«Cuando somos niños ya lo sabemos todo, pero necesitamos varias vidas para entenderlo, para disipar esa neblina dorada. porque yo también crecí en el entusiasmo y la desmesura, apuntalado en sonrisas, los ojos muy abiertos a un mundo que sublimaba amor y arte. un mundo de colores cálidos, sonrosados y pronto desvanecidos como el algodón de azúcar. en fin, disculpa esta introducción…».
Acotar y definir el universo narrativo de Celso Castro es una tarea inabarcable. En cada uno de sus libros, la emoción y la subjetividad predominan. En ellos se esconden desafíos a la tradición literaria y lingüística y se empuja suavemente al lector hacia laberintos desconocidos de la conciencia y la memoria. Como él mismo señala: «lo verdaderamente importante de cualquier narración es ese algo indefinible que revolotea alrededor de la historia y siempre se nos escapa».
Celso Castro (A Coruña, 1962) ha encontrado en su ciudad natal la atmósfera perfecta para todas sus ficciones hasta el momento. En 1995 publicó su primera novela, De las cornisas, con el seudónimo “m. de verganza”. Sus siguientes obras, entre las que se encuentran el afinador de habitaciones (2010, Libros del Silencio), recientemete traducida al frances como l’accordeur d’intérieurs (2025, Arpents de Sud), astillas (2011, Libros del Silencio), sylvia (2017, Ediciones Destino) o las brujas (2020, Ediciones Destino) ya llevaban su propia firma.
"he pensado en multitud de ocasiones (...) en el desasosiego de ajustar y desajustar nuestra imagen a los demás, de ajustarnos y desajustarnos al mundo".
"poseo la más rara y triste cualidad que un hombre pueda poseer, la de ver la muerte en lo que vive, la de anticiparme al tiempo, la de observar... (...) sentir el tiempo que transcurre y sepulta la vida".
Qué mejor que una tarde de mantita, silencio y desconexión para terminar "el gran ensueño", esta maravillosa novela que he leído despacito en momentos de tranquilidad. Esta novela no debe leerse con prisa, no debe consumirse como si fuera un panfleto. Solo puede leerse con calma, para que se deshaga despacio en uno mismo, entre las neuronas del lector.
He subrayado, copiado y marcado palabras, frases y párrafos. He buscado la música que discurre por sus páginas y me he familiarizado con Plotino y Porfirio.
El protagonista de esta historia tampoco deja de ensoñar, idealiza y romantiza la vida, y sufre como solo sufren los que son capaces de embriagarse con los detalles de la belleza que pasan desapercibidos a los demás.
Esta obra que se te queda dentro y sigue revoloteando en mis pensamientos.
Me publica la Asociación de la Prensa de la Provincia de Alicante unas nuevas impresiones. Esta vez están dirigidas a “el gran ensueño” de Celso Castro que leí hace unas semanas. Mi primer acercamiento a su obra y su último publicado. Yo no quiero decir nada, pero tras su lectura tuve que llamar a la policía. ¡Y llegó, vaya si llegó!
Aquí os dejo un miniadelanto: “…maneja una voz en primera persona tan intensa y envolvente que ya la quisieran muchos de los aspirantes a operación triunfo”.