Desde pequeño, Juan Francisco siempre se ha sentido dislocado dentro de su familia. A raíz de la muerte de su madre, se irá fraguando lentamente la necesidad de huir de su pueblo, de ser otro, de crearse una nueva identidad. De esa urgencia, comenzará su éxodo en donde el arte será su único asidero para sentirse partícipe de la vida y con él irá reconstruyendo los fragmentos de su pasado, haciéndonos parte de la pregunta que ?a lo largo de la lectura? nos haremos ¿qué tan real es aquello que nos contamos como nuestros recuerdos? ¿Qué tan fiable, al final de cuentas, es nuestra memoria? María del Mar Ramón teje, con una prosa impecable, bellísimas imágenes en torno a la lenta caída de un hombre que se creyó la historia que se contó sobre sí mismo y sobre la gente que lo amó.
María del Mar Ramón (Bogotá, 1992) es autora de la novela La Manada (Planeta, 2021) y del libro de ensayos Tirar y vivir sin culpa. El placer es feminista (Planeta, 2019). Es columnista de Vice y escribe en diversos medios latinoamericanos. Con el cuento "El deseo es una cicatriz" formó parte de la antología Cuerpos (Seix Barral, 2019). Actualmente trabaja en radio y en el desarrollo de contenidos audiovisuales. Desde 2012 reside en Buenos Aires.
un dramón de aquellos bien escrito tres hermanos, un acierto de la autora, las voces masculinas, las emociones masculinas, las relaciones filiares entre machos el mejor personaje de todos es la memoria, esa que falla, que te esquiva, que te hace trampas y que te lleva a que olvides las cosas tal y como sucedieron
aunque en realidad, en la vida, nada es como es, más bien es como la recordamos, o no? qué cuenta más, la verdad o el recuerdo? creo que es el recuerdo lo que nos deja huella, lo que impide ser felices, hay que tener cuidado con lo que recordamos (o no)
no estaba segura de haber disfrutado del libro, ahora creo que sí no me gusta que los hermanos se hablen de usted, me molesta que se digan mijo, no sé pero me encanta, me encanta el hermano de en medio, Juan Francisco, porque es un caos y porque no mejora y porque no es ningún héroe, ni alguien definido, sino un humano tan errado como cualquiera de nosotros será así o será cosa sólo de sus recuerdos?
a ver cuando más lo lean que opinan, a mí me gusta
Esta novela fue una maravillosa experiencia de lectura. Las frases que construye María para narrarnos los recuerdos de Juan Francisco son preciosas. Los personajes son sólidos y aun siendo consecuentes con su historia personal, nos reservan sorpresas conforme se desarrolla el relato.
Un precioso texto que se disfruta y nos convoca a pensar el poder de la memoria y la construcción de la identidad personal. ¿Somos lo que logramos recordar?
Esta novela, muy bien escrita, nos muestra las vicisitudes e inseguridades de un artista de la tercera edad, que regresa a su tierra natal a saldar cuentas de su pasado. Tenemos que seguirle la pista a esta autora.
¿Qué es la memoria? ¿Lo que nos contamos de uno mismo? ¿Es aquello que nos hicieron, lo que hicimos, lo que dijimos, lo que creamos? Esta palabra nos toma de los tobillos y nos somete, sin darnos tregua ni escapatoria. Parece una marca indeleble, una presencia persistente de la que no podemos prescindir.
¿Podemos, acaso, huir de todas las circunstancias que nos formaron? ¿Podemos negar lo que hicieron de nosotros? Y si no tenemos las herramientas para transformar todo eso en algo distinto… ¿qué nos queda, sino un destino semejante al de un dios griego condenado a un castigo eterno? Como Prometeo, atormentado una y otra vez por el águila que devora su hígado sin descanso.
La memoria es un animal esquivo, de María del Mar Ramón, me ha volado la cabeza —y lo digo con toda la intención y asombro que esa expresión conlleva. Ha sido una lectura que me ha emocionado profundamente, que me ha dejado sin palabras por la potencia y la belleza de sus imágenes. Es una obra llena de símbolos y escenas que se quedan vibrando mucho después de cerrar el libro.
El arte aparece aquí como un refugio, como una forma de redención frente a lo que no puede cambiarse, como una herramienta para dar sentido —aunque sea fugaz— a lo que duele. Y eso, como artista, ha conmovido no solo mi espíritu, sino también mi creatividad. Ha tocado fibras muy hondas y me ha hecho mirar hacia adentro con una honestidad brutal y necesaria.
Es, sin duda, el tipo de libro que uno no solo lee: se vive, se respira, se lleva consigo. La memoria es un animal esquivo se ha convertido, sin exagerar, en mi libro favorito.
un libro precioso. de una sensibilidad terrible, que te trae al pasado y presente de tu propia vida y te cuestiones quién eres: pablo, luciano o josé francisco, o quizás un poco de todos. tremendo libro. muy recomendado.
Una novela de una complejidad textual preciosa y cuyos personajes tienen una potencia afectiva fuerte. La novela pone de relieve la mentira que podemos crearnos sobre la imagen, la narrativa, que hacemos de nosotros y cómo ésta puede romperse frente a otros que recuerdan de manera distinta. Es imposible no conmoverse con esta novela y no padecer con ella la lucha por conservarse incólume en el tiempo y contra el olvido.
Una novela extraordinaria. ¿El haber vivido violencia y maltrato justifica violentar y maltratar a otros ? El daño tan grande que puede hacer el desamor o la desaprobación de un padre Personajes bien construidos Un protagonista humano, enfermo, con reacciones que vienen desde la herida “Quiubo papito”
Uno de los mejores libros que leí en el año y la prueba viviente de que la literatura latinoamericana está en su mejor momento.
La autora tiene una prosa preciosa; cada palabra está elegida a la perfección y la narración es súper poética y fluye. No hay nada librado al azar y de a poco vas juntando las piezas de la compleja historia de vida de un personaje igual de complejo. El narrador es bien gris como los personajes que más me gustan, pero no es para nada detestable precisamente porque escuchar la historia desde su perspectiva lo humaniza.
Trata dos de los que vienen siendo de mis temas favoritos en mis lecturas: la familia y el duelo; y es tan desgarrador como poético y hermoso.
Si está todo el mundo hablando de este libro, es por todas las razones correctas.
Brillante y conmovedor. La frase final te destruye. Es verdaderamente impresionante lo que hace del Mar Ramón con los personajes y con sus memorias. ¿Por qué nos aferramos al pasado? ¿Sirve de algo realmente?
Una novela sobre la perspectiva: sobre los recuerdos y sobre la mirada con la que cada día de nuestras vidas miramos, evaluamos y valoramos nuestra existencia y los hechos que construyen y forman parte de esa existencia: al final todo está en la mirada de quien mira y de quien recuerda. Una historia que nos alecciona sobre las verdades absolutas. Una historia sobre los motores que decidimos escoger para vivir: el rencor, el odio, el perdón, la auto compasión, y el perdonarse, olvidar y olvidarse, amar y amarse.
Con una mirada agudísima sobre la familia, la crianza, la masculinidad, y un poco sobre Colombia, Europa, el mundo del arte y ser migrante esta escritora si que sabe cómo se escribe. Cada capítulo corto tiene la dosis precisa de metáfora, sensibilidad y poesía, crudeza y realidad, acción y drama, y sobre todo un juego con cada uno de los personajes masculinos y sus verdades: los transforma con el paso de las páginas de héroes a villanos y vuelve a hacerlos héroes, en fin juega con ellos para que los amemos, perdonemos y odiemos y volvamos a amar y a perdonar a pesar de sus debilidades y abyecciones.
De resaltar tres capítulos con tres imágenes que son un golpe en el estómago que te deja sin aire: los releí varias veces -masoquista claramente-: - un niño frente a la imagen de Jesús, - un hombre hecho un ovillo en un cuarto de hotel paralizado por el miedo, - el encuentro de dos hermanos y un abrazo final, cuando tal vez no hay más que decir.
En esta historia el mundo masculino duele mucho. Pero hay una carta muy inteligentemente jugada por la escritora, porque en este mundo que nos invita a mirar a los hombres -personajes principales- con sus sensibilidades y cargando sus debilidades y dolores, son finalmente las mujeres, los personajes secundarios aparentemente poco visibles en la historia, las que en realidad sostienen a los personajes masculinos: el recuerdo del amor de una madre que ya no está, la esposa que en silencio acompaña y abraza, la sobrina que no juzga y reconcilia, la tía que ordena y carga el peso de una crianza y una familia que no es la suya.
“Quien somos en el fondo? Somos el nombre que habitamos o el recuerdo que nos habita?”
📖 La memoria es un animal esquivo, de María del Mar Ramón
✒️ Por Trama Books
“Un retrato íntimo de la identidad como construcción frágil. María del Mar Ramón debuta en la ficción con una novela elegante y melancólica sobre el deseo de ser otro.”
Con La memoria es un animal esquivo, María del Mar Ramón —conocida por su activismo feminista y sus ensayos incisivos— da un giro hacia la ficción literaria. Y lo hace con notable madurez narrativa. Su debut novelístico se aleja del panfleto o la consigna para adentrarse en un terreno más ambiguo: el de la memoria como artificio, como refugio y como trampa.
El protagonista, Juan Francisco, es un hombre que nunca encajó del todo en su familia ni en su entorno. Marcado por la muerte de su madre y una infancia que lo dejó emocionalmente descolocado, decide alejarse de su pueblo y reinventarse a sí mismo. Lo hace a través del arte, de la escritura, de las imágenes que decide conservar (o distorsionar). La novela se convierte así en una exploración poética de una identidad en fuga: no tanto una búsqueda de verdad, sino una búsqueda de sentido.
La gran fuerza de esta novela está en su lenguaje cuidado y su mirada introspectiva. María del Mar Ramón escribe con una cadencia elegante, casi susurrada, que rehúye el exceso y apuesta por la imagen precisa. Cada fragmento parece tallado con bisturí. No hay frases gratuitas ni adornos superfluos. Hay una tristeza delicada que envuelve toda la narración, un tono contenido que no se quiebra nunca del todo, aunque el dolor esté siempre presente.
Juan Francisco es un personaje que se construye a partir del hueco: no sabemos con certeza qué ocurrió en su infancia, ni cuánto hay de verdad en lo que cuenta. Y eso es parte del planteamiento central del libro: ¿qué tan real es lo que recordamos? ¿Nos contamos la historia que necesitamos, o la que fue? Esa tensión entre la memoria y la invención es el corazón de la novela.
Literariamente, La memoria es un animal esquivo tiene la sobriedad y el aliento de una obra mayor. Si bien no arriesga demasiado en lo formal, sí lo hace en lo emocional: se atreve a sostener un tono melancólico sin cinismo, a habitar la fragilidad masculina sin caer en autocompasión, y a escribir el dolor con belleza, sin regodeo.
📌 Ideal para lectores de:
Novelas introspectivas sobre identidad, pérdida y memoria Literatura emocionalmente contenida y estéticamente cuidada Lectores que disfrutan las narraciones fragmentarias y reflexivas
🔎 En resumen:
Un debut literario sobrio, elegante y profundamente humano. María del Mar Ramón escribe con precisión sobre la necesidad —y el peligro— de construirnos una historia para sobrevivir a quienes fuimos.
La memoria es un animal esquivo “Me gusta el estado permanente de lamentación que nos permite la urbe, el odio profuso que nos deja sentir por ella y al mismo tiempo lo adictos que somos a soñar con una forma de felicidad rural que nunca alcanzaremos porque no somos lo suficientemente ricos o valientes” … Gran libro lleno de culpa, abusos, creencias y víctimez. “Juan Francisco es un joven promesa, de sensibilidad excepcional”, que vivió su infancia en Cúcuta, Colombia. Su madre murió cuando era muy chico, y él y sus hermanos, se quedaron con su padre, quien sumido en la tristeza y desolación, hizo lo mejor que pudo. La tía Chela, ayudó para cuidarlos en un tiempo donde les decían que: “Los niños no hablan cuando hablamos los mayores”. Juan Francisco, es enviado al seminario, lugar en el cual, “Los curas regañan, los curas señalan el pecado, lo denominan, lo clasifican y también lo juzgan”. A raíz de su estancia en ese lugar, preso de los abusos y las humillaciones, nunca más pudo tener una relación sana y cercana con su familia. Pasado el tiempo, logra salir de Colombia, para refugiarse en Madrid, mientras se convierte en artista. Juan Francisco y su pareja Annette “Eran cómplices en el rechazo de sus familias y su secreta necesidad de deslumbrarlos”, y por más años que pasaron, “El desarraigo se hizo parte de su forma de habitar el mundo”. Una historia de aversión hacia lo alguna vez conocido, de esperar disculpas, de recuerdos llenos de sentimientos encontrados, de resentimiento y de duelos inconclusos. Y las preguntas que quedan son: ¿Se puede olvidar voluntariamente?, ¿Se puede cambiar un recuerdo? … Llega un momento en la vida en el cuál cada quien es responsable y las culpas quedan atrás. Y ojalá se pudiera evitar el: “Me habría gustado, pero tantas cosas en la vida me habrían gustado, y tan poca vida he tenido para poder hacerlas” … 41/31 ⭐️⭐️⭐️⭐️
me encantó como la autora narra la cotidianidad de manera excepcional, este libro sensible, poético y real me llevó a reflexionar miles de situaciones familiares, a atar cabos, a identificar patrones y malos entendidos que pudieron haberse resuelto dejando de lado los victimismos y el orgullo. creo que retrato muy bien los personajes que aunque caí completamente al principio por el discurso de uno, me di cuenta que habían matices y vacíos en esos recuerdos que no encajaban con la realidad siendo al final un narrador poco confiable de esas memorias. me sorprendió lo mucho que pude reflexionar de este libro, lo identificada que me sentí y lo extrañamente conmovida que me dejó. Muy recomendable 👌
Una narración preciosa, con reflexiones y descripciones muy dulces, aunque refieran a situaciones no tan lindas. La manera de contar que tiene María del Mar es muy suya, algo dificil de lograr por un escritor. Las descripciones de los personajes y de sus sentimientos (y sus contradicciones) me hicieron sentirlos muy cercanos. Por momentos triste, en otros más esperanzador, este libro invita a pensar nuestra historia, nuestras memorias y que situaciones nos acompañan toda la vida y moldean eso que somos hoy.
Un libro sobre memoria, convertirse en una memoria, aferrarse a una memoria…
Me gusta que los personajes son muy humanos, aunque su protagonista se esfuerza por ver tan en blanco y negro, no siquiera él logra escapar de los matices de estos personajes tan humanos, tan contradictorios e imperfectos.
Aunque es un libro triste, me dejó con esperanzas, con ganas de no aferrarme al pasado, contándome y “recordando” las mismas 4 historias que no dejan crecer a la niña que fui.
¿Qué tan real es aquello que nos contamos a nosotros mismos ? ¿Qué somos ? ¿A quiénes creamos? ¿Qué construimos ?
Un libro crudo y punzante, donde no hay héroe, solo pecadores conociendo su condición humana. No hay rendición o un principio de un final que enjuague el pasado. Nada más que un hombre torturado por la realidad que el mismo construyó
Al final del día, todos somos resultado de nuestros recuerdos
<> Siempre me gustó pensar la memoria como un hecho colectivo, no como rejunte de verdades sino como una colección de puntos de vista. ¿Qué tan real es lo que recordamos? Me hizo pensar demasiado en, valga la redundancia, mi forma de pensar y recordar mis vínculos.
This book caught my attention right away. The characters are emotionally intense and a bit exaggerated, but that contrast made the story engaging. I was moved by some chapters, especially those that deal with loss and compassion. I also liked how art is portrayed —it made me want to see the paintings and feel what they express. The writing flows well, and I read it in just a few days. It’s a mix of emotional depth, social context, and artistic reflection that I truly enjoyed.
Me sorprendió la forma magistral en que María del Mar Ramón construyó el personaje protagónico. Un hombre mayor con una autoindulgencia que logra incomodar muchísimo. Me encantó ese ejercicio que hace entorno a la memoria familiar, esa ficción que cada uno de los integrantes de cada familia podemos tejer con tantos factores y con tantas diferencia de precisión en comparación a la de los otros.
Terminé este libro con un sentimiento de rabia contra Pablo, pero sobretodo conmigo misma, por todas las veces que me identifiqué con él de inicio a fin. Este es un libro sobre las narrativas que construimos a partir de las grietas, de las heridas, de los dolores. Es una casa que se construye con escombros, con una mirada que arde por volver hacia atrás. El final me dejó un rato en silencio.
La historia de vida de este protagonista es difícil, oscura. Tanto que siempre lo tira hacia atrás, lo hace volver sobre su pasado una y otra vez. Se encuentra atrapado en su recuerdo, en esa memoria que elige contarse y lo hace observar con rencor. Él y los demás personajes son realistas porque son imperfectos.
La memoria es un animal esquivo explora los laberintos de la memoria, los silencios familiares y la construcción de la identidad; retrata con sensibilidad masculina, silencios emocionales y la fragilidad de lo que creemos saber sobre nosotros mismos.
¿Cómo los recuerdos se distorsionan con el dolor y el rencor en la memoria? María del Mar Ramón procura una gran sensibilidad y narrativa al describir el pasado y presente de Juan Francisco y como diversos acontecimientos traumáticos lo han marcado a tal punto de resentirse a sí mismo y a su familia. Me encantó la historia y su construcción, puedes imaginar a Juan Francisco como tu hermano, tu primo o a ti mismo
La novela está escrita tan poéticamente que no sabía cuándo parar, no entendía por qué la autora odia a su protagonista hasta que lo terminé. Tremendo niñato.
Una novela impecable. Me conmovió desde el inicio al final. Nada parece forzado, te zambullís sin pensar en la vida de los hermanos. No hay verdades. El fuego derrota la memoria.
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La historia tiene algo que te atrapa, está escrita de una muy buena forma, yo me llegue a enojar con el personaje principal, lo que me termina de asegurar su buena redacción e historia