazo de Tierra Santa a otro.”Ambos relatos son conmovedores.


“Antes de reunirnos con esos otros, te lo digo en privado, viejo amigo (y desde muy cerca), por favor, acéptame este modesto ramillete de paréntesis tempranamente florecidos: (((()))).”
“¿Es tan terrible que a veces parezcamos la misma persona? La membrana entre nosotros es tan delgada… ¿Es tan importante que tengamos en cuenta qué es lo que pertenece a cada uno? Aquella vez, hace dos veranos, que estuve tanto tiempo, descubrí que tú, Z. y yo hemos sido hermanos por lo menos en cuatro encarnaciones, quizá más. ¿No hay una belleza en eso? Para nosotros, ¿no es cierto que cada una de nuestras personalidades comienza justo en el instante en que reconocemos nuestras tan estrechas relaciones y aceptamos que es inevitable el mutuo préstamo de chistes, talentos, tonterías?”
“Por tu propio bien, no me hagas sentir orgulloso de ti. Creo que es eso, exactamente, lo que estoy tratando de decir. Si nunca más me mantuvieras despierto por orgullo… Dame un cuento que me vuelva vigilante de un modo irracional. Tenme despierto hasta las cinco sólo porque todas tus estrellas han aparecido y no por ninguna otra razón. Perdona el subrayado, pero es la primera cosa que he dicho de tus cuentos que me hace mover la cabeza de arriba abajo. Por favor, no me dejes decir nada más. Creo esta noche que todo lo que le digas a un escritor después de haberle pedido que deje aparecer sus estrellas, son sólo consejos literarios.”