¿Qué ocurre cuando contamos un true crime desde el punto de vista de la víctima? El 15 de enero de 1947 apareció en Los Ángeles el cadáver mutilado de Elizabeth Short, una joven de veintidós años conocida como la Dalia Negra. El crimen nunca se resolvió y acabó convirtiéndose en un juego intelectual para escritores, periodistas y cineastas, quienes inventaron todo tipo de teorías en torno a la víctima y su asesino. Habría sido un juego apasionante de no haber sido por un detalle: que Elizabeth Short existió realmente. Beatriz García Guirado viaja a Los Ángeles para desentrañar la industria macabra que rodea el caso y para desenmascarar los clichés sensacionalistas y los relatos aleccionadores que se esconden detrás. Y también devuelve a la víctima la individualidad que los aficionados al caso le arrebataron.
(Barcelona, 1983) es escritora y periodista. Licenciada en Periodismo y Guión, ha trabajado en distintos medios de comunicación. Es editora de la revista independiente Láudano y colabora con la revista Quimera. Sus relatos han sido publicados en diversas antologías de cuento fantástico. El silencio de las sirenas es su primera novela.
El asesinato de Elisabeth Short, más tarde mundialmente conocida como la Dalia Negra, es posiblemente uno de los crímenes sin resolver que ha generado más ríos de tinta, morbo, especulaciones, novelas, películas, documentales, conversaciones online, podcast y artículos desde que sucedió en Los Ángeles en 1947.
A Elisabeth se la ha matado una y otra vez, sin piedad.
La bajeza de las acciones de muchos periodistas para conseguir cualquier tipo de información con respecto a lo que le sucedió, llegan a límites que cuesta creerse. Por otro lado, la cantidad de conspiraciones y teorías sobre lo que pudo ocurrir solo enturbió la investigación y a día de hoy, no hay nada seguro salvo que nadie pagó por el crimen.
Este ensayo se centra precisamente en las mil y una teorías en torno a lo que pudo suceder realmente. Curiosamente, Beatriz García Guirado, no busca resolver el caso, sino analizar qué pasó en torno al crimen. Tomando como centro a Elisabeth (lo cual debería siempre ser lo lógico, pero pocas veces ha sido así) y tratándola con respeto y dignificando su vida (que ha ocurrido aún menos veces), el texto nos habla del contexto histórico, social, empresarial, legal en el sucedió el crimen y que, en cierta manera, permitió que se diera. Y también pone la lupa en cómo hemos perpetuado a lo largo de las décadas que este crimen sea consumido en mil formatos de forma morbosa y porqué ha generado y genera tanta fascinación.
Así, utiliza la figura de Elisabeth para hablar de su tiempo, los lugares donde vivió y las personas a las que conoció. Y, os prometo que muchos nombres propios que aparecen, os van a dejar con la boca abierta.
Sinceramente un trabajazo de investigación y también de autocrítica personal y colectiva (lo hace por todos nosotros) se ha marcado la autora. Uno de esos libros que cuando lo lees piensas… “gracias por esto, pero wow, no pudiste salir indemne del todo”. Abracitos a Beatriz desde aquí.
Un detalle que me pareció genial, y que también hace que este ensayo sea taaan personal, es que tiene un formato e-pistolar (de emails) a Larry Harnisch, una persona absolutamente desconocida por mi hace unas semanas, y ahora es un nombre que no se me va a olvidar jamás. Si te gusta el contenido sobre true crime, seguro que le conoces.
Entonces bueno, aunque salgo abrumada y tremendamente formada sobre ese Los Ángeles de los años 40’s y todo lo que objetivamente ocurrió en torno a Elisabeth Short y todo lo que tal vez pasó; de este libro me quedo sobre todo con la necesidad que me ha generado de reflexionar sobre la ética (o falta de ella) de ciertos aspectos en torno a los contenidos de true crime. Me ha hecho pensar sobre cosas que me incomodan, sentirme parte del problema en cierta manera y ya solo por eso, sí, merece mucho la pena.
El tema es muy interesante pero la manera de acercarse a él por parte de la autora es muy confusa. Es una enumeración de teorías posibles, casos, personajes que no tiene mucho sentido y que no ha generado más que caos en la lectura y comprensión para luego llegar a nada.
¿Qué es lo que nos atrae de ciertos sucesos? ¿Por qué la muerte de James Dean lo convirtió en un icono que trascendió su propia reputación como actor? ¿Qué factores «endiosaron» a un Charles Manson que no llegó a matar a nadie de manera directa? ¿Por qué el aura que rodea al asesinato de Elizabeth Short convierte a este caso en algo que fascina y afecta a quien se acerca a investigarlo? Quizá sea imposible responder de forma coherente a estas preguntas, ya que entramos en terrenos que tienen que ver más con lo indefinible que con lo concreto. Sin embargo, Beatriz García Guirado se ha empeñado en romper tales cuestiones para proponernos la auténtica pregunta relevante: ¿Quién es la víctima?
La chica muerta favorita de todos se presenta ante nosotros disfrazada de ensayo. Utilizo la palabra disfraz porque este libro deviene, si acaso, en algo mucho más rico que se inserta en corrientes literarias como el realismo sucio o la autoficción. La autora nos lo cuenta todo acerca del caso de la Dalia Negra, en una exposición brillante que amalgama una abrumadora bibliografía y recopila las mil y una teorías sobre la identidad del asesino. Un ensayo, sí. Pero, además, García Guirado obra de narradora meta al utilizar una serie de recursos como las cartas a personajes reales pero imaginarios y al contarnos sus propias peripecias en la geografía angelina que la víctima transitó en vida. Sí, la autora nos lo cuenta todo desde la misma Los Angeles, confesando que es la propia ciudad la única que conoce lo que realmente pasó con Elizabeth Short.
Las anteriores obras de Beatriz, La tierra hueca, Los pies fríos y Ballard Reloaded nos mostraron a una autora que posee un tono especial, un estilo que entronca con el otro lado del sueño americano y que nos traslada a imaginarios que la cultura popular estadounidense ha ido hollando en nosotros, pequeños europeos. Ese americanismo visto desde lejos permite objetivizar la purpurina y convertirla en lo que realmente es: polvo.
Ensayo sobre la muerte de Elizabeth Short, la Dalia Negra. La autora no solo relata la investigación del crimen sino que hace un meticuloso diagnóstico de la época y de su influencia posterior en la cultura americana. Muy interesante.
No es exactamente una novela sino una mezcla curiosísima de ensayo criminal, relato de viajes y reflexión sobre el true crime y la injusticia implícita en el hecho de que una víctima de asesinato se use como lienzo en blanco sobre el que cada cual proyecta sus obsesiones personales. El caso que analiza es el de la Dalia Negra, la jovencísima Elizabeth Short, que apareció literalmente seccionada en dos en LA, en 1947.
Mientras leía sobre el caso, la autora se estuvo carteando con uno de los mayores expertos en la Dalia Negra, un tipo bastante excéntrico llamado Larry Harnisch. Quiso viajar a Los Ángeles a conocerle, pero en el último momento le dio plantón... Pero ella se plantó igualmente en LA junto a una amiga fotógrafa y recorrió varios de los lugares asociados al crimen y, sobre todo, a la breve vida de Short. El libro está estructurado alternando cartas imaginarias enviadas por Bea a Harnisch, teorías a cual más loca sobre quién mató a la Dalia Negra y crónicas del viaje un tanto alucinado por las calles de Los Ángeles.
A través de una profunda investigación del caso de 'La Dalia Negra', la autora sigue los pasos de Elizabeth Short recorriendo calles, bares, restaurantes y moteles de Los Angeles por los que en su día pudo haber pasado. Todo ello le sirve para confeccionar un detallado perfil de la ciudad y sociedad angelina de mitad de siglo pasado.