يلقي هذا العمل بعض الأضواء على العلاقات الثقافية العربية اليابانية، بل على مجمل علاقة العرب بالثقافات الآسيوية، والتي ينفي بعض الباحثين وجودها أصلًا. فأهمية هذه الحكاية بالنسبة إلي العرب تكاد تكون غير محدودة، وهذا من شأنه أن يدفعنا إلي مزيد من الاهتمام بالأعمال المماثلة من كنوز الآداب الشرقية.
وتكمن أهمية هذه الحكاية في أنها الرواية الأولى بالمعنى الصحيح في الأدب العالمي، فهي تقع فيما يزيد على ثلاثة أرباع مليون كلمة، مقسمة إلي أربعة وخمسين فصلًا، تتميز بحبكة بسيطة، تدور حول حياة البطل جينجي وغرامياته، وتهتم بأدق تفاصيل الأحداث، بوصف ممتع للحياة اليومية، وتشابك العلاقات والغوص في أعماق الشخصيات.
ونجد اهتمامًا بالغًا باللغة الواضحة والدقيقة التي كتبت بها الرواية، وتتحول هذه اللغة إلي نور يسلط في مواجهة مفاهيم مركبة ومعقدة في ذلك العصر، فهي لا شك تؤلف تطورًا نوعيًا لا مثيل له في مسار الأدب الياباني.
Murasaki Shikibu (Japanese: 紫式部), born around 978 in Heian-kyō (modern-day Kyoto), is widely celebrated as one of the most important and pioneering figures in Japanese literature. Though her real name is not definitively known, she is remembered by the sobriquet “Murasaki Shikibu,” a name derived from a combination of her most famous literary character, Murasaki, and her father’s official court position in the Bureau of Ceremonial (Shikibu-shō). This alias reflects both her literary contribution and her aristocratic lineage. She was born into the prestigious Fujiwara family, though to a lesser branch that did not hold the most powerful positions in court. Her father, Fujiwara no Tametoki, was a scholar, poet, and provincial governor. Recognizing his daughter’s remarkable intellect, he allowed her to study Chinese classics, a field generally restricted to men in the Heian period. This early education proved foundational, setting her apart from many of her contemporaries and deeply influencing her literary style. Murasaki married in her twenties, but her husband died shortly after their daughter was born. Following his death, she may have spent a period of seclusion before being summoned to court around 1005, where she entered the service of Empress Shōshi (also known as Fujiwara no Shōshi), the consort of Emperor Ichijō. In this environment of cultural refinement and political sophistication, Murasaki thrived, participating in the literary and poetic salons that were central to courtly life. Her greatest and most enduring achievement is The Tale of Genji (Genji Monogatari), a monumental narrative often hailed as the world’s first novel. Written in the early 11th century during her time at court, the work consists of fifty-four chapters and follows the life, loves, and descendants of the nobleman Hikaru Genji. With rich psychological insight, a deep understanding of human emotion, and elegant prose interwoven with more than 800 waka poems, The Tale of Genji offers a vivid depiction of Heian court culture, aesthetics, and the complex interplay of personal ambition, desire, and fate. It remains one of the central pillars of classical Japanese literature. In addition to The Tale of Genji, Murasaki also wrote The Diary of Lady Murasaki (Murasaki Shikibu Nikki), a work of non-fiction that offers unique glimpses into the daily life of the court and her own thoughts and experiences. Unlike her fiction, her diary is often introspective and frank, providing invaluable context for understanding Heian society, the role of women, and the tensions she faced as both a court insider and a perceptive, occasionally critical observer of her surroundings. Despite the limitations placed upon women during her time, Murasaki Shikibu’s writings reflect a striking depth of knowledge, not only in poetry and prose but also in Chinese classics and Buddhist philosophy. Her work was deeply shaped by the refined aesthetics of the Heian period, especially the concept of mono no aware—the awareness of the impermanence of things—which permeates The Tale of Genji and gives it a profound emotional resonance. Murasaki Shikibu’s influence transcended her own time. Her works continued to be read, studied, and copied in the centuries that followed. She has been commemorated in literature, art, and even in religious tradition, and is still celebrated today as a cultural icon. Statues and memorials honor her across Japan, and The Tale of Genji has inspired countless translations, adaptations, and scholarly studies worldwide. Her legacy endures not only because of the historical significance of her writing but also because of the timeless insight she offered into the human condition. Murasaki Shikibu remains a symbol of literary brilliance, intellectual resilience, and artistic sensitivity—a voice from a millennium ago that continues to speak across the ages.
No creo que pueda hacer una reseña que le haga justicia a este libro, porque es demasiado precioso, elegante e íntimo. Solo diré que se ha convertido en uno de mis libros preferidos sin duda. Lo mejor que he leído en todo el 2015.
Al ser este tomo nada más que la primera mitad, no debería, o no podría incluso, hablar de lo que me parece la novela. Pero, quitándome ese tabú encima, he de decir que la novela es maravillosa. Larga, lenta, a veces pudiera ser pesada, pero en realidad... no tanto. -Al menos para mí no es pesada-. Es ese tempo japonés que he leído más de una vez, pero con estilo distinto. Los héroes de esta novela son cortesanos, no son guerreros, como en la Ilíada, y sus formas, orientales, se alejan de la masculinidad nuestra. El recuerdo irá cubriendo la novela, una nostalgia que va a ir notándose desde el principio. Un deseo de volver a un tiempo pretérito infinito y utópico, búdico seguramente por lo que nos indica la introducción, similar al ideal cristiano del medievo. La sensibilidad de la novela, aunque exagerada de sensualidad o de romanticismo, aun así, deja un sabor amargo al final del primer tomo de la novela: todo pasa, la vida pasa... Y desde el inicio me ha hecho pensar en mi propia vida. Hacía mucho tiempo ninguna novela me hacía meditar sobre el tiempo, los recuerdos y la felicidad...
"Vivir aislado no es nada del otro mundo, salvo por lo solo que te sientes."
Durante 900 páginas y 2 semanas y media he vivido en la corte Heian, donde los amantes se intuían el uno al otro a través de cortinas translúcidas en habitaciones en penumbra. Un viaje a tiempos lejanos cuya nostalgia se parece mucho a la nuestra.
Genji Monogatari es considerada la gran novela nacional japonesa, por muchos la primera novela moderna, una de las joyas de la literatura universal y la gran pionera de la literatura firmada por una mujer, entre muchas cosas. Como lo es también, ser un relato fidedigno de protocolo, eventos y costumbres de la época Heian, en Japón, hace 1000 años. Una visión muy cercana de los usos de la corte, un compendio, por la densidad intrincada de sus citas, de la poesía japonesa e incluso china. Y una obra en la que la escritura misma, la forma en que se desenvuelve el escribir, se va retratando a sí misma. Alberto Manguel habla de ella como una muestra de la escritura entre paredes, la escritura de mujeres, tan rica, que se refleja también en el Libro de Almohada de Shoei Sonagon, y en los diarios de corte de damas, uno de los que se conserva también perteneciente a Murasaki Shikibu. Una escritura que contempla como un mundo completo lo que es simplemente el atisbo que se le permite a la mirada femenina, protegido o sepultado por cortinas, paredes, persianas fijas y móbiles, y que ve el boato y los nombramientos, pero desconoce o no le es permitido hablar de las intrigas y las artes y sutilezas políticas. No es una obra fácil de leer, debido a la manera de nombrar a los personajes, ya sea por el cargo que detentan o por el lugar donde viven, en vez de por su nombre. También, por la forma en que los acontecimientos son tratados, a veces en detalle, a veces someramente o elusivamente. Y sobre todo, y eso es además un gran valor en esta narración, por esa multiplicidad de sentido del texto, en que la cita de poesías clásicas, y la forma de la escritura y literatura japonesa, crea una multiplicidad de capas que se añaden al sentido del texto. Murasaki y su texto se suponen antecedente de Proust por ese cuidado por el detalle y esa densidad significativa, así como por el tratamiento melancólico de un tiempo recordado que se desvanece en humo. Desgraciadamente, esta versión no es directa del japonés, sino que sigue la inglesa de Royall Tyler, en traducción al español de Jordi Fibla, que también reproduce y vierte las notas correspondientes de dicha edición. El que la mujer de Fibla sea japonesa, y el que esta edición esté respaldada por Casa Japón, supone un respaldarazo a su fidegnidad. Pese a eso, no estamos nunca seguros de que la nota, pertinente en la edición japonesa, sea siempre adecuada al traducirse al español. Y no digamos ya del texto en sí, que se nos aleja a través del filtro de la traducción inglesa. Dividida en dos tomos, este muy voluminoso primer tomo recoge las dos tercias partes de la obra, conteniendo la vida de Genji, desde que nace hasta que muere, así como la vida de su dama, la excepcional Murasaki. Sin embargo, esto hace que nos encontremos con un inmanejable volumen de gran dimensión y de 1000 páginas, que se deteriora a la primera lectura, pese a el cuidado que uno pueda hacer de ella en su uso. Aparte, de esta versión y la de Xavier Roca-Ferrer, que apareció al tiempo que esta en 2005, pero para Destino, sigueindo en este caso la edición de Arthur Waley de 1931, recientemente la Asociación Peruano Japonesa ha publicado, en tres tomos, una traducción por fin completa y DIRECTA del japonés, a cargo de Hiroko Izumi Shimono e Iván Pinto Román. Edición que cuenta con el beneplácito de Carlos Rubio-zhan, pero que apenas tiene difusión y que no ha llegado a España. Es una pena que una edición tan cuidada sea una traducción indirecta, y es una pena que su primera impresión, que es la que yo tengo, esté llena de erratas de trazo grueso, que afectan al sentido, que incluso llegan hasta las ilustraciones, y que incurren incluso en repetir una página completa y a suprimir una extensión similar del texto que seguiría al texto repetido. Otra cosa, muy discutible, son las ilustraciones, que son descriptivas de objetos que se citan, como si esto fuera un diccionario para colegiales, pero que a veces poco dicen al lector. Uno desearía alguna ilustración en lámina interna como las de la portada, que aportaran una visión al mundo de la corte Heian. Estas ilustraciones provienen, como las notas, de la edición de Tyrell, y se supone que replican las ilustraciones que se encontrarían en ediciones clásicas, y perdidas, del Genji Monogatari. Pese a eso, mientras que la nueva traducción logra tener una mejor difusión, como todos esperamos, nos queda esta versión, que podemos comparar con la de Roca-Ferrer, para reconstruir o que es la original. Suena a placer interrumpido, pero es obligado dejarse llevar por la magia de la prosa de Murasaki Shikibu y el mundo resplandeciente, no exento de sombras, de Genji.
Sé que es una obra maestra de la literatura universal, la novela "fundacional" de la literatura japonesa (el equivalente a nuestro Quijote), y que está escrita por una mujer en el siglo XI, por lo que la reacción debería ser un largo y reverencial ¡Oh!
Pues no, he acabado hasta el koto de Genji y sus amoríos. Me he aburrido con tanta aventura, tanta amante (agradecida y deslumbrada), de tanta reunión cortesana, poemas, conciertos y fiestas.
A cambio, he disfrutado enormemente con la descripción de los ropajes, los tejidos, las joyas, el mobiliario. Todo ese lujo suntuoso me ha encantado, y casi lo he visto (lo que habla muy bien de la escritora y de su capacidad narrativa)
Y también con la historia cuando ya Genji madura y deja de picotear en todos los jardines, y se centra en el suyo, con su esposa Murasaki y sus 4 o 5 concubinas reconocidas (y alguna aventurilla que tiene, para no perder las buenas costumbres). De hecho, las 3 estrellas son una media entre el tedio de las primeras 500 páginas, y lo que he disfrutado las últimas casi 300.
Y también anticipo que la segunda parte, Catástrofe me está gustando mucho más; es un relato más humano, más intimista. Aunque se siga tocando el koto cada dos por tres...
El primer volumen es largo, pesadísimo por el formato de tapa dura escogido por Atalanta, pródigo en infinitas notas, difícil de leer, imposible a la hora de establecer los parentescos (sobre todo porque casi nunca aparecen sus nombres) y sí aparecen diversos tratamientos que van evolucionando (Su excelencia, Su gracia, Su alteza…), la historia tiene siglos de antigüedad y no lo puede ocultar; además nos pilla muy lejos de nuestra cultura occidental; a pesar de todo esto, considero imprescindible leer una vez en la vida esta obra, patrimonio de la cultura japonesa, todo un deleite para los sentidos escrito de una forma inteligente, sutil, cargado de referencias a su cultura. Una verdadera hazaña.
Ser-se Príncipe no Japão do séc.XIX assemelhava-se algo "monótono e cansativo"... uma vida que oscilava entre activos e múltiplos envolvimentos amorosos, a prática constante da caligrafia (principalmente por intermédio da poesia), música, dança e festivais temáticos, nunca descurando o aprumo no vestuário e decoração das residências.
Maravillosa primera parte de esta larga saga familiar escrita por la mujer que inventó la literatura, Murasaki Shikibu. Estupenda narración, calculada, nunca improvisada o arbitraria. Lo mejor de todo son las caracterizaciones de los personajes y cómo van "envejeciendo" a medida que avanza la novela: la lenta maduración de Genji, To no Chujo y otros, tan perfectamente delineados por costumbres, pequeñas manías y debilidades de carácter, así como sus puntos fuertes y sus noblezas, de las que no carecen. Cada personaje exhibe los visos de una complejidad real que los convierte en criaturas creíbles. No existen extremos: todos los personajes de la novela están asistidos por personalidades en las que se mezclan la luz y la sombra (excepto por Kokiden, madre de Suzaku, quizá el único personaje realmente "malvado" de toda la historia). Me extiendo sobre los personajes porque Shikibu es una maestra de la caracterización por sobre cualquier otra fortaleza literaria que pueda tener esta obra.
Primer tomo de la obra completa del Genji Monogatari.
Un gran lienzo artístico de la increíble corte de la era Heian del Japón del siglo XI, que se encuentra matizado con los delicados paisajes estacionales de la época y el detalle increíble de las representaciones y expresiones artísticas de la sociedad correspondiente al periodo citado. Lo anterior se conjuga con la voluntad poética que toma presencia en todas las relaciones que nacen y mueren en la obra, permitiéndonos, lo anterior todo en su conjunto, vislumbrar una obra que se perfila y aprecia inadmisiblemente íntima, delicada y sugerente como ninguna otra que haya leído.
La novela sigue la vida y obra de Genji, el príncipe resplandeciente. Un protagonista fascinante, que a partir de sus reiteradas aventuraras amorosas, conquistas cortesanas y sus innegables dotes artísticos, políticos y sociales, nos permite recorrer los grandes temas que interesaron a la autora durante el periodo de producción de su libro. Las relaciones humanas, el cariz determinante del karma en la vida pasada, presente y futura, el innegable cambio como gran constante en el mundo, el valor de la educación y el refinamiento como sitial de status en la sociedad, entre otros.
Es un libro inabarcable en simples palabras. Supone toda una experiencia leerlo, y comprender con su lectura el increíble repertorio de recursos narrativos, poéticos e históricos con los que se nutrió Murasaki Shikibu para componer una obra que se encuentra entre las cumbres de la literatura universal de todos los tiempos. Un deleite.
En cuanto a qué tanto me gustó, le pondría tres estrellas. Pero se lleva cuatro porque es realmente una obra maestra medieval, tan agradable y sencilla en comparación a sus equivalentes españoles. Es un libro escrito en el siglo XI que te puedes leer sólo por gusto. Escrito de forma muy artística, con poemas intercalados, conserva la estética refinada y descriptiva tan característica de los japoneses. Es a la vez un libro histórico puesto que te permite conocer muy detalladamente el periodo Heian, sus costumbres, principios, religión, jerarquías, erotismo e intrigas de la corte. Es este acercamiento a una cultura tan lejana en distancia y tiempo, su principal valor. El culto presente a la naturaleza y al arte es simplemente bello.
Es chocante el endiosamiento de un personaje tan reprobable como Genji y el clasismo palpable de la autora. Pero si se tiene en cuenta que Murasaki era a su vez un personaje real de la corte y nació en la normalidad de la desigualdad, la poligamia. el incesto, la pederastia y el machismo extremo, se perdona.
No es necesario leerse el libro completo porque no es propiamente una novela con trama que se desarrolle al final. De hecho se considera inconclusa. Como es muy larga y son un poco pesadas de leer las historias por repetirse capítulo tras capítulo con otros nombres, considero suficiente un atisbo de la misma.
OBRA MAESTRA A pesar de ser una lectura compleja y que requiere de una máxima concentración, “La historia de Genji” marca un antes y un después para cualquier lector que se sienta fascinado por la cultura japonesa. Una obra imprescindible e ineludible para leer y releer. Una prosa que nos acerca a una época y a unas costumbres insólitas para el lector occidental y dónde la Naturaleza inunda cada palabra y da un valor rico en matices a cada poesía confiriendo a la obra de una narración magistralmente bella.
Esta excepcional obra se enriquece aún más con la edición tan cuidada de la Editorial Atalanta con numerosas notas al pie de página, sugerentes ilustraciones de objetos de la época, varios glosarios y mapas de los lugares mencionados en la obra.
Poema que alude a “La canción del pesar interminable”.
Oh, vidente que vagas por la vastedad de los cielos, ve y encuéntrame un alma a la que en vano busco cuando por azar sueño.
في اثناء حديثي مع الأصدقاء لوصف مشاعري حيال حكاية جينجي قلت بأن الروايات بهذا الحجم تنقسم الى صنفين من الشعور : الشعور بالمشقة وكأنني اتسلق جبلًا او الشعور بالسكينة وكأنني في قارب والنهر يهدهدني وحكاية جينجي من الصنف الثاني على ثقة اني سأعود لها مرارًا وتكرارًا لطالما أسرتني تفاصيل الحياة اليومية في الروايات فكيف بها اذا كانت معروضة بكل هذه الشاعرية والعذوبة اللامتناهية وفي نهاية الحديث يقول السيد النبيل المشرق جينجي في وصف النهايات : " تماماً كما أن قطرات الندى تستقر على جناحي زيز الحصاد المختبئة في هذه الشجرة ، كذلك سراً، آه سراً، يبتل هذان الكمان بدموعي "
Es hermoso es todo sentido, pero sobre todo en la profundidad que tienen los personajes, en las reflexiones sobre lo pasajero y en la bellísima melancolía que evoca. Creo que es de lo mejor que he leído.
El Genji Monogatari es sin duda la obra maestra que se dice que es.
Lo compré porque estaba cansada de comprar libros y gastar mucho dinero, y, al ver un pack de dos libros muy extensos y baratos, me pareció una buena idea meterme de lleno por fin en esta obra clásica.
Enfrentarme a los clásicos, me impone mucho. Y esta obra no fue menos. Sin embargo, a medida que lo iba leyendo, no podía dejar de impresionarme por las costumbres de la época, el modo de vivir tan diferente al de hoy en día, pero, que en el fondo tampoco ha cambiado nada.
Es una novela de la vida de Genji, hijo del emperador de la corte de Heian. Veremos sus deslices amorosos y sus travesuras, sus esfuerzos, sus fallos y sus penas.
Resulta increíble que esta obra tenga tantos años, porque, algunas reflexiones son actuales.
Es muy entretenida de leer, se convierte en un refugio, y la autora, nos sabe llevar de unos temas a otros con sutileza, introducirnos a sus cientos de personajes con naturalidad y, contarnos sucesos sin juicios, exponiendo como ella pensaba que era mejor.
No puedo creer que me haya durado dos semanas, estoy deseando leer el siguiente tomo, que según tengo entendido tratará de Yugiri y la próxima generación.
Libro clásico entre clásicos. Y, como suele ser el caso, poco tengo que aportar sobre libros de esta magnitud.
Es muy sutil, muy bello, muy seductor, muy suave. Mi parte favorita es toda la poesía que va entremezclada con la narración. Eso sí, es exageradamente larga y por momentos me vencía el aburrimiento de no estar leyendo más que cómo florecen los jardines del palacio.
Como agregado, esta edición (Ediciones Destino) no me pareció la mejor. Será de ver cómo serán las otras.
Infinitamente más divertido de lo que me esperaba de una obra clásica.
He leído bastante sobre el "pastiche" que es esta traducción, en donde además de un texto traducido al inglés han utilizado otros en alemán, francés, etc., pero esto no puedo valorarlo. Al fin y al cabo, no es una traducción directa desde el japonés, no puede estar apegada al original. Sí lo considero un buen trabajo porque hace que una novela del japón de hace más de 1.000 años sea no sólo accesible, sino entretenida y divertida. Los añadidos en forma de apéndice de los primeros capítulos no dejan de ser opcionales, y lo suficientemente cortos como para poder leerlos sin que de pereza. Quizá al hablar japonés me resulta más sencillo recordar los nombres de los personajes y sus cargos, una persona que lo desconozca se perderá con mayor facilidad. (Pero para eso está el apéndice en donde te recuerdan quién es cada personaje principal ;) )
En la novela, las descripciones no se hacen excesivamente largas. Sin embargo, esto es Japón; la importancia de los cambios enla meteorología, en las estaciones, siempre va a estar ahí. En los colores, en las telas, en los jardines, en las vidas de los personajes. Las flores, las plantas, tienen una importancia vital en esta obra. La habilidad en la caligrafía, la capacidad y el ingenio como poetisas, el gusto a la hora de combinar colores y olores, casi más que el carácter o el rostro, es lo que hacen hermosa a una mujer Heian. Genji siempre encuentra algo que admirar ;)
Me resulta curioso cómo la religión (Confucianismo, Budismo, Shintoísmo) tiene una importancia relativa en la sociedad. Hay ritos, hay ceremonias, monjes y monjas. Hasta exorcismos. Y sin embargo no diría que los habitantes de Heian son, en general, religiosos. Forma parte de sus vidas y punto.
Genji es el personaje principal indiscutible de los dos primeros "libros" en que está dividida la obra, y continúa siendo protagonista en la tercera, aunque la nueva generación se haga ya su hueco. Quizá en su juventud sea demasiado melodramático, pero ahí está parte de la gracia; un noble Heian era un auténtico petimetre, y si le añadimos que nuestro héroe es un dechado de perfección... A veces tanto resplandor en Genji me causaba una sonrisa. Entre sus mujeres, hay tantas, que no sabría por dónde empezar.
Con el paso de los años, Genji madura bastante, dejando de saltar (tanto) de cama en cama, recordando sus propias aventuras. Pero no esperéis leer nada sobre cómo se gobernaba Japón, por mucho que el protagonista escale puestos en el funcionariado del estado. Esto va de fiestas, de lujo, de la belleza, la diversión, los "locos años Heian", por decirlo de algún modo. Toda la vida, todo lo importante, está en Heian, y lo que está fuera es rústico y salvaje, inexplorado y prácicamente inexplorable para las gentes de la capital.
Le doy 4 estrellas porque creo que debería estar dividido en 3 tomos en lugar de en 2, lo cogí prestado en una biblioteca y sus 800 y pico páginas son demasiadas para leerlas en un sólo mes. Los apéndices, las notas al pie, son tan juntas que casi se quedan cortas. Y me falta un apéndice que explique el calendario de la época Heian.
Por fin, después de nueve meses de haberlo comenzado, terminé el primer tomo, en la edición de Atalanta, de La historia de Genji, novela fundacional en las letras japonesas, y de la cual había leído que podía considerarse la novela más antigua en el mundo.
Aquí algunas anotaciones de primera instancia después de mi lectura:
La narración —escrita hace más de mil años en Japón por Murasaki Shikibu, dama aristócrata al servicio de la emperatriz—, pese a seguir la vida de Genji desde su nacimiento hasta su silenciosa muerte, está enfocada sobre todo en la belleza. La belleza de las maneras, de lo trágico, de lo tierno, de la vida cotidiana, de las variopintas relaciones amorosas, de la poesía y su uso eufemístico en la cotidianidad, de la belleza de la vida religiosa, etcétera. Creo que esto es al mismo tiempo su principal virtud y su más grande defecto.
Desde muy joven, según la narradora, Genji encarna la perfección masculina. Tiene la apostura, la virilidad, la belleza de las formas, el tacto, un amplio conocimiento de obras de la literatura y de instrumentos musicales, una caligrafía perfecta, siempre sabe qué hacer y qué decir, pero sobre todo sabe qué no hacer y qué no decir, al grado de que por momentos, y debido a esa exacerbada admiración, la propia narradora pareciera haber amado a Genji, aunque los entendidos aseguran que el Genji histórico habría vivido casi cien años antes que ella.
Ya desde su juventud, pero sobre todo en su madurez, Genji concibe el sueño de retirarse del mundo y llevar una vida de contemplación monacal. Sin embargo, por una u otra razón, jamás lleva a cabo dicho sueño, cosa que sí hacen algunas de las mujeres que atraviesan por su vida.
Pese a ser una historia que coloca el foco en la clase gobernante, no hay mención alguna de los problemas del estado, política o guerras. Todo transcurre en el reino de los sentimientos, por lo que los únicos conflictos recaen en malentendidos amorosos y en la muerte de los seres queridos, en particular Murasaki, esposa favorita de Genji y, en menor medida, su destierro a Suma, en la costa de Kobe, cuando cae en desgracia como consecuencia de su promiscuidad.
Ahora que lo pienso, quizás sea justo ese detalle lo que menos me gustó de este primer libro, más que las 916 páginas que lo constituyen: el hecho de que existan tan pocas tensiones dramáticas y que todo transcurra al borde del sentimentalismo, con lo que llega un punto en que se vuelve sumamente monótono, tedioso, y empieza a costar cada vez más trabajo pasar las páginas, los capítulos, sin mencionar las notas (la edición de Atalanta literalmente tiene miles) que, si bien ponen en contexto tanto los innumerables eufemismos sexuales como detalles de índole histórica, dificultan aún más el avance en la inmensidad del tabique.
Sé que con esa perspectiva será difícil entrar al segundo tomo, pero de cualquier forma, había que asegurarse por uno mismo. Y de cualquier forma, mi obsesión ante las cosas inconclusas difícilmente me evitará su lectura.
Este libro es una de las joyas de la literatura universal. Es conocida como la prima novela escrita por una mujer (de la que se tiene registro), pues fue escrita en el año 1000 aproximadamente. La autora, a la que se le ha dado un nombre simbólico porque la obra es anónima, pertenecía a la realeza, de forma que el texto muestra las distintas capas de complejidad de ese mundo. El libro cuenta la historia de Genji, un príncipe que es muy carismático y atractivo. En la primera parte se relatan sus aventuras amorosas, su ascenso en el imperio y su vida política. Después, se narra también la historia de su hijo y de su nieto. Esta es una lectura muy, muy difícil por la extensión del texto, por la cantidad de reglas y ritos que se describen y por la rígida estructura jerárquica en la que se mueven los personajes.
Lo que me gustó: Esta lectura sería imposible si no fuera por la enorme cantidad de notas que explican detalles del contexto o los sentidos de los poemas que son fundamentales para seguir la trama. Tuve suerte de encontrarme con una edición muy completa. Aunque generalmente no disfruto de las descripciones largas, es muy interesante cómo la autora explica la vida de la clase alta japonesa de esa época y cuáles eran sus costumbres sociales. Me llamó mucho la atención que las personas nunca estaban solas, incluso cuando querían hacer algo prohibido o debían ser muy discretos, los acompañaban algunos miembros de su personal. Algo que nunca habría imaginado es la importancia de las cartas, no solo de lo que decía el texto, sino del tipo, material y color del papel, la caligrafía, la forma de envolver o decidir si enviar adjunta una flor o algún otro elemento. La simbología estaba presente en todo momento, y esto era analizado y comprendido por los personajes, así que es comprensible que existan tantos estudios sobre esta novela. No fue mi libro preferido, dudo mucho que lo vuelva a leer, pero me alegra haberme animado a intentarlo y haber llegado al final, aunque me tomó bastante tiempo.
Lo que no me gustó: Lo más difícil al momento de leer esta novela es que no se llama a los personajes por su nombre, sino por su título y, como éste va cambiando, es terriblemente confuso. Algo que me molestó fue que los personajes (y el narrador) tendían a ver a Genji como si fuera perfecto, lo que me hizo preguntarme si tal vez él representaba al ideal de masculinidad de su época o si la autora estaba haciendo una crítica social que yo no entendí. Por otro lado, este libro no está enfocado en una trama como tal, sino que es más costumbrista y hay muchos nudos de la historia que no llegan a un verdadero desenlace. Finalmente, la segunda parte del texto me pareció bastante desconectada del resto porque ya es una nueva generación de la familia, así que fue más bien como spin off.
La historia de Genji es una cautivadora obra clásica de la literatura japonesa que sumerge al lector en la cultura y sociedad del Japón del siglo XI. La novela narra la vida y experiencias de Genji, un príncipe muy apuesto y de gran talento, hijo del emperador de Japón, quien se convierte en el protagonista de esta novela. La historia sigue la vida y amores de Genji, en cada episodio revela las complejidades del amor y la tragedia mostrando sus relaciones con diversas mujeres.
A lo largo de la extensa obra, el autor presenta personajes complejos y términos japoneses que pueden resultar difíciles de entender. Sin embargo, las notas al pie de página presentes en la novela facilitan la comprensión y hacen aún más fascinante la experiencia de la lectura, evitando que nos perdamos en la historia.
Esta obra escrita por la primera novelista conocida, Murasaki Shikibu, merece ser leída y apreciada por su belleza, profundidad y relevancia atemporal. Recomiendo esta novela a todos aquellos que disfrutan de historias épicas y desean sumergirse en la vida y costumbres de la aristocracia japonesa del siglo XI.
Un clásico que es atemporal porque un milenio después Murasaki Shikibu me ha transportado a la época Heian y me ha transmitido los valores de esa época. Tiene un estilo muy asequible pero que es muy femenino, delicado, sutil y que nos insinuará ciertas cosas en lugar de narrarlas. A lo largo de la obra hay muchos haikus que son simplemente preciosos y que están llenos de metáforas y simbolismos.
25/2/2021. Esta obra de hace más de 1000 años me ha dejado bastante indiferente, y no puedo recomendarla ni para lectores promedio ni a lectores de literatura japonesa. Lo único rescatable que puedo sacar en limpio tras esta lectura es el origen de los animes harem. Aun así, solo por puro masoquismo, me leeré la segunda parte (al fin y al cabo es más corta que la primera).
Creo que una calificación basada en estrella es totalmente anacrónica a La novela de Genji, no solo en lo digital, sino también en lo subjetivo de nuestro uso de estrellas hoy en día.
La novela de Genji hay que saberla abordar con la paciencia de los años, es interesante sin duda y posiblemente también muy incomoda en esta tan distante perspectiva.
Pero agradezco esta marea (de amigos) que me trajo hoy a leerla.
No se cómo expresarlo pero es pesado y entretenido al mismo tiempo? Se me ha hecho un poco largo (era de esperar) pero me ha gustado la experiencia de leerlo. Si no me hubiera liado tanto con los personajes le habría dado 4 estrellas.
Esta é a primeira época do grande, grande livro do príncipe Genji, figura “resplandecente” (fictícia) na aristocracia heian, uma era no Japão durante o séc. XI cristão (corresponde à nossa Idade Média). Desde logo é brutal a diferença de costumes e abordagens sociais entre a sociedade ocidental, subjugada pelas ideologias religiosas cristãs, e a sociedade japonesa, onde as mulheres têm maior acesso à cultura, onde o homem ideal é sensível e quase efeminado, onde a estética e a cultura artística e a ociosidade eram os valores mais altos. Murasaki vai descrevendo a vida normal dessa época, os passatempos, as relações entre homens e mulheres e nobres e imperadores.
É um romance sobretudo para ser lido com olhos de historiador, de interesse cultural e histórico, e não tanto pela sua história propriamente dita.
Resume-se muito simplesmente às aventuras amorosas de Genji, a maior parte delas com mulheres misteriosas e difíceis de conquistar, e que de alguma forma apelam a uma imagem inconsciente da sua mãe, personagem trágica do primeiro capítulo e de quem no fundo Genji sentirá falta toda a sua vida. É, portanto, um livro com uma complexidade psicológica impressionante para um livro tão antigo, que se estende a todas as inúmeras personagens, e apesar da falta de um enredo concreto vale a pena perder algum tempo a analisar o que move cada um. Aliás, se assim não for, torna-se de facto bastante aborrecido e repetitivo.
Impressionou-me também como a escritora, ao longo de mais de oitocentas páginas, vai narrando o passar dos anos, e cria uma linha de história que não é nada mais nada menos do que o desenrolar das suas vidas, com um final que “arruma” tudo e dá um sentido aos anos. Quase como se, sem nos apercebermos, o destino estivesse de facto escrito para conduzir ao culminar de eventos que sempre lá esteve, mas só no fim o percebemos. Mesmo na falta de um enredo contínuo, existe uma história que se revela com um final concreto, dando sentido a todos os capítulos. A própria forma como Genji olha para si muda com o seu amadurecimento, e a importância da psicologia na obra revela-se mais uma vez na forma como o príncipe irá usar o seu passado como lição para presente e futuro e como uma “bagagem” quase consciente de alguns dos seus actos.
A tradução está, parece-me, demasiado modernizada. Apesar disso, é difícil criticar isso por dois motivos: primeiro, o livro em si é antigo e a linguagem utilizada é tão arcaica que nem os próprios japoneses conseguem ler o texto original, obrigando assim a uma “reinterpretação”; segundo, esta é a única tradução completa da obra em Portugal (a edição da Relógio d’Água não inclui a segunda época), e apesar de já não se encontrar no mercado estou incrivelmente grato pela oportunidade que nos deram de conhecer este tesouro.
Não dou cinco estrelas por reconhecer que é um livro com alguns altos e baixos, inevitáveis quando são quase mil páginas sem uma linha de enredo concreta. Há sobretudo aventuras amorosas repetitivas que podem aborrecer. O livro até se torna mais interessante quando a escritora se afasta de Genji e se concentra noutros intervenientes. Mas fora isso, só o facto de se tratar de um livro com mil anos, escrito em plena época dourada da sociedade japonesa, com descrições fascinantes e detalhadas dos costumes dessa sociedade longínqua, e com uma caracterização de personagens brilhante e incrivelmente moderna (o tipo de reflexão sobre a psicologia dos intervenientes é digna de um clássico), são suficientes para esta obra exercer um magnetismo impossível de resistir.
Posso dizer que adorei, e mesmo com os seus momentos menos cativantes foi uma das leituras que mais guardarei com carinho pela sua relevância na Literatura Mundial. É uma história de gerações, enorme, com a beleza da estética e natureza japonesa como pano de fundo, e mesmo com as suas reservas é impossível eu não gostar.
حكاية جينجي ترجمة كامل يوسف حسين من لغة وسيطة -الإنجليزية
رغم اختلاف المؤرخين للأدب على أول رواية كتبت إلا أن حكاية جينجي تعتبر من الروايات الأولى إن لم تكن الأولى بمفهوم الرواية الحديثة هذه الترجمة المهمة والتي أتت على مجلدين من 1800 صفحة تقريبا لهو عمل جدير بالثناء
الرواية من تأليف الروائية موراساكي شيكيبو التي عاشت في كنف الإمبراطور الياباني ووضعته في 54 فصل ونشر عام 1004 تقريبا تدور الرواية حول جينجي البطل وغرامياته وابنه كاورو ، هذا العمل الأدبي الذي كتب في العصر الهاييني الياباني 794-1185م بحسب مؤرخين الأدب ونقادها اصبح له تأثير على الأدب الياباني من مثل دراما النو المسرحية وتم اقتباسها بلا حصر على مسرح الكابوكي ، إن موراساكي شيكيبو هي مثل هوميروس لليونان ودانتي لإيطاليا وجوته لألمانيا وشكسبير لأنجلترا ، لقد كتب هذا العمل باللغة اليابانية القديمة وجرى نقله إلى اليابانية الحديثة ثم قام رويال تايلر بترجمتها إلى الإنجليزية وأخذ هذه الترجمة الإنجليزية كامل يوسف حسين وترجمها إلى العربية لتصل إلينا في أول رحلة لها إلى المكتبة العربية
العجيب في الأمر أن الروائي الياباني كينزابورو أوي ذكر في عام 1944م قوله "هناك من يقولون أن حكاية جينجي هي أول رواية في العالم ـ وأعتقد أن هذا غير دقيق قد يكون من الممكن القول إن الكوميديا الإلهية لدانتي هي أول رواية عالمية عظيمة ومتكاملة بالمعنى الحقيقي أما القول إن حكاية جينجي هي أول رواية في العالم فهو خطأ فهناك اختلاف في المفاهيم بين حكاية جينجي والرواية الأوروبية".
الروائية موراساكي شيكيبو كما يقول كامل يوسف حسين في مقدمته لم يعرف عنها الكثير سواء أنها ألفت ثلاثة أعمال أولها حكاية جينجي وهي التي بين أيدينا ويوميات موراساكي شيكيبو ومجموعتها الشعرية.
الرواية هي شاهد على عصر ياباني ولكن فقط داخل القصور والخاصة بالنخب أما باقي الشعب فلا ذكر لهم في الراوية ، الرواية جدا ثقيلة ومملة
Es un libro complejo de clasificar. Es largo, muy largo y podría decir que en parte importante del tiempo no sabía de quién estaban hablando. En todo el libro sólo pude identificar a dos o tres personajes en forma habitual. Naturalmente a los protagonistas principales, pero el resto de los personajes no sólo tienen nombres difíciles de recordar, sino esos nombres van cambiando en la medida que pasa el tiempo pues corresponden muchas veces a su grado o puesto o lugar de residencia... En fin! A eso se suma que me resulta muy desconocido el ámbito cultural y por eso me refiero al entorno y la forma de relacionarse entre las personas; casi no le hayo sentido sólo lo acepto como es o come está descrito, pero no puedo imaginarlo con facilidad... Las notas al pie son (literalmente) miles y muchas veces simplemente me las salté. A pesar de todo y considerando todo eso, es un libro que me atrapó e interesó de principio a fin... ¿Por qué? No lo sé, igual que el resto de lo que he dicho, simplemente lo asumo y me gustó. Creo que efectivamente amerita de dos a tres lecturas, pero con lo largo que es no sé si me quede vida como para emprender de nuevo la lectura de este gran(de) libro.