Es el año 1978, en La Plata. Una niña espera encontrarse con su madre, exiliada en París. Estudia sin pausa el francés, su futuro idioma, un aprendizaje donde conviven sueños y un velo de incertidumbre. Mientras, cada quince días, visita a su padre en la cárcel; un preso político en tiempos de la dictadura. Él también la prepara para el viaje, y le recuerda que mantendrán la relación a través de cartas. Cuando a principios de 1979 llega a Francia, la realidad corrige tantas fantasías. No es París propiamente dicho donde irá a vivir sino un suburbio; no es la postal del Sena, la torre Eiffel y las callejuelas, sino el edificio algo extravagante donde está el departamento de su madre. Es, comprende de golpe, una niña refugiada. No obstante, está en las puertas de un nuevo comienzo. El descubrimiento de una lengua que será suya; de un colegio que poco se parece al argentino; de los amigos exiliados que visitan a su madre y hacen el recuento de los compañeros asesinados o desaparecidos. En medio, las cartas a su padre y el tibio descubrimiento de la literatura, de la escritura como lugar inocente, lugar de encuentro y emoción. Maravillosamente escrita, El azul de las abejas es el relato en primera persona de una niña que, de manera vertiginosa, adquiere una nueva realidad. Un país y un idioma, la lejanía con su tierra original y con su padre, las sorpresas que cada día la deslumbran y atemorizan. Con esa candidez y esa precisión que sólo se dan en la niñez, y que serán parte de su vida, porque son huellas imborrables. Comienza donde terminaba la primera novela de Laura Alcoba, La casa de los conejos, y es un libro conmovedor sobre una infancia luminosa y renacida entre la memoria viva del dolor y el exilio.
Laura Alcoba es una escritora y traductora franco-argentina. Desde los diez años reside en París.
Se licenció en letras en l'Ecole Normale Supérieure, y es especialista en el Siglo de Oro español. Actualmente ejerce la docencia en la Universidad de París y trabaja como traductora de teatro.
La casa de los conejos (2008), su primera novela, fue publicada originalmente en Francia por Gallimard y traducida al alemán, el inglés y el italiano. Jardín blanco (2010) es su segunda novela, y fue recibida por el elogio unánime de la crítica francesa.
آبی زنبور عسل نوشتههایی منفصل از هم هستند از زبان یک کودک ده یازده ساله که فرزند پدر و مادری مبارز از آرژانتین هست که پدرش در زندان و مادرش در فرانسه زندگی میکنه. دختر در انتظار پیوستن به مادرش هست و در همین حین مشغول آموختن زبان فرانسه. روایت ها ابتدا از ملاقاتهای با پدرش در زندان شروع میشه و بعد به مهاجرت و یادگیری زبان و پیدا کردن دوستان جدید و اتفاقاتی از این قبیل میرسه و در خیلی از جاهای داستان به نامههای رد و بدل شده بین دختر و پدرش هم اشاره میشه. اما در انتها باید بگم که کتاب کشش لازم رو برای من نداشت، اونقدری که انتظار داشتم جذاب نبود و میشه گفت از یه جاهایی دیگه فقط میخوندم که تموم بشه و این خوب نیست. ولی آخرین جملهی کتاب که به نقل از یه کتاب دیگه هست قشنگ بود و اینجا مینویسم: « زمین هنوز پر از گل و لای بود، اما گل های آبی کوچکی در گوشه و کنار شکوفه داده بود »
Creo que incluso hasta me gustó un poco más que La casa de los conejos. Es un libro que aunque está hecho de retazos, todo está bien ordenado y armadito y entonces, además de contar una historia desde un punto de vista interesante, también logra ser redondo sin sentirse forzado y sin perder emoción.
Un libro de lectura pausada, que cuenta la historia en primera persona de una niña que tiene que abandonar Argentina durante la dictadura para exiliarse con su madre en Francia, mientras su padre está en la cárcel.
En el libro, que se centra en el aprendizaje del idioma francés como una metáfora de la integración de la pequeña en el nuevo mundo, vemos distintas fases en este proceso de aprendizaje: las primeras clases en La Plata, la llegada a Francia donde debe olvidarse de todo lo aprendido que poco tiene que ver con la realidad, los primeros días en el colegio, compañeros de clase también inmigrantes, .... Todo ello mientras mantiene correspondencia semanal con su padre, en la que comentan los libros que leen al unísono, uno en español y la otra en francés. De uno de estos libros es de donde sale el titulo de esta novela.
Esta es una lectura tranquila, pausada, con un estilo muy suave y placentero. Son retazos de la vida de una niña que debe mudarse de Argentina a Francia en tiempos de la dictadura, mientras su padre está en la cárcel. Tiene un alto contenido autobiográfico, y en estos casos siempre es interesante tratar de descifrar dónde se encuentra la línea entre realidad y ficción.
La historia se enfoca principalmente en el idioma, en cómo la protagonista necesita aprenderlo para encajar en la sociedad francesa, en su entusiasmo y también sus desilusiones, su acento, la vergüenza que le da cuando no logra hacerse entender... Si sabes algo de cómo es aprender un nuevo idioma creo que puedes identificarte con esos aspectos.
Por otra parte, la relación que vemos a través de cartas con su padre es muy tierna y real, y de allí viene el precioso título de la novela, que fue lo que primero me llamó la atención para leerlo.
Sin embargo, no se siente como una novela cohesiva. Parecen retazos de algo más grande, pero incompleto. Sé que es parte de una especie de trilogía de la autora, pero así mismo le falta algo para que sea una historia redonda y completa. Quizás se deba también a que se tocan de forma superficial algunos temas de los que esperaba una resolución, pero solo quedan allí colgando (por ejemplo, el bullying que sufre Luis por supuestamente ser gay o femenino, la relación de la protagonista con uno de los chicos discapacitados que cuida su madre…). De hecho, ni siquiera creo que la historia tenga un final como tal, solo termina.
Si El azul de las abejas hubiera sido una novela más larga y sus personajes se hubiesen desarrollado en profundidad, creo que habría dejado mayor impacto en mí. De todos modos, rescato mucho los pasajes sobre idioma y la integración, y no descarto leer otra novela de Laura Alcoba porque su estilo me encantó.
این کتاب مجموعهایست از روایتهای سرشار از احساس که از زبان دختری ده ساله نقل میشود. در همین سن به مادرش که پناهندهایست در فرانسه میپیوندد اما پیوندهایش را با سرزمینش قطع نمیکند. پدرش که زندانی است در آرجنتین، هر هفته به صورت منظم بههم نامه مینویسند، نامههای که حکایت از ارتباط عمیق این دو دارد. کتاب حکایتی است از ناامیدیها و دشواریهای معمول مهاجرت اما این بار از نگاه کودکی ده ساله: زندگی در حومهی پاریس، آپارتمان محقر، شغل عجیب مادر، لباسهای دست دوم موسسه خیریه، کشف برف، نخستین تعطیلات در یک خانوادهِ فرانسوی و مهمتر از همه فراگرفتن زبانی جدید و فرهنگی جدید است. نویسنده در این اثر میکوشد تمام مراحلی را که یک زبان جدید به وجود یک شخص نهادینه میشود جزء به جزء اما به شیوهای جذاب و پرشور ترسیم نماید. زبانی که گهگاه حسی شاعرانه و لطیف در خود دارد.
Pensar en abandonar tu país, tu familia, tu círculo de amistades, tú seguridad es algo que hoy muchas y muchos están viviendo alrededor del mundo. La crisis migratoria es una realidad patente en el mundo actual. Pero existen antecedentes que nos llevan a entender el fenómeno en todas sus dimensiones. En la década de los 70's-80's en América Latina la migración forzosa se vivió por las dictaduras militares que se asentaban por todo el continente. Argentina fue una más de esas naciones en donde muchas y muchos, que cayeron bajo la bota militar y no murieron debieron escapar. Laura Escobar relata esa travesía hacia Francia en una historia cargada de la ternura que entrega la visión de una niña de 11 años que llega a Francia con su madre, a la espera que su padre salga de la cárcel —preso por motivos políticos—. El aprender un nuevo idioma, hacer nuevas amistades y no perder el contacto con esas raíces, que son dejadas atrás no por una decisión propia sino que por las circunstancias forzosas. Una lectura que resulta un bálsamo a pesar del trasfondo de su historia. Esta escritora, exiliada junto a su familia en los 80's, reconstruye su historia personal para entregarnos una hermosa historia de conquistas personales y de crecimiento a pesar de las circunstancias. Una lectura ágil que va dejando mella en tu corazón a medida que avanzas. Un gran panorama lector en cualquier momento.
“Lo bueno de las cartas es que uno puede pintar las cosas como quiere, sin mentir por eso. Elegir entre las cosas que nos rodean, de modo que todo parezca más bello en el papel.”
#bookquotes
Esta es la segunda parte de la historia de Laura. Ahora ya viviendo en el exilio, respirando en Frances en una ciudad lejos de su padre. Más allá de la condición de exiliada – de la que ella apenas es consciente – sus batallas son con ese idioma gutural en el que tiene que pensar todo antes de hablar. Va a la escuela, escribe cartas a la gente de su pasado, hace amigos en presente y lee mucho.
Una lectura ágil con la que es fácil de identificarse pese a contar poco; es curioso darse cuenta que los conflictos a los que se enfrenta la protagonista podrían ser los mismos de cualquier otra niña o adolescente de su edad pese a la particular realidad en la que vive. La pluma de la autora sigue siendo agradable y se disfruta en las breves páginas de esta entrega, aunque si de elegir se tratara, quizás la primera parte sería la ganadora.
En este libro resulta más fácil olvidarse que se está contando una historia real. A diferencia del primer libro, que resulta un relato muy situado, en este por momentos se desdibuja lo biográfico. Sin embargo, cuando se lo recuerda, es hermosa la manera en la que aparece ese intento de una niña por seguir adelante, esa capacidad de comprender incluso los silencios mientras recupera la inocencia y explora el devenir de su infancia.
Resulta que tengo en proyecto un club de lectura para mis estudiantes de francés. No podía definir cómo iniciar ese camino con ellos, me pasé semanas cambiando de elección. Es que no es tarea sencilla elegir un libro para abrir un ciclo; menos aún elegir uno que, siendo leído en una lengua en la que uno no es todavía experto, consiga atrapar al lector y lo haga entrar en un universo francófono que posiblemente le es extraño. Por eso, me siento agradecida de haber recibido casi como por casualidad la sugerencia de "Le bleu des abeilles".
Laura Alcoba se corre de la forma tradicional de la novela autobiográfica, para regalarnos un libro que tiene por narradora a una niña que describe todo REALMENTE a la manera de una niña. No recae en reflexiones rebuscadas ni demasiado intelectualizadas. La precisión, la dulzura, la naturalidad con la que lo logra es maravillosa, atrapante.
¿Por qué digo que no lo hace de la manera tradicional? Pues porque lo autobiográfico no es lo principal aquí. Bueno, claro que es la materia de la que se sirve, pero ella la selecciona, la recorta casi obsesivamente, dejando solo lo esencial para su objetivo, que no es otro que narrar el recorrido de la protagonista hacia la apropiación de esa nueva lengua cultura, que fuera su refugio frente al silencio al que fue sometida en su lengua materna. Ese descubrimiento paradójico, por momentos penoso y complicado, pero siempre grato y sorprendente, es descripto con una gran habilidad. Y si alguna vez aprendiste una segunda lengua (aún más si esa lengua es el francés), te aseguro que quedaras sorprendido por la forma en la que este libro logra hacerte sentir identificado.
Si buscas conocer todos los detalles biográficos de la vida de la autora, no los encontrarás ; pero esto es así porque en este libro Laura logra brillantemente desplegarse en dos, escritora y narradora, poniendo en palabras una experiencia universal, que va más allá de ella misma. Una experiencia tan argentina como del mundo, la del exilio. Y lo consigue con éxito, transformando ese camino de re-enraizamiento en el eje central de la novela.
El primer libro de la saga me gustó mucho, y este no ha sido menos.
En El azul de las abejas, la protagonista espera en Argentina a mudarse al exilio junto a su madre, que ya está en Francia, mientras que visita a su padre quincenalmente en la cárcel. Cuando por fin se traslada a Blanc-Mesnil, tiene que acostumbrarse a vivir en un nuevo lugar, con una lengua y un estilo de vida diferentes. Mientras pasa los meses en el barrio latino de la Voie Verte y en la escuela Jacques Decour, continúa en contacto con su padre a través de cartas.
Resulta muy interesante descubrir las sensaciones de la niña con respecto a su condición de refugiada. Atraviesa un duelo interno enorme cuando tiene que lidiar con el hecho de no hablar francés tan bien como el resto. No le gusta sentirse inferior, no le gusta que la gente sepa que es de fuera. Conocer sensaciones como estas de una forma tan cercana, y sabiendo que se trata de una historia real, resulta escalofriante.
Además, la autora declara al final del libro que, muchas de las anécdotas contadas, las ha recordado gracias a las cartas que le mandó su padre, y que todavía conserva. Me parece precioso tener la oportunidad de leer algo tan íntimo.
J'avais marre de me galérer en lisant les livres preférés de mes potes francophones intellectuels, des chefs-d'œuvre qui sont vachement trop compliqué pour moi pour l'instant. D'abord, je me suis mis à les conquérir, livre à gauche, dictionnaire à droite et franchement je passais plus de temps à droite. Pff. Enfin, j'ai décidé que le plus important est de découvrir la joie de la littérature en français, et pour l'instant ça m'amène à des livres qui ont leur pieds sur terre.
Du coup, comme j'avais pas de recommandations pour me guider, j'ai commencé à goûter la librairie de A à Z et voila: Laura Alcoba, une écrivaine et traductrice franco-argentine. Le bleu des abeilles suit un petite fille qui déménage de Argentine aux banlieus de Paris pour fuir la dictature. Elle parle de sa famille, son exploration d'une nouvelle langue, et sa vie en France. Il y a un tone innocent, doux et tendre dans le livre, qui m'a bien plu. Et comme ça, c'est encore plus choquant quand elle parle de la fuite, comme c'est évident, pour elle c'est autant normal que l'école maternelle au coin.
Bref, j'ai adoré passer presque tous mes temps à gauche et j'ai hâte de continuer dans ce chemin.
Este libro me atrapó al principio, con su estilo íntimo, como si estuviera leyendo el diario de la protagonista. Me pareció increíble al inicio, pero a medida que avanzaba, la historia fue perdiendo algo de fuerza, salvo en los últimos capítulos, donde recupera un poco el ritmo. Algunos capítulos de la mitad en adelante me resultaron un poco innecesarios. Mis partes favoritas fueron los encuentros con su profesora particular, la forma en que trabajaban durante las clases de francés, la práctica de la fonética, y todo lo relacionado con aprender una nueva lengua. La autora describe muy acertadamente lo que es aprender a vivir con (y en) otro idioma, lo largo que puede ser el proceso de dejar de traducir en la mente lo que querés decir, hasta que las palabras salen directas. Y la alegría que se siente al llegar al final de esas tuberías de traducciones mentales. Quizás me faltó algo de contexto de la historia familiar para apreciar la obra del todo ya que no leí la trilogía completa. De todas formas, es una lectura dulce, accesible y por momentos tristes, ya que sigue siendo la historia de una familia que se fue incompleta a refugiarse en Francia de la dictadura argentina.
Me gustó mucho más que su antecesor, y aunque no sabría decir por qué, me inclinó a pensar que las descripciones me resultaron mucho más ordenadas y fieles al pensamiento de una niña, que además, contaba su propia experiencia de vida.
Es interesante conocer la mirada de un inmigrante porque resulta innegable ese sentimiento de *no pertenencia*... del saber que día con día se intenta encajar en un lugar que no es el suyo por naturaleza.
Disfruté de los escenarios que iba describiendo la autora y también de poder conocer esos retazos que debió de juntar de su propia memoria. Momentos que parecieran sencillos y cotidianos pero que nos regalan un pantallazo de lo que significa convivir con una cultura diferente a la propia -principalmente ese choque con el idioma, que suele ser una barrera al inicio de todo viaje-.
Me hubiese gustado sentir una mayor cercanía con la voz narrativa, pero aunque esto no haya sucedido, la lectura me resultó significativa.
La lectura no es mala pero no creo volver a leer otra vez ya que el libro esta escrito bajo la mirada de un menor edad pero no se desarrollan los demás personajes que se llegan a mencionar, en este relato solo es ella que va reviviendo recuerdos que se van dando lineal.
La lectura es la mirada de una niña en un nuevo ambiente, idioma, amistades y la relación que ella tiene con su madre y su padre, si se lee el primer libro entenderá que sucede con el padre eso no significa que estas obligado a leer el primer libro solo es un detalle que uno comprende por que no esta en el país que ella ya conocía. Esta nuevo lugar se contara unos relatos que ella va teniendo, algunas interesante por que es como si nosotros fuéramos ella y se desconocía del lugar. Se nota la mirada de un menor edad que sale del lugar solo por que le decían los padres, pero no es algo que buscaba, también como las palabras nuevas no es algo que este disfrutando en como va pasando el tiempo, pero de la nada un día logra ser espontaneo lo que tanto trabajaba para poder ser parte de ese nuevo lugar y sobre todo lograr terminar un libro logrando poder tener la relación con su padre a la distancia que tenia, al termino del libro una de las frases que también se me quedo a mi :
Un manto de lodo cubría aún toda la tierra; pero ya, aquí y allí, asomaban pequeñas flores azules.
📚 Luego de La casa de los conejos, en esta novela biográfica, la escritora cuenta su llegada a Francia. Su necesidad de integración, la correspondencia con su padre preso en Argentina, el reencuentro y convivencia con su madre y, especialmente, su adaptación al idioma. Desde su pronunciación hasta la posibilidad de pensar en la lengua que le es ajena.
📖 Si bien no me conmovió tanto como la primera, valoro su mirada de niña capaz de reconstruir las sensaciones y emociones del exilio. Su extrañeza, temor y necesidad de pertenecer. La timidez y su gradual crecimiento en un nuevo país hasta sentirlo propio sin perder la conexión con su padre.
📖 Sencilla, clara, capaz de conservar la ternura de la niñez y transmitir los sentimientos que hacen tan importante recordarla. ¡Buen cierre de este gran año de lecturas!
Me ha gustado más este libro que el primero, porque pienso que este libro es muy personal. Puedo leer a la niña de 10 años con sus miedos, dudas y preocupaciones sobre dejar su país por las razones más terribles y empezar una nueva vida en un país completamente diferente, sobre todo por el idioma. Puede leer el choque cultural que tiene la niña, y sobre todo, el miedo de no encajar, el miedo de no darse a entender.
A diferencia del primer libro de esta trilogía, en este sí siento que sea una niña la que lo está narrando, desde su perspectiva como niña.
Agregar de nuevo, que la narración de Laura es muy placentera, entretenida y oportuna.
..." y por un instante al menos el mundo quedó atrás, la escena se congeló... De golpe todos volvimos a estar un poco allá, un poco en aquella época, como suele decirse. Angustias, miedos, imágenes diferentes deben de haber surgido en nuestras mentes, pero ninguno los mencionó. Y nadie los nombrará, nunca, aunque los sepamos diferentes pero a la vez comunes, porque así es el exilio, no hay por qué decir más. Basta y sobra quedarse un momento en silencio, junto a un arenero en el cual, aquí y allí, brillan todavía unos charquitos de escarcha. Muy pequeños ya, si: es temprano hace frío, pero el invierno ya se ha alejado, los canteros muy blancos parecen fuera de estación..."
Traduzido para o português por Natália Bravo e publicado pela editora Paris de História, O azul das abelhas é o segundo livro da trilogia A casa dos coelhos. Nele, a protagonista narra sua chegada na França para encontrar a mãe, foragida da Argentina durante o período da ditadura militar, enquanto o pai está preso na Argentina por motivos políticos. O contato com uma nova cultura, nova língua, o desconhecimento de colegas até mesmo sobre a existência da Argentina e a necessidade de construir um sentimento de pertencimento narrados por uma menina mostra as garras de períodos ditatoriais na construção do indivíduo.
«Y por un instante al menos el mundo quedó atrás, la escena se congeló —de golpe todos volvimos a estar un poco allá, un poco en aquella época, como suele decirse. Angustias, miedos, imágenes diferentes deben de haber surgido en nuestras mentes, pero ninguno los mencionó. Y nadie los nombrará, nunca, aunque los sepamos diferentes pero a la vez comunes, porque así es el exilio, no hay por qué decir más. Basta y sobra quedarse un momento en silencio, junto a un arenero en el cual, aquí y allí, brillan todavía unos charquitos de escarcha. Muy pequeños ya: sí, es temprano, hace frío, pero el invierno ya se ha alejado, ya pasó la temporada de los canteros blancos de nieve».
Muy tierna la forma en que Laura nos abre al mundo no solo del exilio, sino de la inmigración a través del idioma. Cuando me prestaron este libro, me dijeron que iba a ser muy interesante por la relación de la protagonista (una niña argentina) cuando se encuentra con el idioma francés. Y pude, increíblemente, sentir muchos momentos de identificación. A mí, como a la Laura de este libro, también me enamoró el idioma y nunca pude describirlo tan bien como hace ella acá. La parte en la que describe las vocales escondidas del francés, como las e finales, es realmente hermosa. O cuando reflexiona cuándo llegará el momento en que ella tenga un "francés realmente suyo".
No me gustó tanto como "La casa de los conejos". Siento que le falta el relato del padre y su lado de la mecha para que sea un libro completo y que siga el hilo del primero. Al faltarme el relato de la dictadura (salvo las pequeñas menciones a su padre preso), siento que es una desconexión total de la primera parte, y que solo es un relato de cosas no muy relevantes. Siendo esa una opinión personal, no quita que la manera en la que esta escrito es hermosa, se lee fácil y es tan descriptivo que podes imaginarte todo.
Seguimos a la protagonista de La casa de los conejos. Han pasado unos meses, su padre está detenido por la dictadura civico militar que sembraría el terror en Argentina, su madre se ha exiliado, dejando a la pequeña al cuidado de sus abuelos. Pero llega el momento de volver a reunirse madre e hija, aunque ya no en La Plata, Buenos Aires, sino en París, Francia. La niña se prepara para el viaje y una vez allí se tiene que adaptar al idioma, a la escuela, al departamento donde viven en compañía de Amalia. Hermosa entrega la trilogía, espero con ansias leer La danza de la araña
3,5/5⭐️ En capítulos cortos, Laura Alcoba cuenta a través de los ojos de una niña lo ingrato del exilio en un país donde nada es suyo: su lenguaje, su ropa, su escuela y los muebles de su casa provienen de lugares extraños que no siempre entiende, cuyos huecos va llenando con imaginación y silencio. Sinceramente disfruté la lectura más al final del libro que en el principio, porque algunos capítulos son medio engorrosos. En resumen creo que es una historia linda y necesaria de conocer, sobre todo sabiendo que es una historia bastante autobiográfica.
I've read this for french class and I gotta say I liked it. It tells the story of Laura, a child that has to leave Argentina in the exile because of the dictatorship going on there, while her father is in prison to go live with her mother in France. It follows her story adapting herself to the new country, costumes and language. Easy to follow, easy to read if you are learning the language and maybe you get to see in yourself similarities with how Laura struggles with french as I did lol.
Probablemente mi opinión esté condicionada por ser argentina y empatizar con el trasfondo de esta historia. Me pareció un libro bellísimo, contado desde la visión de una niña de 10 años que se exilia con su madre en plena dictadura militar. Relata lo que vivió adaptándose a un nuevo país, cultura e idioma, con la inocencia que caracteriza a una niña de su edad. Es una historia realmente hermosa. Y está escrito en un francés bastante fácil para una persona que está estudiando el idioma.
Una niña de 11 años se rearma en un nuevo lenguaje, reconfigura su subjetividad en un francés que la expulsa con la misma fuerza con la que se decide a entrar. Es determinada, fuerte. Está decidida a perteneces. ¿Por qué? Porque quizás en esas letras escondidas detrás de la nariz se juega mucho más que una nueva vida en un exilio después de lo traumático: lo que subyace es la voluntad de establecer un yo, con todo y a pesar de todo.