Durante el mundial de Sudáfrica, día tras día, carta tras carta, Martín Caparrós y Juan Villoro recuperaron la pasión especial de los aficionados: convertir el futbol en palabras. Caparrós recorría el mundo mientras Villoro veía el campeonato en su sillón de largo recorrido. Un nómada y un sedentario definían sus horas a partir de lo ocurrido en la cancha, y se lo escribían en una correspondencia inverisímil. Al hablar de goles, golpes, contragolpes, jugadas y jugadores, hablaban de las extrañas casualidades y supersticiones que definen el juego y el destino.
Martín Caparrós es un periodista y escritor argentino. Comenzó su carrera periodística en el diario Noticias en 1973, en la sección policial, a cargo de Rodolfo Walsh. En la dictadura, abandonó el país y se exilió en Europa: se licenció en Historia en la Universidad de París; más tarde vivió en Madrid, hasta 1983. Tras el retorno de la democracia a Argentina, regresó a Buenos Aires. Vive en España y publica sus columnas en El País de Madrid y el New York Times.
Qué gozada poder leer sobre fútbol con calidad, humor, análisis y talento. Una buena prueba de que no hay tema que no pueda ser objeto de un libro si su autor (sus autores, en este caso) saben escribir. Y vaya si saben. Un mucho de fútbol, un poco de análisis social de Latinoamérica y África, buenas reflexiones, lenguaje cuidado, prosa ágil... Me ha encantado.
Han pasado ya tantos años de aquella copa del mundo, que leer este ameno libro me sirvió para recordar donde estaba en cada una de las fases, en aquellos años estaba por comenzar la maestría (que no terminé), era soltero, residía en el edomex, estudiaba japonés, y a 9 años de distancia, todo eos ha cambiado.
Había escuchado de cartas de amor, cartas durante la guerra, de convictos a familiares y otras más, pero nunca había escuchado de cartas de futbol, este libro compuesto por correspondencias entre Villoro y Caparrós durante el Mundial de Sudáfrica 2010 es un gozo para los que amamos este deporte-espectáculo y para los que seguimos la huella de ambos o cualquiera de los dos escritores.
Había tenido la oportunidad de leer “Balón Dividido” de Juan Villoro, pero de Martin no había leído más que sus crónicas de viaje que hace para el diario “El País”, es de destacar como cada uno no pierde su estilo a pesar de escribir de un tema ajeno a lo que normalmente nos tienen acostumbrados, nos demuestran que el fútbol y más en una época como el Mundial, cabe en todos lados.
Aprendes de países, de política, de sentimientos y dentro de éstos, el de la ilusión renovada, la derrota y la esperanza depositada en once hombres que persiguen un balón.
Es un libro no muy largo con 188 páginas, yo no pude leerlo de corrido por la carga de trabajo, pero en cuanto tuve tiempo entre vuelos y días de descanso le dedicaba una hora y lograba caminar entre hojas de forma constante. Sí gozas de tiempo hasta en uno o dos días podrías acabar con él.
El único detalle al menos aquí en México es que fue difícil de conseguir, el libro terminó llegando desde Argentina producto de un regalo de navidad muy valioso, acompañado de “Boquita” de Caparrós, así que suerte al intentar encontrarlo en nuestro país.
El genero epistolar es de mis favoritos, y si se mezcla con fútbol ya es un delirio. El mundial de Sudáfrica ha sido para mi uno de los mejores recuerdos que he tenido como reportera, pues en esa fecha inicie a trabajar y me gustaba intentar relatos y crónicas de lo que veía alrededor de un grupo de personas que se unen para ver el fútbol. Sin duda Caparrós y Villoro ponen la vara muy alta y se escriben una correspondencia maravillosa, llena de detalles futbolísticos, anécdotas, fiebres, viajes y relatos emocionantes y divertidos. Este libro es un sueño, puede ser hasta un manual de redacción, de fútbol, de cultura, es una barbaridad. Hay mucho que destacar del libro, mucho que aprender, y Justo eso es lo que me gusta del fútbol, lo que se desarrolla alrededor de un partido de 90 minutos o más, lo que ocurre con la afición, la calle, la comida, el mejor resultado es el que ustedes puedan apreciar al leer esta bellísima joya. Léanlo ya.
Otro libro de "descanso". Nada complicado, pero si muy entretenido leer a este par de fanáticos escribirse sus impresiones mientras va pasando el mundial de Sudáfrica 2010. Muchas de las cosas que dicen ciertamente las sentimos y las vivimos aunque no tenemos la facultad para escribirlas como ellos.
Siempre me da gusto ver que existe gente que derrumba ese mito tan arraigado que ser fanático seguidor del futbol equivale a ser un ignorante o cosas peores.
Este libro permite el desarrollo de cierto placer voyeurista, como el que se siente cuando se ve un partido de fútbol a través de la ventana de un vecino. Viloro y Caparrós nos permiten asomarnos a su amistad fincada en la afición por el fútbol... O más bien, su afición a ser aficionados. Lectura divertida y básica para quienes llevan el fútbol más allá del nivel de cancha.
Relajado y divertido, la chispa y el peculiar humor de los autores se desborda en cada página. Plagadas de recuerdos de partidos y situaciones, hacen de este libro algo entrañable y disfrutable, tal vez no más que un buen partido de futbol, pero esos ya no se televisan, esos se viven en los llanos, pateando una pelota.
A pesar de lo banal del tema (siendo yo un aficionado al futbol que sabe reconocerlo e incluso aceptarlo como "gusto culposo"), siempre es un deleite leer a dos grandes escritores. No importa de lo que hablen, su grandeza puede tenerte entretenido con citas, anécdotas e historias que solo las personas cultas tienen.
"Estar en el mundial —tu lo sabes mejor— es un engorro: muchas horas sin nada más que hacer, demasiada espera para poca esperanza, mucho tedio. Aunque los sudafricanos hayan tenido una idea inmejorable: cada partido te llena todo el día. Hoy, por ejemplo, me levanté a las ocho, salí del hotel nueve y media, tomé un bus a las diez, llegué al estadio hacia las once y media, hice horas de cola, vi el partido, grité, salté, salí a las cuatro, tomé otro bus y ahora, seis de la tarde, acabo de volver"
Amo el futbol pero en general la literatura dedicada a él me importa bastante poco. Sin embargo me regalaron este libro y lo que más me interesó fue que se trate de una correspondencia entre dos grandes escritores. Me puse a leerlo y me encontré con un verdadero documento fenomenal de lo que fue el mundial Sudáfrica 2010 (bastante flojito ese mundial, hay que decirlo). Se nota una gran sinceridad y química entre los dos escritores, que van escribiendo sus experiencias en dos momentos muy distintos de la vida de cada uno: Caparrós de viaje por distintas partes del mundo y Villoro en México, disfrutando (sufriendo) cada partido en casa. Es una gran prueba de como, cada cuatro años, el mundo atraviesa un evento de esas características. Tiene reflexiones varias y, sobretodo, esa sensación de que la vida va pasando mientras se habla de futbol.
Lo bueno: para el futbolero de alma, es una linda obra que expresa cada problemática y acierto de distintas selecciones, pone a prueba la paciencia y la esperanza en cada partido y también le da una frescura a cada partido que, a pesar de ya haberse jugado hace trece años, te provoca cierta adrenalina.
Lo malo: no tengo mucho para decir. No se si es una genialidad de obra. Le puse 5 estrellas porque tampoco se puede esperar mucho de una premisa así, pero que aún con eso lograron una hermosa correspondencia que queda como documento histórico para aquellos que nos gusta picar un poco más en lo que pasó.
This is a fun window into how sports impact people around the world, aware of how ridiculous or unhelpful they can be but also how they bring people together. The contrast between authors—one constantly traveling and the other sedentary—across the one-month duration highlights how so much life goes on even while, at the same time, so much of the world seems to halt for the World Cup. An important aspect of how sports functions as a life metaphor.
I don’t think that it has made me into a huge soccer fan, but I did really enjoy the historical aspect—every World Cup exists in contrast to or support of previous competitions (extending back a century or so). It’s a quick read, and it’s worth your time if you want to learn or reminisce about this sport and this event.
Para los que somos futboleros esta bueno...pero esperaba un poco mas de la parte de Martin....pero interesante volver a leer esos recuerdos bonitos del Mundial en Sudafrica.
"Me paso la vida tratando de pensar cosas, de tener cierta mirada del mundo, de no perder el tiempo -en síntesis, soy muy insoportable, sobre todo para mí- salvo en esos momentos: durante dos horas un par de veces por semana toda mi atención, todo mi esfuerzo, todas mis emociones dependen de que ese cuero inflado pase o no pase un raya pintada en el suelo" Martín Caparrós
"¡Qué tedioso sería que el árbitro no se equivocara! En cada pártido 22 hombres pretenden ser Aquiles y 1 se resigna a ser Héctor." Excelente crónica epistolar del Mundial 2010. Muy recomendable aún si no te gusta el fútbol.
Una lectura ligera entre amigos y futbol. Leerlo me remontó vía a las analogías, el humor y la sapiencia de Villoro y Caparrós a esos episodios del mundial de Sudáfrica. Si gustan de este deporte, es una lectura que les atrapará.