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Estival
Una novela íntima que reivindica la vida sencilla a través de los recuerdos del pasado y las posibilidades del mañana.
«Nacer cada verano: en cada vacación venir al mundo. ¿Qué es la vida para alguien como tú, que solo ha sabido encontrarla en el placer despreocupado? Un puñado de vacaciones, eso es la vida. Este presente constante de viñetas que son veranos, salpicones de luz, arañazos de placer».
Y eso es Estival: el discurrir de la vida pasada, presente y futura de un hombre llamado Jonás, que bien pudiera ser muchos hombres, narrada a través de todos sus veranos desde un pequeño pueblo del norte, que bien pudiera ser tantos otros pueblos. Desde el año 1984 al 2045, asistimos a una crónica rural de nuestro tiempo en la que tienen cabida el asombro y el disfrute de lo cotidiano, la familia, la amistad y el amor, pero también los sueños truncados, la incertidumbre que provoca el futuro o la difícil aceptación de los miedos.
Con un lenguaje exuberante y evocador, la nueva novela de Guillermo Aguirre nos trae de regreso aquella gran belleza de los veranos de la infancia, reivindicando la sensación de pertenencia, la perfección de lo simple, el cuidado a los otros y el gozo en la contemplación de lo bello. Una vida sencilla: el pueblo, el verano.
«Nacer cada verano: en cada vacación venir al mundo. ¿Qué es la vida para alguien como tú, que solo ha sabido encontrarla en el placer despreocupado? Un puñado de vacaciones, eso es la vida. Este presente constante de viñetas que son veranos, salpicones de luz, arañazos de placer».
Y eso es Estival: el discurrir de la vida pasada, presente y futura de un hombre llamado Jonás, que bien pudiera ser muchos hombres, narrada a través de todos sus veranos desde un pequeño pueblo del norte, que bien pudiera ser tantos otros pueblos. Desde el año 1984 al 2045, asistimos a una crónica rural de nuestro tiempo en la que tienen cabida el asombro y el disfrute de lo cotidiano, la familia, la amistad y el amor, pero también los sueños truncados, la incertidumbre que provoca el futuro o la difícil aceptación de los miedos.
Con un lenguaje exuberante y evocador, la nueva novela de Guillermo Aguirre nos trae de regreso aquella gran belleza de los veranos de la infancia, reivindicando la sensación de pertenencia, la perfección de lo simple, el cuidado a los otros y el gozo en la contemplación de lo bello. Una vida sencilla: el pueblo, el verano.
264 pages, Paperback
First published May 5, 2025
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About the author
Guillermo Aguirre
13 books5 followersGuillermo Aguirre (Bilbao, 1984). A los catorce años abandonó los estudios y se dedicó a la venta de objetos de segunda mano y a la hostelería. En el año 2002 se mudó a Madrid, donde retomó sus estudios. Ha colaborado en revistas como Archipiélago, Cuadernos para la Cultura o Fábula (ente otras) y trabajado para diversas editoriales como lector profesional. En la actualidad ejerce la crítica literaria para diversos medios.
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Displaying 1 - 19 of 19 reviews
May 11, 2025
A veces lo único que puedes hacer es quedarte en el mejor de tus veranos y con la mejor de tus versiones. Porque lo único que puedes controlar es tu propio relato. Construirte en directo, a medida que te presentas al mundo. Y es que el resto de elementos se te escurre entre los dedos. El tiempo inexorable. El agua que no puedes contener aunque trates de cambiar su cauce. Los pueblos con la decadencia del abandono. Las personas a las que el propio tiempo se lleva, otras a las que nuestros actos y actitudes alejan.
Todo se te escurre como el verano, ese entreacto anual en tu vida que se mezcla con las de otros para quienes en el estío no hay fractura. Porque mientras que unos desean que el verano en el pueblo nunca termine, que todo siga en suspensión y en ese remanso, para otros es solo una parte más de un continuo, que obliga a quienes se acercan intermitentemente a ponerse al día de todo lo que ha sucedido durante la ausencia. A exprimirlo al máximo sabiendo que la curva donde lo dejará atrás está al caer.
En 'Estival' Guillermo Aguirre propone un interesante juego donde Jonás reconstruye cada uno de sus veranos en un pequeño pueblo de Euskal Herria. Comenzando por aquellos que dependen de lo que nos cuentan, aquellos que no podemos retener porque todavía nuestros recuerdos no se han desarrollado, y terminando con aquellos en los que confluyen distintas posibilidades (¿qué es el verano si no una posibilidad donde todo cabe?), distintas alternativas a las que anticiparnos y en las que podemos quedarnos (o no) con la mejor de nuestras versiones. Con el mejor de nuestros veranos.
'Estival' es una novela muy íntima, imposible no imaginar en cierta medida como una transposición de la historia personal del autor. Pero también tiene una lectura muy universal, incluso para quienes nunca hemos veraneado en el pueblo de los abuelos porque o ya no estaban o porque en nuestras familias no ha habido éxodo ni lugar al que volver para propiciar el encuentro intergeneracional, porque ya estaba integrado en nuestra rutina.
Guillermo Aguirre nos habla de lo que supone crecer en todas sus variantes, no solo en los primeros momentos, sino ese crecimiento que nunca cesa. De ese sentir que no te lo están contando todo. Que hay un abismo entre su versión y la tuya, detalles que no concuerdan y ambas partes afirman con rotundidad estar en posesión de la verdad. Que no te están dejando margen para ser quien hubieses sido sin mediar influencia ajena, sin las imposiciones de los modelos estándar de la masculinidad, sin referentes a los que imitar o que rehuir. Que las responsabilidades se te agolpan aunque no siempre sepas cómo amoldarte o si estarás a la altura. De crecer en un entorno donde todo el mundo se conoce entre sí, donde la información se comparte, donde un mote se te puede quedar toda la vida o evolucionar amoldándose a tus circunstancias.
También nos muestra que crecer no siempre es mejorar, igual que el mal llamado progreso, que nos esquilma y nos condena. Crecer también puede significar darse cuenta de que intentabas cambiar el cauce del río con tus manos y al final la corriente te ha llevado a ti. Y al llegar a la desembocadura te has dado cuenta de que el lugar al que has ido a parar no era el que tú querías, que la corriente en realidad no te ha impulsado hacia delante sino hacia atrás. Y que el verano que querías que no terminase nunca, que permaneciese en suspensión, ha dado paso a otoños e inviernos, y eres tú quien se ha quedado estancado.
Podría destacar lo excelentemente escrita que está 'Estival', cómo las palabras fluyen como si Aguirre se estuviese inventando sobre la marcha el lenguaje y solo él lo dominase (por momentos me recordó a Marta J. Serrano, y me alegró mucho verla entre los agradecimientos finales), o también cómo me cerró la boca quitándome de golpe mi aversión a los párrafos interminables. Pero en lugar de todo eso, me gustaría destacar cómo a mí, que odio el verano, me ha hecho estar contando los días para que llegue, por si se me contagia algo del mejor de los suyos, de la mejor de sus versiones, de su brillo, de su magnetismo y de su magia.
Todo se te escurre como el verano, ese entreacto anual en tu vida que se mezcla con las de otros para quienes en el estío no hay fractura. Porque mientras que unos desean que el verano en el pueblo nunca termine, que todo siga en suspensión y en ese remanso, para otros es solo una parte más de un continuo, que obliga a quienes se acercan intermitentemente a ponerse al día de todo lo que ha sucedido durante la ausencia. A exprimirlo al máximo sabiendo que la curva donde lo dejará atrás está al caer.
En 'Estival' Guillermo Aguirre propone un interesante juego donde Jonás reconstruye cada uno de sus veranos en un pequeño pueblo de Euskal Herria. Comenzando por aquellos que dependen de lo que nos cuentan, aquellos que no podemos retener porque todavía nuestros recuerdos no se han desarrollado, y terminando con aquellos en los que confluyen distintas posibilidades (¿qué es el verano si no una posibilidad donde todo cabe?), distintas alternativas a las que anticiparnos y en las que podemos quedarnos (o no) con la mejor de nuestras versiones. Con el mejor de nuestros veranos.
'Estival' es una novela muy íntima, imposible no imaginar en cierta medida como una transposición de la historia personal del autor. Pero también tiene una lectura muy universal, incluso para quienes nunca hemos veraneado en el pueblo de los abuelos porque o ya no estaban o porque en nuestras familias no ha habido éxodo ni lugar al que volver para propiciar el encuentro intergeneracional, porque ya estaba integrado en nuestra rutina.
Guillermo Aguirre nos habla de lo que supone crecer en todas sus variantes, no solo en los primeros momentos, sino ese crecimiento que nunca cesa. De ese sentir que no te lo están contando todo. Que hay un abismo entre su versión y la tuya, detalles que no concuerdan y ambas partes afirman con rotundidad estar en posesión de la verdad. Que no te están dejando margen para ser quien hubieses sido sin mediar influencia ajena, sin las imposiciones de los modelos estándar de la masculinidad, sin referentes a los que imitar o que rehuir. Que las responsabilidades se te agolpan aunque no siempre sepas cómo amoldarte o si estarás a la altura. De crecer en un entorno donde todo el mundo se conoce entre sí, donde la información se comparte, donde un mote se te puede quedar toda la vida o evolucionar amoldándose a tus circunstancias.
También nos muestra que crecer no siempre es mejorar, igual que el mal llamado progreso, que nos esquilma y nos condena. Crecer también puede significar darse cuenta de que intentabas cambiar el cauce del río con tus manos y al final la corriente te ha llevado a ti. Y al llegar a la desembocadura te has dado cuenta de que el lugar al que has ido a parar no era el que tú querías, que la corriente en realidad no te ha impulsado hacia delante sino hacia atrás. Y que el verano que querías que no terminase nunca, que permaneciese en suspensión, ha dado paso a otoños e inviernos, y eres tú quien se ha quedado estancado.
Podría destacar lo excelentemente escrita que está 'Estival', cómo las palabras fluyen como si Aguirre se estuviese inventando sobre la marcha el lenguaje y solo él lo dominase (por momentos me recordó a Marta J. Serrano, y me alegró mucho verla entre los agradecimientos finales), o también cómo me cerró la boca quitándome de golpe mi aversión a los párrafos interminables. Pero en lugar de todo eso, me gustaría destacar cómo a mí, que odio el verano, me ha hecho estar contando los días para que llegue, por si se me contagia algo del mejor de los suyos, de la mejor de sus versiones, de su brillo, de su magnetismo y de su magia.
August 3, 2025
Un viaje por todos los veranos —pasados y futuros— de una vida: la belleza e inocencia de la infancia; una adolescencia en la que suenan Extremoduro, Marea y Estopa; la desorientada juventud y la adultez de un protagonista, Jonás, que no ha superado absolutamente nada en toda su vida. Cuánto dicen de nosotros —de nuestra identidad, cuna o sentimiento de pertenencia— los veranos vividos, los que imaginamos, los que soñamos, los que olvidamos.
August 19, 2025
Revivir el verano en cada página, no olvidar de dónde vienes.
November 2, 2025
A partir dun punto acada uns niveis de ser un boomer nunca antes vistos na literatura desta calidade. Xa é raro atopar impreso no papel encadernado o termo "Sims 7", pero máis aínda en medio dunha narrativa con tantos recursos estilísticos.
August 23, 2025
Siempre me sorprendo al descubrir la nostalgia con la que recordamos los veranos y la tristeza que envuelve el paso del tiempo sobre ellos. Sabiendo que año tras año faltarán personas o dejaremos de hacer cosas por el simple hecho de envejecer, que nos convertiremos en desconocidos. Revisito mis veranos y me pregunto si ese niña del 90, despreocupada y ligera, se reconocería en la adulta de este último verano, consciente de su finitud.
Heráclito diría que nunca nos bañamos dos veces en el mismo río, ni en el mismo verano, añadiría yo; Paul Ricoeur atinó a llamarlo identidad narrativa: el yo es un relato que se reescribe cada año y ese niño del primer verano sobrevive en nosotros como personaje, no como sujeto. Por eso, al evocarlo, sentimos a la vez ternura y extrañeza: lo reconocemos, pero ya no somos él.
La nostalgia no es más que tomar conciencia de esa distancia. No miramos atrás para recuperar, sino para aceptar que hay pérdidas inevitables, como la propia. ¿Qué hacemos con ese duelo por los veranos pasados? ¿Vivimos en la añoranza o inventamos nuevas formas de verano, aunque nunca sean iguales? Inventemos la mejor versión de nosotros mismos.
La literatura lleva un siglo obsesionada con esta mentira luminosa y se repite en Estival, que deja claro que el verano nunca es el que recordamos, ni siquiera el que vivimos. Es más bien la ficción que inventamos después, cuando decidimos quién fuimos en aquel tiempo detenido. Nos buscamos en esas escenas como si allí estuviera escondida la mejor versión de nosotros mismos. Una versión que no siempre existió, pero que necesitamos para seguir reconociéndonos.
En Estival, el narrador revisita sus veranos pasados en esa persecución de un yo ideal hasta chocar con el presente y desde ahí inventa los veranos del futuro. Tres posibilidades, tres caminos, como si la vida pudiera escribirse en modo Elige tu propia aventura.
Quizá el verano solo sirva para eso: para recordarnos que el tiempo no se repite, que cada versión que fuimos o seremos es apenas un relato y que el presente, aunque no sepamos todavía cómo, será siempre el encargado de escribir el futuro.
Cuando recordamos los veranos de infancia no recordamos hechos aislados, sino un estado de existencia, una forma de habitar el mundo. Y claro, lo que duele no es tanto que se acaben los veranos, sino que se acabe la posibilidad de vivirlos de esa forma.
En Estival, el verano no es una estación, es un espejo que devuelve la imagen de lo efímero y que se repite obsesivamente, un texto bellísimo para convencernos de que todavía hay tiempo para esa mejor versión de nosotros mismos, aunque sepamos que no.
Heráclito diría que nunca nos bañamos dos veces en el mismo río, ni en el mismo verano, añadiría yo; Paul Ricoeur atinó a llamarlo identidad narrativa: el yo es un relato que se reescribe cada año y ese niño del primer verano sobrevive en nosotros como personaje, no como sujeto. Por eso, al evocarlo, sentimos a la vez ternura y extrañeza: lo reconocemos, pero ya no somos él.
La nostalgia no es más que tomar conciencia de esa distancia. No miramos atrás para recuperar, sino para aceptar que hay pérdidas inevitables, como la propia. ¿Qué hacemos con ese duelo por los veranos pasados? ¿Vivimos en la añoranza o inventamos nuevas formas de verano, aunque nunca sean iguales? Inventemos la mejor versión de nosotros mismos.
La literatura lleva un siglo obsesionada con esta mentira luminosa y se repite en Estival, que deja claro que el verano nunca es el que recordamos, ni siquiera el que vivimos. Es más bien la ficción que inventamos después, cuando decidimos quién fuimos en aquel tiempo detenido. Nos buscamos en esas escenas como si allí estuviera escondida la mejor versión de nosotros mismos. Una versión que no siempre existió, pero que necesitamos para seguir reconociéndonos.
En Estival, el narrador revisita sus veranos pasados en esa persecución de un yo ideal hasta chocar con el presente y desde ahí inventa los veranos del futuro. Tres posibilidades, tres caminos, como si la vida pudiera escribirse en modo Elige tu propia aventura.
Quizá el verano solo sirva para eso: para recordarnos que el tiempo no se repite, que cada versión que fuimos o seremos es apenas un relato y que el presente, aunque no sepamos todavía cómo, será siempre el encargado de escribir el futuro.
Cuando recordamos los veranos de infancia no recordamos hechos aislados, sino un estado de existencia, una forma de habitar el mundo. Y claro, lo que duele no es tanto que se acaben los veranos, sino que se acabe la posibilidad de vivirlos de esa forma.
En Estival, el verano no es una estación, es un espejo que devuelve la imagen de lo efímero y que se repite obsesivamente, un texto bellísimo para convencernos de que todavía hay tiempo para esa mejor versión de nosotros mismos, aunque sepamos que no.
August 22, 2025
Me topé con este libro en una librería al lado de donde estaba rotando en julio, y vaya descubrimiento. Me lo vais a permitir, pero es un libro DELICIOSO. Interpela a todo el que haya pasado su infancia veraneando en un pueblo, y bueno, a todo el mundo en general. Reflexivo, liviano y brillante.
“ Nacer cada verano: en cada vacación venir al mundo. ¿Qué es la vida para alguien como tú, que solo ha sabido encontrarla en el placer despreocupado? Un puñado de vacaciones, eso es la vida. Este presente constante de viñetas que son veranos, salpicones de luz, arañazos de placer”. No os digo más. Corriendo a leerlo.
“ Nacer cada verano: en cada vacación venir al mundo. ¿Qué es la vida para alguien como tú, que solo ha sabido encontrarla en el placer despreocupado? Un puñado de vacaciones, eso es la vida. Este presente constante de viñetas que son veranos, salpicones de luz, arañazos de placer”. No os digo más. Corriendo a leerlo.
November 21, 2025
Pfff gárdome a review para o clube de lectura, pero entre as cosas boas e malas, aquí gáñanme as malas. En parte, supoño, por ter crecido nunha vila na que os “”veraneantes”” veñen todos os anos e énchena de inhumanidade, desagrado, e vergoña, que me impide conectar coa propia premisa do libro aínda que teña unha perspectiva distinta.
August 6, 2025
tiene cosas muy bellas pero los capítulos finales no me han convencido💔💔💔
August 17, 2025
Estival, de Guillermo Aguirre (@guillermo.aguirrem), llamó mi atención por el título, la cubierta y por estar ambientado cerca de donde vivo.
En Estival se nos relata el verano de Jonás año a año, desde su nacimiento hasta los 60 años aproximadamente. Si por algo destaca o se diferencia esta novela es por su estructura. Empezando en el año 1, irá, como decía, año tras año contándonos sus experiencias veraniegas, sus relaciones... Una estructura, a mi modo de ver, tan original como arriesgada.
Reconozco que los primeros años no me estaban diciendo mucho, no conectaba del todo con lo que se me contaba pero sí con el estilo del autor. Todo cambió cuando llega a los 10 años aproximadamente, donde ya sí veía similitudes con mi propia infancia y después adolescencia, ahí me empezó a encantar. Además, al estar ambientado aquí al lado lo he sentido todo muy cercano, reconociendo algunos sitios y a un personaje (creo).
Comparto más o menos edad con el autor, así que me he sentido muy identificado con muchas cosas, me han encantado las referencias musicales, algunos hechos que suceden se han asemejado a mi vida también... De esta parte he disfrutado muchísimo, me ha hecho sentir nostalgia, me ha encantado. Sin embargo, cuando ya llega a la actualidad y la novela tira por suposiciones del futuro no lo he disfrutado tanto, será que vivo demasiado el presente y no miro mucho al futuro, no lo sé.
En cualquier caso, una novela de la que he disfrutado bastante, un autor que hace un trabajo increíble con un estilo exquisito al que volveré a leer, seguro. Os lo recomiendo, por supuesto.
3,5
En Estival se nos relata el verano de Jonás año a año, desde su nacimiento hasta los 60 años aproximadamente. Si por algo destaca o se diferencia esta novela es por su estructura. Empezando en el año 1, irá, como decía, año tras año contándonos sus experiencias veraniegas, sus relaciones... Una estructura, a mi modo de ver, tan original como arriesgada.
Reconozco que los primeros años no me estaban diciendo mucho, no conectaba del todo con lo que se me contaba pero sí con el estilo del autor. Todo cambió cuando llega a los 10 años aproximadamente, donde ya sí veía similitudes con mi propia infancia y después adolescencia, ahí me empezó a encantar. Además, al estar ambientado aquí al lado lo he sentido todo muy cercano, reconociendo algunos sitios y a un personaje (creo).
Comparto más o menos edad con el autor, así que me he sentido muy identificado con muchas cosas, me han encantado las referencias musicales, algunos hechos que suceden se han asemejado a mi vida también... De esta parte he disfrutado muchísimo, me ha hecho sentir nostalgia, me ha encantado. Sin embargo, cuando ya llega a la actualidad y la novela tira por suposiciones del futuro no lo he disfrutado tanto, será que vivo demasiado el presente y no miro mucho al futuro, no lo sé.
En cualquier caso, una novela de la que he disfrutado bastante, un autor que hace un trabajo increíble con un estilo exquisito al que volveré a leer, seguro. Os lo recomiendo, por supuesto.
3,5
June 13, 2025
Hay novelas que no son de este mundo. Si ya en “Un tal Cangrejo” nos demostró su habilidad para construir unos personajes y una historia fascinantes a través de malabarismos continuos con los narradores, aquí Guillermo Aguirre da un triple salto mortal con tirabuzón. Con “Estival”, nos saca de los suburbios de Bilbao para llevarnos a los veranos en el pueblo de Jonás, y nos cuenta a través de ellos su historia desde que nace hasta los 61 años.
Y aquí llega el genio de Aguirre. Porque lo que podría sonar a “otrahistoriaidílicasobreveranosenlacasadelosabuelosprimerosamoresycorreríasdejoveneslocuelos” es un relato juguetón que sí, habla de todo eso, pero también y sobre todo de como la memoria modela nuestro pasado, conforma nuestro presente, e incluso abre posibilidades a nuestro futuro. Para eso, utiliza la voz de un Jonás narrador nada fiable que duda, se cuestiona, imagina, sueña, en un diálogo constante con el Jonás personaje.
Así hasta llegar a la parte final, una especie de “Elige tu propia aventura” que podría haber sido un desastre, pero que resuelve con maestría.
Definitivamente, creo que estamos ante la mejor versión de Guillermo Aguirre. Y que quiero leer más cosas de él.
Y aquí llega el genio de Aguirre. Porque lo que podría sonar a “otrahistoriaidílicasobreveranosenlacasadelosabuelosprimerosamoresycorreríasdejoveneslocuelos” es un relato juguetón que sí, habla de todo eso, pero también y sobre todo de como la memoria modela nuestro pasado, conforma nuestro presente, e incluso abre posibilidades a nuestro futuro. Para eso, utiliza la voz de un Jonás narrador nada fiable que duda, se cuestiona, imagina, sueña, en un diálogo constante con el Jonás personaje.
Así hasta llegar a la parte final, una especie de “Elige tu propia aventura” que podría haber sido un desastre, pero que resuelve con maestría.
Definitivamente, creo que estamos ante la mejor versión de Guillermo Aguirre. Y que quiero leer más cosas de él.
September 9, 2025
Qué forma tan original de narrar una vida: un capítulo por cada verano, desde el nacimiento hasta los sesenta años. De 1984 a 2045.
Cada capítulo es un bloque denso, exigente, sin diálogos y casi sin pausas, que reclama atención plena, pero que compensa esa concentración del lector devolviéndole fragmentos de gran belleza estética y una cadencia rítmica que te acaba envolviendo.
Un libro apabullante que parece querer capturar lo imposible: el paso del tiempo como un ente fluido, condensado en todos los veranos (pasados, presentes, futuros, posibles, elucubrados) de una vida común.
Reseña completa: https://www.instagram.com/p/DKFfhCzP_...
Cada capítulo es un bloque denso, exigente, sin diálogos y casi sin pausas, que reclama atención plena, pero que compensa esa concentración del lector devolviéndole fragmentos de gran belleza estética y una cadencia rítmica que te acaba envolviendo.
Un libro apabullante que parece querer capturar lo imposible: el paso del tiempo como un ente fluido, condensado en todos los veranos (pasados, presentes, futuros, posibles, elucubrados) de una vida común.
Reseña completa: https://www.instagram.com/p/DKFfhCzP_...
August 10, 2025
"Un puñado de vacaciones, eso es la vida. Este presente constante de viñetas que son veranos, salpicones de luz, arañazos de placer."
Arranca el relato en la primera infancia a través de los recuerdos reales o inventados por el niño, oídos de sus mayores. El tiempo avanza, transcurrirán cincuenta años, pero el momento evocado siempre corresponde a la misma temporada de vacaciones, a los veranos en la casa del pueblo, en los mismos escenarios, donde cada verano es diferente pero lo básico permanece.
Arranca el relato en la primera infancia a través de los recuerdos reales o inventados por el niño, oídos de sus mayores. El tiempo avanza, transcurrirán cincuenta años, pero el momento evocado siempre corresponde a la misma temporada de vacaciones, a los veranos en la casa del pueblo, en los mismos escenarios, donde cada verano es diferente pero lo básico permanece.
August 19, 2025
La primera mitad es exactamente lo que esperaba y buscaba: fotografías del verano en cámara analógica mientras escuchas el sonido de las cigarras y niños dándose un chapuzón en el río. La segunda mitad me ha pillado por sorpresa y a ratos me ha dejado algo descolocada, me ha recordado un poco a Las vidas posibles vidas de Mr. Nobody. Quizás hacia el final a mí me ha resultado un poco caos (y catastrófico) de más, pero tiene reflexiones e ideas preciosas y está muy bien escrito.
May 26, 2025
Un paseo por el pueblo de Jonás, por todos sus veranos desde el primero, desde la más tierna infancia, desde los recuerdos que nunca sabremos si son ficción, quedándonos con la mejor de las versiones del protagonista.
Tiene algo que te hace querer saber más. No puedo subrayar más frases que me hacen pensar porque pintaría todo el libro.
Tiene algo que te hace querer saber más. No puedo subrayar más frases que me hacen pensar porque pintaría todo el libro.
August 17, 2025
delicioso, difícil y nostálgico recorrido por todos y cada uno de los veranos del autor. trozos de veranos que han ocurrido, algunos otros imposible y otros que nunca tendrán lugar. ¿o sí? toda la belleza de la vida del veraneante y la luz de los veranos de la infancia recogidas en un precioso libro.
July 29, 2025
“En los pueblos, incluso en invierno, parece verano”.
“Las muertes en los pueblos son como los niños: un poco de todos, y se conocen y se cuidan”
“Porque hacerse adulto quizá sea perder días de vacaciones”.
“Las muertes en los pueblos son como los niños: un poco de todos, y se conocen y se cuidan”
“Porque hacerse adulto quizá sea perder días de vacaciones”.
August 26, 2025
📝"¿Qué es la vida para un veraneante? Tan solo aquello que ocurre en el lugar de sus veranos, bajo el tejado de la casa de sus ancestros. Nacer cada verano: en cada vacación venir al mundo. Un puñado de vacaciones, eso es la vida."
November 21, 2025
Me ha gustado mucho esta novela, y me pregunto cuánto tiempo le habrá llevado pensarla a Guillermo Aguirre antes de ponerse a escribir. El narrador y el monólogo interior que se desgrana en cada capítulo es un trabajo de orfebrería
September 28, 2025
Una escritura poética que revisita los veranos a lo largo de los años...un final que me desconcierta, me expulsa de la lectura.
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