Viaje al pasado, que el autor llamó Resistencia de la realidad, narra el reencuentro de dos amantes separados por la Primera Guerra Mundial. Esta historia de amor idealizado y desengaño desentraña los sentimientos más profundos del alma humana con el detallismo y la inigualable maestría sobre las emociones de Zweig.
Stefan Zweig was one of the world's most famous writers during the 1920s and 1930s, especially in the U.S., South America, and Europe. He produced novels, plays, biographies, and journalist pieces. Among his most famous works are Beware of Pity, Letter from an Unknown Woman, and Mary, Queen of Scotland and the Isles. He and his second wife committed suicide in 1942. Zweig studied in Austria, France, and Germany before settling in Salzburg in 1913. In 1934, driven into exile by the Nazis, he emigrated to England and then, in 1940, to Brazil by way of New York. Finding only growing loneliness and disillusionment in their new surroundings, he and his second wife committed suicide. Zweig's interest in psychology and the teachings of Sigmund Freud led to his most characteristic work, the subtle portrayal of character. Zweig's essays include studies of Honoré de Balzac, Charles Dickens, and Fyodor Dostoevsky (Drei Meister, 1920; Three Masters) and of Friedrich Hölderlin, Heinrich von Kleist, and Friedrich Nietzsche (Der Kampf mit dem Dämon, 1925; Master Builders). He achieved popularity with Sternstunden der Menschheit (1928; The Tide of Fortune), five historical portraits in miniature. He wrote full-scale, intuitive rather than objective, biographies of the French statesman Joseph Fouché (1929), Mary Stuart (1935), and others. His stories include those in Verwirrung der Gefühle (1925; Conflicts). He also wrote a psychological novel, Ungeduld des Herzens (1938; Beware of Pity), and translated works of Charles Baudelaire, Paul Verlaine, and Emile Verhaeren. Most recently, his works provided the inspiration for 2014 film The Grand Budapest Hotel.
La historia explora cómo el pasado puede ser una carga insuperable y cómo los recuerdos y las emociones no resueltas pueden impedir el presente. También aborda la dificultad de vivir el amor en un mundo transformado por la guerra y los cambios sociales.
4 ⭐️por la traducción 😔 Acabo de leer Viaje al pasado de Stefan Zweig. Me sumergí en esta historia de amor de la mano y la pluma del talentoso escritor para vivir los íntimos, profundos y apasionados sentimientos de Ludwig. Hice un delicioso viaje al pasado con él, rememorando los momentos más bellos que vivió enamorado de aquella mujer que compartió sus sentimientos. En un lenguaje poético e intensamente entregado a su henchido corazón, sentí la ilusión. Una vida sin ilusión es un deambular en la existencia.
Esos sentimientos que surgen del recuerdo quieren revivir, pero eso ya no es posible. El momento ha pasado, y esos sentimientos no pueden existir de otra manera, por más que lo deseemos. Por eso la novela es perfecta: los antiguos amantes abren los ojos al presente y comprenden que no pueden dejarse engañar por la memoria de aquel pasado.
El culmen de la pasión al que no lograron llegar se convierte en una añoranza desesperada, en un intento forzado de recuperar lo que fue. Pero ellos ya no son los mismos; el tiempo los ha transformado, y la oportunidad se perdió entre las circunstancias. Con profundo pesar, se dan cuenta de que lo que el recuerdo idealiza, la realidad ya no puede sostener.
La esencia de Zweig se revela en esta obra: una mezcla de nostalgia, pasión contenida y tragedia íntima. Su prosa, delicada y envolvente, logra que el lector experimente cada emoción con la misma intensidad que su protagonista. Sin embargo, la ruptura repentina que sentí durante la lectura se debió a algunos errores de traducción: ¿cómo puede decir que “se reencontró por primera vez”? El reencuentro implica volver a conectar. Además, la repetición de “sorprendido/sorpresa” en apenas cinco líneas interrumpe el ritmo. Es una pena que la traducción no haya sido revisada con el cuidado que una prosa tan fina requiere, porque se rompe la magia al tropezar con esos errores.