Роман «Територія команчів» уперше вийшов друком 1994 року. Це своєрідна рефлексія над досвідом перших років військового конфлікту в Боснії, або й просто міркування на тему війни загалом. Тут синтезовано все те, що довелося пережити авторові як воєнному репортерові, тут переплітаються історії реальних людей — його близьких друзів і просто знайомих, які розповідали про ті події різними мовами для мільйонів читачів і глядачів по всьому світу. Це повість про відчайдухів, які наважилися працювати посеред чужих воєн.
Arturo Pérez-Reverte Gutiérrez, is a Spanish novelist and ex-journalist. He worked as a war reporter for twenty-one years (1973 - 1994). He started his journalistic career writing for the now-defunct newspaper Pueblo. Then, he jumped to news reporter for TVE, Spanish national channel. As a war journalist he traveled to several countries, covering many conflicts. He put this experience into his book 'Territorio Comanche', focusing on the years of Bosnian massacres. That was in 1994, but his debut as a fiction writer started in 1983, with 'El húsar', a historical novella inspired in the Napoleonic era.
Although his debut was not quite successful, in 1988, with 'The Fencing Master', he put his name as a serious writer of historic novels. That was confirmed in 1996, when was published the first book of his Captain Alatriste saga, which has been his trademark. After this book, he could leave definitely journalism for focusing on his career as a fiction writer. This saga, that happens in the years of the Spanish golden age, has seen, for now, seven volumes, where Pérez-Reverte shows, from his particular point of view, historical events from Spanish history in the 16th century.
Apart from these, he also penned another successful works like Dumas Club and Flanders Panel, titles that, among others, made Pérez-Reverte one of the most famous and bestseller authors of Spanish fiction of our era.
El estilo de Pérez-Reverte casi nunca me defrauda, porque cuando decido leer uno de sus libros, ya me espero lo que voy a encontrar dentro: un argot macarra mezclado con ciertas metáforas y frases hechas adaptadas a sus necesidades, un relato que no busca tanto ser bonito y adornado como ser contundente, realista, directo.
Creo que en cierto modo cuando leo sobre una guerra, presumo que voy a encontrar muchas escenas similares a otras que has leído en cientos de novelas antes, porque hay mil novelas sobre la guerra, y como a mí me gustan, he leído muchas de ellas. Pero la verdad es que este libro enfoca la guerra desde un punto de vista diferente que yo, sincera y extrañamente, nunca me había planteado: el de los reporteros, los enviados especiales. Personas a las que la guerra no les ha pillado desprevenidos en sus casas, sino que ellos mismos han ido buscándola. Personas que, al fin y al cabo, viven de la guerra, al menos mientras están allí, filmando sus reportajes.
Es un libro muy cortito. Pero es contundente. Creo que contiene bastantes reflexiones interesantes como el hecho de que una guerra al otro lado de la pantalla siempre nos parece la misma, o que los muertos, mientras sean los de otros, no tienen rostros y tampoco nombres. O que en todas las guerras mueren inocentes manipulados por mandamáses que ven las balas a miles de kilómetros de distancia, moviendo sus hilos y consiguiendo su petróleo. O que los científicos que inventaron o descubrieron ciertas sustancias o mecanismos ahora empleados para la guerra, a lo mejor ni siquiera tenían esa posibilidad en mente. A lo mejor lo que ellos querían era ayudar, o salvar o proteger vidas.
Los personajes de este relato (o especie de ensayo, tal vez) son muy fríos, distantes, pero al mismo tiempo con una ironía cargada de la acidez de quien está de vuelta de todo, y aún así se horroriza ante lo que no había creído posible ver. Creo que están bastante logrados y, también, creo que en el libro reflejan levemente ese rasgo de locura que hay que tener para querer dedicarse a grabar guerras. A fotografiar cadáveres. A informar de la barbarie a gente que desde el otro lado del televisor, hasta se llega a plantear si habrán pagado a alguien para que dispare mientras graban la entradilla, o si aquello será así de verdad. Plantearte que hay gente que nace, vive y muere en una guerra, y otros que tal vez y por suerte no la ven ni de cerca. Que el mundo es injusto. Y que casi nunca pensamos en ello.
Me ha gustado mucho, y si veis ahí las 4 estrellas, es sólo porque el argumento del libro es casi una única escena, y eso me ha resultado escaso. No llegas a habituarte al mundo, personajes y panorama en el que estás inmerso cuando, de repente, todo se acaba. Tal vez sea una psicópata, o tal vez la muerte de Alan Rickman me ha hecho pensar en eso, o tal vez el libro realmente está más logrado de lo que pienso, pero me ha hecho pensar en que hoy estas aquí y tal vez mañana no. Y que, muchas veces, ni siquiera aprovechamos el tiempo.
Para Barlés, o mundo reduzia-se a exposições mais simples: aqui uma bomba, aqui um morto, aqui o filho duma grande puta. Na realidade era sempre a mesma barbárie: desde Tróia a Mostar, ou Sarajevo, sempre a mesma guerra.
Antes de ser o famoso romancista que é hoje, Pérez-Reverte era jornalista e, inclusive, repórter de guerra. É a sua experiência na Guerra dos Balcãs, nos anos 90, que transmite neste pequeno livro, que me faz pensar que se devia ter mantido na não-ficção em vez de se ter encaminhado para enredos rocambolescos como é seu apanágio.
Todos, e por vezes Barlés pensava que ele mesmo próprio, tinham demasiadas contas a acertar com aquela guerra, onde as mulheres eram tristes e os homens tão mal-intencionados.
Скільки не читай книг про війну, про які б часи вони не були, зрештою щоразу розумієш, які ж кончені ті люди, які розпочинають війни. Попри те, що когось війна змушує проявляти дивовижний героїзм, жертовність, співчуття, інші найкращі людські якості, чим довше тривають бойові дії - тим більше чорнота заповнює душі людей. Чорнота, порожнеча, абсурдність самого життя.
"Територія команчів" Артуро Перес-Реверте названа романом-репортажем, але я не знаю, що у цій книзі є від роману. Автор багато років працював військовим журналістом, висвітлюючи конфлікти та війни в багатьох куточках світу. У цій книзі здебільшого йдеться про Боснійську війну, але очевидного сюжету немає.
Натомість є до болю знайомі українцям епізоди геноцидальних злочинів, убивства цивільних, які стояли у чергах за водою або хлібом, варварство та руйнування. Бо війна - це перш за все катастрофа і трагедія, а лише після них — героїзм.
А ще можна звернути увагу, як сильно змінився характер бойових дій за останні тридцять роки (або навіть лише за ці жахливі три).
Не уявляю, як зараз можливо працювати журналістам в зоні бойових дій, коли ворог полюватиме на кожну живу істоту, ракетами, "шахедами" та FPV-дронами.
Libro corto pero potente que trata acerca de los enviados especiales a las guerras.
Tiene reflexiones muy interesantes de varios aspectos. En particular, me ha llamado la atención la doble óptica y moral con respecto a cómo vemos la guerra los espectadores y los “jefazos” de TVE, que no han puesto su vida en peligro en ningún momento, en contraposición con todo lo que ven los corresponsales de guerra, que no saben siquiera si van vivir o morir cuando un mortero lanza su proyectil.
No obstante a lo comentado, estos reporteros deciden volver una y otra vez al “territorio comanche”. En el libro explica con más detenimiento por qué; yo te lo dejo a ti, lector, que lo descubras si estás interesado: te animo a ello, es un muy buena lectura.
Me ha gustado la forma de escribir de Reverte: al grano y sin demasiadas florituras, con un estilo propio.
Lo que menos me ha gustado quizás es lo corto que es, me hubiera gustado que la extensión del libro fuera algo mayor y que nos contase más, para mi se me ha quedado, como decía, corto.
«Para un reportero, en una guerra, territorio comanche es el lugar donde el instinto dice que pares el coche y des media vuelta.» (1) Pérez Reverte ha lavorato per vent’anni come corrispondente di guerra. Ha seguito vari conflitti tra cui la guerra delle Falkland, la crisi del Golfo, la guerra in Croazia e a Sarajevo. «La guerra ese negocio de tenderos y de generales, hijos míos y lo demás es filfa.» (2) Qui racconta di due giornalisti spagnoli che provano a riprendere l’esplosione di un ponte a Bijelo Polje (nell’attuale Montenegro), durante la carneficina dei conflitti armati degli anni ’90 nell’ex Jugoslavia. Ma, di fatto, racconta di tutti i corrispondenti di guerra, di ogni nazionalità, ma accomunati da condizioni di lavoro al limite, tra atrocità di ogni genere e dove, dietro una facciata di "una macchina da lavoro fredda e impassibile", c’è la consapevolezza che in qualsiasi istante “ci crolla il cielo in testa”. «... in fondo ogni morto non è altro che questo: il dolore futuro di qualcuno che ti aspetta e non sa che sei morto.» Reverte ha dedicato il libro al cameraman José Luis Márquez, l’unico a filmare gli orrori di Piazza Tienanmen, suo collega durante le sua attività nell’ex Jugoslavia. E di cui narra, seppur in forma romanzata, nel libro. «In realtà la guerra era proprio questo, si disse mentre raggiungeva Márquez: chili e chili e tonnellate di frammenti di metallo che volano da tutte le parti. Pallottole, schegge, proiettili con traiettorie tese, curve, lineari o capricciose, pezzi di acciaio e di ferro che avanzano zigzagando, rimbalzando, incrociandosi in aria, bucando la pelle, strappando pezzi di carne, fracassando ossa, spruzzando di sangue pavimento e pareti.» Nel 1997 ne è stato tratto un film, Comanche Territory, che è stato presentato al 47° Festival Internazionale del Cinema di Berlino. Ormai per me Arturo è... amigo de confianza.
(1) «Per un reporter in guerra, il territorio Comanche è il luogo in cui l'istinto ti dice di fermare l'auto e tornare indietro.» (Arturo Pérez-Reverte – Territorio Comanche) (2) «La guerra, figlioli, è un grande affare per i bottegai e per i generali. Tutto il resto sono frottole.»
En este libro, más bien cortito (125 páginas en la edición del Círculo) se relatan hechos y anécdotas reales, aderezados con las opiniones del autor y tomando como argumento narrativo la historia de dos reporteros en la guerra de Bosnia. Barlés, su alter ego en la novela, y Márquez, un cámara de TVE que por lo visto sigue dándole al oficio, esperan a que el puente de Bjelo-Polje sea derruido por los croatas, cuando la Armija musulmana se acerque a él. Da la impresión de que ha sido escrito de una sentada, de que Reverte se sintió inspirado y se levantó de la silla veintiocho horas después, habiéndose quedado muy a gusto. Y es sin duda alguna el libro más adictivo que hay. Cada vez que lo he cogido un rato he terminado leyéndome no menos de cincuenta páginas. Reverte despotrica contra los japoneses, los famosos y no tan famosos que iban a Bosnia sólo a sacarse la foto, despotrica contra los jerifaltes de TVE que no comprenden cómo es la vida de un reportero de guerra. Despotrica contra los políticos (eso si que le gusta) y contra algunos compañeros de profesión. Y lo hace tan bien que uno sigue su argumentación asintiendo con la cabeza. Lectura fantástica.
"El eterno dilema en territorio comanche es que demasiado lejos no consigues la imagen, y demasiado cerca no te queda salud para contarlo."
Libro "contundente", crudo, muy reflexivo y sin adornos. Corto, pero intenso. Duro de leer en algunos trozos, pero se lee bien en general. Hay muchas anécdotas (algunas hasta te sacan una sonrisa), y a veces algunas me "estorban" un poco ya que quiero seguir con la historia que me está contando, pero entiendo que es un recurso necesario.
Con este libro te haces una muy buena idea de lo que es ser reportero de guerra. Si te interesa el tema te recomiendo su lectura al 100%.
"La bala que te mata es la que no oyes pasar, recordó. La bala que te mata es la que se queda contigo sin decir aquí estoy."
Había leído este libro hace muchos años, pero ahora quise releerlo porque lo tenía muy olvidado y porque evolucionamos como lectores y quería ver si mi impresión seguía siendo la misma. Y, como me ha ocurrido siempre que he leído algo suyo, me ha fascinado la forma de narrar de Pérez-Reverte, el estilo, el lenguaje, lo directo y crudo. El tema de la historia, a medio camino entre autobiografía y novela, es aterrador, la última gran guerra en Europa, y la aproximación a través de la visión de los periodistas de guerra es, sobre todo, auténtica. Si no se lleva las cinco estrellas es porque, también como siempre, acabo la lectura sin entender cómo el autor puede siempre hablar de las mujeres con ese tono de superioridad, condescendencia y desprecio. No hay ni un solo personaje femenino que sea tratado como los masculinos; es incómodo de leer, de verdad.
Absorbente novela (más bien novela corta) de Pérez-Reverte en el que a modo de una biografía encubierta nos narra los delirios de la guerra en los Balcanes al tiempo que el autor cartaginés hace un breve repaso de su trayectoria a modo de recuerdos puntuales. Es también, una mirada crítica a la profesión del periodismo de guerra, con sus luces (pocas) y sus sombras (demasiadas).
El libro tiene la extensión perfecta, porque tal vez alargar las tramas le habría quitado la crudeza que quería transmitir y hubiera corrido el riesgo de acabar siendo algo más bien frívolo.
Lectura express de esta oda a los periodistas de guerra, su labor y todo aquello que representan en un mundo cada vez más indiferente. Una narración muy cínica y libre de artificios. Directa y sencilla, simula los pensamientos del que podría ser el propio Reverte mientras divaga sobre conocidos y la crueldad del ser humano con sus iguales.
Es una obra cruda que reflexiona sobre la importancia de tan sacrificada profesión. Y que me ha llevado a pensar en varias ocasiones en las guerras actuales, la gente que estará ahí metida para informar, y toda la gente que estemos cómodamente en nuestras casas, sin prestar más que un pensamiento cuando sale alguna imagen más explícita que el resto.
Curiosa primera lectura del autor, que aunque en cuanto a estilo no me diga mucho, si que va poniendo sobre la mesa el carácter del autor.
Aprovechando la experiencia como reportero de guerra, Pérez-Reverte nos habla de la guerra (en concreto de la de los Balcanes) desde otro punto de vista. Desde el punto de vista del periodista que arriesga su vida para intentar conseguir información para luego mostrar en las televisiones, en concreto en TVE. A poca imaginación que uno tenga, puede acercarse (aunque sea de lejos) a las escenas que nos recrea. Lo que no nos podemos acercar es a los sentimientos que las mismas escenas provocan en ellos y que además estoy segura que les perseguirán durante toda su vida, si consiguen salir vivos del conflicto.
Esta muy bien escrito, aunque no pase nada hasta las últimas 50 páginas quería seguir leyendo. Ahora bien, no hay un solo personaje en el libro que me caiga bien. Son todos prepotentes. Ha sido una buena toma de contacto con reverte, en un futuro (puede que próximo) leeré más de él.
Un libro che sembra un film, effettivamente. Racconta gli operatori cinematografici inviati in zone di guerra come appartenenti ad una tribù esclusiva con i suoi sballi, la sua diversa sensibilità i rituali e la sua umanità: sicuramente uomini e donne non cinici e non neutrali seppure rigorosi, come diceva Kapuscinsky. Ci sono aneddoti divertenti, scurrilità e un qualche parallelo con le storie di Osvaldo Soriano, solo più irrimediabili.
Wes Bentley dice en un punto de la película de American Beauty que a veces siente que hay demasiada belleza en el mundo, y siente que no puede con esto y que su corazón se va a derrumbar. Libros como Territorio comanche, como Viaje al fin de la noche de Celine, te hacen sentir exactamente lo opuesto, horrorizándote sobre los extremos, de violencia, de crueldad, de completa ausencia de empatía, a los que es capaz de llegar el ser humano. Sintiendo, como lo describe la película, que es simplemente demasiado y que todo tu interior se hace nudos.
Y piensas que tiene que ser ficción, te intentas obligar a ti mismo a verlo como ficción porque es imposible el concebir un mundo con compañeros de especie que actúan de la manera en que estos libros los describen. Que dejan países completos desolados por ideales, políticos, religiosos, manchados desde un inicio.
Pérez Reverte logra en este muy corto libro, sin intentar colocarse en un papel moralino (no sería él si lo hiciera) de buenos y malos en la guerra, mostrarnos ese lado oscuro de la humanidad a través de simples historias y anécdotas vistas a través de los ojos de su álter ego, Barlés, basadas en su propia experiencia como periodista de guerra. No solo nos muestra la humanidad ausente en los soldados, saliendo a matarse a tiros y bombas por órdenes de personas en oficinas con aire acondicionado a miles de kilómetros de ahí, sino en los mismos reporteros de guerra. Ausente, reprimida, guardada en un rincón de su mente, porque sería una locura intentar hacer su trabajo, y grabar hombres y mujeres y niños asesinados, por balas, por granadas, por napalm o por simple inanición, si no la guardaran ahí.
No sé qué os contarán otros; pero yo estaba allí, y juro que siempre es la misma: un par de desgraciados con distinto uniforme que se pegan tiros el uno al otro, muertos de miedo en un agujero lleno de barro, y un cabrón con pintas fumándose un puro en un despacho climatizado, muy lejos, que diseña banderas, himnos nacionales y monumentos al soldado desconocido mientras se forra con la sangre y con la mierda. La guerra es un negocio de tenderos y de generales, hijos míos. Y lo demás es filfa.
Novela "autobiográfica", muy dura en cuanto a la anécdota, y con una narración brillante. ¿Ajuste de cuentas con TVE? No lo sé, pero narra la guerra como lo que es: algo horrendo.
Librito rápido de leer, muy bien escrito. Describe el absurdo de la guerra y la locura --o valor-- de los reporteros que van a ella para dar testimonio.
El libro más duro y desgarrador que he leido de Perez Reverte. Se deja ir, abandona las formalidades para retratar con dureza y realismo lo que es vivir un frente de guerra
4⭐️. “Territorio comanche” es un libro dirigido a reconocer la labor de los reporteros de guerra. Esas personas que salen a diario en los telediarios con un micrófono trayendo las novedades del frente, pero que para llegar hasta ahí llevan días y días en medio de asedios, bombardeos y tiroteos. La verdad que este libro te hace reflexionar sobre lo que pueden hacer los seres humanos.
El primer punto que me ha llamado la atención es la ausencia de Pérez-Reverte. Me había imaginado un relato autobiográfico y me he encontrado a un escritor que cuenta las cosas como un narrador que acompaña a los periodistas, aquellos que fueron sus compañeros en el campo de batalla. Sin duda, se ve la profunda admiración que tiene por todos, en especial Márquez y Barlés. Todos los relatos son extractos de sus vivencias en la guerra de los Balcanes, esa que superó al autor y le hizo dejar el periodismo de guerra. El libro te enseña esa guerra, te la explica desde el punto de vista del periodista y te muestra cómo se veía desde fuera y desde dentro.
Pérez-Reverte cuenta una guerra durísima sin pelos en la lengua. Todos los relatos son muy duros, ya que al final de una guerra siempre nos quedamos con los muertos y los daños materiales, pero hay muchas historias que no salen a la luz y muestran lo peor de la raza humana. El periodista de guerra convive con las personas de ambos bandos, muchos de ellos hasta hace cuatro días ciudadanos normales como nosotros. Esto les hace conocer a los dos bandos, sus anhelos, sus vivencias y lo que la guerra ha hecho con sus vidas. El periodista entiende la realidad de una guerra y es por ello que Pérez-Reverte es tan duro con todos los políticos y dirigentes, los cuales pisaban dos horas las zonas de conflicto y ya se daban por conocedores de lo que ocurría. La crítica a esas personas que ante los micros decían: “Somos positivos con la búsqueda de la paz”, pero que no tenían ni idea de las vejaciones, los gritos de las mujeres violadas o las personas muertas y tiradas en las cunetas sin que nadie las reclamase. Creo que “Territorio comanche” es un relato muy necesario, además contado de primera mano por una persona con 20 años de guerras a sus espaldas.
Una aspecto que quizás me ha hecho perder un poco el disfrute es el paso de los años desde su publicación. Durante todos los relatos se habla de hechos y periodistas que quizás para una persona de una cierta edad en los 90, en ausencia de redes sociales, son muy conocidos. Sin embargo, los de nuestra generación estamos tan alejados en años y en la forma de comunicar que quizás no consigamos conectar tanto en ese sentido con lo que se cuenta. Quizás muchos periodistas que se mencionan fueran personas a las que cualquiera les ponía cara de verlas en la tele, pero para mí no eran más que nombres en un papel.
Me ha encantado una frase de los últimos relatos: “Sabes que te estás haciendo mayor cuando dejas de pensar que hay buenos y malos.” Solo puedo sentir admiración ante todos aquellos que se juegan la vida para contar lo que está pasando. Con todo lo que cuentan que ven, oyen y sienten entiendo porque son incapaces de volver a la vida cotidiana. ¿Cómo puedes seguir con tu vida cuando sabes que todos los días alguien está sufriendo lo que tú has estado contando durante unos meses? Me parece un trabajo para acabar chiflado.
Tengo sentimientos encontrados con este libro. Creo que aporta demasiados nombres que no serían necesarios y lo hace un poco pesado, pero por otro lado, hay partes del contenido que me han resultado interesantes. Da una imagen realista de aquello a lo que se enfrentan los corresponsales de guerra.
Una lectura que te reflexiona sobre las vivencias que los reporteros de guerra tienes fuera y dentro de la guerra, pero, siempre con la mente en la guerra.
Неочікувано драйвова і щира книжка. Хоча це не відміняє той факт, що дуже страшна, бо писана з життя на війні. Автор відкрився для мене з нової сторони
Una agradable sorpresa. En esta pequeña obra autobiográfica, Reverte consigue plasmar un retrato particular de la guerra que, a pesar de lo manido del tema, no se siente en absoluto repetitivo o irrelevante, sino todo lo contrario. Me ha parecido original y contundente, cumpliendo muy bien sus objetivos y manteniendo una estructura narrativa amena y concisa, en la que se transmite mucho con muy poco.
⭐️Reverte no defrauda, además sale Gerva mi niño en una agenda. Pero vamos que es un librazo, me lo he fumado en un par de horas. Hay frases duras de cojones y escenas jodidas de imaginar, pero al final así es el horror de la guerra. :(
Ahora que he leído por segunda o tercera ocasión Territorio comanche, me queda claro que es de esos libros que difícilmente entran en la categoría de lo que, habitualmente, se entiende como «novela». O quizá sí. Tal vez la mejor manera de describirlo sea acomodándolo en el estante en el que se encuentran las «novelas de no ficción» o no de ficción total. A sangre fría. Por quién doblan las campanas. Un trabajo en el que la pluma de Pérez-Reverte recupera, de forma magistral, un centenar de episodios relacionados con distintas guerras que van, de lo grotesco, a lo chusco, pasando por lo absurdo y lo descarnado. Un trabajo que es no solo memorístico —aunque mucho de ello tiene, vista la cantidad de nombres y de lugares que pueblan el texto— sino, a la par, todo un reto narrativo. ¿Cómo saltar, del presente de la novela —ubicado en las últimas etapas de la Guerra de los Balcanes—, al pasado más remoto —la guerra civil chipriota— y después regresar poco a poco, conflicto a conflicto, con escalas en Managua o Beirut, sin hacer un estropicio, sin que los fragmentos se vean unidos a la fuerza, sin que el lector termine lanzando por la ventana el libro porque, más que una novela, le parece una colección de anécdotas pegadas con resistol del más corriente? ¿Cómo hacer para viajar en el tiempo y en el espacio e ir encontrando, a cada paso, los hilos conductores necesarios para que la narración adquiera solidez? Sobre todo, ¿cómo moverse en el maremágnum de guerras, revoluciones, revueltas y motines sin perder el estilo y, a la par, jugando con los sentimientos del lector, al que lo mismo se le arranca una carcajada que un gemido lastimero? La respuesta es simple: con mucho trabajo. Más aún, con mucha experiencia. Con muchos kilómetros en las alforjas y muchos muertos grabados en la retina.
Cuando uno revisa las últimas cosas que ha publicado Pérez-Reverte —sobre todo su último libro, lamentablemente fallido desde mi punto de vista—, echa de menos el vigor que poseía su prosa hace un par de décadas, perfectamente ejemplificada por Territorio comanche. El modo en el que, sin tapujos, le encajaba al lector cuatro muertos descabezados antes de que se diera cuenta —y, cuando se daba cuenta, resultaba que los muertos eran ya seis, no los cuatro originales—, o le recetaba una relación de atrocidades que lo dejaba a uno pensando en la porquería que puede llegar a ser el ser humano bajo ciertas circunstancias. El ser humano. Cualquier ser humano. Los años, ciertamente, han pulido la prosa de Pérez-Reverte, la han dotado de nuevas herramientas, la han vuelto algo más ligado a la introspección y menos al exabrupto. No obstante, en ocasiones el lector prefiere el exabrupto sincero, crudo y duro, antes que la introspección que, aunque pinta de modo más completo al sujeto, también puede tender al doblez, al ocultamiento. A la puesta en escena de trampas que, antes que atrapar al lector, terminan por cazar al autor, con resultados del todo previsibles.
Hoy os traigo una reseña breve para el libro súper breve, “Territorio Comanche”. En esta novela Arturo Pérez Reverte nos presenta a dos periodistas españoles apostados en las proximidades del puente de Bijelo Polje esperando a que éste sea volado por los aires por el ejército croata cuando se acerque la guerrilla bosnio-musulmana.
De este modo vamos a conocer cómo se desarrollan los acontecimientos a lo largo de esas horas de espera, entremezclados con los recuerdos vividos por los protagonistas durante el conflicto.
Pérez Reverte plasma en este libro su propia experiencia como reportero de guerra. Aunque desconozco hasta que punto todas las anécdotas e historias que cuenta son verídicas, cierto es que menciona multitud de compañeros periodistas del momento.
Aunque la premisa de la obra me interesaba, más viniendo de un periodista como Pérez Reverte, la realidad es que me esperaba más, pensé que se iba a dar una visión más amplia del conflicto, y más énfasis a la voz de las víctimas. Por otro lado, la imagen que da del reportero de guerra, como gran hombre blanco aventurero, fuerte, etc. espero que se haya superado en la actualidad.
Y por último, creo que hay mucho más allá de esa imagen morbosa de la comunidad de expatriados en situaciones de emergencia humanitaria, que al igual que ocurre en la película “Whiskey Tango Foxtrot” aparece vinculada alcohol, drogas, vicios, etc.
Terminé esta madrugada este libro y lo flipé muy fuerte, tenía bastante miedo a leerlo y con razón porque literalmente me partió el alma en algún momento del libro. Aún sabiendo que esto no es ficción mi cabeza a toda costa quería creer que sí, por que todo lo que nos cuenta es muy pero que muy fuerte, te desgarra por dentro, es que aún no lo asimilo, esto es demasiado para mi body, no estoy acostumbrada a leer temas tan impactantes porque lo paso muy mal. Una de las cosas que me ha gustado de Arturo es que cuenta las cosas tal y como son y le da bastante igual contarlo de forma moral -ya que esto en la guerra poco se utiliza- y hubo momentos cuándo hablaba de los niños y de las miradas de terror es que os prometo que me caían lagrimones. Os lo recomiendo muy fuerte.