What do you think?
Rate this book
Muérete, Cupido
Muérete, Cupido
es un vuelo a vista de pájaro de una ciudad, Madrid, y la de toda una generación ensimismada que la habita. Es también la historia de un desencanto, en la que los sueños nunca se cumplen más que como un espejismo. El amor como una búsqueda inalcanzable, la dureza de unas calles repletas también de belleza donde todo es posible, y la esperanza de encontrar, al fin, alguna respuesta en medio del caos.
204 pages, Paperback
Published May 5, 2025
3 people are currently reading
167 people want to read
Ratings & Reviews
Friends & Following
Create a free account to discover what your friends think of this book!
Community Reviews
Displaying 1 - 20 of 20 reviews
July 23, 2025
Muérete, Cupido — o cómo arruinar Madrid con pretensión y topicazos
Este libro intenta ser una oda urbana, una especie de paseo emocional por Madrid desde la mirada de un joven sensible y observador. El problema es que ese joven resulta ser un niñato con ínfulas de intelectual canalla, que se cree especial por pararse a mirar lo que muchos ya vemos —y amamos— sin necesidad de autoproclamarnos cronistas del alma de la ciudad.
El autor presenta una ciudad reducida a clichés turísticos y poses de modernidad vacía: bares de Google Maps, calles como Gran Vía tratadas como si fueran el corazón oculto de Madrid, cuando en realidad no las pisa ningún madrileño con dos dedos de frente. Todo está narrado desde una supuesta profundidad emocional que se queda en superficie, y desde una arrogancia que agota.
Las referencias a las drogas y a la rebeldía parecen sacadas del manual del niño pijo que quiere parecer malote. No hay crudeza ni verdad, solo la estética de lo prohibido tratada con un moralismo impostado. El protagonista parece querer emular a Diego de Carolina Durante, pero sin gracia, sin ritmo, y con bastante menos lucidez.
La escritura no ayuda: formulaica, repetitiva y con una voz narrativa que te mira por encima del hombro mientras dice cosas que no tienen ninguna novedad ni sustancia.
No he podido terminarlo. Y no por falta de interés en Madrid —todo lo contrario— sino por el daño que hace leer una mirada tan torpe, básica y egocéntrica sobre una ciudad tan rica.
Un espanto.
Cupido, si estás leyendo esto, llévate también al autor.
September 29, 2025
Esa sensación de leer un libro en el momento y lugar perfecto es lo que me ha pasado con Muérete Cupido. Me ha gustado mucho, más de lo que esperaba, ya que no es un tipo de libro que me suela llamar la atención. Me ha encantado cómo estaba escrito: las reflexiones, las descripciones de Madrid,... Es muy fácil de leer y no te deja indiferente. Lo recomiendo 100%.
July 13, 2025
Ácido y divertido. Un tortazo con la mano abierta y… un sentimiento de comfort, de estar en casa. Este libro es una foto fija de Madrid. Porque sí: uno en Madrid no para, y Jaime te hace detenerte dos horas para leerle y darte cuenta de por qué la ciudad te hace no parar. Fan. Qué guay es Madrid
July 29, 2025
Puede que esta puntuación no sea justa porque estoy enamorada de Jota y no me termino de creer el cinismo que impregna el libro. Dicho esto, los toques de desesperanza y Madrid como protagonista me han fascinado.
June 3, 2025
Una historia de amor con Madrid, una historia de la que te sientes o quieres formar parte. He disfrutado mucho este libro, relatos random pero que cuentan una historia de (des)amor de fondo, lo devoras. Todas las referencias hacen que sientas que podrían ser tuyas las historias, que podrías ser tu, y todo te parece tan cercano que sueltas carcajadas o te emocionas a partes iguales. Y te enamoras más de Madrid. Me encanta que un libro consiga eso.
“Siempre que le das la espalda a Madrid, te la encuentras de frente y te recuerda que el único delito es dejar pasar la oportunidad y la mayor condena es no lanzarse a por ella sin mirar.
Si algo puede pasar, lo más seguro es que pase aquí.”
“Siempre que le das la espalda a Madrid, te la encuentras de frente y te recuerda que el único delito es dejar pasar la oportunidad y la mayor condena es no lanzarse a por ella sin mirar.
Si algo puede pasar, lo más seguro es que pase aquí.”
December 16, 2025
Compré el libro porque soy presa fácil de una buena campaña de marketing y durante el verano me enganché a la versión del s.XXI de lo que antes era una historia por fascículos y que ahora tienen formato post de Instagram y que el autor nos regaló con el fin de llegar a cuanta más gente mejor antes del lanzamiento de su primer libro. ¡Chapó! Me ha encantado la fórmula. Mucho que aprender.
Pero vayamos al lío, ¿qué ha pasado con el libro? ¿Me ha gustado? Pues no está mal como entretenimiento que, oye, al final es el objetivo de la mayoría, tanto de escritores como de lectores, es decir, hacer que el lector se distraiga de las pantallas y de la rutina y miserias del día a día. Y a mí me ha distraído, y en poco más de cuatro horas de lectura me lo he ventilado.
Pero no lo regalaría (que para mí es lo que distingue a un buen libro).
De él he sacado una lista de lugares de Madrid en los que perderme para una noche loca, para ligar con algún que otro Peter Pan o cuarentón perdido y pillar alucinógenos de forma sencilla y meterme coca en cualquiera de los baños. También algún par de datos curiosos de Madrid que no conocía; por lo demás, me temo que, hay mucho topicazo. Chico que acaba de romper con su última novia, resentido con el amor, decide pasar de todo y disfrutar de la vida en plan kamikaze.
No sé cuánto hay de autobiográfico, dónde termina Jaime el autor y empieza Jota, el protagonista-narrador aunque, tras escuchar varias entrevistas en diferentes podcast, tiene pinta de que no hay tal línea definitoria. En cualquier caso Jota es muy de blancos y negros, fobias y pasiones. Tiene algún tipo de pseudo trauma con la zona residencial del norte de Madrid en la que se crio —y cualquier barrio residencial en general— que se revela con una devoción absoluta por el centro de la capital.
Compartimos afición por fijarnos en los portales y fachadas bonitas, que nos parecen horribles las cuatro Torres y nos gustan los atardeceres desde el mirador que hay entre la Catedral de la Almudena y el Palacio Real, pero por lo demás he tenido que comprobar dos veces que el autor tiene dos años menos que yo y no poco más que mi hijo mayor. Aunque, volvemos a lo mismo, nadie ha dicho que Jota sea Jaime. Tampoco que Jaime no se haya creado un personaje para este papel couché digital que son las redes sociales con el fin de vender. Porque eso si que lo hace fenomenal.
Pero vayamos al lío, ¿qué ha pasado con el libro? ¿Me ha gustado? Pues no está mal como entretenimiento que, oye, al final es el objetivo de la mayoría, tanto de escritores como de lectores, es decir, hacer que el lector se distraiga de las pantallas y de la rutina y miserias del día a día. Y a mí me ha distraído, y en poco más de cuatro horas de lectura me lo he ventilado.
Pero no lo regalaría (que para mí es lo que distingue a un buen libro).
De él he sacado una lista de lugares de Madrid en los que perderme para una noche loca, para ligar con algún que otro Peter Pan o cuarentón perdido y pillar alucinógenos de forma sencilla y meterme coca en cualquiera de los baños. También algún par de datos curiosos de Madrid que no conocía; por lo demás, me temo que, hay mucho topicazo. Chico que acaba de romper con su última novia, resentido con el amor, decide pasar de todo y disfrutar de la vida en plan kamikaze.
No sé cuánto hay de autobiográfico, dónde termina Jaime el autor y empieza Jota, el protagonista-narrador aunque, tras escuchar varias entrevistas en diferentes podcast, tiene pinta de que no hay tal línea definitoria. En cualquier caso Jota es muy de blancos y negros, fobias y pasiones. Tiene algún tipo de pseudo trauma con la zona residencial del norte de Madrid en la que se crio —y cualquier barrio residencial en general— que se revela con una devoción absoluta por el centro de la capital.
Compartimos afición por fijarnos en los portales y fachadas bonitas, que nos parecen horribles las cuatro Torres y nos gustan los atardeceres desde el mirador que hay entre la Catedral de la Almudena y el Palacio Real, pero por lo demás he tenido que comprobar dos veces que el autor tiene dos años menos que yo y no poco más que mi hijo mayor. Aunque, volvemos a lo mismo, nadie ha dicho que Jota sea Jaime. Tampoco que Jaime no se haya creado un personaje para este papel couché digital que son las redes sociales con el fin de vender. Porque eso si que lo hace fenomenal.
June 26, 2025
Morirse (de amor, de risa o de hartazgo)
Leer a Jaime ha sido como mirar de frente el espejo después de una noche larga y mal dormida: hay ojeras, pero también hay verdad. Muérete, Cupido no pide permiso para entrar, simplemente se sienta contigo a desayunar y te pregunta si prefieres la mentira bonita o la verdad que duele. Spoiler: ninguna opción es cómoda.
Hay algo en su forma de narrar que se parece al momento exacto en que te das cuenta de que ese amor que parecía eterno era solo un efecto óptico. Jaime no endulza, no adorna, no salva a nadie. Y eso se agradece. Porque a veces hace falta que alguien venga y te diga, con todo el amor del mundo: “la vida es dura y Cupido también”.
Madrid aparece como una amante caprichosa: puede ser escenario de vacaciones o campo de batalla diario. No es lo mismo ir que quedarse. No es igual quererla que sobrevivirla. Y ahí, entre esas dos versiones de ciudad —la postal y la herida—, Jaime planta su voz sin filtros, sin maquillaje, sin ganas de caer bien.
El libro te deja con preguntas sin resolver: ¿qué hace que un lugar sea especial, sus calles o la gente que las habita? ¿Es posible enamorarse sin perder el juicio? ¿Por qué seguimos creyendo en Cupido si sabemos que no da una?
Su ópera prima deja claro que no será la última. Y menos mal. Porque necesitamos más libros que nos abran los ojos sin perder el sentido del humor. Muérete, Cupido es el tipo de libro que se lee rápido pero se queda contigo, como una conversación pendiente o una cicatriz bien llevada.
Leer a Jaime ha sido como mirar de frente el espejo después de una noche larga y mal dormida: hay ojeras, pero también hay verdad. Muérete, Cupido no pide permiso para entrar, simplemente se sienta contigo a desayunar y te pregunta si prefieres la mentira bonita o la verdad que duele. Spoiler: ninguna opción es cómoda.
Hay algo en su forma de narrar que se parece al momento exacto en que te das cuenta de que ese amor que parecía eterno era solo un efecto óptico. Jaime no endulza, no adorna, no salva a nadie. Y eso se agradece. Porque a veces hace falta que alguien venga y te diga, con todo el amor del mundo: “la vida es dura y Cupido también”.
Madrid aparece como una amante caprichosa: puede ser escenario de vacaciones o campo de batalla diario. No es lo mismo ir que quedarse. No es igual quererla que sobrevivirla. Y ahí, entre esas dos versiones de ciudad —la postal y la herida—, Jaime planta su voz sin filtros, sin maquillaje, sin ganas de caer bien.
El libro te deja con preguntas sin resolver: ¿qué hace que un lugar sea especial, sus calles o la gente que las habita? ¿Es posible enamorarse sin perder el juicio? ¿Por qué seguimos creyendo en Cupido si sabemos que no da una?
Su ópera prima deja claro que no será la última. Y menos mal. Porque necesitamos más libros que nos abran los ojos sin perder el sentido del humor. Muérete, Cupido es el tipo de libro que se lee rápido pero se queda contigo, como una conversación pendiente o una cicatriz bien llevada.
September 9, 2025
Recomiendo este libro si haz vivido alguna vez en Madrid. Si eres relativamente joven, y si eres parte de un nicho especifico de estrato social medio o alto. En lo personal me entretuvo por el tiempo que viví en Madrid, por mis amigos que viven , han vivido o van a venir alguna vez. Me parece que reduce la ciudad a algo superficial, de una parte de la realidad desde su punto de vista. Definitivo Madrid es muuuucho mas rico, cultural y socialmente, pero de eso no trata el libro. En fin, si no tienes relación con esto, difícilmente entenderás ni disfrutarás la mitad del libro.
June 18, 2025
Lo he devorado. Me ha parecido buenísimo, engancha un montón y creo que es de esos libros que aporta algo al lector y realmente le hace reflexionar.
Me gusta como piensa el autor, creo que muchas de las reflexiones que hace resultan muy acertadas, y sobretodo me ha hecho parar a pensar en qué pienso yo.
Además, la forma de escribir y de hilar todo a través de la cuidad de Madrid me ha parecido brillante.
Muy recomendable, me ha encantado.
Me gusta como piensa el autor, creo que muchas de las reflexiones que hace resultan muy acertadas, y sobretodo me ha hecho parar a pensar en qué pienso yo.
Además, la forma de escribir y de hilar todo a través de la cuidad de Madrid me ha parecido brillante.
Muy recomendable, me ha encantado.
June 24, 2025
Lamentable es poco.
Pura paja (tanto en sentido relleno como onanismo).
Este señor ha escrito un libro al albor de ser famoso. Pero tiene cero talante literario y ninguna ambición narrativa. Sólo un puñado de sentencias sobre Madrid y la actualidad que, por no ser, no son ni originales.
Si un malote de segundo de carrera escribe tres relatos y dos reflexiones sobre la actualidad y le pide a Chat GPT que les dé sentido unitario saldría algo mejor.
Pura paja (tanto en sentido relleno como onanismo).
Este señor ha escrito un libro al albor de ser famoso. Pero tiene cero talante literario y ninguna ambición narrativa. Sólo un puñado de sentencias sobre Madrid y la actualidad que, por no ser, no son ni originales.
Si un malote de segundo de carrera escribe tres relatos y dos reflexiones sobre la actualidad y le pide a Chat GPT que les dé sentido unitario saldría algo mejor.
August 26, 2025
Una persona q reflexiona sobre la actualidad mientras se recompone de una relacion y pasea por Madrid durante las 4 estaciones. Oda a Madrid y a saber estar atento a la vida y pendiente de la realidad. Muy ironico y con grandes toques de humor. Habla como, aunque se deje de lado al amor, siempre acaba volviendo y como el autor considera que es el eje de la vida. Muy recomendable
December 21, 2025
Llegué a Muérete Cupido movido por una pulsión casi totalitaria: leer todo lo que tenga que ver con Madrid. No me atrajo el autor ni albergaba expectativa estética alguna, solo quería consumir todo libro que tuviera la ciudad como trasfondo y excusa. La experiencia, sin embargo, fue tan fulminante como inequívoca: es el libro más patético que he leído en 2025 y, con toda probabilidad, en bastante más tiempo. Digo patético no como exabrupto, sino como categoría. Si existiera un género llamado literatura de lo patético, este libro se llevaría la medalla de oro durante mucho tiempo. No es más que la exposición desarmada de una vanidad convencida de su supuesto “brillo”, incapaz de advertir la pobreza intelectual del suelo que pisa.
Podría detenerme en lo visible —acentos ausentes, comas mal colocadas (de cocaína, probablemente), una puntuación que aparece y desaparece como el Guadiana—, pero sería conceder a lo accesorio un peso que no tiene. Lo grave es anterior, no hay idea de escritura. El texto nace de la convicción de que contarse basta, de que el yo, por el mero hecho de existir, ya es literatura. Asumo sin reparos que narrador y autor son la misma cosa, porque queda claro, tras la lectura, que el autor no ha oído hablar de Genette ni de la noción más elemental de distancia narrativa. No hay trabajo con la lengua, no hay oído ni mirada. Hay, como mucho, autocomplacencia.
Las evidencias de lo básico —y de un trogloditismo verbal sin complejos— se acumulan sin ironía ni pudor. “Mantener una conversación con cualquier chica se me da tan bien que creo que voy a acabar recibiendo un premio por ello”, escribe el narrador con una seriedad que roza la parodia involuntaria. A renglón seguido, el paternalismo asoma sin disimulo: “ella, que no es tonta…”. El delirio culmina en metáforas que confunden la fanfarronería con el ingenio: “te ha tocado la lotería, amiga, y resulta que el vampiro huidizo al que has encontrado a las tres y media de la mañana saliendo del baño tocándose la nariz es el príncipe Disney que llevas toda la vida esperando”. En otro punto, el recuento se vuelve hazaña: “en lo que va de verano he estado con tantas chicas…”. Y la ética del acecho se cuenta como si cualquier cosa: “si esa chica del metro te ha mirado dos veces y crees que ahí puede haber algo, estás obligado a acercarte a hablar con ella”. El texto delata así un narcisismo tan cerrado sobre sí mismo que confunde una mirada con interés, y el interés con un derecho.
El libro se organiza, de hecho, en dos movimientos igualmente penosos. Por un lado, una cabalgata de vanidad: el autor recreándose en su atractivo, en sus conquistas, en una supuesta canallería sentimental elevada a identidad. Por otro, una llorera infantil sobre el amor, formulada con la profundidad emocional de un adolescente tardío, pero sin la coartada de la edad. En ambos casos, el yo lo ocupa todo y nada respira fuera de él.
Madrid tampoco se salva. Esta ciudad hermosa, compleja, contradictoria y que tanta tinta ha arrancado en la historia de tantos autores, aparece reducida a un decorado monocorde donde todo desemboca, inevitablemente, en la cocaína. Hay una banalización alarmante del consumo de drogas duras, tratadas como accesorio cool de una vida supuestamente intensa. No hay contradicción ni mirada, solo cliché repetido hasta lo absurdo. Resulta además grotesco que el narrador se permita pontificar sobre lo plano de cierto arte contemporáneo o repartir lecciones estéticas, al tiempo que critica canciones actuales por hablar de “culos y tetas”, cuando él mismo pasa páginas enteras hablando de polvos, de portales abiertos a empujones para follar, de una sexualidad convertida en ruido. La vara moral es tan corta como espantosa.
Conviene aclarar que el problema no es que el autor sea pijo. Esa crítica sería fácil y falsa. La clase social no está reñida con la buena literatura; de ciertos privilegios han salido siempre textos agudos y complejos. El problema aquí es otro: una prosa sin densidad, una imaginación plana y recursos expresivos directamente infantiles, como escribir en mayúsculas cuando algo sorprende (MUY fuerte), sustituyendo pensamiento por tipografía.
Lo verdaderamente desconcertante es que este libro haya llegado a publicarse. Círculo de Tiza me parecía hasta ahora una editorial seria. En la presentación en Madrid, la editora habló con inteligencia. Fue, sin ironía, lo único interesante de la noche. El resto —el círculo del autor, la moderación incluida— confirmó la impresión: una nulidad básica, un vacío de ideas y de lenguaje que no sorprende cuando se entiende el ecosistema del que surge el texto. De donde no hay, no se puede sacar.
Leer el libro y ver al autor en persona me produjo una sensación inédita como lector: vergüenza ajena. O, por usar un término que quizá este entorno entienda mejor: cringe. De ese que obliga a bajar la cabeza, a encogerse en la silla, a preguntarse en qué punto alguien no avisa con tiempo a este pobre chaval de un descalabro mayúsculo. Cerré el libro con bochorno y alivio, y con la certeza, una vez más, de que no todo lo que se publica merecía haber sido escrito.
Podría detenerme en lo visible —acentos ausentes, comas mal colocadas (de cocaína, probablemente), una puntuación que aparece y desaparece como el Guadiana—, pero sería conceder a lo accesorio un peso que no tiene. Lo grave es anterior, no hay idea de escritura. El texto nace de la convicción de que contarse basta, de que el yo, por el mero hecho de existir, ya es literatura. Asumo sin reparos que narrador y autor son la misma cosa, porque queda claro, tras la lectura, que el autor no ha oído hablar de Genette ni de la noción más elemental de distancia narrativa. No hay trabajo con la lengua, no hay oído ni mirada. Hay, como mucho, autocomplacencia.
Las evidencias de lo básico —y de un trogloditismo verbal sin complejos— se acumulan sin ironía ni pudor. “Mantener una conversación con cualquier chica se me da tan bien que creo que voy a acabar recibiendo un premio por ello”, escribe el narrador con una seriedad que roza la parodia involuntaria. A renglón seguido, el paternalismo asoma sin disimulo: “ella, que no es tonta…”. El delirio culmina en metáforas que confunden la fanfarronería con el ingenio: “te ha tocado la lotería, amiga, y resulta que el vampiro huidizo al que has encontrado a las tres y media de la mañana saliendo del baño tocándose la nariz es el príncipe Disney que llevas toda la vida esperando”. En otro punto, el recuento se vuelve hazaña: “en lo que va de verano he estado con tantas chicas…”. Y la ética del acecho se cuenta como si cualquier cosa: “si esa chica del metro te ha mirado dos veces y crees que ahí puede haber algo, estás obligado a acercarte a hablar con ella”. El texto delata así un narcisismo tan cerrado sobre sí mismo que confunde una mirada con interés, y el interés con un derecho.
El libro se organiza, de hecho, en dos movimientos igualmente penosos. Por un lado, una cabalgata de vanidad: el autor recreándose en su atractivo, en sus conquistas, en una supuesta canallería sentimental elevada a identidad. Por otro, una llorera infantil sobre el amor, formulada con la profundidad emocional de un adolescente tardío, pero sin la coartada de la edad. En ambos casos, el yo lo ocupa todo y nada respira fuera de él.
Madrid tampoco se salva. Esta ciudad hermosa, compleja, contradictoria y que tanta tinta ha arrancado en la historia de tantos autores, aparece reducida a un decorado monocorde donde todo desemboca, inevitablemente, en la cocaína. Hay una banalización alarmante del consumo de drogas duras, tratadas como accesorio cool de una vida supuestamente intensa. No hay contradicción ni mirada, solo cliché repetido hasta lo absurdo. Resulta además grotesco que el narrador se permita pontificar sobre lo plano de cierto arte contemporáneo o repartir lecciones estéticas, al tiempo que critica canciones actuales por hablar de “culos y tetas”, cuando él mismo pasa páginas enteras hablando de polvos, de portales abiertos a empujones para follar, de una sexualidad convertida en ruido. La vara moral es tan corta como espantosa.
Conviene aclarar que el problema no es que el autor sea pijo. Esa crítica sería fácil y falsa. La clase social no está reñida con la buena literatura; de ciertos privilegios han salido siempre textos agudos y complejos. El problema aquí es otro: una prosa sin densidad, una imaginación plana y recursos expresivos directamente infantiles, como escribir en mayúsculas cuando algo sorprende (MUY fuerte), sustituyendo pensamiento por tipografía.
Lo verdaderamente desconcertante es que este libro haya llegado a publicarse. Círculo de Tiza me parecía hasta ahora una editorial seria. En la presentación en Madrid, la editora habló con inteligencia. Fue, sin ironía, lo único interesante de la noche. El resto —el círculo del autor, la moderación incluida— confirmó la impresión: una nulidad básica, un vacío de ideas y de lenguaje que no sorprende cuando se entiende el ecosistema del que surge el texto. De donde no hay, no se puede sacar.
Leer el libro y ver al autor en persona me produjo una sensación inédita como lector: vergüenza ajena. O, por usar un término que quizá este entorno entienda mejor: cringe. De ese que obliga a bajar la cabeza, a encogerse en la silla, a preguntarse en qué punto alguien no avisa con tiempo a este pobre chaval de un descalabro mayúsculo. Cerré el libro con bochorno y alivio, y con la certeza, una vez más, de que no todo lo que se publica merecía haber sido escrito.
June 30, 2025
He puesto tres estrellas porque el chico me cae bien. Me han gustado algunos capítulos, aunque me parece que las ideas las machaca bastante y no es demasiado original. Gente guapa de Madrid y Basiqueo.
El capítulo de Filomena si me encogió el corazón.
El capítulo de Filomena si me encogió el corazón.
July 27, 2025
Te gustará si romantizas ir en metro, hacer lo que criticas, los topicazos que hacen de Madrid una ciudad insoportable o defender causas sociales para recibir una palmada en la espalda.
Notas apuntadas en el iPhone recopiladas en un libro muy caro.
Notas apuntadas en el iPhone recopiladas en un libro muy caro.
July 4, 2025
Si eres de Madrid, vives en Madrid o tienes una relación especial con la ciudad, te resultará entretenido. Poco más.
August 20, 2025
Libro ameno para pasar el rato!
October 15, 2025
Ágil y muy fácil de leer, pero sin más...
November 28, 2025
Está entretenido aunque una lectura muy corta! Te hace enamorarte un poco más de Madrid
December 1, 2025
Una novela muy fácil de leer y con ese punto de chulería que hace que pases un buen rato sin darte cuenta. La forma en la que retrata Madrid está muy bien lograda. Los lugares, la energía de la ciudad, sus ritmos,. Se nota que el autor conoce lo que escribe y eso hace que todo fluya con naturalidad.
July 17, 2025
una basicada escrita por un hombre heterosexual, no es mi cosa
Displaying 1 - 20 of 20 reviews