"Bunner Sisters," written in 1892 but not published until 1916 in Xingu and Other Stories, takes place in a shabby neighborhood in New York City. The two Bunner sisters, Ann Eliza the elder, and Evelina the younger, keep a small shop selling artificial flowers and small handsewn articles to Stuyvesant Square's "female population."
Ann Eliza gives Evelina a clock for her birthday. The clock leads the sisters to become involved with Herbert Ramy, owner of "the queerest little store you ever laid eyes on." Soon Ramy is a regular guest of the Bunner sisters, who realize that their "treadmill routine," once so comfortable, is now "intolerably monotonous."
Edith Wharton emerged as one of America’s most insightful novelists, deftly exposing the tensions between societal expectation and personal desire through her vivid portrayals of upper-class life. Drawing from her deep familiarity with New York’s privileged “aristocracy,” she offered readers a keenly observed and piercingly honest vision of Gilded Age society.
Her work reached a milestone when she became the first woman to receive the Pulitzer Prize for Fiction, awarded for The Age of Innocence. This novel highlights the constraining rituals of 1870s New York society and remains a defining portrait of elegance laced with regret.
Wharton’s literary achievements span a wide canvas. The House of Mirth presents a tragic, vividly drawn character study of Lily Bart, navigating social expectations and the perils of genteel poverty in 1890s New York. In Ethan Frome, she explores rural hardship and emotional repression, contrasting sharply with her urban social dramas.
Her novella collection Old New York revisits the moral terrain of upper-class society, spanning decades and combining character studies with social commentary. Through these stories, she inevitably points back to themes and settings familiar from The Age of Innocence. Continuing her exploration of class and desire, The Glimpses of the Moon addresses marriage and social mobility in early 20th-century America. And in Summer, Wharton challenges societal norms with its rural setting and themes of sexual awakening and social inequality.
Beyond fiction, Wharton contributed compelling nonfiction and travel writing. The Decoration of Houses reflects her eye for design and architecture; Fighting France: From Dunkerque to Belfort presents a compelling account of her wartime observations. As editor of The Book of the Homeless, she curated a moving, international collaboration in support of war refugees.
Wharton’s influence extended beyond writing. She designed her own country estate, The Mount, a testament to her architectural sensibility and aesthetic vision. The Mount now stands as an educational museum celebrating her legacy.
Throughout her career, Wharton maintained friendships and artistic exchanges with luminaries such as Henry James, Sinclair Lewis, Jean Cocteau, André Gide, and Theodore Roosevelt—reflecting her status as a respected and connected cultural figure. Her literary legacy also includes multiple Nobel Prize nominations, underscoring her international recognition. She was nominated for the Nobel Prize in Literature more than once.
In sum, Edith Wharton remains celebrated for her unflinching, elegant prose, her psychological acuity, and her capacity to illuminate the unspoken constraints of society—from the glittering ballrooms of New York to quieter, more remote settings. Her wide-ranging work—novels, novellas, short stories, poetry, travel writing, essays—offers cultural insight, enduring emotional depth, and a piercing critique of the customs she both inhabited and dissected.
Edith Wharton stories are like brightly shining beads on a string, all in contrasting colours.
When you read one story, you wish for the heroine to make different choices, to move in another direction, to live better. Then you engage with another girl or woman in the next novel, and you find her brutaly struggling in exactly the situation you wished upon the last novel's main character. I thought I was convinced that New York upper class life was the unhappiest state of mind possible, but of course I hadn't read Bunner Sisters and seen that vanity and folly are really not a privilege of the rich, and that bad choices derive from good intentions all the time, in all environments.
The ease with which Edith Wharton moves between countries and social classes and dreams and hopes is astonishing. Susy Lansing and Lily Bart don't differ much from Evelina Bunner in the end. They want love and happiness but face the shallow desires and addictions of the ruthless world instead. In the end, chance decides on the "fate" of the heroine. If your baby is in Catholic heaven, you better make sure to buy a ticket for that ride as well, whether the rituals are meaningful to you or not.
Marriage is both epiphany and catastrophe, the main goal of each woman's life and at the same time the end of life as an independent person. Almost a symbolical suicide a priori...
And when nothing is left, the world still keeps moving.
-Aclaración y advertencia previa al comentario: no iba a escribir nada, pero ante un pedido (vaya a saber las razones para que me diga a mí), con mucha timidez, lo haré espontáneamente, en base a la consigna: extra-largo sobre la autora y la obra,no sé si le servirá. Supongo que intentaré relacionarlas un poco, respetando no mencionar cosas de la trama, pero aportando datos que recuerde de la escritora. Así que mil disculpas anticipadas por lo que saldrá de esto, más allá de un papelón. Pero puede que no sea lo que otros esperen encontrar como "reseña", les resulte aburrido, demasiado largo o no sea de su interés. Entiendo que no se lea. :) Igualmente, luego lo eliminaré, momentáneamente queda aquí. Haré esta excepción, aunque se extienda del espacio, no se asusten que no suele pasar ni se reiterará. Y después de esto, ni creo que me lo vuelvan a solicitar.🤣 Gracias.-
"Las hermanas Bunner" es una breve novela de la escritora norteamericana Edith Wharton (1862-1937) elaborada en 1892, aunque publicada en 1916, luego de otras posteriores. Es decir, que estamos ante uno de sus primeros textos, redactado cuando a la autora aún le faltaba mucho camino y experiencia literaria y vital que recorrer. Pero editado cuando ya había cambiado no sólo el siglo, sino también la situación personal de la misma Edith. Este dato puede que sea relevante, dado que salió a la luz, junto con otros relatos, tal cual había sido escrita en aquel entonces. Y aún así, críticos y lectores han destacado este texto por su buena elaboración y por su temática y mirada sobre las clases bajas, que muchos encuentran fuera de su supuesto repertorio literario y de su acaudalado entorno social .
Mas, si bien, la mayoría de sus obras conocidas, se centran en los ambientes de las clases altas, la postura crítica a sus convenciones y la utilización de la ironía; hay otras en las que se ocupa de otras posiciones sociales con una mirada más compasiva. Y en esta etapa inicial, más aún.
Quizás por el cariño hacia su cuidadora, la única que le brindaba afecto en su infancia solitaria, entre la frivolidad y frialdad de su madre y ante la ausencia de su padre. O por su gran simpatía hacia una fiel criada, que acompañaba sus penas durante su fallido matrimonio. O simplemente, porque en ese ambiente reconocía ciertos valores y una solidaridad entre pares, que no veía entre los suyos. O porque, mediante ellos, encontraba un modo de llegar a transmitir lo más universal posible la condición humana. Fuese la razón que fuere, por esas cuestiones y otras más que se me vienen a la mente, personalmente, no me ha sorprendido tanto que la historia tenga ese microcosmos. Lo cierto es que pese a ser consciente de sus beneficios y vivir con las comodidades de su clase, la autora no dejaba de ser observadora de la realidad social en general. Ya desde pequeña veía cómo su madre era agresiva con sus criadas y cómo, generalmente, su entorno perdía la noción y consideración sobre la situación y las problemáticas de los estratos más bajos. Por lo cual, resultaba también un tema para visualizar y despertar a la reflexión. Además, menos aún me asombra la sensibilidad al respecto en ese triste momento de su vida...
Es decir, en la época en que escribió esta obra, se encontraba viviendo una mala etapa personal, consecuencia de lo que consideraba como un gran error. Edith se sentía presa en un matrimonio infeliz. Casada con un hombre mayor que ella, quien la humillaba con sus infidelidades y gastaba el dinero, que ella había heredado, manteniendo a sus amantes. Además, él tenía problemas mentales, que al parecer incluían hasta ataques agresivos. Sólo el gusto por los viajes los unía. No había amor, ni atracción, ni pasión, ni respeto, ni apoyo a los intereses que ella tenía por dedicarse al diseño y a la escritura. Edith se enfermaba constantemente y se refugiaba en sus libros. Unos años después de que confeccionara este texto, por la depresión, sería sometida al tratamiento de la cura de reposo con el famoso doctor Silas Weir Mitchell, como Virginia Woolf y Charlotte Perkins Gilman (El papel tapiz amarillo) y otras personalidades femeninas de la época. Luego, vendría más su "rebeldía": un romance con un periodista bisexual (donde descubriría la pasión cuasi como adolescente); irse a vivir a Francia; rodearse de un ambiente intelectual-literario y su divorcio intentando evitar el escándalo por ser ya reconocida (por ende, se esmeró en mantener el apellido de casada) y pese al catolicismo de la familia de su marido. Y al estallar la Primera Guerra Mundial, su actividad con los refugiados, la apertura de talleres para mujeres, de agencias de empleo, de hospitales, de escuelas y demás labores comunitarias, por las que fue destacada. Sin olvidar, su trabajo siendo una de las primeras cronista de guerra en las trincheras, que recorrió en motocicleta. Tras todo esto, es cuando se publica esta obra, ya estando más afianzada en su carrera literaria, menos inocente y siendo más ella misma. Pero, perdón, estoy hablando mucho de pinceladas que recuerdo de haber leído hace un tiempo sobre la vida de ella, casi sin pensarlo; tal vez, por la pregunta sobre la misma y pedido que alguien me hizo para que escriba, lo que está siendo este texto híbrido que ni tenía en mente hacer (redactando al momento según viene, sin planificación) y por las cuestiones mencionadas sobre la obra y porque, además, creo que algo de esto puede servir a lo que se me despierta expresar ahora. Porque, ¿es muy distante esta novela a la figura de la autora? Intentaré ir ajustando las piezas. Aunque, iremos de a poco hacia eso, primero vayamos al libro leído en sí...
Estructurada en dos partes, dividida en un total de trece capítulos, con un buen desarrollo argumental, un lenguaje cuidado y un estilo delicado, "Las hermanas Bunner", refleja cómo un momento o decisión o situación, puede cambiar la vida, y hasta, posiblemente, hacer replantear los principios que la sostenían. Pero esta aparente sencillez argumental, guarda una profundidad y riqueza, si se quiere ver un poco más allá de los sucesos. Y posibilita otros niveles de lectura y vínculos con temáticas aún actuales, además de los sentimientos y reflexiones que genere.
Tal vez, al iniciar la obra, algunos lectores puedan sentir como si una voz en off y una cámara los vaya acompañando y aproximando desde lo más general y exterior hacia lo más particular e interior. Y es que la presentación del espacio y del tiempo podría ser cinematográfica. Pasando desde la descripción del humilde barrio en Nueva York del siglo XIX, a la calle mugrienta en la que habitan, a la pulcra tienda que regentan las hermanas, hasta la pequeña ordenada trastienda de la misma donde viven y se las presenta en una significativa escena que, sin saberlo, marcará sus destinos. Ann Eliza, la hermana mayor, le brinda un obsequio a su hermana Evelina por su cumpleaños.
Este acontecimiento de dar un regalo, de entrega, de sacrificio, de destinar un dinero personal ganado con un trabajo extra (que le era necesario para unos zapatos nuevos) en un reloj para su hermana (para que no deba ir a consultar la hora al de la plaza, desde que habían tenido que vender el que les había dejado su madre); y de cómo lo recibe la menor, mientras come la porción de bizcocho de mayor tamaño, acostumbrada un poco más a lo que podría ser algo de egoísmo; ya es una muestra, ejemplificación y pintura de los caracteres de cada una, de su situación socioeconómica asfixiante, de su vínculo fraternal estrecho y del modo en que llevan su relación las Bunner.
Con la novedad del reloj (que pronto logra su ubicación en la cuidada distribución de sus pertenencias, roles y rutinas), se despierta la percepción, la consciencia y la noción del tiempo en sus vidas. Se empieza a sentir una monotonía, un vacío, una lentitud, una insignificancia, una inutilidad en su habitualidad presente. Así como una nostalgia del pasado con las oportunidades perdidas y una ilusión o esperanza hacia el futuro y su trascendencia. Pero ese sonido del segundero, que marca el tiempo cronológico y que se mezcla con el tiempo vivencial personal, se detiene, se silencia, se pausa... Al parecer, polvo entra en el delicado mecanismo de la nueva adquisición. Y aparece el relojero, que lo había vendido, para remediarlo: Herman Ramy, un alemán, soltero, que tiene una pequeña y sucia tienda y que les parece inteligente, solitario, fuerte, simpático y de aspecto algo triste y enfermizo. Pero, ¿quién es esta novedad? ¿Cuál es su mundo e historia vital? ¿Qué pasará con cada una de ellas con la llegada de este nuevo ser masculino? ¿Qué ocurrirá con su relación? Si bien este comentario podría cobrar algo de interés, de riqueza o de atractivo al contar o analizar la trama, no es el fin; eso corresponde responder y descubrir, a quien guste, mediante la lectura de la novela en cuestión. Pero podría añadir que con él aparecerán otras temáticas (que no mencionaré aquí), espacios, tiempos y amistades.
Dado que las hermanas atienden una mercería, además de los personajes principales, el repertorio incluye a un entorno primordialmente femenino, de clientas y de vecinas, que se acompañan y ayudan. Por ejemplo, hay alguna casi caricaturesca con sus anécdotas y una dama misteriosa de otro nivel social, destacada por sus mangas, que podría llegar a ser la misma autora como compradora esporádica.También aparecen algunos personajes masculinos, como funcionales, para brindar información, aconsejar o socorrer, lo que demuestra el lugar social que tenían en la época. Hay escenas y comentarios que precisamente hacen notorio los roles, la situación, la posición social y la importancia, mirada o consideración sobre determinados temas que mantenía cada género e individualidad. También, a lo mejor, las desventajas y las fortalezas del presunto sexo débil.
Pero más allá de la trama, requiere destacada valoración el modo en que se relata. La obra tiene una notable coherencia y cohesión, dada por la elaborada selección de todos los elementos que componen su arte. Edith Wharton es muy detallista, aún lo que puede pasar desapercibido, de fondo está cuidado. Y esta condición destaca más al ser de sus primeras producciones. Con una trama de apariencia simple, minuciosamente, hay una elección hacia un determinado fin y se logra un mecanismo como de reloj, una maquinaria textual con cada pieza adecuada para su función. La voz narrativa, las palabras elegidas, el manejo del tiempo y del espacio, el uso de la descripción, de los diálogos y de cartas; es decir, toda la técnica y los recursos utilizados demuestra su buen dominio y delicado trabajo. Tal vez, en una apariencia tan natural, que quien busque sólo lo argumental no perciba o no aprecie del todo; pero quien disfrute de los estilos literarios, podría detenerse, valorarlo u observarlo.
Por ejemplo, la voz narrativa en tercera persona se va acercando hacia la hermana mayor y transcurre acompañándola, apegándosele al cuerpo y cuasi dentro de ella. De esta manera, logramos conocer todo su drama interior, el mundo mental y emocional de esta mujer que vive mucho en silencios invisibles. Mientras que Evelina es más extrovertida y propensa a expresarse, y los demás personajes transcurren según acompañan a la historia o según la visión de las hermanas y, en algunos casos, hasta con un moroso misterio. Aunque aparecen ciertos indicios en la elección del vocabulario, en los campos semánticos de las palabras y en lo simbólico, que pueden trasmitir y profetizar, para la disquisición del lector atento.
Y la escena final, que no delataré, también podría considerarse con un tinte cinematográfico, en el seguimiento y distanciamiento de quien el/la narrador/a ha acompañado en un tramo de su vida, quizás permitiendo una interpretación más abierta al lector de lo que seguirá y plasmando de fondo la visibilidad de otras problemáticas sociales. Resultando así un cierre sistemático acorde con el inicio.
En cuanto al manejo del espacio y del tiempo, es de una labor literaria destacable. Las puntillosas imágenes sensitivas de las descripciones de los lugares, que permiten la visualización y sensación presencial vital de los mismos, se hilan con los cambios temporales y con las características de los personajes, las situaciones y las percepciones que cada uno de los ellos pueda tener sobre esos escenarios, según su sentir y su momento. Esto sucede tanto en los ambientes cerrados como en los abiertos. Por mencionar uno, la humilde trastienda donde las almas de las hermanas sueñan, tienen sus penas, su refugio, su intimidad y su contención, es significativa. El asunto del tiempo, creo que, de algún modo, es un ejercicio, en parte, interesante. Se ve reflejado en sus muchas variantes, aspectos, sensaciones y ritmos de transcursos asociados a los estados anímicos y a los acontecimientos. Mientras que la primera parte es algo más costumbrista y dinámica; la segunda, mantiene cierta lentitud y espera, involucrando el paso de las estaciones de otra manera. Pero este cambio rítmico está en servicio de la idea de la obra, la vivencia de las protagonistas, su dramatismo y los mensajes a transmitir, en equilibrio con un gran manejo psicológico, sociológico y de cronista de la época. Seguramente, Wharton se alimentaba de su gran poder de observación, de su interés por la decoración y la arquitectura, de las experiencias de sus viajes y de sus cultivadas lecturas, para lograr ese destaque atmosférico en sus composiciones; aunque en esta sea más sutil al tratarse de otra cara de la ciudad y no de la opulencia y de las mansiones.
Ahora bien, toda esa elección de recursos y artificios, el orden en que se proporciona la información, el no temer ir despacio o dilantando, cuando el tono o modo o la transición del personaje o situación lo requiere a merced del efecto a buscar, conforma su estilo y demuestra un respeto, una entrega y una dedicación por la literariedad, al margen del gusto personal de cada quien. Me recuerda a su actitud ante el diseño y la decoración, encausada a la armonía, elegancia, belleza estética y sutileza. Y a sus ideas sobre escribir ficción, que plasmó en sus ensayos (aunque no he leído todos, por el momento). Pero más aún que lo que dice y cómo lo dice, está lo que no, lo que puede intuirse, interpretarse o motivar a la sensación y reflexión de cada uno. Ese diálogo, recomposición y retroalimentación, que posibilita un texto plausible que no subestime la labor activa del lector. Y, quizás, allí habite el espacio para la diferencia o la mayor o menor apreciación de sus producciones. Esto puede relacionarse con su interesante ensayo "El vicio de leer", de inicios del siglo XX, donde desarrolla conceptos como el "lector nato' y el "lector mecánico". Y con la teoría del iceberg, que también aplicaba su amigo y admirador Hemingway. Pero no es mi intención adormecer a nadie, si es que aún no lo he hecho y alguien me acompaña, ni extenderme tanto, disculpen, sólo es un dato que se entretejerá entre mis restantes palabras, en esta especie de tic tac, de ir y venir entre obra y autora.
No he leído todos sus libros, muy lejos estoy aún de eso. Ni soy especialista en su vida y figura, que ni defiendo ni ataco, ni sobrevaloro ni subestimo. Ni siquiera era mi idea hablar de ella. Ni claramente es requisito necesario saber la biografía para ello, valga la aclaración. Pero en las que he leído, la he encontrado un poco, al menos, la humilde escasez que sé. Y es que resultan contrucciones prolijas, que en cuanto a estilo, recursos y temáticas, responden a algunas características o detalles de su período de producción; pero a la vez, presentan cierta modernidad y progresismo.
Y eso puede notarse en esa profundidad, en los temas o en la crítica social que subyacen de fondo. Wharton se atreve a involucrar cuestiones que no solían aparecer en esa especie de textos. No sólo temas como el amor, el dinero, las creencias, la salud y la fidelidad; también las adicciones, el divorcio, los chantajes, el aborto, las drogas, la eutanasia, el suicidio, la adopción, el despertar sexual femenino, el embarazo no deseado, entre otros. Es que esta dama es parte de su clase, aunque escapa a ciertos límites y convenciones. Viviendo sus privilegios y padeciendo sus frivolidades, con mirada irónica y humor, en ocasiones, y con dolor y soledad, otras veces. Resultando una imagen particular y una figura un tanto contradictoria, que para muchos se queda en un imaginario de señora clásica, pese a lo que hay detrás.
Me ha pasado de escuchar decir que era una escritora de romance, pero después encontrarme que no es tan así, incluso cuando lo hay, lo más importante es el entramado fondo, a menudo, poco feliz. Y pese a, tal vez, no afirmarse en el movimiento feminista, un tema muy explorado por ella es el de la situación de la mujer, en distintas variantes. En esta novella, aparece una suerte de duplicidad de la figura femenina, entre las que se vincula el amor fraternal. El sacrificio, la abnegación, la entrega y el despojo (de los bienes materiales e inmateriales) con que la hermana mayor ofrenda y se ofrece a la felicidad de la menor, se realiza en silencio, en soledad, sin esperar nada a cambio ni reconocimiento. Tomando la actitud que cree necesaria en cada momento, de ceder, de renunciar, de apoyar, de acompañar, de esperar, de salir de su zona de seguridad, de activar, de callar...para depositar su vida y la posible felicidad en la de esa otra, sin importar lo que implique. Digamos que, de algún modo, vivir a través de la menor, por amor y por sentido o creencia de deber al ser mayor. ¿Y qué pasa con Evelina que toma casi sin ver y tiene una posibilidad y camino diferente? ¿Qué sucede en cada una de ellas y con esa unión? Ante esta virtud, se puede sentir una actitud compasiva en la narración. Es que aquí no se condenan las buenas intenciones y bonitos sentimientos que alimentan a ese personaje, sino que se expone y, de algún modo, critica la idealización sociocultural que pone a la mujer en esa posición y rol. Sea por ser madre, esposa, hija, hermana mayor o sencillamente por su género, su lugar social es valorizado en el sacrificio, en la renuncia, en la postergación y en el silencio. En su "deber ser" encuentra uno de los pocos modos de existencia social, antes que en su "querer ser", su desarrollo personal, sus deseos ocultos y sus aspiraciones personales. Sucede, en cada estrato social, en diversa medida, pero más doloroso y dramático resulta ante la carencia material y de sostén familiar. Y esto se enlaza con la temática de la solterona, la mirada desvalorizadora que la sociedad e incluso otras mujeres tienen sobre eso, y con la idealización del matrimonio.
3,5. Llevaba mucho tiempo queriendo leer a Edith Wharton y esta novela llamó mi curiosidad por su portada, para colmo fue su primera obra, y me resulta muy atractivo iniciarme con ella así. Las hermanas Bunner, Ann Eliza y Evelina, regentan una humilde, pero coqueta mercería en Nueva York. La compra de un reloj por parte de la hermana mayor como regalo de cumpleaños hacia la menor, pondrá patas arriba su rutinaria vida. El vendedor de este objeto entrará en sus vidas para cambiarlas.
Lo primero que me sorprendió de esta novela es que esperaba ver historias con personajes frívolos de la alta sociedad y la crítica a esos ambientes, pensando en refertes como La edad de la inocencia. Pero en este caso, las hermanas Bunner son dos humiles mujeres que apenas ganan para sobrevivir y constantemente se hace mención a la falta de recursos de ellas y de los lugares de Nueva York por donde pasan en su historia.
Inicialmente me hizo recordar Sentido y sensibilidad de Jane Austen, por esas hermanas tan diferentes, una más pasional, la otra más racional. La mayor queriendo proteger a la menor, aunque eso le cueste su propia felicidad. Lo curioso es que ante el desplante amororso que se ve obligada a sufrir Ann Eliza al rechazar al vendedor, a causa de los sentimientos de su hermana, creí que iba a sufrir por desamor, ante el amor perdido. Y si bien sufre por amor, no es a causa de ningún hombre, sufre por la perdida de su hermana. Sufre por no tenerla cerca y por no conocer el destino que puede hallarle. Y me gustó mucho que la novela hablara de eso y no del típico desamor.
El final, aunque agridulce, me gustó mucho. No será lo último que lea de la Wharton.
Un relato muy triste y melancólico que emociona gracias a la capacidad de Wharton para retratar personajes corrientes y solitarios sobre los que no estamos acostumbrados que se detengan los grandes escritores. Esta historia sigue a dos hermanas solteras y ya no muy jóvenes cuyos días transcurren atados a la humilde mercería en la que viven y trabajan. Los pequeños acontecimientos como la entrada de una clienta nueva, la conversación con el carnicero o el descanso para tomar el té hacen que su monótona vida tenga siempre destellos de alegría, pero la aparición de un relojero supondrá un verdadero cambio en sus vidas. Libro sencillo, de lectura rápida pero que consigue calarte gracias al personaje principal, que con tanta delicadeza dibuja la autora...♥
I will start with the stumbling blocks. If you are looking for a cheery book, this isn’t for you. If old-fashioned writing is not your cup of tea, it Is not for you either. The prose is not hard to follow, but the words chosen to describe a scene, sentiment or action are not the words we would use to express ourselves today.
I really, really liked this. I liked it more and more as it continued. It is sad and depressing, but at the same time it is not devoid of beauty, kindness and love. It is about sisterly love. It is about picking yourself up and going on when one’s world crumbles around you. And yet, it remains realistic. There are stupid, stupid, weak people. There are those who are self-centered too. There are also those who use their heads. There is a gossipy storyteller that will, by the end, make you laugh.
The book was written in 1892, but not published until 1916. It draws a picture of its time—shabby quarters in New York City, horse and buggy, ferry rides, a walk in a park, jonquils in the spring. Markets, department stores and small bric-a-brac shops. Characters’ visages and clothing are vividly depicted, as is what was allowed and what prohibited by social decorum.
That is all you need to know to decide if the book will please you. I can add this—religious beliefs play out in the novel, but this is handled well for both those of us with and those without religious faith.
I listened to the audiobook narrated by Lee Ann Howlett. I liked it very much, so the performance I have given four stars. She employs different intonations for the two central characters of the story, the eponymous Bunner sisters—Ann Eliza and Evelina. Look at their names, they are rather similar, so it does help to hear who is talking. I had trouble with this in the beginning, but the further I got into the story, the more I understood the differences in their personalities. I found their respective personalities to be adroitly reflected in the intonation Howlett used for each.
And one more thing. One of the two sisters I became very much attached to. My attachment grew as the story progressed. I didn’t understand her at the beginning, but I did at the end.
I see a trend. I prefer Edith Wharton's short works more than her long ones.
The Bunner Sisters is a shop, run by the sisters themselves, who are on the verge of spinsterhood and poised to slide into a lonely, but comfortable, old age. They are happy together, have a small but thriving business, with little variety in their daily routine, and it seems to both of them that they have missed something important in life. At the opening of the story, the elder sister, Ann Eliza, buys a clock as a birthday gift for the younger, Evelina, and the purchase introduces them to the clockmaker, Mr. Ramy, and sets them on a course that will change their lives forever.
Edith Wharton is so amazing in the way in which she can draw you into the lives of her characters, regardless of what strata of life she pulls them from, and then pack the events of their lives with so much tragic meaning. Platitudes kept running through my mind as I was reading: The grass is always greener, be careful what you wish for, don’t fail to see the value in what you have, the best laid plans of mice and men, and love is an uneven thing, someone always loves and gives a bit more than the other.
For the first time in her life she dimly faced the awful problem of the inutility of self-sacrifice. Hitherto she had never thought of questioning the inherited principles which guided her life. Self-effacement for the good of others had always seemed to her both natural and necessary; but then she had taken it for granted that it implied the securing of that good. Now she perceived that to refuse the gifts of life does not ensure their transmission to those for whom they have been surrendered; and her familiar heaven was unpeopled. She felt she could no longer trust in the goodness of God, and that if he was not good he was not God, and there was only a black abyss above the roof of Bunner Sisters.
If you have read other Wharton novels, you will recognize the overall atmosphere that permeates this novella. Wharton often gives us characters who seem to be in the grasp of events they cannot control and who are being swept along to an end which they might have avoided had they read the signs and made different choices. Lily Bart from The House of Mirth kept coming to mind, even though these women are caught in a much different web than the one Lily struggled against.
I think there are few writers who have the skill of Edith Wharton. Her novels are both character and plot driven and I can never recall ending one feeling I had been cheated or that she had failed to stir my emotions. She has a brilliant control of language, never choosing the wrong word or using four when two would suffice. She paints pictures of the human soul, in all its complexity, and she gives us all the sadnesses we visit upon one another.
Edith Wharton wrote with ease of New York's high society, of which she was a part, but she could also portray the struggles of the lower classes with effect. The Bunner Sisters is the story of two sisters barely making ends meet in a small shop in their neighborhood. But they are happy with their companionship and their routine. Things change forever, and for the worse, when they meet a local clockmaker. Wharton reminds us that when you make poor choices, the results can be devastating, regardless of your status in society.
Las historias ambientadas en siglos pasados siguen impactándome de la misma manera. Pese a la inmensa exposición de libros y películas con este contexto, aún me conmueve dolorosamente el papel de la mujer en aquellas épocas. Este es justamente el telón de fondo de las Hermanas Bunner, una sociedad que no deja muchas opciones para ellas, con su clara diferenciación de actividades para mujeres y actividades para hombres; mujer y pobreza se vuelven una combinación letal. Una época con una absurda dependencia de la figura masculina, su ausencia las hacia creerse desvalidas. Y las expectativas, esas expectativas que pensaban cual mandatos, cual destino ineludible. Este escenario tiene tal repercusión en la historia, que condiciona en gran medida el curso de esta y las acciones de los personajes.
Dos hermanas con personalidades completamente distintas y retratadas con maestría por Edith Wharton, viven una cotidianidad tranquila y sin mayores pretensiones. La aparición del propietario de un pequeño negocio de relojes les recordará su indeseable soltería e iniciará la obsesiva necesidad de casarse. Aunque el candidato diste de ser el mejor, ellas lo idealizaran. Pero es solo un hombre dispuesto y dos mujeres solteras. Aquí inician los sacrificios y la abnegación de la mayor de las hermanas. Sacrificios cuyos únicos fines son la felicidad de la otra y el deseo de una vida mejor. Pero no siempre la vida toma el curso esperado.
Aunque es una historia sencilla con tinte romántico, como es frecuente en la literatura de la época, es extraordinaria la manera en la que está contada. Su prosa es impecable, aspecto que anticipamos desde los primeros renglones: "En los días en que el tráfico de Nueva York avanzaba al ritmo de los languidecientes coches de caballos". Y es frecuente el uso de la ironía, junto con una descripción con profundidad psicológica de los personajes. Es un libro de poca extensión, así que su lectura se disfruta como un delicioso pequeño bocado.
Excitement over a marriage engagement, even if it's not yours! Your expectations falling oh-so devastatingly short!
"She had wanted so much to see the clock-maker again ..."
There is as much melancholic longing in this story about meek sisters as in her other perennial classics ("Ethan Frome" & "The House of Mirth" mainly). The clock that ticks at the center of the novella teaches that timing's everything. And NOBODY does repressed passionate love like Edith Wharton. However, the novel is burdened by so heavy a dose of sentimentality that it collapses under it by its conclusion.
Come già in altri suoi romanzi, anche questa pregevole opera di Edith Wharton [1862-1937] mette in risalto la difficoltà delle donne da lei raccontate di trovare nei rapporti con gli uomini quella emancipazione e libertà di pensiero e di azione che rimane quasi sempre un traguardo irraggiungibile e portandole al fallimento. Protagoniste di questo romanzo pubblicato nel 1916 Eliza e Evelina Bunner, due sorelle nubili newyorkesi, non più giovanissime, che legate da affetto e una comune visione d’intenti, affrontano con invidiabile coraggio e forza d’animo la loro vita familiare industriandosi quotidianamente con piccoli lavoretti di ricamo e cucito, grazie anche alla solidarietà del vicinato, che consente loro di sopravvivere al limite dell’indigenza senza nessuna velleità oltre l’intima volontà di osservare una vita dignitosa e rispettabile. A por fine a questo stato di cose giunge la loro casuale conoscenza con un orologiaio tedesco, Herman Ramy che animerà la vita delle due sorelle di illusioni e sogni, della possibilità di un rapporto affettivo almeno per una delle due cosicché lentamente ma inesorabilmente esse iniziano a manifestare reciprocamente sentimenti di antagonismo e sotterranea rivalità che non gioverà alla loro convivenza e inevitabilmente le allontanerà una dall’altra…
Now she perceived that to refuse the gifts of life does not ensure their transmission to those for whom they have been surrendered; and her familiar heaven was unpeopled.
I'm convinced that Edith Wharton has written nothing short of a masterpiece. Every novel of hers that I pick up leaves me utterly speechless. I highly recommend this novella to anyone who appreciates Wharton's style, characterization and prose. To those who are new to Edith Wharton, I'd recommend beginning with something a bit brighter and lighter, like The Age of Innocence.
Me ha encantado cómo está escrito este libro. Es el primero que leo de la autora, y ya estoy al tanto que es bastante diferente al resto de sus obras, más centradas en la alta clase neoyorquina; en esta ocasión, las altas clases brillan por su ausencia, centrándose en un barrio y en una pareja de hermanas de bajo poder económico y social.
A mí esta historia me ha gustado, me ha atrapado, no es alegre ni te deja con una sonrisa, más bien te deja algo hundida. Pero todo se muestra tan real que me ha convencido totalmente. Nos habla de la arbitrariedad de los acontecimientos, que no podemos controlar qué pasará con nuestros seres queridos, que por sacrificarnos por ellos no aseguramos su bienestar o que la bondad no asegura la felicidad. Eso como idea principal, pero también se aprecia lo que es vivir con lo puesto, la mediocridad, la soledad, el amor fraternal, el hallar algo bueno en lo mínimo que se tenga, el conformarse, las convicciones religiosas... También se deja ver la costumbre y el día a día impuesto a una clase social que no puede más que aceptar lo que tiene, sin muchas más pretensiones en su vida.
Las descripciones son geniales metiéndote fácilmente en esa atmósfera y los personajes me han gustado mucho, con la protagonista he conectado casi en seguida. En fin, volveré a leer a la autora, sí o sí. Lo recomiendo.
3.5. It seems strange to think of this as better than Wharton's famous Ethan Frome but then I found it strange and surprising that this short novella held quiet power. I had no plans to read this but the library dictates my schedule from time to time and this was one of those cases. Wharton is perhaps the master of props, I'm seeing that already. This novella is about two sisters running a shop in a shabby New York neighbourhood. The usual things: marriage, money problems, love; but also, here, there are drug problems too. Wharton writes with sharp and clean prose which I appreciate. I find her incredibly talented. The only downside to this novella (which I read as part of a huge volume of collected works) is that there seems to be no singular publication for it like her other short works. And for that reason I am left with this bizarre and ugly cover. This is a short but sad little read, perfect for a sleepy September day spent at home.
خواهران بانر اثر ادیت وارتون، داستانی کوتاه و تلخ است؛ روایتی از زندگی زنان فقیر و فرودست در جامعهی شهری آمریکا در اواخر قرن نوزدهم. این داستان به زندگی دو خواهر مجرد، آن الایزا و اولینا بانر میپردازد که مغازهای کوچک و محقر در شهر نیویورک دارند. زندگی آنها در چرخهای از صرفهجویی، تکرار روزمره و امیدهایی بسیار محدود خلاصه میشود و با کمترین تغییر، تعادل شکنندهی آنها به خطر میافتد و …
Segundo libro que leo de Edith Wharton, y aunque admito que me gustó un poco menos que el primero (Ethan Frome), este me ha dejado completamente satisfecho.
La historia de las hermanas Bunner, Ann Eliza y Evelina, inicia mostrándonos una vida simple y cotidiana en el día a día de ambas; atienden una pequeña tienda en una zona sencilla y apartada de los más conocidos sitios de Nueva York. A la mitad de la obra se da un conflicto que nos llega en parte por sorpresa, y hacia el final de la historia no podemos hacer nada más que compadecernos de las pobres hermanas, con un final que la autora sabe construir. Desconozco si la mayoría de las obras de Edith Wharton tienen finales como este o Ethan Frome, pero de serlo, no distará mucho de volverse una de mis escritoras favoritas.
De nuevo la prosa exquisita de Edith Wharton, su perfección para recrear atmósferas y ambientes, y la vida de los personajes que las habitan. La historia de la pequeña mercería, escondida en los aledaños de Union Square, y las dos hermanas que intentan sacarla adelante, me ha roto completamente el corazón. Y, aún así, que placer, que inmenso placer volver a leer a Wharton.
A raw, wintry (and forgotten) novella of poverty, loneliness and despair. Written in 1892 but unpublished until 1916 (editors found it grim), EW - in top form - examines again her theme of freedom vs individual responsibility (how far is far enough?) As with "Ethan Frome" EWs wondrous imagination searches the damaged souls of the stricken-class. A breathless experience. The last scene of the surviving sister struggling through snowfall to find work is DW Griffith cinema.
Esta ha sido mi primera Edith Wharton —aunque ya conocía su obra 'La edad de la inocencia', solo a través del cine— y, mientras la leía, escuchaba en mi cabeza la voz grave de Nuria Espert en su papel de narradora. Porque el narrador —o narradora— en las obras de la Wharton intuyo que es un personaje muy importante y una característica propia de su escritura. Su manera de narrar manteniendo una cierta distancia me parece muy especial y marca de la casa. En esta novela corta no podía ser de otro modo y el narrador toma una enorme importancia llevando gran peso en el ritmo de la narración.
Dicho esto, me parece que la idea que plantea la autora acerca de cómo un simple objeto puede llegar a cambiar vidas es —como poco— estremecedora. Aquí sucede eso, y es impactante comprobar al final de la historia hasta qué punto influyó algo tan banal en las vidas de las hermanas protagonistas y vino a descolocar todo su universo, tan estable hasta ese momento.
Por otro lado, el universo neoyorquino que nos muestra en esta ocasión, es el de la clase trabajadora. Y está magníficamente bien descrito, dando una idea bastante visual de lo que fue la Nueva York de sus inicios, algo muy diferente de lo que ahora es. Sin duda es una ciudad que siempre atrae, como también lo hace poder conocer de primera mano cómo fue forjándose hasta lo que hoy es. Me ha gustado muchísimo, a pesar del poso triste que deja al final.
Me ha gustado mucho este libro, me encanta como escribe Edith Wharton y sus descripciones de la sociedad neoyorkina de la época. La trama de este libro es la siguiente:
Dos hermanas que ya han pasado la flor de la juventud se ocupan de una pequeña mercería en una zona modesta de Nueva York. Se complementan en todo, se quieren y viven modestamente de su trabajo. Sus convecinas son personas amables dispuestas a ayudar siempre que se las necesite.
Un acto, uno solo marcará el destino de sus vidas, Ana Eliza decide regalarle (y regalarse) un reloj a su hermana Evelina. Eso evitará el que tengan que salir a la calle a mirar en la torre más cercana el paso del tiempo. Y ese simple hecho cambiará sus vidas....
Elaborar una historia en torno a este hecho me ha parecido algo sin igual, vamos viendo como van evolucionando las vidas de las hermanas, una novela que trata sobre la condición humana real de las personas que las hermanas irán descubriendo en el transcurso de sus vidas.
Poco o nada sabía de Las hermanas Bunner antes de sumergirme entre sus páginas y creo que ha sido un gran acierto porque, a pesar de terminar con el corazón encogido, he disfrutado mucho con su lectura. Me ha parecido una historia sencilla, pero que deja poso, y muy bien narrada. Edith Wharton ha sido un gran descubrimiento que me ha regalado el club de la tribu.
İlk kez Edith Wharton okuyorum; ancak son olmayacağından eminim.
Kitabı sonundaki birkaç nokta haricinde bir hayli sevdim. Aslında kısa bir roman olsa da etkileyici ve sürükleyici.
Kitap isminden de anlaşılacağı üzere iki kız kardeş üzerine kurulu. Kumaş, dikim gibi işlerle uğraşan, dükkanları ve dükkanlarının arkasındaki odada mütevazı bir yaşam sürdüren Ann Eliza ve Evelina kız kardeşlerin yaşamı bir saatle tamamen değişiyor. Ann Eliza, kız kardeşi Evelina'ya doğum gününde Alman bir saatçiden bir saat hediye ediyor. Bu saat vesilesiyle saati satan Alman adamla gelişen dostlukları ise iki kız kardeşin küçük; fakat huzurlu dünyasını yerle bir ediyor.
Roman sürükleyici olmanın yanı sıra 1900'lü yılların başlarında Amerika'ya dair de fikir vermeye elverişli. Klasik roman arayanlara özellikle tavsiye ederim.
This short novel is a great taste of the best of Wharton. Though a lesser known work, I found it to be quite as darkly charming as some of her more popular New York fiction, like House of Mirth, Age of Innocence, etc. I tend to really enjoy her books about poor people living far on the outskirts of high society - these characters feel almost tangible. This book centers around two spinster sisters whose lives are turned upside down upon the entrance of an intriguing stranger. The man eventually marries one of the sisters...and obviously we can't expect a happy ending. But you'll have to read it to find out just how terrible it is muahaha
Tüm kış bunu okusana diye beni darlayan kız kardeşimden özür dilemek istiyorum, yaz mevsiminde okuma anarşikliğinde bulundum. 😑
Ya aslında şöyle, problemli bir kitap asla değil. Yalnızca dönem ve konuyu düşününce biraz kasvetli kalıyor. Gerek kız kardeşlerin yaşam tarzı gerek yaşamın onlara getirdikleri, günlük güneşlik bir atmosfer beklemek anlamsız olurdu zaten amma boş yaptım ya.
Neyse, başlangıç döneme başlangıç niteliğinde güzel kitap, yazarın üslubu, plot twist falan bi' beğendim ben.
This was not quite what I expected it would be. I first thought it was going to be kind of cute -- it was not cute. But when I think back on the other books that I've read by Edith Wharton, it fits right in. So, if you are an Edith Wharton fan, I think you'll enjoy reading this one. It is not a "happy" book, but, I guess "happy" is not what you usually think of with Wharton.
20. yy başlarında Amerika’da geçen kitap, iki kız kardeşin ekseninde dönemin hayat mücadelesine, yaşam koşullarına, dini imgelere olan bağlılığına ışık tutuyor. Kolay okunur bir yapıda. Kendine has bazı ince öğütlemelerde barındıran bir dönem klasiği.
"I really liked it" would be an accurate statement of how I felt about this work. "It was amazing" may be stretching it, since this isn't one of Wharton's masterpieces. Still it is a little semi-precious gem and I am glad I did not miss it. Written in the 1890s, but not published until later, this is the story of two spinster sisters (yes they really did use the word spinster once upon a time) who eke out a living in a rundown New York neighborhood by selling sewing trims, buttons, bows, ribbons and the like. Their lives have no frivolity or spontaneity, just a routine that is grounded in the sisters' love for each other. That changes when the purchase of a birthday gift brings a mysterious stranger, a clockmaker, into the sisters' humble world. Wharton manages to evoke a sense of place so well even in this short work. Her gift, I think, is that she elegantly and carefully creates characters whose lives would seem on first blush to be utterly insignificant, and yet these lives tell a tale of the human heart, with its longing, dreaming, and disappointment that is truly timeless. Short enough to be a beach read, memorable enough to be worth the time, but don't look to Wharton for sentimental stories or frothy, happy gulps of mirth. More of a rainy day, can't go to the beach kind of story.
Me parece magistral este relato, consigue que te encariñes de las hermanas Bunner, unidas e inmersas en una vida apacible y aburrida. Y posteriormente te da un mazazo cuando una ilusión de la más joven lo destruye todo.
3,5⭐ Historia triste pero muy bien narrada. Uno se queda con la impresión de que Edith Wharton no solo sabe contar historias sino que además las cierra muy bien. También con la sensación de haber aprendido una lección de vida. Leer a Wharton siempre es bien.